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Escapadas a su habitación. //Edición// por PinketDiana

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Notas del fanfic:

Es un Jori. Espero que les guste. 

Notas del capitulo:

Nota de la autora: Este fic se me ocurrió, después de leer muchos de Jori, (Me encanta esta pareja es su "relación amor-odio" lo más bonito *w*) a altas horas de la madrugada y lo apunté en el teléfono para ahora crear la historia a partir de la idea. Espero que les agrade.

Decliner: Los personajes no me pertenecen.

Escapadas a su habitación.

 


 

     Prólogo.

'Hace siete años'

Era una noche fría y oscura en un pequeño pueblo llamado Linsday-Bruks a las afueras de Los Ángeles.

"Otras vez están peleando"- pensaba una muchacha de 9 años, a punto de llorar. Observaba por la ventana con su mirada fija en la nada. Siempre acababa en la misma situación, llorando o sumergida en sus pensamientos mientras sus padres peleaban. Odiaba esas situaciones, desde que tenía 5 años siempre había sucedido igual:

Sus padres peleaban por cualquier tontería y la acababan siempre por mandar a ella y a su hermana a su habitación. Al día siguiente su mama acababa con moratones y diciendo que se había golpeado mientras cocinaba.

-Tori- Susurró su hermana- no salgas de la habitación y cierra la puerta con pestillo. ¿Vale?. No hagas caso a los gritos. Tranquila, no pasará nada.- Le dijo abrazándola viendo que su hermana pequeña iba a empezar a llorar.

-Vale- sollozó- Vete a tu cuarto, que son más de las diez, y si papa te ve en mi cuarto tan tarde... te regañará- Sabía bien lo que era que su papa le regañara... se ponía furioso. Y siempre acababa pegando a alguna de las dos hermanas.

-Te quiero.- Le besó la mejilla y cerró la puerta- Cierra con pestillo, nos vemos mañana por la mañana- susurró.

Miró atentamente el reloj, sabía bien lo que iba a hacer. "¿Cuántas veces he hecho esto?" Se preguntó. Rió irónicamente mientras se limpiaba las lágrimas que, sin darse cuenta, habían caído sobre sus mejillas y manos. Abrió la ventana e intentando respirar con el objetivo de calmarse y no hacer ruido para no ser descubierta, descendió por el árbol que tenía frente a su habitación. Nunca habían talado ese árbol desde que se habían mudado, y eso para ella era una suerte. Bajar a su pequeño jardín era olvidarse del tóxico ambiente que había en su casa.

Miró hacía el frente y ahí estaba la mejor amiga de su hermana... la tonta y tosca amiga de su hermana. Como siempre, mirándola bajar hasta el jardín. Apartó la mirada de Jade, y caminó hacía su piedra. Aquella piedra que le sabía de almohada. Donde siempre iba a soltar sus penas y a tranquilizarse para poder continuar viviendo bajo esas condiciones. Llegar a su casa le daba pánico, su padre le daba terror y las discusiones... era una de las cosas que más miedo le daba en el mundo. Odiaba que la gente discutiera... su infancia estaba llena de peleas por todos lados.

Sin darse cuenta, había empezado a llorar de nuevo recordando cada palabra que escuchó proveniente del salón anteriormente. "¿Por qué mi casa no puede ser normal?" Se preguntaba dejándose caer en la fría hierba. Se quedó pensativa durante un rato totalmente sumergida en si misma y en todo lo vivido desde que sus problemas empezaron y sus miedos nacieron.

Escuchó unos pasos y se acongojó al pensar que su padre la había descubierto. "Tenía la puerta cerrada con pestillo, ¿Cómo habrá sabido que no estoy?" Se preguntó totalmente asustada. Esos pasos se acercaban cada vez más, y ella había empezado a temblar. Más y más cerca. Quería salir corriendo de aquel lugar y marcharse a su habitación, no quería que su padre la descubriera y que... le regañase o la golpease. Vió una sombra acercarse.

-Lo siento- susurró- no quise escaparme... es que se me cayó algo por la ventana- inventó.

-Claro que sí- ironizó una voz un tanto familiar- y a mi también. El tiburón que tengo como mascota- bromeó para hacer sentir mejor a la chica.

Tori respiró tranquila. No era su padre... aunque no sabía si estar encantada o molesta por la presencia de la mejor amiga de su hermana.

-Jade- saludó molesta- ¿Se puede saber que quieres? ¿Por qué vienes a nuestro jardín?- Preguntó impaciente mientras se quitaba los rastros de haber llorado de su rostro. No quería que Jade le dijera a su hermana que había salido al jardín para llorar o algo por el estilo.

-Te vi escaparte, de nuevo- enfatizó en las palabras 'de nuevo'- y quería ver cuál era el problema que tenía nuestra pequeña hoy en la cabeza- bromeó. Sabía lo que pasaba. Quería consolarla y ayudarla. Abrazarla y decirle que todo iba a salir bien. Claramente no podía hacerlo... ella era rígida y fría. El abandono de su madre y la muerte de su abuelo la habían convertido en eso.

-Bueno.. corre y se lo dices a mi hermana. Ambas sabemos que estás deseando hacerlo- se quejó.

-¡Oye!- se molestó la gótica- Si no lo he hecho antes- dió un pasó adelante para ponerse frente a Tori- no lo voy ha hacer ahora.- Se tumbó en la hierba, justamente a su lado.

-Gracias- Fue un susurró. Pero Jade lo había escuchado.. aunque no sabía si era la intención de su compañera de hierba.

-De nada- Tori se sobresaltó, no quería que ese 'gracias' fuera escuchado... pero no le molestó- Hoy las estrellas brillan más que otras noches, me encantaría poder componer mirando las estrellas... eso siempre hace tu imaginación volar.

-¡Mira lo que tenemos aquí!- se hizo la sorprendida- Nuestra chica mala tiene un lado sensible- se burló- ¿Quién lo hubiera dicho?- Por un momento se estaba olvidando de todo lo que tenía que soportar en casa. Jade siempre era ¿Molesta y desagradable?... pero el comportamiento de esa noche la estaba sorprendiendo gratamente.

-Jaja- rió irónicamente- Que graciosa- respondió.

Tori se levantó con la intención de irse a su habitación. Estaba cansada por el día de hoy.

-Me voy Jade, gracias por hacerme compañía- dijo inocentemente. Le besó la mejilla y se marchó.

-D-de nada- tartamudeó.- Se dirigió a su casa mientras se sacudía los restos de hierba que quedaban patentes en su pantalón oscuro.

Llegó a su habitación y de nuevo se vió atosigada con el ambiente de su casa.

-Ojala estuvieras muerta- se escuchó desde el salón- Toda esta asquerosa familia fue un estúpido error. Desearía nunca haberme casado con tigo y jamás- aumentó la voz- tener esos monstruos de extraterrestres a las que tengo que llamar hijas- Esas palabras fueron más dolorosas de lo que jamás se hubiese pensado la pequeña hermana- ¡Muertas deberían estar!- Dicho esto pegó un portazo y se marchó de casa.

"Monstruos"- recordó- "Muertas deberían estar"- empezó a llorar desconsoladamente. No podía más... ese día había sido uno de los peores. Se abrazó a su almohada y lloró como nunca lo había hecho. Su padre no la quería... su madre casi no le hacía caso, se culpaba por todo eso y encima... Trina también tenía que pagar por todo eso. "¿Y si me muero y hago feliz a mi papa?"- Consideró la opción- Asi... a lo mejor dejarán de pelear- Susurró con su gran inocente pensamiento en mente.

'Toc, toc'- Se escucharon golpes desde su ventana.

No miró. No quería hacer nada salvo llorar. Habría sido el viento o...

-Tranquila.- Alguien la abrazó- Estoy aquí... no llores.

Se enderezó rápidamente para ver quién la estaba abrazando. "Mi puerta está cerrada". Se giró y se encontró con...

-¡Jade!- gritó sin darse cuenta. "¿Qué hace aquí? Como venga mi papa... y se de cuenta saldrá muy mal parada"- Tienes que irte ahora.

-Tranquila... no me iré hasta que no estés más tranquila- Sabía todo lo que había pasado. Desde su habitación se escuchaba casi todo... y algo le había dicho que dejar a la pequeña Tori sola después de escuchar eso... la estaba haciendo pedazos. Sin pensarlo mucho marchó hacía la de su mejor amiga para ayudar a la más pequeña. Y ahí se encontraba. Abrazada a Tori, mientras esta lloraba sin parar.

Poco a poco se dejaron de escuchar lamentos, se convirtieron en sollozos... hasta que finalmente no se escuchó nada. Miró atentamente a Tori quién se había quedado profundamente dormida. Se intentó alejar de esta, para irse a su casa.

-No- susurró Tori entre sueños.

-Shhh- la consoló acariciándole el pelo- No pasa nada- la volvió a abrazar- no me iré a ningún lado- se recostó a su lado. "Esta noche dormiré... en el cuarto de enfrente.". Pensó antes de que Morfeo viniese para llevarla al mundo de los sueños. A la mañana siguiente, si su padre se había dado cuenta de que faltaba en su habitación, tendría que dar muchas explicaciones... pero ahora no pensaba en nada de eso, solo dormía mientras pensaba que esa era una de las mejores noches de su vida.

-Buenas noches, Tori- susurró antes de caer completamente dormida, apretando más el abrazo.

-Buenas noches, Jade- contestó esta, acorrucándose más a la gótica.

Fin del prólogo.


 

Notas finales:

¡¿Has llegado hasta aquí?!

¿Qué tal les pareció? ¿Les gusta? ¿Me quieren matar? Dejen fav. o un comentario... y saben para matarme y eso TT_TT.

Igualmente, gracias por leer :)


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