¿Cuándo fue la última vez que pude decirle que no?
Ahí estaba yo, haciéndole el amor como si no hubiera mañana, tratando de borrar cualquier marca de quién sabía era más importante en su vida que yo. Haciendo mía su pálida piel…él no me veía casi nunca los ojos mientras se lo hacía y a veces agradecía que fuera así...Kohara solía llamarme entre sus gemidos haciendo sentirme tan único en su vida a pesar que yo sabía que no era así, me lo creía por esos minutos donde su cuerpo con el mío eran uno; Yo era suyo, pero él no era mío sino de su esposo…¿Serás tan obsceno de una vez termines aquí ir donde él para que te haga el amor también?, ¿Ya lo haces? , ¿Cómo puedes decir que me amas?, ¿Por qué vienes cuando estoy bien sin ti?
Yo estaba tan enamorado que prefería creer en sus palabras de que me amaba más que su pareja oficial aunque en el fondo sabía que jamás sería así…Yo no era nadie en su vida por mucho que me diera esas atribuciones. Él era mío solo las horas en las que le hacía el amor, cuando me entregaba y me embriagaba en sus mentiras, en sus excusas del porqué no dejaba a ese hombre. De nuevo comencé a llorar…Kohara ni al rostro me ve y por suerte no se va enterar.
Había perdido cuantas veces había comenzado a llorar en el acto, me dolía tanto saber que no era el único que lo hiciera enloquecer de placer, el dolor me invadía a tal punto que casi nunca podía disfrutar a pleno cuando llegaba al clímax pero gracias a esas lagrimas que empapaban mis mejillas me enteré que él jamás me mira…él no me ama.
Kohara ya se había ido de casa y me encontraba de nuevo con ese vacío en el pecho, cada vez que estaba con él ese vacío se iba pero cuando me volvía a quedar solo en casa ese vacío se hacía tan grande que hasta podría jurar que me quedaría sin respirar.
¿Cómo había terminado en esa relación tan tortuosa?
Apenas y podía recordarlo, llevaba años con aquella situación pero mi corazón finge que cree las mentiras de su amado vocal.
Yo tuve años muy felices, sonreía y salía de mi hogar bastante a menudos pues mis amigos aun podían sacarme de casa además tenía un precioso novio: Rookie Fiddler, siempre pensé que lo nuestro iba ser eterno…nos íbamos a casar, yo aún seguía creyendo que era el amor de mi vida…mi otra mitad por eso no puedo ahora conseguir ser feliz. Mi amado violinista…tuvimos una conversación bastante extraña donde terminamos nuestra relación…pero nosotros nos seguíamos amando, a pesar que yo nunca tuve el coraje de pedirle regresar y por esperar un milagro la vida me lo arrebato del alcance de mis manos; él había desaparecido en la infinidad del mundo, ¿Estará bien?, ¿Estás vivo siquiera?, ¿Aun me amas infinitamente? Yo sigo cumpliendo mi promesa…mi amor solo sigue creciendo y las ganas de verte también… ¿Me vendrá a ver un día de estos?, Llévame contigo por favor…quiero huir de este amor, no quiero que Kohara te opaque con ese amor tan doloroso que me hace pasar.
Luego de no volver a saber de Roo, me costó internamente volver a recuperarme ya que me podría ver el hombre más desinteresado del tema pero mis amigos más cercanos sabían que si yo escuchaba su voz o siquiera su nombre me desmoronaba y por suerte ellos me comprendían.
Tiempo después tuve una corta relación con una preciosa solista, si la hubieran visto probablemente les hubiera gustando tanto como a mi…aunque nunca llegue a enamorarme de ella, la quería eso era cierto…pero nunca sentí esa necesidad de querer verla como cuando extrañaba y extraño no ver a Rookie o…Kohara. Ella se llamaba Mika Nakashima, elegante y bastante mimosa, ¡Me encantaba ella! Pero las cosas de la vida…ella tampoco pudo seguir a mi lado debido al trabajo, tenía que ir a trabajar américa y hasta el último momento en que estuvimos juntos yo había visto en su mirada que esperaba un poco más de mi…¿Esperaba que le pidiera que se quedara por mí? Yo no era egoísta, no podría ni aunque le hubiese amado como ella se lo merecía. Hubo unión de nuestros cuerpos solo una vez…yo fui su primer hombre y ella fue para mí la primera vez que estuve con alguien más después de haber estado con Roo, aunque la primera vez con Roo también fue la primera vez que estuve con un hombre, antes solo había estado con chicas pero nada verdaderamente importante…no como la primera vez que estuve con Roo.
“Me abrazó por la cintura una vez me tuvo a un lado, sonriendo levemente al escucharme, cerrando sus ojos por un instante por mi caricia- Gracias a ti por quererme tanto y amarme~... Es hermoso hacer el amor con la persona que amas como tu novio~ Además que fui tu primer hombre~ Eso me hace feliz~
Nos cubrimos ambos con las frazadas de la cama, exhaustos luego de haber el hecho el amor por primera vez-. Me siento como si hubiese sido la primera vez, primera vez.-reí un tanto bobo y suave pues sonaba más idiota de cómo lo había pensado-. Me hace feliz saber que fuiste tú.-di un beso suave en sus hinchado ya labios luego de habernos besado tanto y mie diestra acarició su mejilla con cuidado como si en cualquier momento se fuera a romper-.
-Siento lo mismo~ -Rió ligeramente él-A mí también me alegra que hayas sido tú con quien hice esto…-Suspiró con suavidad acurrucando el rostro en mi pecho-. No sabes cuánto te amo~…”
La verdad es que lo último que nos dijimos a pesar que llevamos un mes separado fue “Te amo infinitamente”
Luego de esa “relación” con Mi-chan mi vida se tranquilizó por unos meses hasta que Kohara tuvo algo parecido a una crisis con su esposo y nos comenzamos a frecuentar más de lo normal…
Fue ahí cuando caí en sus caricias, mimos y antes de darme siquiera cuenta estaba con él, entregándonos al placer carnal, recordando los nombres de quién aun ocupaba nuestros corazones…Yo gemía “Rookie” y él gemía “Ishihara”, no era justo para ninguno de los dos, pero por lo menos unas horas a la semana éramos felices.
Así fue que terminé en esta situación…enamorado y siendo un polvo extra de quién me había vuelto hacer sentir esos sentimiento que había jurado no volverían después de haber perdido a Roo. Nadie más que yo sabía lo mucho que dolía saber que esa piel no era mía por mucho que quisiera creerlo, supongo que mi gran problema siempre fue ese…mentirme al punto de yo mismo convencerme de eso era verdad.
-¿Aki?-Escuché a mis espaldas la voz del vocal de mi banda, me giré para sonreír a medias, haciendo que aquel se preocupara de inmediato al notar mi semblante y sin decir más, se acercó y tomó asiento en mi regazo, abrazando mi cuello mientras sus dedos se enredaban en mi cabello dando suaves caricias. Su nariz rozó mi mejilla y fue cuando escuché aquel gruñido.
-De nuevo él, ¿cierto?-No me quedó más que asentir con mi cabeza y rodear su delgada cintura. El precioso rubio comenzó a temblar de lo que pude sospechar era rabia.- Akihito, déjalo por favor…no te hace bien-Dijo con aquella melodiosa voz que me encantaba. Tomó distancia solo unos milímetros para fundir nuestros labios en un beso demandante, pero más que nada suplicante por que fuera correspondido y claro estaba, yo no era quién para negárselo…él más que nadie sabía a qué se atenía si enredaba sus piernas a mis caderas, dejando que lo hiciera mío tan superficialmente…él sabía que yo no servía ya para amar por completo, solo iba hacer alguien más que pasara por mi cama y como era habitual fingirá dormir para no despertar tan luego de la fantasía que nos pertenecíamos.
Mi querido rubio me abrazaba por las caderas mientras reposaba su cabeza sobre mi vientre y fingía que estaba dormido, pero las caricias de sus dedos me hacían saber que no era así; Yo por mi parte consumía un cigarrillo con distracción, viendo incluso en mi mente las diferentes siluetas de esas personas que habían pasado por la misma cama…como aun podía diferenciar los diferentes gemidos de esas personas.
-A-Aki-La voz de Mao por primera vez se escuchó antes que fuera de mañana como solía pasar el común de las veces en que terminábamos en la cama.
-¿Qué pasa?-Cuestioné sin mucho interés apagando el cigarrillo en el cenicero de mi buró cuando ya había llegado casi al filtro. Sentí como el vocal se erguía temblado como si estuviera asustado y tal vez lo estaba, yo era un desastre.
-Te amo-Sentí hasta mi respirar cortar cuando mi mente fue capaz de procesar esas palabras. –Yo…sé que nuestra relación es solo sexo…pero yo estoy enamorado de ti…-Con un gesto de mi mano le hice callar mientras mi cuerpo también comenzó a tiritar.
-Yo no sé cómo amar ya-Le conteste-. Tu no mereces alguien con los fantasmas que me persiguen a mi…-Fue cuando sus labios me interrumpieron a mí, haciendo que guardara silencio.
-No me importa, Akihito…Yo estando a tu lado me siento el hombre más fuerte del mundo y sé que puedo con esos fantasmas y realidades que te hacen daño…
-Masao…-murmuré casi sin poder dar créditos a sus palabras.- Koha…-Me volvió a besar en los labios, empujando mi cuerpo para dejarme recostado y el sobre mí.
-No digas más su nombre, él no te ama como se debe… ¡Él no te merece!-exclamó con sus ojos humedecidos en lágrimas- Tu siempre vas a merecer más de todo lo que te pueda ofrecer él…
-Pero yo estoy enamorado de él…-Las cálidas lágrimas del precioso rubio acariciaron mis mejillas cuando cayeron desde los expresivos orbes de él. Abracé su espalda mientras le volvía a erguir dejándolo a horcajadas sobre mi cuerpo, secando sus lágrimas con besos sintiendo como aquellas inundaban de salado mis papilas gustativas.
-Prometo que conseguiré hacerte feliz…-pronunció entre sus hipeos antes que yo tomara entre mis manos su redondo rostro para unir nuestros labios bastante convencido de sus palabras.
-Te creo…vamos a trabajar duro en esto, ¿Si?-Los ojos del mayor se me quedaron viendo con sorpresa, al igual que estaban rojizos por haber comenzado a llorar.
-Si-Nos sonreímos cómplices antes de perdernos de las horas de sueño por haber hecho el amor una vez más…aunque debía reconocer que era la primera vez que yo llamaba “Hacer el amor” cuando nos hacíamos uno con Mao.