Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

ULTIMA OPORTUNIDAD por kat-winner

[Reviews - 173]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Kat Winner:

 

 

Hola, al encontrarme de vacaciones se me ocurrió esta idea y decidí escribirla, ojala les guste. Es un Harco, a mi estilo.

 

 

Cualquier cosa pueden escribirme al mail katwinner24@gmail.com

 

 

Espero les guste, un abrazo.

Notas del capitulo:

Kat Winner:

 

 

Hola, al encontrarme de vacaciones se me ocurrió esta idea y decidí escribirla, ojala les guste. Es un Harco, a mi estilo.

 

 

Cualquier cosa pueden escribirme al mail katwinner24@gmail.com

 

 

Espero les guste, un abrazo.

ULTIMA OPORTUNIDAD

 

 

 

 

// Pensamientos //


+++++++++ Separación de Escenas ++++++++++

----------- Flash Back ----------

 



 

 

 

 

 

 

 

01.- AYUDA

 

 

 

-Potter… ayúdame… por favor – Los ojos de Harry se abrieron por la sorpresa y los de Malfoy miraron al suelo, no solo por la vergüenza de estar pidiéndole un favor a su más grande enemigo, sino también porque estaba tan desesperado que ya no sabía que hacer. Su madre estaba muriendo y el atado de manos como estaba en esa casa, recibiendo golpes y humillaciones estaba a años luz de poder ayudarla, solo Potter podría, solo su estúpido corazón Gryffindor podría hacerlo.

 

 

 

-¡Estás loco Malfoy! ¿En que podría ayudarte yo? Y mucho menos a ti, un vil mortifago, déjate de tus estúpidos jueguitos, ya los ayude bastante a ustedes con hablar bien en el juicio, me voy… ¡Esto es absurdo! – Harry dio media vuelta y trato de marcharse, pero la mano temblorosa de Draco lo detuvo.

 

 

-Por favor… - El rubio se arrodillo con dificultad sin soltarle la mano al moreno, lagrimas salían de sus dorados ojos, al diablo el maldito orgullo, al diablo todo, Potter tenía que ayudarlo como fuera.

 

 

-¡Suéltame Malfoy! – Harry lo miro con odio de primera, pero luego de verlo arrodillado y suplicándole, guardo silencio, jamás en sus 20 años había pensado ver alguna vez tan derrotado y suplicando a un Malfoy, era una visión inverosímil y hasta chocante.

 

 

-No te lo estoy pidiendo por mi… solo… hazlo por mi madre, ella se está muriendo y yo no puedo hacer nada… por favor…

 

-Ya… ¿Y qué demonios es lo que quieres que haga? – El moreno se sorprendió el mismo de hacer la pregunta, de seguro estaba tan impactado de tener al rubio a sus pies que ya no estaba ni pensando. El rubio alzo la cabeza ilusionado y fue donde Harry por primera vez noto el resplandor dorado de sus ojos, que se veía más intenso a través de las lágrimas.

 

 

-Gracias… yo de verdad…

 

 

-Hazla corta Malfoy antes de que me arrepienta… - Harry por ningún momento bajo la guardia, todo le era muy sospechoso. Supuestamente Malfoy se había salvado de Azkaban solo porque había sido condenado a vivir como esclavo a los servicios del nuevo ministro de magia Alfred Smith, un hombre al parecer de Harry muy extraño, que nunca le gusto.

 

 

-Sí, tienes razón… a mi madre le lanzaron una maldición, y en San Mungo tampoco le han dado los servicios médicos pertinentes por su pasado, la tienen confinada en una habitación casi esperando a que muera, su cuerpo se ha estado debilitando de a poco, ella esta consciente pero su magia día a día se agota y tú sabes que nosotros no podemos vivir sin magia.

 

 

-Ya ¿Y yo que tendré a cambio? – Draco lo miro sorprendido, el Potter del colegio jamás pediría nada a cambio, solo lo haría por la justicia y el honor, pero este Potter era diferente, definitivamente la guerra cambia a las personas, Potter estaba más frio y mucho más desconfiado.

 

 

-Yo… ¡Dejare que hagas conmigo lo que quieres, puedes golpearme a tu antojo, hechízame, mátame si gustas! ¡Si quieres puedes decirle a la comadreja Weasley que lo haga! Yo no me defenderé…

 

-¡Ja!… ¡Que ofrecimiento más estúpido! ¡Acaso crees que todavía estamos en el colegio y somos unos niños! Además, si te golpeo ¿Qué dirá tu amo? no podrás trabajar para él.

 

 

-No te preocupes Potter – Draco hizo una mueca despreocupada – El ni siquiera se dará cuenta…

 

 

-Si claro, como no…

 

 

-Envíame un finiti incantatem.

 

 

-¿Qué? ¿Estás loco?

 

 

-Solo hazlo y veras que él no se dará cuenta.

 

 

El moreno saco su barita e hizo el hechizo, efectivamente Smith jamás se daría cuenta, es más incluso pensaría que se las hizo el mismo. Cuando termino de conjurar el hechizo el rostro de Malfoy parecía una especie rara entre moretones y hematomas, un ojo estaba tan hinchado que ni se le veía, y un feo corte atravesaba casi todo el contorno de la cara, qué decir de sus manos vendadas, mostrando también que tenían rastros de sangre, lo más probable que la ropa que llevaba puesta tapara las otras heridas.

 

 

-¿Qué demonios? – Harry lo miro entre impactado y asqueado, un casi desfigurado Malfoy se mostraba frente a él.

 

 

-Como te dije, él no lo notara, se mimetizara con el resto, no te preocupes.

 

-¿Desde cuándo pasa esto? – dijo Harry inexpresivo.

 

 

 

-¿He? – Draco de primera no entendió la pregunta, pero después lo aludió a la sensibilidad Gryffindor – Desde que estoy con el… hace año y medio – Harry suspiro y miro hacia un lado, todavía impactado de ver ese bello rostro en tan mal estado. Porque para Harry, Malfoy siempre fue atractivo, si no hubiera sido por su carácter de mierda y altanería… quizás… solo quizás hubieran sido amigos.

 

 

-Está bien, te ayudare- Los ojos, más bien el ojo de Draco se ilumino.

 

 

-Gracias.

 

 

-No te ilusiones tanto Malfoy, no tomare tu maravillosa oferta de golpearte, quiero que hagas otra cosa para mí.

 

 

-Sí, dime.

 

 

-Espía los movimientos de Smith, ese hombre no me gusta y no tengo ninguna prueba para comprobarlo, solo tengo mi intuición, sé que oculta algo.

 

 

-Sí, lo hare, hare todo lo que me pidas… solo preocúpate por mi madre, por favor.

 

 

-Está bien, hablare con Hermione y Neville, ambos son medimagos y veremos que tiene, me comprometo a ayudarla, pero no puedo garantizar tu seguridad ¿Tienes claro que si te descubren te mataran?

 

 

-Sí, no hay problema – Harry se impactó por la respuesta tan rápida del rubio, este siempre le pareció un cobarde hijo de papi – Te enviare una lechuza con la información que encuentre, o prefieres que te la diga aquí en el hospital, tengo permitido venir a verla todos los días, una hora, aunque… hay días que no puedo… - El rubio miro a otra dirección un poco acongojado, no era fácil hablar del tipo de vida que estaba teniendo.

 

 

-¿Por qué? ¿Te lo prohíben?

 

 

-No, solo… que no estoy consciente. Todo depende de los invitados que tenga en sus fiestas.

 

 

-¿Porque? ¿Abusan de ti?

 

 

-Los mortifagos esclavos somos su entretención, principalmente yo, siempre me gritan que es distinto y más placentero golpear a un Malfoy. Si no me crees puedes colarte a una de las fiestas del ministro y lo veras, siempre soy la función principal, estoy pagando con sangre mis errores, de eso no te quepa duda.

 

 

-¿Y te tocan sexualmente?

 

 

-¿He?... no, solo me maldicen y golpean, para ellos es asqueroso tocar a un Malfoy. Creo que como estoy no debo ser muy bonito - Hizo una mueca sarcástica, digna de los días de colegio - Puedes volver a lanzarme el hechizo glamour, no quiero que mi madre me vea así.

 

 

Harry le lanzo el hechizo y lentamente Draco volvió a su cara perfecta, tan blanca y de porcelana, tan bonito como lo recordaba.

 

 

 

-Voy a verla ahora, no tengo mucho tiempo, solo una hora, te mantendré informado de todo Potter, solo… cuídala… por favor- Harry asintió con la mirada y lo vio partir rumbo a la habitación de su madre. Todavía sopesando la información que le habían dado, también se dio cuenta que el rubio caminaba lentamente y cojeaba. Se pasó las manos por la cabeza ¿En que estaba pensando? ¿Iba a ayudar a Malfoy? Un maldito mortifago, ¿Y si el rubio le mentía? Tenía que averiguar bien todo esto y por sobre todo tenía que ser cauteloso, muy cauteloso. Ya no era un niño, era jefe de los aurores a su corta edad, no quiso ser ministro, prefería mantenerse bajo perfil, había tenido una vida medianamente tranquila después de la guerra, justo ahora se le tenía que aparecer ese estúpido de Malfoy.

 

 

 

 

 

++++++++++++++++

 

 

 

 

 

2 hombres estaban tomándose un whisky de fuego, muy animados, uno era el mismo ministro de magia y el otro su mano derecha.

 

 

-¿Y por qué lo dejas ir todos los días a ver a su madre?- Le pregunto intrigado John Middleton, un hombre alto, de cabello negro y ojos café, elegante, de unos 40 años.

 

 

-Para que se dé cuenta que lo limitado e inútil que esta… aparte del maltrato físico, la mente es la más placentera en destruir- Dijo sonriente el ministro, Alfred Smith tenía 54 años, pero rubio y ojos verdes.

 

 

-No crees que te estás pasando, es solo un muchacho.

 

 

-¡Es el hijo de Lucius Malfoy! Nunca va a hacer suficiente ¡Lo odio!

 

 

-Pero es a su padre al que odias, no a él.

 

 

-No importa, llevan su misma sangre, el estúpido de Lucius está muerto, solo me queda su hijo para desquitarme. Y tú, ¿Qué tanto te importa lo que le puede pasar al chico?

 

 

-La verdad es que lo único que me afecta es ver ese rostro tan lindo desfigurado.

 

 

-Hgjj… tú y tus asquerosos gustos.

 

 

-Que puedo decir, el chico es o era lindo – Una sonrisa sádica se formó en el rostro del hombre, a John le gustaba Draco, más bien adoraba ese lindo rostro que siempre ante ellos se mostraba desafiante, como le gustaría probarlo y disfrutarlo a su antojo.

 

 

 

 

 

++++++++++++++++

 

 

 

Draco estuvo casi 30 minutos al lado de su madre, abrazándola o acostado al lado de ella, la mujer lo esperaba cada día sonriente, tenía claro que estaba muriendo, Draco era lo único que la mantenía en pie, como hubiera querido que las cosas fueran distintas.

 

 

-Potter te ayudara mamá.

 

 

-¿Potter? ¿Le pediste ayuda a Potter?! Draco y el acepto?! – el rubio asintió.

 

 

-Tu sabes… su corazón Gryffindor no le permite la injusticia.

 

 

-Pero… ¿A cambio de qué?

 

 

-Nada, solo te devolverá la mano por haberle encubierto del señor oscuro.

 

 

-¿No me ocultas nada Draco?

 

 

-No mamá… nada, no te preocupes – Miro su reloj – es hora de irme, te veo mañana.

 

 

-Te quiero hijo mío, cuídate por favor- La mujer fraternalmente le beso la frente.

 

 

-Yo también mamá, ya verás que pronto saldrás de aquí – Draco le beso la mejilla, amaba a su madre, la única persona en su vida que le había demostrado afecto, Lucius siempre lo maltrato. Por culpa de él estaban ahora como estaban, él los había arrojado al señor oscuro para vanagloriarse el y su sangre pura. Draco no iba a dejar que su madre sufriera, ya habiéndose casado con Lucius tenía bastante. Podían acabar con él, pero con su madre jamás.

 

 

 

 

********** Continuara *********

 

 

 

Notas finales:

 

Notas Finales:

 

 

Bueno aquí una nueva historia, dramona como siempre escribo, espero les guste. Tratare de actualizar una vez a la semana.

 

Dejen sus comentarios si les gusta.

 

Besos.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).