“Comenzó un 14 de Febrero.”
Prólogo: ¿Dónde empezó todo?
“¿Alguna vez has estado enamorado?
Es horrible, ¿verdad? Te hace sentir tan vulnerable.
Abre tu pecho y abre tu corazón y eso significa que alguien puede entrar y arruinarte.
Construyes todas esas defensas, construyes una armadura completa, para que nada pueda herirte,
Y entonces una persona estúpida, No diferente a cualquier otra persona estúpida, entra en tu vida… y le das una parte de ti.
Esa persona no la pidió. Un día hizo algo tonto, como besarte o sonreírte, y entonces tu vida ya no es tuya.”
14 de Febrero del 2014.
Corría y corría. El viento soplaba en mi cara sin dejarme casi respirar, pero eso no importaba, debía llegar. Las autopistas estaban atestadas de gente, por eso decidí ir a pie. Grave error, debía haber robado una bicicleta de un niño por último. Pero ya no podía hacer nada. Choqué con alguien y caí, pedí disculpa avergonzado. Pero aquella persona me miró y me sonrió, diciendo algo como que quería un autógrafo. Yo pedí disculpas de nuevo porque iba demasiado apurado, prometía que si iba a YG le daría su autógrafo. Iba llegando a la esquina, pero no sabía bien qué hacer, ¿era esta la dirección? Me paré afuera y miré, mi corazón latía a mil.
Si a mí no se me hubiera ocurrido enamorarme de él. O si no hubiera pasado eso hace exactamente un año atrás, yo no estaría un 14 de febrero corriendo por todo Seúl para encontrar aquella iglesia, a la que por cierto, yo mismo dije que no iría ni amarrado, a lo cual muchos se enojaron conmigo, ¿cómo podía el líder de Big Bang faltar al matrimonio de uno de sus compañeros? Bueno, yo tenía mis motivos. Así como tenía motivos ahora para parar este estúpido matrimonio yo mismo. Mi respiración era muy agitada y entonces subí corriendo las escaleras gigantes de la entrada, la gente me miraba. No todos los días de los enamorados se veía a G-Dragón corriendo por Seúl. Abría las puertas lo más rápido que pude y entré a paso decidido y dije con todas mis fuerzas las palabras que más vergüenza me hicieron pasar en mi vida: “Yo me opongo.”
Mi cara se deshizo y mis ojos se abrieron como plato cuando la mujer se dio la vuelta a mirarme con su hijo en sus brazos. Yo estaba rojo como tomate por haber corrido tanto, respiraba agitado y encima moría de vergüenza. Él hombre me miró y yo… yo sólo hice una reverencia tapándome la cara. Lo que me faltaba, ahora la gente del lugar sabía que yo estaba tratando de impedir un matrimonio un 14 de febrero. Me maldije, era un imbécil. ¿Cómo podía equivocarme? Había entrado a una iglesia donde estaban bautizando a un niño recién nacido.
-Perdón, no fue mi intención… -Fue lo único que dije, ¿entonces dónde era el matrimonio? –Disculpe, ¿dónde está la iglesia central? ¿Acaso no es esta?
-Esa iglesia está a dos cuadras. –La mujer me indicó con su dedo y yo hice reverencia de nuevo mientras sonreía apenado, aun intentando taparme la cara. –Por cierto… -me detuve antes de salir- ¿Me daría su autógrafo?
No pude evitarlo, había irrumpido en el bautizo de su hijo, no podía no darle el autógrafo. Salí corriendo del lugar y maldije a todo el mundo. Ya comenzaba a sudar y ya comenzaba a desesperarme, si se casaba, mi vida estaba terminada. No era que yo no creyera en el amor, al contrario, yo eras de los que creían que el amor era lo más lindo en la vida. Pero cuando sucedió todo con él, desde un principio sabía que era malo, y por imbécil ahora tenía que estar corriendo. Yo sabía que me había comenzado a gustar, pero aun así no dije nada, porque yo era el prototipo de idol perfecto para los jóvenes, era un buen hijo, un buen hermano y un buen chico, si seguía esos sentimientos absurdos todo creerían de mí alguien raro, y tampoco arruinaría nuestra carrera. Big Bang estaba por delante, y la compañía. No por mis sentimientos, iba a hacer que hasta el presidente pagara. Pero por ver la felicidad de los demás, no vi la mía y ahora parezco desesperado. Soy un idiota, un idiota de veras. Y todo es mi culpa, todo. Si sólo ese 14 de febrero me hubiera quedado en casa de mi madre, todo estaría bien, pero no, no fue así y ahora era un loco enamorado intentando arruinar un matrimonio. ¿Cómo empezó esto? Empezó por un puto día de los enamorados en que él se quedó conmigo en el departamento, sólo los dos. Así empezó. Y no puedo arrepentirme, había sido un año completo lleno de todo, de altos y bajos, no sé cómo llegué a enamorarme tanto… Hace exactamente 1 año atrás todo era demasiado distinto…
14 de Febrero del 2013.
Mamá me había llamado muy temprano en la mañana diciéndome que fuera a casa para que yo no estuviera solo. Pero no quise ir, ella debía estar con papá. Después de todo, no sería el primer día de los enamorados que pasaría solo. Había salido temprano de YG y me había dirigido al departamento de Big Bang, por lo menos estarían los chicos, y eso me alegraba. Entré sonriente y dejé mi bolso en la entrada. Me agradaba estar ahí con ellos, siempre riendo y pasando buenos momentos. Curiosamente estaban ya en el departamento.
-¡He llegado! –Avisé y ellos sonrieron.
-Bro, perdóname… -Bae se acercó y yo lo miré frunciendo el ceño. –Ya sé que nuestra costumbre es pasar estos días juntos, pero verás… uhm…
-¿Tú… t-tienes novia? –No sé qué me sorprendía más, el hecho de que no pasaría ese día en el departamento o la posibilidad de que tuviera novia.
-No… pero… -se acercó a mí y me habló al oído. –Hay alguien…
-Oh… sí entiendo, Bae, ve a ver a tu madre. –Disimulé para que los demás no se percataran de lo que me había dicho, aunque todavía no podía creerlo. Estaba enamorado.
-Entonces, si me disculpan, me iré. Espero que tengan un buen san Valentín. –Bae se despidió y yo sonreí mirando a los demás. Seungri se paró y entonces me tocó el hombro.
-Hyung, tú sabes. Generalmente en estas fechas no me quedo en casa. –Yo lo miré, típico de él, salir a conquistar.
-¿Quién es esta vez? ¿Podrías no meterte en problemas?
-¡Descuida! ¡Seremos cuidadosos!
-¿Seremos? –Yo le miré sin entender y él se golpeó la cabeza, parece que algo se traía entre manos. ¿A quién más te refieres?
-Nadie, Hyung, me refiero a que Dae también será cuidadoso.
-¿Tú también te vas? –Yo lo miré, esto me había desilusionado. En ese momento bajó por la escalera Seung Hyun mirándonos.
-¿Qué sucede?
-Ji, yo iré a ver a mi madre de verdad. –Daesung sonrió, yo le creía, él nunca me mentía. Pero Bae andaba muy nervioso y el panda se mostraba extraño, Seungri mentía.
-¡Ya está! –Llevé mi mano a mi frente y me tiré en el sillón como una doncella. –Váyanse y déjenme solo, no importa. Yo puedo estar solo hoy, tranquilos y no se preocupen por mí.
-¿Quién se va? –Al parecer Seung no entendía nada, yo le miré con duda.
-¿Seung, también te irás?
-¿Por qué cuando yo te hablo a ti debo decirte Hyung? ¿Y cuando tú hablas con Seung Hyun Hyung no le dices Hyung? Es más grande que tú. –Miré a Seungri y le di un golpe en la cabeza.
-Ri, cállate, los Hyungs más grandes están conversando ahora. –Volví mi mirada a Seung.
-Pues, que yo sepa no, no iré a ningún lado…
-¿Ya ves Ji? Tienes compañía. –Daesung sonrió y yo solté un suspiro.
-¿Dónde van ustedes? –Seung les dirigió la mirada y ellos les sonrieron. -¿Tienen novias?
-Dae va con su madre, y este otro va de putas.
-¡Oye!
-Entonces, nos iremos. –Daesung se despidió y Seungri salió tras él.
Nos quedamos en silencio unos momentos, estábamos acostumbrados a estar los cinco, a hace muchísimo tiempo que no estaba a solas con Seung Hyun. Pensando en eso, me sentía mal, después de todo Seung siempre había sido mi mejor amigo. Pero por culpa de tanto trabajo nunca podíamos salir, pero siempre que podíamos conversábamos y la pasábamos bien. Sonreí, se me había ocurrido una idea.
-¡Seung! –Me acerqué a él y me miró atento. -¡Vamos a celebrar!
-¿No se supone que este día lo celebran las parejas? ¿Intentas decirme que quieres ser mi pareja? –Me miró con una de esas caras bingu que sólo él sabía hacer.
-No, idiota. El día de San Valentín no es sólo es día de los enamorados, es el día del amor y la amistad. Y nosotros somos amigos. ¿O no? –Él se rió y entonces me miró.
-Sí, sí lo somos, por desgracia soy amigo tuyo.
-¡Cualquiera querría ser mi amigo! –Le saqué la lengua y le di un pequeño golpe.
-Vale, entiendo. –Se rió y entonces caminó a la cocina. –Haré algo de comer.
Seung preparó la cena mientras yo miraba tele. Eso era lo bueno de estar con él, sabía cocinar y lo hacía esplendido. Cambiaba de canal cada dos minutos y es que en todos los canales daban cosas de amor, películas románticas y cosas por el estilo. Decidí apagar la tele y entonces Seung se sentó a mi lado con algunos bocadillos mientras los ponía en la mesa pequeña. Yo me puse en pie y caminé un poco hasta uno de los muebles mientras sacaba un vino y un par de comas. Lo que más me había gustado siempre de estar con Seung era beber algo y fumar. Le di un poco de vino y entonces yo probé algo de lo que hizo, realmente cocinaba bien. Las horas pasaban y ya siendo de noche no quedaba comida, sólo más vino, ya habíamos acabado dos botellas, lo cual a estas alturas estábamos algo entonados. No podía ocultar mis cachetes rojos, seguramente tenía hasta cara de ebrio. Seung se veía igual. Nos reíamos bastante.
-¿Recuerdas cuando me tiraste al suelo un día que íbamos a clases? ¡Eres un bruto! –Me reí y él también lo hizo.
-No fue a propósito, Ji, tú te detuviste de repente.
-Ajajajaja... ¿recuerdas cuando rompí tu Bearbrick? Ajajajaj querías matarme…
-Pero no lo hice, tuve consideración contigo… ahaha… -Seung me miró serio, y luego sonrió burlesco, en sus ojos se veía que el alcohol ya le había hecho efecto y pues, a mí también, no podía mentir. Ya nos habíamos bebido dos vinos, suficiente para tenernos algo ‘alocados’. Seung se cruzó de piernas y alzó una ceja, yo lo miré atento. –Ji… ¿por qué no tienes novia para el día de los enamorados? ¿Acaso es que no sabes conquistar? ¿O no sabes coquetear o ser sensual con alguien? –Se rió y yo también lo hice. No era que no supiera, es que solo trabajaba todo el día, me dedicaba a ser ‘un buen chico’ para las fans, así que no me dediqué al amor ni a las chicas como decía mi Hyung. Yo le miré, esperaba una respuesta, pero también me avergonzaba decir que no tenía mucha experiencia, o que la verdad no sabía cómo coquetearle a alguien.
-Oye, tú tampoco estás celebrando con una chica específicamente. Para mí que eres tú el que no sabe de coquetear, Seung. Ya sabes… nunca le hablas a ninguna chica… -mis voz comenzaba a ser chillona, debía ser por el alcohol.
-No me digas a mí que no sé hacerlo, claro que sé. ¿Quieres ver? –Dejó la cosa encima de la mesa pequeña y entonces alzó una ceja mientras me miraba, yo me reí por millonésima vez.
-Aajajaj, ¿mostrarme qué?
-Que sé coquetear, idiota. Y entonces sabrás quién es TOP. –Él se rió.
-Ah… cómo tú digas… veamos que tanto alardeas, maldito. –Alcé mis cejas y me mordí el labio inferior. Por alguna razón mi temperatura comenzaba a subir y esto comenzaba a entretenerme. No sé si era por mucho vino, pero sentía mi cara arder.
-Primero, hay que acortar distancia.
-¿Acortar distancia?
-Sí. –De repente, en menos de cinco segundos, Seung estaba muy cerca de mí. Yo me reí, a todo lo que hacía solo podía reír y cerrar mis ojos mientras lo hacía. De repente tomó mi mano con la que sostenía la copa de vino y la alzó hasta sus labios, yo lo miré y tragué saliva.
-¿Q-qué haces?
-Enseñarme a mi Donsaeng cómo seducir a alguien. –Yo sonreí y sentí mi mano temblar. Él subió mi mano con la suya haciendo que la copa se alzara y entonces comenzó a beber lentamente. Sus labios bien formados cubrían una pequeña parte de la copa, yo dibujé una perfecta O con mis labios observándole. Cuando terminó de beber bajó la copa y acercó su mano desocupada a sus labios. Yo me sentí acelerado. Pasó lentamente uno de sus dedos por sus labios quitando el rastro de las gotas de vino tinto que quedaban en sus labios. Yo lo miraba casi hipnotizado, no podía existir persona más jodidamente sexy que ese hombre. Alejó su dedo de su boca y lo observó, luego se lo volvió a acercar con la intención de chuparlo, pero yo lo detuve. Había dejado la copa de vino a un lado y con mi mano había tomado la suya. Él me observó paciente y yo me acerqué a él lentamente y mis labios rozaron su dedo envuelto en vino. No me podía quedar observando, la tentación era mucho más fuerte que yo. Mi lengua recorrió su extremidad con vino y luego la chupé. Como quien chupa una paleta. –Uhm… -Seung jadeó y yo sonreí, complacido.
-mmm…. Sabes bien, Hyung… -Le tenté. Me gustaba llamarlo por su nombre, pero esta situación ameritaba que le llamara Hyung. Me alejé un poco de él y sentí su mano tomar la mía con más fuerza sin dejar que yo me apartara. Hizo fuerza con su mano hasta hacer que yo estuviera demasiado cerca de él, sonrió y yo pensé que podría morir, lo tenía demasiado cerca. Se acercó lentamente a mí rozando nuestras narices, jugando con mis instintos. Nuestros labios apenas tuvieron un roce superficial y entonces yo abrí mis labios dispuesto a sentir los ajenos. Él dibujó una sonrisa en su rostro. Tenía mi mano derecha apresada contra el sofá con la suya, su mano desocupada yacía en mi cintura. Lo único que pude hacer fue posar mi mano libre en su cuello y tomar su cabello mientras atraía su cara a la mía. No sé cómo, pero aquel juego se estaba volviendo caliente y erótico. Sus labios se pegaron a los míos, yo siempre evitaba mirarlo fijo, tenía una mirada muy fuerte, pero ahora no importaba. Nuestros labios por fin tuvieron un roce real donde Seung tocó los míos por unos segundos y luego se separó para volver a acercarse. Yo abrí mis labios, dispuesto a recibirle, el acomodó su cabeza y tomó mi labios mientras los apretaba y cerraba en un beso. De puro instinto cerré los ojos, al igual que él. Sentí su lengua entrar y entonces la mía acarició la suya en un juego mucho más que erótico dentro de nuestras bocas. Nuestras lenguas se tocaban, se enredaban y se transmitían el sabor a vino y alcohol dentro de nuestras bocas. Sin duda, si hubiera estado sobrio, no habría sido capaz de esto, y menos Seung que era alguien muy serio. Pero la cosa ya estaba así, y se sentía extremadamente placentero. Nos hiso falta el aire, por ende, tuvimos que separarnos. Respiré cerca de él y solté una risita baja. Había besado a Hyung, a Seung Hyun, mi mejor amigo, el chico por el que la mayoría de las VIP darían la vida por solo verlo en vivo y en directo. Seung se acercó a mí haciendo que nuestras mejillas se tocaran, yo solté un suspiro y entonces sentí sus labios en mi oído. Me retorcí.
-Tú también sabes bien… Ji Yongie… -su voz era ronca, demasiado, podría hacer que alguien muriera al escucharlo, era un maldito.
-¿Qué tan bien? –Le seguí el juego.
-Como para probarte de nuevo. –Tomó mi barbilla y yo estaba esperando que me besara de nuevo, pero esta vez se alejó mientras se ponía en pie. Se dispuso a caminar por el living y luego me hizo una señal con su cara para que le siguiera, yo reí y entonces me puse en pie, siguiéndole por la escalera al segundo piso.