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Despues De La Muerte por Princezz Inuyoukai

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Notas del fanfic:

One Piece no me pertenece, es de Eiichiro Oda-Sensei... a quien necesito su autografo ¡¡¡urgentemente!!!

Si, con nueva historia y nueva pareja n.n...

Ya se que deberia de estar actualizando mis otras historias pero ya tenia esta historia unos capitulos adelantados asi que... bueno lo subi y listo... ok ahora me siento muy mal y no se porque o.O

¿Como surgio? Solo les recomiendo que nunca hagan un maraton de la saga de Actividad Paranormal, Destino Final y El Conjuro con kilos y kilos de chocolate y palomitas... ¬///¬

Bueno espero y les guste n.n...

Inner:Espero yo igual...

Notas del capitulo:

Nuevo capitulo... nueva pareja... espero y les guste n.n

Capítulo 1.- Adiós… Hola

Gritos, disparos, sangre, los cuerpos sin vida y lo único que podía hacer era seguir aferrado a la mano de alguien que le faltaba muy poco tiempo para morir.

-Resiste- suplicaba con una débil voz, pero incluso él sabía que era inútil, disparo tras disparo lograron herirlo mortalmente, no quedaba mucho tiempo. Solo les quedaba esperar su muerte mientras podían permanecer escondidos.

Más gritos del pasillo.

-Lamento… que estés… así…

-Y-y-ya no hables, v-vamos a salir juntos.

Disparos.

-Te amo, nunca lo olvides- se acercó al chico para besarlo en los labios, el sabor a sangre le sabia tan amargo, pero a la vez tan dulce.

-Yo te amare siempre…

Se escuchaban pasos acercándose, gritos y gente corriendo y ya solo podía escuchar el débil latido

-No te vayas por favor… no me dejes solo… no quiero quedarme solo…-las lágrimas salían con más fuerza -Me prometiste... ¡Prometiste no dejarme solo, Law!

-Te lo prometo…- sus latidos se hacían débiles –Nunca me iré, Luffy- Se escuchó el ultimo latido.

Luffy intento mover a Law, pero su cuerpo ya estaba volviéndose frio.

La puerta de su escondite se abrió violentamente y dos hombres armados entraron.

-Solo nos quedas tu- el sujeto se rio y lo apunto con el arma en la cabeza, pero ya no prestaba atención, solo se aferró más a la mano que tenía sujeta –Adiós, mocoso.

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Dos años después.

Beep… beep… beep… beep… beep.

Apago de golpe la alarma, 07:30, hora de levantarse. Con sueño se levantó de la cómoda cama y se dispuso a ducharse. Tal vez el agua fría pudiera despertarlo de una buena vez, últimamente tenía mucho trabajo. Logro su propósito, el agua fría recorrió todo su cuerpo mientras el sueño se despedía de él.

Cuando salió de ducharse eran las 08:00, en una hora debía de irse a su trabajo… o bueno solo a hacer presencia.

Amaba su trabajo, pero ese día no era su favorito.

Entro a su auto y puso el acelerador en marcha directamente a su trabajo, en el Hospital Grand Line. Llevaba seis meses trabajando desde que se estableció en la ciudad de Alabasta. Tenía media hora para llegar, así que lograba coordinar su tiempo. Era uno de los mejores hospitales dirigidos por una señora de mayor edad.

Pero este día era muy diferente.

En cuanto llego fue directo al estacionamiento, dejo su auto y subió por el elevador. Cuando entro al lugar muy pocos doctores y enfermeras se encontraban, algunos se dirigían hacia la salida.

Fue a registrarse y choco con una chica peli azul.

-Perdón Ace- se disculpó la chica.

-No hay de que Viví- Ace le sonrió.

-¿Los demás ya están afuera?

-Sí creo que sí, acabo de llegar.

-Ah, llego algo tarde porque tuve que ir por Chopper.

-¿Chopper? ¿El nieto de Doctorine?- pregunto Ace mientras ambos caminaban hacia la recepción.

Viví asintió –Doctorine estuvo ocupada desde ayer y yo me ofrecí a cuidarlo. Ahora está en el baño, no debe de tardar.

El sonido de una puerta abriéndose se escuchó y del baño de hombres salió un pequeño niño, no sobrepasaba los siete años, traía un traje café, una mochila azul y un sombrero de copa color rosa.

-¡Hola Ace-San!- saludo el pequeño -Viví-San vamos a ver a mi abuela- tomo la mano de la joven el pequeño.

-Hola Chopper, ya hace mucho tiempo que no nos vemos, estas más grande ahora- le revolvía los cabellos al castaño.

-Cállate tonto, no creas que estoy feliz por halagarme- caso contrario.

-Vamos Chopper, Ace- llamo a ambos.

Los tres salieron por la puerta de enfrente, y en la entrada del hospital estaba un escenario, alrededor de la estatua del hospital varias fotografías estaban posicionadas, adornadas con una cinta negra y rosas rojas.

Ace vio que incluso ya había público, todas las personas vestidas de negro, las personas que trabajaban para periódicos, televisiones ya estaban instaladas.

Era un día muy diferente, se cumplían dos años desde la matanza ocurrida en el Hospital Grand Line, en la que un grupo de personas llegaron y acribillaron a todos los pacientes y personal del lugar. Según rumores, el Director del Hospital tenía tratos con la mafia y por un incumplimiento se dio la orden de asesinar a todos. Nunca se supo que ocurrió, los responsables igual murieron.

Las personas que habían logrado sobrevivir no duraron más de tres horas en una operación de emergencia, solo pudo sobrevivir uno.

-Ace- lo llamo Viví –Vamos a sentarnos con los demás, Doctorine ha dicho que muy pronto iniciara.

Ace fue detrás de ella, la reputación del hospital se vino en pedazos, pero con la dirección y administración de la Dra. Kureha pudo ver de nuevo su gloria.

-Hola Zoro- saludo a su amigo que estaba cabeceando –No te duermas o serás el próximo paciente de Kureha.

-No me desees tanto bien- le respondió.

Ace rio –Mejor dile a Sanji que ya no te mantenga despierto a tan altas horas.

El peliverde se sonrojo a un extremo nivel -¡Cállate! ¡No tienes derecho a decirme algo así!

Ace empezó a reír más fuerte, le encantaba molestar a Zoro, él fue una de las primeras personas que lo ayudo a establecerse en Alabasta. Todo pensamiento se dispersó cuando un par de bisturís les pasó demasiado cerca.

-¡Ustedes dos a no ser que quieran ser sujetos de prueba mañana, mantengan silencio!- grito sutilmente Doctorine, una señora de mayor edad, aunque en otra época pudo haber pasado por bruja.

Ambos hombres se tensaron al instante, no por nada esa mujer era reconocida como la mejor doctora en todo Japón.

-Tch- replico Kureha y se dio la media vuelta para volver a coordinar a los demás.

-Es una bruja- susurro Zoro.

-Ni que lo digas.

Más personas llegaban, policías, políticos, famosos incluso, todos habían perdido a alguien ese trágico día. El homenaje inicio y con ello el discurso que Kureha tenía planeado decir a todas las personas fallecidas.

-Todos los días podemos ver como el mundo pierde a sus seres queridos y cuando perdemos a un ser querido nos invade un sentimiento de arrepentimiento, tristeza o cierta culpa de haber podido hacer algo más por esa persona mientras estuvo viva y de este modo haber evitado su partida o fallecimiento.

Ace veía a las personas con una cara solemne, muy pocas lloraban y algunas se abrazaban compartiendo el dolor con sus amigos y familiares.

Observo a Zoro y a Viví, ellos igual habían perdido a familiares ese día.

-De esta manera, muchas veces nos cuesta entender que a pesar de que esta persona no se encuentre físicamente con nosotros, siempre estará a nuestro lado dentro de nuestros corazones y cuidadnos desde un nuevo mundo, donde no existe sufrimiento alguno.

En un acto repentino Ace dirigió su mirada a la estatua, donde las fotografías de todas las personas fallecidas se encontraban colocadas, entonces noto como un joven, tal vez de 18 o 19 años, se acercaba, observo un rato las fotografías, pero parecía mirar a una en especial. Traía consigo solo una rosa.

-En realidad es muy difícil entender que aunque su cuerpo ya no esté con nosotros, su alma ya descansa en paz junto a los ángeles del cielo y que por ellos debemos estar tranquilos porque nuestro ser querido está bien cuidado y a su vez, nos cuida a nosotros desde se encuentra.

No lograba distinguir el rostro del chico, sentía curiosidad por aquella solitaria persona, solo noto el sombrero de paja que obstaculizaba su vista y como dejo la rosa frente a una fotografía.

-Debemos de estar cargados de amor por esa persona que tanto amamos y que hoy no está físicamente con nosotros. Gracias.

La gente aplaudió a aquel hermoso discurso dicho por Doctorine, algunas personas pasaron a saludar a Kureha y otras más a dejar los ramos de flores frente a las fotografías de sus seres queridos.

Ace entro al hospital junto con Viví y Zoro, después de todo, mañana seria Domingo, ellos tendrían su día libre.

-¿Harán algo mañana?- pregunto Viví –Pell y yo pensábamos en ir al cine ¿nos acompañarían?

-Ya tengo planes- dijo Zoro –Además aunque fuéramos, el único solitario e incómodo seria…- señalo a Ace.

-Oigan ya sé que hablan de mí.

-Perdón Ace, pero recuerda que es divertido enojarte- se disculpó Viví.

-Como sea- suspiro.

-¿Cuándo decidirás encontrar pareja?- le pregunto Zoro.

-Ace, Zoro- llamo un rubio con un peinado en forma de piña –Kureha los manda a llamar.

-Gracias Marco- respondieron ambos.

-Con el trabajo que me da Kureha ¿Crees que tengo tiempo?- les pregunto con sarcasmo a Viví. Ambos hombres se dirigían a la Santa Inquisición, perdón, la oficina de la directora Kureha.

-¿Qué es tan urgente, Marco?- pregunto con curiosidad Viví.

-No lo sé, un policía llego a hablar con ella durante el homenaje, parecían viejos amigos.

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-¿Hicimos algo mal?- pregunto Zoro.

-Por lo que he hecho, sé que no. Aunque tú estuviste cabeceando mucho durante el homenaje.

-Es cansado, soy pediatra, algunos niños si son latosos. A veces creo que tu trabajo es menos estresante.

-No creas, yo también tengo derecho a estar cansado… ¡Zoro esta no es la oficina!

-¡¿Qué?!

-No debí dejar que nos guiaras- facepalm de parte de Ace, su amigo tenía una pésima orientación –Vamos rápido o seremos sujetos de prueba.

.

Cuando al final estuvieron enfrente de la puerta de Kureha, tenían dos opciones: Tocar y escuchar sus gritos de reclamos o entrar y que miles de bisturíes los apuntaran.

Sea cual sea, solo esperaban salir con vida.

Cuando tuvieron el valor necesario decidieron entrar, su sorpresa fue grande ya que no los atravesó o perforo algún objeto punzocortante, Kureha estaba sentado frente a su escritorio, sostenía un par de carpetas.

-¿Nos buscabas, Doctorine?-llamo Ace.

-Sí, tengo unos nuevos trabajos para ustedes- dejo las carpetas sobre el escritorio –Como recordaran, mi antecesor, cometió unos problemas y lo pago muy mal.- le extendió una carpeta al peliverde–Zoro recuerdo que tu hermana y su esposo estaban el día en que ocurrió esto, y con ellos tu sobrina.

-¿Mocha?- Zoro abrió la carpeta, y efectivamente en ella estaba la foto de su sobrina de ocho años, pelinegra y ojos chocolates, se parecía mucho a Tashigi.

-La niña acaba de despertar.

Zoro puso una cara de sorpresa, su hermana y cuñado habían fallecido y su sobrina había sido herida, dejándola en coma por los dos años.

-En estos momentos debe de estar en el área infantil con Usopp, ve a buscarla- Zoro salió de la oficina -¡No te pierdas!- le grito, esperando que la haya escuchado -Ace, no creas que te llame solo para que escucharas la buena noticia. También tengo algo para ti… ellos no deben de tardar.

-Bueno, hay otra persona que sobrevivo a esta situación. Ya habíamos tratado con él, pero desgraciadamente Nami no pudo ayudarlo, tal vez tu sí.

-¡No lo necesito!- grito una voz detrás de la puerta.

-¡Claro que sí, y ya lo habíamos discutido!

-¡Tú lo habías discutido!

Eran dos voces, una joven y otra mayor, y al parecer no se llevaban muy bien. Entraron a la oficina dos personas. Un hombre mayor con uniforme de policía acompañado de un adolescente furioso.

-Voy a llamar a…

-Está de acuerdo- le dijo el mayor.

-¡¿Qué?!

El anciano le dio un “suave” golpe en la cabeza -¡Solo nos preocupamos por ti, mocoso insensible! Hola Kureha- saludo como si no hubiera hecho nada.

-Cuanto tiempo Garp, los años nunca pasan en ti- bromeo Doctorine –Ace, él es Monkey D. Garp, jefe de policía de Jaya. Garp, él es mi empleado, Portgas D. Ace.

Ambos se saludaron

-¿D.? ¿Seremos parientes?

-No lo creo señor, soy del Sur.

Garp se volteo a ver al chico –Saluda.

-Hola- dijo sin muchos ánimos.

-Preséntate correctamente- lo amenazo el anciano.

El chico levanto la mirada y Ace vio el sombrero de paja que estaba alrededor de su cuello y supo que era la persona que había ido a dejar las rosas unos momentos antes.

-Soy Monkey D. Luffy, mucho gusto.

Notas finales:

Bueno, bueno, bueno... ya esta subida y ya no puedo echarme para atras... ahh~

Surgerencias, criticas, observaciones, comentarios, cartas bombas, chocolates atrasados por el San Valentin n.n, son muy bien recibidos.

Cuidense mucho y los quiero a todos chicos

Sayonara


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