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Stupid youth. por LynValo

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Hace varios minutos había desistido de continuar su tarea, Darcy ya se había decidido a hacerla mañana a primera hora, con la excusa de que trabaja mejor bajo presión. Después de haber recibido por fin un mensaje de texto de Tony donde le pedía disculpas y le decía que al volver a la escuela hablaría con ella. Darcy ya se imagina qué podría ser, había escuchado que sus tontos amigos murmuraban algo al respecto. Steve y Maria habían terminado, seguro Tony ya estaba con Steve. Estaba feliz por ello, claro que sí, pues Tony siempre se siguió mostrando tan enamorado de Rogers. Y algo le había comentado Sif como que Maria ya había hablado con él, o sea que las cosas iban a volver a ser color de rosa para Stark. ¡Qué bueno! Pero ella no sabía qué más sentir, Jane le dijo que quizá necesitaba un tiempo para pensar con calma todo lo que pasó y lo que quiere que pase más adelante. Darcy por fin estuvo de acuerdo con ella. Así que por eso no pudo concentrarse en la tarea y había optado por jugar un poco de videojuegos. Apenas llevaba unos minutos en ello cuando llamaron a la puerta.

 

—Está abierto — gritó, sin apartar sus ojos de la pantalla.

—Hola — una voz suave le saludó, al reconocerla en seguida desvió sus ojos hasta la figura que había entrado al dormitorio.

—Hola, Maria —sintió un leve nudo en la garganta, ya no sentía coraje ni molestia al verla, pero tampoco era como si nada. Era cierto, necesitaría tiempo para volver a aclarar sus sentimientos.

—¿Interrumpo? — Hill tampoco se notaba incómoda, pero seguía luciendo insegura con ella. Darcy sólo negó — ¿Podemos hablar?

—Claro — ya desde antes había pausado el juego, pero ahora iba a sentarse a la cama haciéndole un ademán a Maria para que también se sentara — ¿Qué pasa?

—¿Qué tan jodidas están las cosas entre nosotras? — suspiró con pesadez. Darcy se encogió de hombros —Nunca quise que pasara todo esto, Darcy. Yo no podía hablar antes contigo porque tenía vergüenza, sabía que no me escucharías.

—Estaba tan enojada contigo — confesó. Maria abrió un poco más los ojos — Pero era sólo mi escudo. Porque… yo provoqué todo, ¿no es así?

—No — le aseguró — Todos actuamos a la defensiva.

—¿Tony está con Steve?

—Sí.

—Bien, un final feliz — sonrió forzadamente — Todo está hecho.

—Darcy…, escucha, si sigues molesta conmigo y continuaras odiándome, está bien — suspiró — Sólo quiero que lo hablemos, quiero saber qué continuará en nosotras. Hablé con Tony y él y yo seguiremos siendo amigos.

—No te odio, tampoco a Steve — agachó un poco la mirada — Pero no sé qué sentir. Necesito tiempo.

—Lo entiendo. Sólo…, es necesario que sepas que yo estoy dispuesta a que volvamos a ser amigas. Es todo lo que yo puedo ofrecer.

—Está bien — sonrió suavemente. Al menos esto era un avance — También lo entiendo perfectamente.

 

*~~*~~*~~*~~*

 

Los últimos días habían sido emocionalmente agotadores para ellos, por lo que cuando volvieron a la escuela sólo hablaron rápidamente con algunos de sus amigos, y después ambos se dirigieron a la habitación de Tony a descansar.

Tumbados en la cama, un poco abrazados, con sus rostros frente a frente volvieron a conversar un poco. Steve prometió que haría las cosas bien, le aseguró a Tony que su relación ya no se trataría de un juego. Tony prometió lo mismo. Era increíble cómo confiaban absolutamente uno en el otro, como tras haberse deshecho de la banda en los ojos que ambos mantenían, la perspectiva que ahora se les mostraba era deslumbrante.

Ninguno se cuestionaba si es que en verdad aquello duraría, o si era lo correcto. No lo cuestionaban por aquella confianza. Howard le había dicho a Tony que ya no era un niño, y Tony siempre estuvo seguro que el amor era tema de adultos, había llegado el momento en que se sentía seguro y listo para lidiar con aquello. Después de tantos errores de los que aprendió.

Cuando ya se habían dicho todo por el momento, Steve comenzó a dejarle pequeños y dulces besos por las mejillas y los labios. Tony cerró los párpados dejándose hacer, se había relajado demasiado que había comenzado a aparecer el sueño. En algún momento se abrazó más a Steve y luego cayó dormido.

————————————

 

Al día siguiente, después de las clases y después de que Tony hablase con Darcy, todos sus amigos se reunieron. Probablemente querían todos los detalles o molestarles, o ambas cosas. Cuando Tony y Steve llegaron al jardín, sus amigos ya estaban ahí, y éstos sonrieron como torpes en cuanto les miraron.

 

—No nos miren así que se siente raro — se quejó Tony, mientras Steve sólo sonrió y le tomó más firmemente de la mano.

—Es que al fin está sucediendo — comentó Natasha emocionada, con una gran sonrisa.

—Ya deberían de estar acostumbrados a vernos juntos — ahora fue Steve el que se extrañó.

—Ahora es diferente — aseguró Bruce — Ya están juntos de verdad.

 

Tony y Steve se miraron, entendían a qué se refería Bruce. Era un poco complicado de explicar, quizá, pero sí, era diferente. Se sentía diferente. Es mejor, ahora. Definieron lo que hay entre ellos y se han comprometido a hacer que funcione. Ya no más del autoengaño acerca de que sólo eran amigos y no les hería verse con alguien más, sentirse tan lejos y tan vulnerable su lazo. Ahora estaban juntos, de verdad juntos, y todos lo sabían.

 

—Se tardaron, pero bueno, ambos son idiotas y lentos — Bucky molestó. Sabían que habría un poco de esto también.

—Muuuuuy lentos — secundó Sam.

—Y muuuuy idiotas — Clint se les unió

—Y ahora más idiotas — interfirió Thor — El amor estupidiza, ¿no?

—En tu caso no. Tú ya eras todo un tonto antes de enamorarte — Darcy jugó.

—Vamos, no los molesten — Jane les pidió, consecuente y regalándoles una sonrisa.

—¿Entonces sus padres lo tomaron bien? — Bruce les preguntó, también les sonreía.

—Por el momento sí…

—Falta ver cómo reaccionará el resto de mi familia.

—Todo irá bien, ya lo verán — Maria quiso animarles.

 

*~~*~~*~~*~~*

 

Para los demás resultó curioso en un principio verles actuar tan cursimente casi como lo eran Bruce y Clint, aunque ciertamente no era como si tuviesen que acostumbrarse a ello, pues desde antes de que formalizaran su relación, Steve y Tony eran muy unidos, se besaban y actuaban como toda una pareja. Era lindo verlos sonreír más, sin engañarse a sí mismos. Aunque también era fastidioso a veces, es decir, ya tenían suficiente con una parejita melosa para que otra más llegase. También lo entendían, era el inicio, y se merecían esos momentos rosas. Ok, que hicieran lo que quisieran.

Steve estaba más que feliz, su noviazgo apenas llevaba unas pocas semanas pero todo iba genial. Adoraba lo sincero que ahora sentía a Tony, amaba estar con él y por dios que le encantaba que Tony tuviese dormitorio sin compartir porque así se quedaban casi todas las noches juntos sin ningún inconveniente. A veces sólo llegaban a dormir después de un largo día de estudio y citas fugaces, o de días alocados a lado de sus amigos. Y otras veces llegaban ya dándose besos, dejándose caer en la cama, deshaciéndose de la ropa para sentirse más cerca.

Antes de que aceptaran por completo sus sentimientos, se habían dado cuenta que la atmósfera y otras cosillas que no habían sido tan perceptibles, habían cambiado cuando hacían el amor. Ahora ambos lo notaban.

Tony sintió la delicadeza con la que ahora Steve le trataba, aunque hicieran algo desenfrenado él le hacía sentir demasiado seguro. Steve fue feliz desde el primer momento en que se percató que durante el sexo Tony por fin le miraba, y no sólo eso, sino la forma en que lo hacía; tan anhelante.

 

—¿Es demasiado? — Tony le preguntó en una voz muy suave, con la respiración algo agitada. Entonces Steve se dio cuenta de que tal vez había gemido muy alto, pero le fue inevitable cuando se sentía tan bien.

—No. Es perfecto… — le aseguró. Se relajó más y continuó aferrándose a los brazos de su novio.

 

Él estaba de espaldas en la suave cama, Tony encima de él y entre sus piernas, penetrándole de una forma suave pero sin llegar a ser tortuosa para él. El ritmo era perfecto, sus besos igual lo eran. El simple hecho de que Tony era tan consecuente con él en esos momentos le hacía estremecer.

Con Tony era increíble. Con Tony era sólo placer. Volvió a soltar un gemido más intenso cuando Tony dio justo en su próstata. Supo que arqueó su espalda ante la sensación y que apretó su agarre, incluso que cerró los párpados, pero ya no le avergonzaba. De hecho, ya le calentaba el dejarle en claro a Tony que le gustaba cada cosa que le hacía.

Todavía mantenía la boca abierta jadeado cuando Stark se acercó a besarle, y Steve le correspondió de inmediato. Sintió que se aceleró un poco el ritmo de las embestidas y una mano fue a masturbarle. Mordió los labios de Tony, le escuchó gemir largo. Chupó un poco más los labios de su novio y luego les dejó en paz para gemir su nombre, sabía que a Tony le gustaba escucharle. Stark llevó su rostro al cuello de Steve, dando desordenados besos, dejando caer su caliente respiración en la piel sensible.

 

—Steve…ah…— sus movimientos fueron más profundo, sus gemidos aumentaron y Steve supo que Tony estaba terminando.

—Dios, Tony…— era inevitable no llegar también cuando sentía todo el estremecimiento de Tony, cuando tenía su aliento caliente en el cuello, cuando le masturbaba con caricias precisas y cuando seguía enterrándose profundo en él — ¡Ah!

 

Le gustaba que quedasen un momento así juntos después de haber terminado, sintiendo contra su pecho como la respiración de Tony se iba calmando mientras le dejaba otros pequeños besitos. A Steve no le importaba que sus piernas llegasen a entumirse por seguir en la misma posición, estaba consciente de que Tony soportaba más cuando estaban a la inversa.

 

—¿Estás bien?

—Más que bien — soltó un suspiro cuando Tony salió de él. Lo vio acostarse a un lado de él, Steve estiró sus piernas para comenzar a alivianar la tensión. Luego se inclinó de costado para comenzar a besarle.

Mmnn dame unos minutos — Tony le pidió divertidamente, separándose del beso.

—Sólo quiero besarte — dejó pequeños besos por las mejillas.

—Por supuesto — le dijo sarcástico, entonces Steve le miró confundido.

—Es en serio — vio como Tony quitó su sonrisa para mirarle asombrado.

—¿De verdad? — Steve le asintió — Bien, entonces supongo que…

—¡Ja! Claro que no, Tony — Steve no podía seguir con aquello. Ambos soltaron una risita — Quiero más, sé que tú también quieres más — y se abalanzó de nuevo a los labios de Tony.

—Me conoces tan bien — Tony sonrió y se mordió los labios cuando los labios de Steve viajaron a su cuello —Carajo, ahora quiero montarte.

—Dios, por favor.

 

*~~*~~*~~*~~*

 

Una tarde en la que Tony trabajaba junto con Bruce en el laboratorio, de pronto una llamada de su padre había llegado. Howard casi no llamaba a menos que fuese realmente necesarios, así que Tony dejó las herramientas y tomó el móvil mientras que Bruce continuó en el proyecto.

Fue una charla rápida. Howard le preguntó cómo se encontraba y luego le informó que en pocos días sería en aniversario de la fundación de la compañía en la que trabaja, que éste año volverían a hacer una gran celebración. Tony recordó que en algunas ocasiones asistió, cuando era mucho más pequeño y no le queda de otra más que ir, después volvió a ir un par de veces porque Howard había comenzado a presumir a sus amistades la genialidad de su hijo, y era cierto, Tony también iba para alardear. Por lo que Howard le llamaba era para saber si Tony quería asistir a la celebración, ya que necesitaba confirmar asistencia. Lo pensó un poco, quizá se aburriría, las amistades de Howard no todas le agradaban, lo único que valía la pena eran los bocadillos y la champaña. Ir a ligar ya no era opción. Estuvo a punto de rechazar la invitación cuando Howard le dijo que podría llevar a Steve. En el momento le pareció normal y aceptó, diciéndole a su padre que reservara también la asistencia de Steve.

Cuando cortó la llamaba se regresó a continuar trabajando, pero a los pocos segundos se percató de lo que eso significaba. Llevaría a Steve como su novio a un evento ostentoso lleno de las amistades de Howard, y no sólo eso, sino que fue su mismo padre quien le dio la opción de llevar a Rogers. ¿Howard estaba listo para que todo mundo conociera mejor a su hijo?

 

—Tony, ¿todo bien?

—¿Humm? Sí, Brucie… — su amigo todavía le miraba atentamente a través de las gafas de seguridad — Sólo era mi padre.

—¿Él está bien?

—Sí, de hecho me invitó a una fiesta de su trabajo.

—¿Irás?

—Sí — suspiró y miró a su amigo con una sonrisa — Veré si Steve quiere ir. Mi padre me dijo que lo invitara.

—Vaya, eso es bueno — Bruce también le sonrió sinceramente.

—Eso creo.

 

Continuaron trabajando, ahora a Tony no le abandonó una suave sonrisa. Ya quería hablar con Steve y contarle aquello, para saber cómo lo tomaría, pero primero tenía que seguir en su proyecto. No podían apartar el laboratorio para todo el día, tenían horarios asignados, así que habría que aprovecharlo. Pero en cuanto finalizó su tiempo, puntual como siempre, Steve ya asomándose en la puerta para asegurarse de que pronto se reunirían. Un par de minutos más tarde, en lo que guardaban las herramientas, Clint llegaba corriendo queriendo abalanzarse sobre Bruce de inmediato.

 

—Tu novio está loco — comentó Tony mientras ya tomaban sus mochilas para dirigirse hacia la puerta.

—Sólo es… efusivo — Bruce soltó una risita.

—¡Amor, te extrañé tanto! — apenas pusieron un pie fuera, Clint ya gritaba aquello y abrazaba a Bruce llenándole el rostro de besos.

—Y yo a ti — Banner reía levemente, dejándose hacer. Tony miró a Steve que observaba casi enternecido a esos tontos, cuando antes no perdía oportunidad de burlarse de ellos.

—Hey, vienes por mí o viniste a ver cómo Clint se come a besos a mi amigo — Tony miró burlón a Steve.

—Vine a comerte a besos a ti — Steve le sonrió antes de abrazarle y dejarle besitos en los labios.

—Tonto — Tony le dejó un último beso antes de separarse para jalarle de la mano y comenzar a caminar, dejando atrás a la otra pareja — Vayamos a comer. Muero de hambre.

—Como gustes — entrelazó mejor sus dedos y continuó sonriéndole — ¿Qué tal te fue?

—Bien. Bruce ahora no hizo explotar nada.

—Ajá, como es Bruce quien ocasiona los desastres — se mofó.

—Sí, siempre es él. Deberías de verlo cuando se enoja porque olvidó algo o se equivocó; arroja todo a su paso, casi se pone verde.

—¿O es porque tú lo haces enfadar?

—No aguanta las bromitas para relajarnos.

 

Se detuvieron en una pequeña pizzería cuando Tony decidió que era eso lo que se le antojaba comer. Steve también le platicó como le había ido durante las clases, donde aseguró que nada relevante había pasado, excepto que las peleas infantiles que a veces surgían entre Sam y Bucky terminaron por agotar la paciencia de uno de sus profesores y los colocó en asientos muy separados como si fuesen unos niñitos, y muchos se burlaron de ellos.

 

—Tengo algo que decirte.

—¿Qué sucede?

—Papá me habló, él sólo quería invitarnos a una fiesta de la compañía en que trabajaba, es de aniversario. Hay buena comida, buena bebida, no hay mucha gente, sólo los más importantes de la empresa, otros socios, llevan a sus familias. Es algo elegante. ¿Quieres ir?

—Supongo que tu padre quiere que vayas, pero no estoy seguro si le parecerá buena idea que te acompañe…

—Es buena idea. Él mismo me dijo que te invitara — sonrió al ver la cara de asombro en Steve.

—¿En serio?

—Sí. Si quieres le llamamos para confirmar.

—No, está bien — sonrió satisfactoriamente — Sí, sí voy.

 

*~~*~~*~~*~~*

 

En los pocos días que faltaban para la fiesta, Tony no recibió ninguna llamada de Howard donde le dijera que mejor ya no llevara a Steve, no les había cancelado, al parecer estaba seguro de lo que significaba. No era como si Tony estuvo esperando por esa cancelación, pero al parecer Steve sí, ya que no faltaba día en que le preguntara si todavía estaba invitado a la fiesta.

La realidad era que Steve estaba un poco nervioso ante la situación, no quería incomodar al señor Stark en aquella fiesta, o meter en un apuro a Tony. No conocía a la gente que estaría presente y por ende no tenía ni la más mínima idea de cómo reaccionarían al ver que el hijo de Howard tenía por pareja a un hombre.

Trataba de relajarse ante la situación, más porque el día de la fiesta había llegado y estaban a unos minutos de irse. Howard ya había enviado a Tony la dirección precisa de dónde sería el evento, y ahora Steve sólo esperaba a que su novio terminara de arreglarse por completo. Ambos estaban en el dormitorio de Tony, el cual lucía mucho más relajado que Rogers.

 

—No entiendo cómo es que estás tan nervioso — Tony le dijo, mirándole a través del espejo — No hay nada qué temer. Relájate.

—Es sólo que no conozco a éstas personas, no sabré cómo actuar.

—Exacto, no los conoces, ¿así que qué más da lo que vayan a pensar? — ahora se giraba para mirarle directamente, a la vez que le sonreía.

 

No tardaron en ir al auto para macharse. Habían acordado llegar un poco tarde para no tener que soportar toda la palabrería que seguro dirían antes de comenzar la fiesta. Bueno, en realidad aquel era el punto de Tony, pero Steve después había estado de acuerdo en llegar un poco después para que así le diera tiempo a Howard de comentarle a sus amigos algo como: “Por cierto, vendrá mi hijo en compañía de su novio”. Así a ellos no les tocaría dar la sorpresa del todo. Pero está bien, es momento de relajarse, quizá ni les prestarían atención. Tony se notaba muy confiando, su padre les había invitado, así que no habría problema.

 

—Llegamos. Es aquí — la voz de Tony lo sacó de sus pensamientos.

 

Giró para mirar por la venta y estaban acercándose a una linda mansión. Se notaba de inmediato que había algún evento, pues se veía la seguridad en la entrada, personas un tanto elegantes entrando, y después Tony dejó el auto a los chicos del valet-parking. Dios, el sitio era ostentoso pero realmente hermoso, perfecto para celebraciones importantes. Ahora Steve estuvo de acuerdo en el atuendo elegante que tuvo que vestir.

Al llegar a la puerta tuvieron que dar sus nombres, y tras confirmar que estaban invitados les dejaron entrar. Había las suficientes personas para que no se sintiese como una aglomeración pero para que tampoco se viese tan vacío. Podían caminar con total soltura, incluso los meseros pasaban con las grandes charolas sin ningún problema.

 

—Papá… — Tony había encontrado a Howard. Éste se encontraba conversando con otras tres personas, pero cuando los vio se disculpó y se acercó a ellos.

—Creí que vendrían más tarde — les dijo a la vez que se acercaba para darle un leve abrazo a Tony a modo de saludo. Con Steve estrechó manos, pero también con la otra mano le dejó un leve apretón en su hombro, haciendo que Rogers lo sintiera con un gesto de más confianza.

—Steve tampoco quería hacer la grosería de llegar a media fiesta — Tony explicó.

—Y tú querías alcanzar buenos bocadillos y bebidas — Steve también delató.

—Eso es cierto — no lo negó. Howard les sonrió y en seguida hizo una pequeña seña a uno de los meseros para que se acercara a dejarles un par de copas.

—Creo que comenzarán a servir la comida, así que mejor vayamos a nuestra mesa antes de que te llenes de bocadillos.

 

Howard les guio hasta su respectiva mesa, donde era de esperarse que la compartirían con otras tres personas, sin embargo éstas todavía no ocupaban sus lugares. Aprovecharon para conversar, Howard preguntándoles cuestiones de la escuela y Tony preguntándole cómo iban las cosas en el trabajo. Y luego se dieron cuenta de que efectivamente habían comenzado a servir la comida, por lo que las personas con las que compartían la mesa aparecieron. Eran dos hombres y una mujer, amigos de Howard, de los que Tony recordaba no le desagradaban demasiado. De hecho, en cuanto le miraron le saludaron amigablemente e hicieron las típicas preguntas sobre sus estudios. No pidieron saber qué era Steve de ellos, simplemente se presentaron por sus nombres, así que Steve estuvo tranquilo tras haber estrechado manos con ellos y ver cómo seguían la plática normal un poco más en torno a Tony.

Todos disfrutaron de los platillos que les sirvieron, e incluso también de la charla, ya que hicieron que Steve también participara en ella sin resultar incómoda. Después se vio cómo la mayoría volvía a ponerse de pie para ir a conversar con otros colegas, bailar un poco o ir a la barra a pedir un trago diferente a lo que estaban sirviendo los meseros.

Luego de varios minutos, Tony propuso ir a la barra y así los tres fueron. Apenas acaban de entregarles sus tragos cuando un pequeño grupo de los amigos de Howard se acercó a ellos. Tony no pudo evitar hacer una mueca al ver a Obadiah Stane entre ellos.

 

—¡Anthony! Howard dijo que vendrías pero no le creí — comentó Stane de inmediato.

—¿Cómo has estado, muchacho? — le cuestionó menos fastidiosamente otro sujeto.

—¿Qué tal la escuela? — dijo alguien más. Ahí iban de nuevo esas preguntas.

—Me ha ido bien, gracias — quiso resumirlo a eso, pero ya sabía que no se conformarían con ello.

—Cuéntanos más — pidió uno de ellos — Recuerdo que Howard nos comentó algo acerca de que ahora estás trabajando en un sistema holográfico.

—Sí, bueno lo que-

—¿Qué hay de los robots? — le interrumpieron.

—Ah, gané un premio por ello en-

—¿Qué otros proyectos tienes? — y volvieron a interrumpirle. Suspiró con una leve sonrisa, Howard se encogió levemente de hombros mirándole.

—Sí, estoy trabajando en un sistema holográfico, pero también hago mejoras a los robots para que en verdad puedan asistir en diversas tareas — se apresuró a hablar para que no volviera a interrumpirle y para que su charla terminara pronto — Un proyecto a futuro es la creación de una Inteligencia Artificial. He hablado en la universidad al respecto y apoyarán el proyecto, así que espero pronto comenzar a trabajar en ello.

—Siempre sobresaliendo, Tony.

—Ya te lo he dicho, amigo, pero seguro estás orgulloso de tu hijo.

—Por supuesto que sí — Howard aceptó sin problema.

—Un genio — Steve le dijo casi en un susurro. Los dos se sonrieron y Tony se pegó un poco más a él.

—No del todo — se burló de sí mismo.

—Oh chico, hasta ahora me fijo en que no te saludamos — expresó Obadiah — Qué grosero de nuestra parte.

—No hay problema — aseguró Steve, compartiendo un apretón de manos con aquel hombre.

—¿Qué tal? — los otros sujetos también le saludaron.

—Steve Rogers, es un placer — les dijo cuando también estrecharon manos.

—¿Eres compañero de Tony? ¿Estudian lo mismo? — uno de ellos le cuestionó amigablemente.

—Asistimos a la misma universidad, pero yo estudio leyes.

—Muy bien, siempre hace falta un buen abogado.

—De hecho, está cerca de graduarse, ¿cierto, Steve? — Tony comentó y Steve asintió con una sonrisa.

—Creí que estudiabas algo de arte — Obadiah volvía a hablar — Si eres el chico artista, ¿no? El de esa vez en casa de Howard…

—No es lo que estudio formalmente.

—Aun así eres muy bueno en ello — halagó Tony. Ahora Steve le sonreía tiernamente.

—Y… bueno, cuéntanos un poco más — pidió uno de ellos, luciendo un poco confundido ahora al mirarles — Hace años que no te veía.

—Ya saben, la escuela absorbe mucho tiempo — se justificó.

—Sí, lo entiendo — otro de ellos le sonrió — La universidad es también para disfrutar. Independientemente de tus proyectos hay que atender a los amigos y a la novia, ¿cierto?

—Muy cierto — admitió sonriendo — Trato de pasar el mayor tiempo con ellos.

—Incluso cuando va a casa lleva consigo a sus amigos y a su pareja — Howard comentó con un poco de gracia. Seguía luciendo muy relajado.

—Y también a este evento trae a un amigo — Stane se rió — Pero debiste de haber traído a tu novia.

—No, de hecho sí traje a mi pareja — Tony comenzó con toda tranquilidad — Steve es mi novio — entrelazó su brazo con el de Steve para hacer énfasis en lo que acababa de aclarar. Mientras que los otros sujetos parecían sorprendidos, y Howard parecía querer seguir luciendo natural.

—¿Qué? — murmuró Obadiah luego del silencio — Es una broma, ¿cierto, Anthony?

—No, ¿por qué lo dice?

—¿Howard? — se giró a su amigo como pidiendo una explicación. Howard terminó de darle un sorbo a su trago antes de responderle.

—Sí, Steve es su novio. ¿Por qué esas caras?

—Lo siento, sólo que no me lo esperaba. Eso es todo. Qué bueno — sólo uno de ellos parecía reaccionar y ahora les sonreía.

—Por Dios, esto no es en serio — soltó otro con un tono de burla en su voz.

—No puedo creer que lo permitas, Howard — Stane le señaló.

—Incluso que lo trajera — otro comentario desagradable.

 

Esto era a lo que Steve temía. Por esto que estaba sucediendo es por lo que asistir esta reunión le ponía nervioso. No quería meter en líos a Howard, mucho menos a Tony. Aquellos hombres, supuestos amigos de Howard, habían alzado ya la voz con sus expresiones, por lo que algunas personas más a su alrededor pusieron curioso su atención ellos. No quería que esto se hiciera algo grande.

 

—No veo cuál es el problema que los tiene tan escandalizados — Tony se quejó.

 —Yo tampoco lo entiendo — apoyó Howard.

—¿Cómo no lo puedes ver? — insistió Obadiah — Tu hijo, del que estás tan orgulloso, es un maricón.

—No, señor — Steve casi gritó, a la vez que Howard había casi saltado un paso más cerca de Obadiah — No permitiré que insulte a Tony. Y mucho menos tras ninguna justificación.

—Mira mocoso, no quieras enfrentarme así. Claramente no sabes quién soy.

—Pero yo sí — Howard intervino — Y yo tampoco te permitiré que le hables así a mi hijo, tampoco a Steve.

—¿Qué está pasando? — se acercó preocupada la mujer con la que compartían mesa.

—No estoy seguro ni qué es, ¿muestra de homofobia o estupidez extrema? — Tony le respondió.

—¿Homofobia? ¿Por qué?

—Steve es mi novio — aclaró.

—Ay por Dios — expresó otro hombre, acercándose a ellos — ¿Y por eso reaccionan así? ¿En qué maldito siglo viven?

—Escuchen — Howard pidió — Realmente no me importan sus opiniones en contra de esto, especialmente si pretender ofender a mi familia. Yo conozco a mi hijo y por ello estoy orgulloso de él, con quién decida estar no es de mi incumbencia, siempre y cuando él esté bien. Steve es un buen muchacho, así que no voy a permitir que también le juzguen si ni siquiera le conocen. Estoy consciente que no todos tendrán un pensamiento estúpido al respecto, así que con aquellas personas será un placer continuar con nuestra amistad.

 

En ese momento fue claro que las amistades de Howard se redujeron, aunque no tan drásticamente como él mismo pensó. Se preguntó si se llegó a ver tan imbécil como Obadiah y otros de sus examigos cuando no quería aceptar por completo a Tony, entonces agradeció el haber tomado la decisión correcta. Tony ahora le miraba con un profundo orgullo y cariño, y eso valía demasiado. De alguna forma se sentía muy tranquilo al ver quiénes le seguían apoyando en sus amistades. Poco a poco las personas que valían la pena eran las que iban quedando en su vida, por supuesto, su hijo principalmente.

 

—¿Están bien? — Howard les cuestionó cuando todo el barullo había cesado.

—Señor Stark, yo no quería darle estos problemas, en verdad. Lo siento mucho-

—Steve, vamos — le detuvo, sonriéndole ladinamente — Yo me disculpo por si alguno de estos imbéciles te hizo sentir mal.

—Cielos, papá, creo que también estoy orgulloso de ti — Tony comentó como todo un niño emocionado para terminar de quitar lo tenso en ellos.

—Es bueno saber eso — suspiró — ¿Quieren irse de aquí? Seguro ya es incómodo.

—Por favor, hay que irnos — los tres rieron.

 

*~~*~~*~~*~~*

 

Steve le contó a su madre lo que pasó aquel día. Fue por medio de una de las recurrentes llamadas telefónicas que suelen hacerse. Le platicó cómo reaccionaron algunas personas, pero que a pesar de ello el señor Stark les defendió a ambos.

Tal vez fue a raíz de que le contara aquello que su madre estuvo de acuerdo con el señor Stark en que no es algo que tengan que ocultar para crear malentendidos, y que ahora ella le comentara si es que Steve quería presentar su novio a la familia. Bueno, ya se conocían, pero aclarar que eran novios ahora, así de normal como lo hizo con Maria. Era cierto, no habría nada que ocultar. Steve se sorprendió de que su madre le diera la libertad de ahora decir la verdad, porque siempre que ocultó algo al respecto era para no molestar a su madre. Si ahora ella estaba de acuerdo, él no veía inconveniente.

No planearon un día en concreto para “dar la noticia”, porque después de todo no era como un anuncio importante, ¿cierto? Lo dejaron para algún momento en que se diera la ocasión, y no pensaron que sería demasiado pronto.

Justo a la semana siguiente, Steve y Tony habían acordado con la señora Sarah hacerle una visita junto con West para que éste también viera a East. Habían llegado temprano por lo que Steve se ofreció a hacer el almuerzo para los tres, al terminar llevaron a los perritos a dar un paseo del cuál no tardaron demasiado, una vez de vuelta en la casa habían permanecido en el pequeño jardín trasero conversando y compartiendo del té helado que había preparado la señora Rogers. A los pocos minutos se escuchó el llamar el teléfono fijo y Sarah de inmediato se metió a la casa para contestar. Un par de minutos después regresaba con ellos y les informaba que habían sido sus padres, es decir, los abuelos de Steve, para decirle que pasarían a una visita rápida.

Tony les miró con un poco de temor y ellos supieron interpretar su mirada. Fue Sarah quien le aseguró que ya tampoco tendrían que ocultar nada ahí, con ello Tony se relajó de nuevo. Steve le abrazó dejándole un besito en la enfrente, su madre les miró enternecida. ¿Cómo podría estar mal eso?

East y West fueron los primeros en correr a la puerta al escuchar el timbre, después llegó Sarah a abrir y los primeros que entraron fueron sus pequeños sobrinos; los tres con grades sonrisas. Atrás venían los abuelos de Steve, y también sus tíos.

—¡Hola, tía Sarah! — saludó efusivo su sobrino más pequeño — ¡Trajimos pastel helado!

—Vaya, qué rico.

—Estábamos de visita con mis papás, a los niños se les antojó y decidimos comprarlo y venir a compartirlo — explicó Emma.

—¿De casualidad estará Steve? — preguntó la mujer mayor — ¿O está en la escuela?

—De hecho vino de visita — dijo divertida al ver la cara de emoción en los niños al saberlo. Entonces decidió llamarle — ¡Steve!

—Aquí estoy — Steve informó a la vez que venía entrando al living — Hola.

—¡Steve! — era de esperarse, los niños corrieron a abrazarle — ¡Tony! — volvieron a gritar cuando notaron al castaño a unos pasos detrás de Steve. Tampoco resultó extraño que abrazaran a Tony, pues ya se había ganado su afecto desde el día del parque de diversiones.

—Hola — Tony trató de saludar a todos, los familiares de Steve le dieron una mirada divertida al verlo enredado con los niños.

—Hace mucho que no te veíamos, Tony — comentó casualmente el abuelo de Steve.

—Estuve muy ocupado — se justificó.

—Te extrañé — le confesó Hannah y todos se enternecieron.

—El helado se derrite, pasemos a comerlo — sugirió el padre de los niños.

 

Sarah les hizo una señal a todos para que fueran acercándose al comedor. Steve tomó de la mano a Tony cuando caminaron hacia allá sin reparar en si los demás lo habían notado o no. Acercaron los platos y cucharas al momento en que comenzaban a platicar, sirvieron el pastel helado y comenzaron a comerlo todavía estando todo en orden.

 

—¿Todavía pintas, Steve? — le preguntó Emma — Porque tengo pintura que ya no ocupé y tal vez te pueda servir.

—Sí, gracias. Ya no puedo pintar tan seguido, pero… — mientras hablaba miró a Tony y se dio cuenta de que tenía un poco del helado en una mejilla. Con naturalidad lo retiró con los dedos, sonriéndole — …pero todavía lo hago.

—¿Y dibujas todavía también? — Tyler preguntó.

—Sí, también.

—¿Qué dibujas? — Hannah indagó.

—Adivina.

—A nosotros, a East — Steve le asintió — A tus amigos, a Tony.

—Sobre todo a Tony — confesó mirando a Stark con una sonrisa coqueta. Tony respondió al gesto guiñándole un ojo.

Wuuuhhh — exclamaron traviesamente los tres niños. A ellos les pareció gracioso.

—Bien, esto está raro — dijo su abuelo, entrecerrando sus ojos.

—Son novios — quiso bromear su tío.

—Sí, en realidad sí — Steve lo afirmó.

—¿Qué? — su tío tosió ante lo sorpresivo, los demás les miraron con los ojos muy abiertos, excepto los niños — Quería bromear como cuando estás con James.

—Bucky sí es sólo mi amigo, pero Tony es más que eso. Quería decírselos, presentárselos formalmente ahora como mi novio.

—¿Todo este tiempo fue tu novio?

—¿Y la otra chica entonces?

—Creo que era un poco obvio…, después de todo.

—No, no era mi novio hasta hace poco — comenzó a responder las preguntas — Maria y yo terminamos porque estoy enamorado de Tony. Y sí, era demasiado obvio.

—Santo cielo, Steve — exclamó su abuela.

—Entiendo que pueda ser difícil para ustedes por el momento. Pero quiero que sepan que en verdad…, en verdad quiero a Tony y no me he sentido más tranquilo y completo desde que pude aceptarlo yo mismo y también mamá lo aceptó.

—Tony, ¿quieres a Steve de la misma forma? — el hombre mayor le cuestionó.

—Por supuesto, señor.

—Bien, entonces supongo que no hay problema — todos parecían estar de acuerdo. ¿En serio iba a ser así de fácil?

—Tony me cae bien — comentó Hannah con esa naturalidad — Me gusta que sea tu novio.

—¿Y ustedes en serio están bien? — preguntó a los demás.

—Hijo, siempre hemos confiado en ti, y ahora también — le explicó su abuela.

—No es como si te hubieras convertido en un punk delincuente — bufó su abuelo — Tienes novio, ¡gran cosa!

—Además Tony ya se estaba volviendo parte de la familia desde antes — señaló Emma.

—Gracias — ahora Tony estaba conmovido.

 

—————————————

 

Por la noche habían terminado de nuevo en el jardín sólo ellos dos, pues ya tenía tiempo que sus familiares se habían marchado y Sarah había ido a dormir, al igual que East y West.

Habían conversado de lo ocurrido en las dos últimas semanas, coincidiendo que un nuevo sentimiento de tranquilidad se instalaba en su pecho. Pues tras haberse aceptado entre ellos, ahora las personas importantes a ellos también les aceptaban. Ya habían pasado lo peor donde sufrieron un poco, quizá por eso la vida o el destino o lo que fuese les facilitaba un poco más las cosas.

Ambos también estaban conscientes de que el subidón del enamoramiento podía hacerles desear estar siempre juntos y prometerse un montón de cosas casi imposibles, pero carajo, que ambos lo sentían tan profundamente, pero igual se lo guardaban. Con el tiempo se verá si tienen razón al sentir todo aquello. Esperaban que así fuera.

 

—Llevas rato suspirando sin parar — Steve le murmuró tras la oreja, pues Tony estaba recargado en su pecho mientras era abrazado.

—Déjame, ha sido un día muy lindo.

—¿Recuerdas cuando te daba miedo mi familia por ser tan linda?

—Bueno, tenía que acostumbrarme, ¿no? — sonrió divertido — Además ya los escuchaste, también soy parte ahora.

—Tony… — le abrazó más fuerte, descansando su frente en uno de los hombros de Stark.

—¿Qué pasa?

—Es que… en verdad lo quiero, estar contigo siempre — no pudo retenerlo más — Podría soportarte toda la vida, ¿sabes?

—Yo también podría soportarte — confesó, con una leve risita — Mierda, me has hecho todo un cursi.

—¿Yo?

—Sí, tú. Por todo lo que me haces sentir.

—Aw, eso es cursi.

—¡Es lo que digo! — suspiró de nuevo, sintiendo los suaves besos que Steve fue dejando en su cuello — ¿Crees que lo llevemos bien?

—Creo que lo llevaremos excelente. Después de tantas dificultades aprendimos a ser un buen equipo.

—Buen equipo — sonrió al repetir lo dicho por Steve — Y junto con los bobos un gran equipo, ¿no?

 —Cómo negarlo.

—Espero que ellos también permanezcan más tiempo junto a nosotros — confesó — También podría soportarlos toda la vida, ¿sabes?

—Yo igual, Tony…

 

 

Notas finales:

El siguiente capítulo es el epílogo.


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