Minseok paseaba semi desnudo por el departamento en una mañana soleada, pensando en su vida, mientras los rayos de sol le acariciaban la piel como abrazándolo suavemente, se sentía un poco triste, un poco solo, pero aquellos sentimientos eran normales para él, todo mundo lo consideraba inteligente, amable, bonito, atractivo, encantador, un ángel, pero en la vida, más importante que, el cómo te ven los demás es el auto concepto y en este caso, eso era lo que fallaba, el no se sentía para nada un ángel, más bien creía solo conocer el infierno, tenía tantos complejos consigo mismo que tomó una terapia psicológica para poder superarlo, el hecho de que anduviese en ropa interior en su casa era el más grande paso que había dado, pues antes no era capaz ni de mirarse a sí mismo en el espejo, nunca se había enamorado, se cuestionaba si podría hacerlo, más allá del amor jamás había sentido atracción o deseo por alguien y aquello le preocupaba, pues el deseo o la atracción sexual es más básico, mas fácil, más factible que el amor y sin embargo parecía incapaz de sentirlo, sobre todo en la adolescencia varias chicas se le habían confesado y más de un chico le había expresado sus deseos hacía él, pero él ni siquiera les había respondido, por eso lo persiguió la fama de hombre de hierro, sin emociones, aún era joven pero era conocido por su eficiencia en cualquier cosa que se propusiera, conoció gente importante, necesitaba de ellos pues sus planes era abrirse paso en la política, bueno a decir verdad eran los planes de sus padres, pero Minseok se veía imposibilitado a negarse a lo que sus padres le obligaban a hacer, siempre fue así, de hecho a través de la terapia descubrió que aquella era la raíz de sus traumas, siempre vivió presionado al máximo, sin recibir jamás una muestra de afecto y siempre siendo reprendido de forma severa, dio un suspiro y soltó todos los amargos recuerdos de su infancia, un cigarrillo a medio fumar y un café lo acompañaban, cuando su teléfono sonó, era su padre…”Minseok hoy debes ir a una fiesta en la embajada de China, mi amigo el embajador quiere pedirte un favor personal, creo que tienes claro que sea lo que sea tú debes hacerlo, aunque no quieras, me oyes?, ve debidamente presentado, un chofer pasara por ti a las 22:00, es una fiesta con gente de todos los países así que compórtate a la altura”.
Como siempre su padre no espero la respuesta, no le estaba invitando, le estaba obligando a ir, ver a tanta gente era siempre difícil, pero que mas da no tenía opción, se bañó, se perfumó y se puso un precioso traje azul, el chofer pasó por él y lo dejó en la puerta de la embajada, lo recibieron amablemente y comenzó a saludar a todos a su paso aún sin saber quiénes eran, su obligación era sonreír aunque no quisiera, eso es lo que hace la gente decente verdad?, de pronto no pudo evitar fijarse en un chico, mas alto que el, de piel blanca rasgos suaves, casi femeninos y con ojos extremadamente brillantes, Minseok jamás había visto a alguien así, pensó en cuando a él lo llamaban ángel y se dijo a si mismo que si existían los ángeles de seguro lucían como aquel chico, un hombre lo saludó y él correspondió el saludo rápido para poder volver a mirar a aquel ser tan llamativo a sus ojos, pero desafortunadamente era como si la tierra se lo hubiese tragado, en eso el embajador de China se acercó a él con una sonrisa gigante.
Embajador: Pequeño Minseok! Qué bueno que viniste.
Minseok: -inclinándose en 90°- Buenas noches señor embajador.
Embajador: jajajaja, tantas formalidades, ven acá te presentaré a unos amigos.
Comenzó a presentarlo por todos lados, diciendo que era alguien de su suma confianza e hijo de un amigo. Finalmente lo separó un poco de los demás para decirle el motivo de la invitación.
Embajador: Querido, de seguro quieres saber el motivo de esta pequeña reunión, verdad?
Minseok: así es señor.
Embajador: Bueno, seré claro, el contrato ya está hecho y tu padre lo ha firmado, pero quise decírtelo yo pues me parece correcto, Minseok ahora eres mio, -Xiumin abrió ojos enormes- jojojo! Creo que no me expresé bien, ahora trabajas para mi… está oportunidad será muy buena en tu vida.
Miseok: si, Señor…. Pero que haré?
Embajador: cuidaras de mi hijo.
Miseok: seré un niñero?
Embajador: jojojojo No, aunque quizás un poco, jojojo pero mi hijo tiene tu misma edad, el problema con él es que es muy rebelde y poco disciplinado, hace lo que quiere y obtiene siempre todo lo que se propone, quiero que se vuelva maduro, que se haga un hombre de bien, que se enamoré pronto de una buena mujer y me dé nietos, el no acepta citas, no quiere tener novia, solo sale de fiestas y ha habido malo rumores, tu misión será volverlo un chico como tú. Quiero que sea como tú.
Minseok pensó que ser como él, era definitivamente malo, él quisiera poder dejar de ser él, poder escapar Y sin embargo ahora le pedían que transformara a otra persona en él. El embajador volvió a romper sus pensamientos.
Embajador: desde mañana comienza tu trabajo, deberás dejar tu departamento, yo te compré una casa enorme, donde vivirás con mi hijo, yo no me involucraré con ninguno de los dos, tampoco tendrás contacto con tu familia, el solo te tendrá a ti y tu a él… bueno esa casa tiene todas las comodidades, además si están solos será más fácil que puedas modificarlo, debes ser firme, yo te buscaré cuando quiera noticias. Minseok está demás decir que… pues no quiero sonar aterrador pero… esto no es un favor, tu padre ha sido pagado cuantiosamente por esto, y no se te está permitido dejar el trabajo, podrías tener graves consecuencias si abandonas. – diciendo esto con una sonrisa aterradora aquel hombre se alejó-
Minseok se quedó pensando en lo que se había convertido su vida, su padre prácticamente lo había vendido, ¿Qué era ahora? ¿Un esclavo? ¿Era el empleado, el profesor personal del imbécil hijo del embajador?, su cabeza ardía. Entonces de la nada unas manos lo jalaron hasta una pequeña habitación… No podía creerlo, era aquella persona que llamó su atención cuando él entró, aún no podía decir si aquello era hombre o mujer, más bien parecía un ángel, ¿Por qué le había llamado tanto la atención? Jamás antes le había ocurrido… El extraño posó su dedo índice sobre los labios de Minseok haciendo la señal de silencio y Minseok sintió estremecer todo su cuerpo.
X?: Hola!
Minseok: quien eres tú? Porque me traes a este lugar?
X?: soy… soy Han…
Minseok: Han?
X?: jajaj suena gracioso… soy LuHan
Minseok: Ok LuHan, yo soy… - se calló pues creyó mejor no decir nada-
Luhan: aishhh... Ahora no quieres decir tu nombre? Ok está bien…
Minseok: p-pero… porque…-Luhan lo interrumpió de nuevo, parecía ser un chico alegre y desordenado-
Luhan: quieres saber porque te traje aquí verdad?... Es fácil… quiero violarte.
Minseok quedó desconcertado, era una broma o era verdad?, se desesperó e intento huir.
Luhan: jajajajajajajaja que tonto eres! Jajajajaja era una broma! Te traje porque escuché tu conversación con el embajador y tengo algo que decirte, algo muy importante.
Minseok: -aún asustado- Q-que?
Luhan: yo conozco muy bien al embajador y su familia, ellos son difíciles de llevar, como ya hiciste un trato con él estas condenado a cumplirlo, pero te advierto que no será fácil… el hijo del embajador es “peligroso” por decirlo de algún modo. ¿No sabes lo que dicen de él?
Minseok: No, no tengo idea yo nunca lo he visto.
Luhan: Dicen que es un chico muy guapo, miles mueren por él, pero él no quiere nada serio con nadie, dicen que sale de fiestas y cada noche está en la cama con alguien diferente, se ha acostado con mujeres y hombres, es un experto en las cosas de “cama” y no me refiero a sabanas y cobertores… dicen que hace un tiempo a dicho abiertamente que es gay, aunque su familia dijo que era solo una locura, que estaba ebrio y que era pasajero. Pero no solo eso, es un pervertido!!! Si él quiere tenerte lo va a conseguir. Nunca se rinde, por eso nadie quiere trabajar con él, es caprichoso y molesto. Es casi diabólico no crees?
Minseok: Diabólico?? –dijo asustado- es Gay? Es un pervertido?... y yo debo vivir con él.?? Oh Dios Mío…-dijo preocupado-
Luhan: por eso quise advertirte… el quizá quiera tenerte, no sé si me entiendes?
Minseok: tenerme? Pero si ya me tiene! Seré su “empleado” … No te entiendo a que te refieres?
Luhan: que inocente eres… aishhh… él es gay y es un pervertido, o sea 1+1… va a querer sexo, sabes lo que es eso o no?
Minseok: Sexo?? Pero yo jamás…-se sonrojó-
Luhan: Eres virgen!!???-dijo burlándose- wow… estas en el siglo 17 o algo así? Jajjajaj… pero eres gay o no? Has tenido novias o novios? Sabes lo que eres? Quieres que ponga una aréola sobre tu cabeza?
Minseok: eso no es algo que uno deba conversar con un extraño, si eso era lo que querías decirme está bien ya lo dijiste por favor déjame ir –pero antes que pudiera zafarse-
Luhan: WOw es tan obvio!! Jajajaj ni novia has tenido… Oh dios Mío… Como puede ser? Eres tan atractivo y sexy… si quieres yo puedo ayudarte –dijo lascivamente-
Minseok se quedó congelado por un segundo, ¿porque se sentía así? Aquel chico, le removía las entrañas, ¿acaso era gay? No lo sabía y no tenia como saberlo si jamás había sentido nada por nadie, de hecho era primera vez que alguien lo ponía nervioso, volvió en si para responder.
Minseok: no seas atrevido! Yo ni te conozco, déjame salir.
Abrió fuertemente la puerta y escapó, aquel chico que había logrado ponerlo nervioso, no podía dejar de pensar en todo lo que le había dicho acerca del hijo del gobernador, tenía miedo, de seguro era un pervertido, Luhan le había dado las peores referencias de ese joven, apenas si pudo dormir esa noche, arregló sus cosas y espero que fueran por él para llevarlo a su “nueva casa” o a su cárcel como él se sentía, su padre lo había llamado solo para decirle :” haz todo lo que ese chico quiera, el embajador fue amable, pero ese no es mi estilo, ahora le perteneces a ese chico Minseok, por lo menos por un tiempo, hazlo bien, no me decepciones”. Un fuerte suspiro salió de su boca, estaba rendido ante la vida, no tenía esperanzas… llegó a su nueva casa, era enorme y hermosa, llena de lujos y empleados a su disposición, el se sentía como un empleado, más bien como un esclavo, pero los empleados tenían órdenes de servirlo como al dueño de casa, el mandaría en ese lugar, nadie podía darle ordenes excepto claro por el hijo del embajador…mientras él estaba absortó mirando todo el lujo que lo rodeaba, llegó el embajador, un empleado detrás de él traía un montón de maletas que subió a acomodar en la habitación del Joven amo, como los empleados llamaban al hijo del embajador.
Embajador: Minseok, este es tu nuevo hogar, si quieres algo solo debes pedirlo, tu única misión es cuidar de mi hijo y atenderlo… pero tampoco eres su empleado. Eres más bien como un amigo pagado… llámalo por su nombre, notarás que los empleados lo llaman “joven amo” tu no debes… -de pronto una fuerte voz interrumpió al hombre, desde el segundo piso se escucho, pero sin aparecer-
Yahhh!!! Padre… él es mío!!! Es de mi propiedad ahora! Como mi cama, como mi mesa!!! Le están pagando para que sea mío no? Para que controle al desagradable y loco hijo del embajador de China!! Entonces me llamará como yo quiera que me llame… así que me dirá amo y punto final!.
Embajador:-avergonzado y molesto- que dices niño mal educado!!!!... lo siento mucho Minseok –dijo inclinándose un poco ante Minseok- es que mi hijo… es un poco impulsivo. Yahhh!! Baja pronto ven a saludar. –Minseok se quedó inmóvil pero evidentemente molesto-
No quiero!!! –se escuchó gritar desde arriba-
Embajador: Ven ahora que estoy siendo amable o quieres ser golpeado nuevamente??
Se hizo un silencio enorme… de pronto un chico comenzó a bajar despacio casi sin hacer ruido, Minseok no quería mirarlo pues sentía deseos de partirle la cara por la actitud que había demostrado tener hacía el aun sin conocerlo.
Embajador: Minseok, este es mi hijo! Espero que puedan llevarse bien.
Hola –Dijo Minseok seco y sin mirarlo-
El otro chico no respondió nada.
Embajador: Yahh!!! Luhan!!! Sé amable y responde!!
-Luhan? Luhan?- Minseok recordó al chico de la fiesta-
Levantó la vista y no lo podía creer, aquel chico que lo había llamado para decirle miles de cosas malas del hijo del embajador, no era ni más ni menos que “EL HIJO DEL EMBAJADOR”.