Las diferencias se encuentran en todos los detalles. Minseok se encontraba conteniendose entre besos y toques sutiles. De nuevo, se encuentra siendo jalado de la manga dentro de un carro, hipnotizado por una sonrisa que le quita el aliento. Luhan trabaja en el departamento de publicidad de su agencia, y durante 3 semanas Minseok estaba teniendo explosivas citas con el.
Luhan desabotono la impecable camisa con urgencia, su respiración jadeante hacía tintinear la piel desnuda de Minseok mientras sus piernas caían a ambos lados del cuerpo de Minseok. Luhan rodo sus caderas hasta el, atrapando al mayor hasta el asiento del pasajero. Labios hambrientos se comian unos a los otros, y Luhan alimentaba la boca de Minseok. El sonido llenaba el reducido espacio del carro de Luhan y ecos tornaban la mente de Minseok. Por algúna rara razón, recuerda que hay alguien esperandole en su apartamento en Queens, alguien con quien prometio compartir su vida.
"Detente" mando, ignorando el calor de los labios de Luhan en su cuello "Tengo que irme a casa"
Luhan sonrió por encima de el, pasando juguetonamente la yema de su dedo indice sobre los labios de MInseok "¿Quiéres hacer esto en otro lugar?"
Minseok suspiro, intento contener sus ojos así la seductora mirada de Luhan no lo haría dudar. Se imaginaba al hombre de la promesa sentado en su casa con la cena en la mesa o listo para sacar a pasear al perro. Es tan jodidamente injusto.
"No Luhan" Minseok dijo, apoyando su frente para absorber el olor de su colonia. Respiro el aire lentamente trantando de quitar de su cuerpo el magnetismo que ya tenía del hombre que estaba encima de el. Minseok nunca tuvo la intensión de llegar tan lejos. "Dejame ir a casa por favor"
El otro rio sombríamente, inclinandose aun más cerca.
"¿Quiéres ir a casa?" Luhan susurro en su oído, y un escalofrío recorrió la espalda de minseok. "¿O me quieres a mi?"
¡Fuck! Minseok pensó, mordiendose el labio inferior e incrementando la presión cada que la cadera de Luhan se movía con la de el. El quería tanto como le dolía. Fuego recorría por sus venas quemando cada rincon de el.
Minseok alcanzo la hebilla del cinturon y Luhan sonrió deliciosamente contra los labios de Minseok. Sus ojos se encontraban llenos de lujuria. "Vamos, Kim Minseok. Vamos a llevarte a tu casa antes de la cena"
*
Hay pizza de pepperoni en el centro de la mesa, faltaban tres rebanadas. junto con un una media botella de vino rojo. El aire del apartamenteo se sentía pesado y Minseok confiado caminaba hacía adentro, los zapatos rechinaban contra el piso de madera. La figura tendida en el sillon se mueve ligeramente, volteando su cuello hasta la puerta y estirando el brazo para llegar al interruptor de luz.
Las luces parpadeaban sobre Minseok unas cuantas veces, mostrando a Kim Jongdae de miedo en la oscuridad entra las luces fluorecentes. El mayor arqueo su cabeza, dando ligeras miradas sobre la sala, y su corazon roto palpitando dentro de su pecho pesado.
"Jongdae" Minseok empezo, dejando su cartera en el piso y desabotonando su camisa. Hay un olor impregnado en el. Olía a Luhan y la pobre vida que escogio "tenemos que..."
Jongdae vestía ropas de salon con una pintura azul pegada a la frente. Una sonrisa cansada vino de su rostro, le hizo un gesto a Minseok para que se acercara, acariciando el espacio que quedaba en el sillon. Minseok cedio, dejando caer su cuerpo a un lado del hombre que amaba. Había un anillo en su dedo simbolizando una promesa, una en la que no podía seguir, y se odiaba a si mismo por ello.
El amor de su vida le rodea con fuerza, rodeando con brazos escualidos el cuerpo de Minseok plantandole un beso que olia a la pintura acrilica que tenía en su rostro. A juzgar por los colores indigo y beige de su pantalon se notaba que había sido un duro día de trabajo en el taller. Su pareja había sufrido un bloqueo mental durante cuatro meses y muchas veces Minseok llegaba a casa para encontrarse con el llorando en el piso, un liezo en blanco arruinaba su talento.
"Lo hice baby" Jongdae murmuro contra la mejilla de Minseok. Casi podía saborear el vino tinto en su respiracion "Pinte algo hoy"
Minseok se hundia en si mismo, y se ahogaba en los emocionados ojos de Jongdae, olvidando que hace unas horas había estado besando otros labios, gimiendo un nombre diferente. Algo se filtraba a travez del duro exterior que había construido alrededor de el.
Y mentía
De nuevo.
"Estoy tan feliz por ti baby" Minseok dijo, besando la esquina de la boca de Jongdae "¿Puedo verlo?"
Su compañero le pidio que lo esperara saltando del sofa y practicamente llegando hacía la habitación cerrada del pasillo. Regreso con una 18x 24 foto vuelta hacía su pecho. Jongdae mordio su labio inferior, parecía inmensamente exaltado. Habían sido unos meses desde que Minseok la había visto reírse así, y eso rompia su corazon.
Volteo la foto, revelando una cara reconocible. Los tonos son todos los que Jongdae tenía. La imaginación de su pareja corrio salvajemente, encontrando los tonos azules en la piel y el rojo matiz en los mechones de su cabello. Habían colores amarillos en una nariz tan perfectamente representando como una fotografia. Los ojos eran profundos, texturas fluorecentes pintadas con pinceladas verdes. En la pintura los labios de Minseok estaban pintados de lila y la sonrisa que se veía era demasiado real. Pero todo eso era un recuerdo, porque Minseok no era capaz de sonreír así más.
Abrumado por sus propias emociones, lloro abiertamente, cubriendo su retorcida expresion con sus palmas mientras su amante llora tambien, pero obvio eran diferentes razones.
"Mi terapista dijo que podía enfocarme en algo que amara" Jongdae dijo, diciendo sus emociones mientras sostenia la pintura orgullosamente. "Estaba buscando en mi cerebro tratando de encontrar un objeto para pintar, pero estaba justo en frente de mis ojos todo el tiempo" Puso la pintura en el suelo, de rodillas frente de Minseok, "Te amo"
Minseok levanto a Jongdae, acomodandolo en el sofa de los hombros. Lo miro profundamente a los ojos, sabía que era el momento. Esto había ido demasiado lejos. Tenía algo que decir, por el bien de su cordura . Las palabras se aferraban a su lengua como garras, pero respiro, y salieton, desbordantemente.
"Estoy teniendo una aventura"