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No recuerdo cuanto tiempo ha pasado desde aquel día, puedo oír el sonido de la lluvia a lo lejos pero no puedo darme el lujo de verla caer, no ahora que mi alma y mis manos esta tan manchados de sangre.
La sensación de quitar una vida en este punto ya no me inquieta aunque ya no puedo dormir por las noches, no lo soporto…
Me convertí en un mercenario por necesidad no es como si hubiese precisamente planeado acabar así pero no me quedaba otra salida, mi padre era adicto al juego por lo que acumulo muchas deudas y como no pudo pagarlas al final fue asesinado por unos malditos estafadores lo que provoco que mi madre y mi hermana quedaran desamparadas y yo tuviera que dejar la escuela para poder trabajar, pero nadie le daría trabajo a un mocoso y el resultado fue este, un mercenario que se gana la vida quitándosela a otro.
El sonido de un teléfono me distrae de mis pensamientos no quiero contestar pero necesito hacerlo aunque sepa de lo que se trata la llamada.
-Diga…-
-Calle xxx distrito de ginza objetivo xxxx a las 12 en punto-
Observo el reloj 11:43 no queda mucho tiempo así que tomo mi chaqueta y me largo del hotel, iré a pie ya que no está muy lejos de allí pero tengo que darme prisa.
Es una noche fría pero las calles aún están un poco llenas como cada víspera de navidad…que malditos hacerme trabajar aun en estos días pero ¿A quién le importa? no soy más que un asesino que mata a sangre fría si me llegan al precio, tropiezo con mucha gente en mi camino, pero por fin logro dar con mi objetivo en un callejón oscuro alejado de las calles atiborradas de gente.
-¡Eres una maldita perra, ¿acaso no ves que soy un yakuza? como te atreves a rechazarme!-
Y el joven de oscuros cabellos cae al suelo producto de la sonora cachetada que el maldito bastardo le dio y antes de que volviera a repetirlo no lo pensé más y lo detuve.
-no es correcto el pegarle a una persona indefensa, pero que puede saber un engendro como usted…-
Se suelta y voltea a verme.
-como te atreves maldito imbécil, ¡esto vas a pagarlo muy caro!
Y antes de que pueda siquiera meter su mano dentro del bolsillo un ruido fuerte acaba con el oscuro silencio.
–Por favor solo muérase de una vez-
Segundo disparo y esta vez certero a la cabeza lo cual no creo importe ya que al parecer nunca la usó.
-El objetivo ha sido eliminado XIX misión completa, espero la transferencia pronto-
Tiro el móvil a la pared el cual se destroza por completo.
- Esta vez fue demasiado fácil-
-P- por favor señor… no me lastime-
Rayos olvide al chico pelinegro, es lindo y ese par de ojos verdes me miran con cierto temor pero no importa, tendré que matarlo no puedo permitirme los testigos, saco mi arma del bolsillo pero tengo un mal presentimiento, maldición se oyen pasos a lo lejos deben de ser los perros del tipo muerto tengo que irme, pero…
-Maldita sea, oye tu- el joven me mira sin dejar de sollozar –sígueme si quieres conservar tu vida un poco más-
Me dirijo a la calle y el sin pensarlo dos veces el me sigue.
Regreso al hotel no sin antes asegurarme que no nos sigan, cuando estoy seguro de que no me aflojo la corbata y prendo un cigarrillo
-Disculpe…- fijo mi mirada en el extraño que me mira cerca de la puerta –va… ¿va a matarme?-
-Si quieres que lo haga sigue haciéndome preguntas tontas- Le respondo indiferente, estoy sumamente cansado y con un jodido dolor de cabeza, no tengo ganas de soportar las estupideces de nadie.
-Me quedare en el sofá tu usa la cama y no intentes escapar o de verdad tendré que matarte- y lo dejo allí más confundido que al principio.
Me tumbo en el sillón y miro al techo que se supone haré con este chico, no me disgusta pero sé que no puedo tenerlo como mi mascota, sería peligroso para mí pero sobre todo para el… ¡Que estupidez se supone estoy pensando! Debo de matarlo eso es lo correcto…
La noche pasa rápidamente mientras sueño con el pasado y revivo ciertas cosas de mi vida que aún no he podido olvidar, maldición había pasado un tiempo ya desde que tuve estos sueños, mi jodida infancia la creadora de todos mis demonios personales.
-¡Maldito ya sabemos que estás ahí, así que abre la jodida puerta!- demonios espero no haberme dado cuenta del estruendo por el sonido de la lluvia y no por mi mente absorta en pensamientos patéticos….
-Vamos levántate, es hora de irnos- guardo las pocas cosas que tengo en la maleta y tomo del brazo del chico que hace oídos sordos de mis órdenes- ¡Muévete no quiero morir aquí y creo que tú tampoco!- y el rápidamente buscó su ropa y comenzó a vestirse.
Salimos por la parte que conecta los balcones y logramos escapar de ahí, aun me cuestiono seriamente porque aún sigo manteniéndolo conmigo y más aún con vida, pero bueno eso lo pensaré más tarde cuando estemos secos y en un lugar seguro…
Llegamos a un barrio peligroso, aunque eso para mí era más que un lugar seguro necesitaba quedarme con un amigo un viejo compañero de trabajo el cual se había retirado después de que tuvo ciertos problemas con la mafia japonesa, se sabía que era muy buscado por los yakuzas más peligrosos así que debía de tener el doble de cuidado no sería bueno tener un problemas más detrás de mí.
Disculpe sabe dónde vive un artista de nombre Alexandre?- le pregunte al anciano de la primer casa que vi, no era un barrio agradable, está por demás decir que no vi gente en todo el camino, nadie se encontraba a esas horas fuera de su casa solo ese anciano de aspecto extraño más bien parecía un indigente…
-¿Para qué lo buscas?- El anciano ni siquiera se movió de la silla donde estaba -¿acaso eres el encargado de este adorable jovencito? Debes saber que ese tipo no tiene el suficiente dinero para pagar…
-Eso no es asunto suyo así que le sugiero cuide muy bien su vocabulario-estúpido anciano ese comentario para nada me hizo gracia así que poco falto para que le metiera un balazo en su maldita bocota - Así que dígale que un viejo amigo amante del arte ha venido a cobrar uno de los tantos favores que le debe-
El anciano llamó a un niño de no más de 13 años se ve mal alimentado, pero al parecer eso no era problema para los años que tiene, porque sin más al escuchar lo que el anciano le decía se fue corriendo como alma que lleva el diablo hacia uno de esos callejones malolientes.
Pasado un rato el niño regreso con un paquete el cual le dio al anciano y este me miró fijamente, maldición hasta una puta se sentiría incomoda con esa clase de mirada.
-vaya, vaya- dijo el anciano –al parecer si conozco a alguien llamado Alexandre, esta mente mía que a veces me juega malas pasadas- y sonrió enseñando todos sus amarillos dientes, jodido viejo cínico tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para no romperle su jodida carota.
-si como sea, ¿dónde está el ahora?- pregunto ya impaciente
-Toma- y agarro el paquete, este contiene una llave y una nota.
“Querido Anthony:
Por lo que me dicen aun no has aprendido a controlar ese carácter de mierda que te cargas ¿verdad? Pero veo que has hecho un progreso al interactuar con un ser humano sublime como el que te acompaña, eso de verdad me ha sorprendido.
Te dejo la llave de mi casa tengo que salir a arreglar ciertos asuntos pendientes, regresare al anochecer, espera despierto por mi cariño.
Besos, “Alexandre” Rogers.
Es un alivio saber que ese idiota estará fuera por unas cuantas horas, espero que las suficientes para poder pensar que hare respecto al asunto que me acompaña.
Llegamos a la dirección señalada en el papel, es una de esas casas que desentonan un poco con el lugar donde están, maldito presumido se nota que esta es su casa, me rio y saco la llave del bolsillo para abrir la puerta.
El dulce olor de la fruta fresca inunda mis pulmones, ha pasado ya mucho tiempo desde que disfrute ese olor, oh dios ¿cuantos años han pasado ya? Cuando años he estado condenándome de esta manera.
Me quito la chaqueta y me dirijo a la cocina, mientras de reojo miro al joven que entra a la casa, es un muy bonito su piel blanca contrasta con su largo cabello negro pero lo que más destaca de él son esos ojos color esmeralda, bellos e hipnotizantes, her…
c-como sea volviendo al tema pienso que tal vez un poco de amabilidad no va a matarme.
-¿Cuál es tu nombre?- le pregunto mientras me siento en el sillón -… ¿Estas sordo? Acabo de hacerte una pregunta- odio que la gente no me responda.
-Yo- yo soy Loki Laufeyson- dice con la cabeza baja mientras juega con sus dedos -soy un simple barman-
-¿En serio? ¿Y que hacías con ese tipo imbécil al que le disparé?-
-Mi jefe me pidió que hiciera el favor de acompañarlo a la salida, dijo que era un cliente importante que había bebido mucho y no se sentía muy bien.-
Tengo que aguantar la risa ante lo que me acaba de decir, no creía que aun existiera gente tan ingenua y tonta todavía.
-Mucho gusto Loki, mi nombre es Anthony Stark y como veras asesino a la gente por dinero- digo de modo indiferente mientras palmo la cajetilla de cigarros, levanta la cabeza y me mira de forma tímida, que adorable.
-¿Puedo preguntarle algo, señor Stark?-
-lo estás haciendo, llámame Tony-
-Bueno tony… ¿Por qué me trajiste contigo? Simple y sencillamente pudiste haberme dejado en ese callejón e irte-
Joder buena pregunta ni siquiera yo sé por qué demonios lo he traído conmigo si mi plan inicial era asesinarlo y ahorrarme problemas.
-¿Hubieras querido que lo hiciera?, vaya chico que poco aprecias tu vida- logré zafarme de su pregunta, ni yo mismo quería pensar seriamente por que hice lo que hice.
-No, no es eso yo…-
-Como sea, creo que ambos estamos lo suficientemente cansados para seguir con esta charla- y doy por terminada esta jodida conversación.
-Te daré un poco de mi ropa para que te cambies, buscare el baño para que puedas asearte-
-Gra-gracias- me dice apenas en un murmullo
Joder dije que iba a ser amable pero de cuando acá me he vuelto tan amable, de seguro ese maldito de Rogers va a burlarse en mi cara como es su costumbre.
Paseo un poco por la casa mientras investigo las habitaciones que no son muchas pero si son espaciosas, le digo a Loki donde está el baño y le paso la ropa limpia que le prometí.
-Tony tu también deberías de tomar un baño, podrías enfermarte-
-Está bien, hay otro baño en la segunda planta, pero antes de eso hare un poco de sopa caliente y café-
El asiente con la cabeza y entra silenciosamente al baño mientras me dirijo a la cocina y busco los ingredientes para la comida, vaya una bolsa de café “I Cultori del café” mi favorita al parecer este idiota aún recuerda los viejos tiempos.
Pongo la cafetera en marcha y me dispongo a preparar la sopa, es un milagro que haya podido hacerla con las pocas cosas que encontré, la dejo a fuego bajo mientras subo las escaleras hacia la habitación de Steven, ese es su verdadero nombre solo que por cuestiones de seguridad se hace llamar Alexandre nombre del autor de mi libro favorito “El conde de Montecristo”.
Dejo la ropa a un lado y me dispongo a entrar al cuarto de baño abro la regadera y disfruto el chorro de agua caliente que cae, me siento tan relajado, lavo mi cabello, me enjabono lo más rápido que puedo ya que deje la sopa en el fuego y el hambre comienza a molestarme.
Tomo la toalla más cercana y me seco el cabello, maldición olvide la ropa en el sillón así que me ato la toalla a la cintura para ir a buscarla.
Bajo las escaleras y me encuentro con un Loki de espaldas sentado en la barra con el cabello húmedo y unas ropas que le quedan un poco grandes, sonrío parece un niño que se ha quedado a dormir en casa de un amigo.
-¿Cómo estuvo el baño?- pregunto haciendo un esfuerzo sobrehumano no soy una persona muy conversadora que digamos.
-Estuvo muy bien, aunque las rop…- y se detiene mientras comienza a sonrojarse -E-estuvo b-bien gracias por la ropa- dice mientras vuelve a quedar de espaldas, que chico más raro ¿A qué viene el sonrojo?, como sea tomo la ropa de la maleta y comienzo a ponérmela ahí mismo no es como si necesitara regresar a la habitación a vestirme como si fuera una chica.
Termino de secar mi cabello ya crecido y me dirijo una vez más a la cocina, sirvo un poco de sopa en los platos - ¿Gustas un poco de café?- pregunto mientras me sirvo un poco en una taza.
-Si gracias aunque no me gusta mucho el café negro- comenta tomando su tazón de sopa
Sirvo una taza para él y le paso un poco de leche que encontré en el refrigerador me siento a su lado, y comenzamos a comer en silencio.
No hay mucha conversación durante la comida y no es como si hiciera falta disfruto el silencio más que nada.
Cuando termina su tazón se levanta del asiento y se dirige al fregadero no sin antes preguntarme si puede lavar mi platos en agradecimiento por la deliciosa comida, asiento y por primera vez sin pensarlo se me sale un gracias.
-Hay una habitación de invitados a lado del baño, puedes quedarte ahí mientras yo espero al dueño de la casa-
-¿Estás seguro?- pregunta como siempre apenado.
-lo estoy, ya es tarde, necesitas descansar y yo también no hagas más preguntas tontas por favor- digo terminado de tomar el café que me queda.
-Lo- lo siento-
- Esta bien, si necesitas algo estaré en la habitación de arriba- me levanto y subo hasta la habitación donde me recuesto en la cama y gracias al cansancio no pasa mucho tiempo antes de quedarme profundamente dormido.