En la habitación un inocente chico de diecisiete años descansaba antes de su primer día de clase. Choi Junhong era un chico tierno, amistoso y por sobre todas las cosas aplicado a todo, tenía geniales notas y de eso sus padres estaban orgullosos… ¿Quién no estaría orgulloso de que su hijo tuviese muy buenas notas?
La apertura abrupta de la puerta hizo saltar a Zelo (así lo llamaban sus amigos) en la cama.
Madre (enojada) - ¡Junhonggie, despierta! ¡Llegarás tarde a clase!
Zelo - ¡CIERTO! Lo siento mamá, lo siento.
Al ver la escena de su hijo tratando de salir del nudo de sábanas que tenía en el lecho, la señora de edad mediana no pudo evitar sufrir un ataque de ternura, rió ante tal escena.
Madre – ¡No te preocupes! Ah, y por cierto, están esperándote Sunhwa y Yongguk en la puerta.
Junhong se levantó, se vistió con un poco de prisa, peinó su cabello negro y largo en un moño y sin haber desayunado salió.
Zelo – Comeré algo en el instituto, ahora no tengo tiempo… ¡ADIÓS MAMÁ!
Madre - ¡Adiós hijo!
Sunhwa era una buena amiga de Zelo y por tanto gracias a ella conocía a su hermano menor Yongguk quien también era buen amigo de él. Todo siempre fue muy normal entre Zelo y Yongguk, pero en esa ocasión, de solo ver al mayor se le aceleró el corazón. Comenzó a latir fuertemente como si se fuera a salir de su pecho, estaba nervioso, pero, ¿por qué lo estaría? Sólo eran amigos.
“No me gusta Yongguk hyung, no soy gay y él no me gusta” – Se repetía mentalmente, lo cual resultaba casi obsoleto.
Bang Yongguk, en cambio, nunca se hizo problema acerca de su sexualidad, él simplemente se había enamorado de la personalidad tierna, divertida, inocente y muy adorable del menor y pensaba declarársele, era ese día o nunca…
Yongguk, diferenciándolo con Zelo, daba una imagen fuerte y algo ruda, incluso llegando a parecer violento frente a los demás, sin embargo, aquello tan sólo quedaba en una imagen, porque en la realidad él era una persona muy cálida y comprensiva con casi todo el mundo.
Cuando llegaron al instituto se dieron cuenta de que les tocaba en la misma clase, y que por orden de asientos les tocaba sentarse juntos. A Zelo seguía latiéndole el corazón igual de fuerte y no creía ser capaz de olvidarse de eso por el momento. Yongguk no pensaba desaprovechar la oportunidad mientras que el profesor se dedicaba a dar unas muy aburridas clases de historia, que al ser el primer día le costaba que le prestaran atención.
Yongguk – Zelo… ¿Te gusta alguien?
Zelo – N-No – Balbuceó sin la más mínima intención de decirle nada de lo que le pasaba a Yongguk
Yongguk – Yo sé que sí – Dijo con un tono y una sonrisa de picardía, palmeándole el hombro y provocando un leve sonrojo en el otro, el cual aunque estuviese enojado, a Yongguk le seguía pareciendo igual de tierno
Zelo – Yah, después te digo… No molestes.
Yongguk – Pero si yo no molesto – Dijo con diversión
Profesor de historia – Choi Junhong, Bang Yongguk, retírense de la clase – Ordenó mirándolos con desprecio
Con la mirada de todos puestas en ellos, Yongguk salió con un muy molesto Zelo, intentando aguantarse la risa en un momento muy serio como ese.
Yongguk – Entonces, ¿quién te gusta? – Aquella sonrisa ya empezaba a ser molesta para el menor
Zelo - ¡NO MOLESTES! Por tu culpa me han echado de clase el primer día, si me sancionan mis padres me matarán – Dijo entre molesto y desesperado
Yongguk – Eres tan adorable – Cuando terminó esa frase, Zelo se tensó, Yongguk aprovechó y lo acorraló contra la pared para luego acercar sus labios lentamente y unirlos con los del menor
¡LO BESÓ! ¡LO ESTABA BESANDO! Zelo se sentía morir de vergüenza y confusión por lo que no respondió al beso hasta que fue conciente de que el contacto le resultaba cálido y hasta tierno. Llevó sus manos al cuello del mayor casi inconscientemente y empezó a seguir el ritmo del beso, el cual nunca pasó de tierno.
Y en ese momento recibió un valde de agua fría: sí, le gustaba Yongguk y probablemente eso venía de hacía tiempo.
¿Cómo hablarle de tus sentimientos a una persona con experiencia de todo tipo?
Yongguk (separándose) – Zelo, me gustas mucho, quiero que seas sólo mío…
Zelo (interrumpiéndolo) – Pero…
Yongguk – Al menos piénsalo, ¿sí? – Zelo asintió
Profesor de historia – Pueden volver a entrar…