Un mundo gobernado por hombres pervertidos, la mayoría de ellos gastan su dinero en mujeres, alcohol, tecnología para ver cosas pervertidas, pero yo… Yo soy solo yo… Un criminal, un ladrón… que perdió todo por ser como soy… o como era… continuo siendo un poco pervertido, aunque ahora ya no tengo para mujeres o esos lujos que se dan para sus perversiones, es por eso que me he sabido controlar a lo largo de mi vida como ladrón, algunos se preguntarán… ¿Qué era en aquello que trabajaba? Pues la respuesta es fácil, yo tenía cientos de casinos en toda esta remota ciudad, a los cuales las personas sobre todo hombres pasaban sus noches, incluso llegando a semanas, mientras ellos se empobrecían, yo me hinchaba el ego con más y más dinero…
Pero, eso acabó, ahora soy patético, ahora me veo corriendo con cosas ajenas entre mis manos por falta de alimento para mi ego, en lugar de trabajar decentemente, ahora soy la sombra de esta ciudad, soy el acechador de la gente torpe, Soy, Soy, Soy solo Sakumo, un ladrón más, solo eso, nada como un maligno villano, solo otro patético y solitario ladrón, falta poco para llegar a mi mansión en ruinas, pero…
-¡Oye, cuidado!...-
Me he topado con la torpeza andante, Caí al suelo del impacto con ese chico de cabello rosado, quien recuerdo que vestía un abrigo tan blanco como su piel, un chico atractivo para cualquiera que lo viese… pero para mí eso no es importante…
-Debes tener cuidado mocoso, esa no es una buena forma de toparse con la gente desconocida, es penosa…-
-Lo-lo, siento mucho, pero tú también corrías, y… ¿A dónde vas?-
- A mi casa, aunque eso no te incumbe-
Me puse de pie y comencé a caminar ignorándolo por completo, pero al instante sentí un tirón de mí arrugada camisa y me topé con ese par de zafiros azules casi al borde de las lágrimas, y esos finos labios y mejillas sonrojadas hablaron…
-¿Puedo ir contigo?-
…Yo no pude apartar mi vista de sus claros ojos, pero mi mente reaccionó de manera repentina haciendo que mi corazón volviera a la normalidad…
-No, ¿Qué acaso no puedes ir por dónde saliste?-
-¡NO!, de hecho, estoy huyendo de aquel lugar-
-¡¿QUÉ?! Si es así con mayor razón no puedo llevarte conmigo, ¿Sabes en qué tipos de problemas me meterías? Podrían arrestarme por ladrón a por secuestrador-
-Ladrón ya eres por lo que veo, pero por favor déjame ir contigo-
- Ya te dije que no… además, ¿Por qué insistes en acompañarme si ni siquiera me conoces y como admitiría a un chico desconocido en mi casa?-
-Mi nombre es Lynn, ¿Y tú eres?-
-Sakumo, pero eso no quiere decir que puedes acompañarme-
-¡¿QUÉ?!-
-¡¿QUÉ DEMON…?!
Eso que vi fue caer el gorro que cubría su cabeza caer y de él salieron dos orejas ¿De conejo?, yo estaba atónito, ido, idiotizado, algo que al chico no le importó y el continuó y posó su cabeza en mi pecho aferrándose a mi pecho fuertemente y sentí sus cálidas lágrimas sobre mi camisa y entre sus sollozos comenzó…
-Por favor, no tienes idea de lo que ahora quieren hacer conmigo, es por eso que he huido desde hace ya dos días-
-¿Qué es lo que haces en aquel lugar?-
Fue lo único que se me ocurrió preguntar…
-Soy un Cibermodelo, o más bien, lo era, ya que desde hace dos días estoy huyendo porque me enteré que ya no quieren que haga las lindas fotografías, ahora quieren un video de mí haciendo cosas pervertidas con otros hombres-
-Eso no es tan malo-
-¡YO SERÉ EL PENETRADO!-
-¿Y?, ¿Qué no es algo que quieres?-
-¡NO!, si será mi primera vez, quiero que quien me tome en verdad me ame y que esté dispuesto a quedarse a mi lado, no quiero que me utilice para sus juegos pervertidos-
Estuve a punto de caer ante ese conmovedor rostro, mi corazón se debilitó y esa mirada casi ocasionaba que mis rodillas se doblaran cual frágiles fideos hervidos (Sora: Cuando escribí eso de los fideos no había comido U.U). Cuán perdido me encontraba, pero mi mente dura y ya varios años de abstinencia me habían hecho más fuerte que una cara bonita, así que volví a ignorar a mi corazón, me negué, arranqué sus manos de mi ropa y corrí, corrí intentando huir de ese chico, huir de mi destino, corrí hasta llegar a las ruinas de mi antes lujosa mansión y pronto comenzó a llover, lo que me hizo preocupar un poco, no volveré a ver a ese chico, no sabré nada de él, he huido de mi destino… aunque… es mejor olvidarme de mis preocupaciones, ahora estoy algo molesto… de hecho… me siento invadido… no logré escapar… el chico me ha seguido…
Me dirigí a la entrada intentando ignorarlo, hasta que al abrir la puerta volvía a ver sus hermosos ojos azules y el frente de su cabello que en ese momento estaba bañado por unas cuantas gotas de rocío, yo sin ninguna expresión no tuve de otra más que dejarlo pasar.
El entró a mi “casa” poniendo una encantadora e inocente cara de felicidad, tan pronto pasaron cinco minutos de incómodo silencio, el chico quitó su abrigo volviendo a dejar a la vista ese par de orejas blancas, y mi leve shock volvió al descuidadamente mirar su trasero, sobresalía una pequeña y esponjosa cola del mismo color que la nieve, llegué a mi conclusión, realmente es un chico conejo.
Pero aun así lo que más me puso nervioso fue cuando se sentó sobre mis piernas…
-Oye, gracias por dejarme pasar…y… está muy duro…- dijo inocentemente mirando el pequeño “problemita” que me había ocasionado.
-N-no hagas eso, es de mala educación saltarle encima a las personas-
-Lo siento, pero estoy acostumbrado, no sé por qué, siento como si toda mi vida lo hubiese hecho ¿A qué te dedicabas antes?-
-¿Por qué preguntas de repente?-
-Tu casa es muy grande-
Juntando todo el ego y aire que pude comencé a platicarle de mi vida pasada, donde me escuchaba atento… o al menos eso creía, al poco tiempo de haber iniciado mi historia, el muy malcriado se había quedado dormido. ¿Tan aburrido soy? Eso me lo pregunté mientras lo tomaba entre mis brazos y llevándolo hasta las ruinas de mi vieja habitación, lo coloqué en un extremo y yo fui a dormir al otro extremo, aun dudando de mi engañosa o verdadera suerte o desgracia…