Después de tres largos años llegaron. Después de tres largos años de tristeza y dolor, de sufrimientos, de recuerdos, de sonrisas, sonrisas falsas y llenas de dolor que mentían para parecer feliz, un chico feliz que no pasaba por una gran pérdida.
Naruto había demostrado su gran poder en el Puente de la Tierra y el Cielo en una impresionante batalla contra Orochimaru, batalla que, no tuvo ningún vencedor pero que causó un gran cansancio en Naruto
- Pero toda vale la pena - pensó Naruto corriendo como loco por esos largos, estrechos, húmedos y oscuros pasillos de aquella guarida subterránea donde al fin podría encontrar a su objetivo: Sasuke.
- ¡Date prisa Naruto! Estás muy rezagado – gritó Yamato que iba a la cabeza, volteando a ver al rubio por encima del hombro.
- ¡¡Carajo Uzumaki, apúrate!! –Gritó enojada Sakura que iba junto a Sai justo detrás de Yamato. Lo observaba con el seño fruncido, era obvio que se había desesperado por su lentitud.
- S- sí… - Murmuró Naruto lo más alto que pudo para que sus compañeros lo escucharan.
Se dio cuenta que si querían encontrarlo él debía quedarse atrás para así, los demás pudieran moverse más rápido.
Seguían corriendo.
¿Cuánto tiempo llevaban corriendo?, ¿Media hora, una hora, dos quizá? Era difícil saberlo; daban tantas vueltas, abrían y cerraban tantas puertas que se les hizo eterno. Todo era igual: largos y sombríos pasillos iluminados por velas, las mismas marcas en la pared, el mismo número de puertas; todas ellas muy parecidas: viejas y desgastadas por el paso del tiempo, color café muy viejo como de aquellas puertas viejas y descuidadas de casas abandonadas, lo peor de todo es que cada cuarto resguardado por esas viejas puertas se encontraba vacío, sin nada, solo llenos de decepción.
- Aah, aah… - Jadeó Naruto. Ya no podría continuar corriendo, sus piernas le fallaban a cada momento, le temblaban a cada paso que daba. Era claro que ya no podía seguir, necesitaba descansar, sino, seguiría siendo un estorbo para su equipo que tanto se había empeñado en llegar hasta allá.
Pero la idea de que darse sólo y esperar a recuperarse en esos oscuros y desolados pasillos le ponían los nervios de punta, pero más que eso; la idea de jamás volver a ver a Sasuke lo aterrorizaba aún más. Tenía que verlo por sí mismo, tenía que encontrarlo él mismo: tenía que saber que está bien, que Orochimaru no le ha hecho nada.
- Ya no puedo más… - Pensó, pero su orgullo no lo dejó parar.
Dieron dos vueltas más, esta vez los pasillos no tenían puertas así que no se detuvieron.
Naruto observaba desde atrás a su equipo: su equipo estaba cansado, eso lo sabía; podía darse cuenta claramente al observar a Sakura: los músculos de sus brazos estaban tensos, su respiración era irregular, pero aun así, ella continuaba corriendo con gran energía ¿por qué?, bueno eso era obvio: ella también quería encontrarlo, también quería verlo; no se quedaría atrás. Naruto se sintió patético por su debilidad física.
Jadeó por el cansancio de nuevo.
- Detengámonos un momento – dijo Yamato quien se había dado cuenta del estado del rubio.
- Tsk… - Bufó Sakura al ver como se acercaba Nauro. Se enojó tanto al ver la debilidad del ojo-azul en un momento como ese. Frunció tanto su seño que una pronunciada arruga se formó entre sus cejas.
Todo el cuerpo de Naruto temblaba por los espasmos producidos por el cansancio. El aire estaba lleno de respiraciones entrecortadas de los cuatro ninjas tratando de recuperase.
Sakura solo veía enojada a Naruto.
Una leve brisa recorrió el cuerpo de Naruto. Los ojos de Yamato y Sai se abrieron ante la sorpresa de lo que presenciaban.
- ¡¡AAGG!! –Un alarido resonó por los pasillos desérticos, un grito de dolor exhalado de la garganta de Naruto producido por el brusco contacto de su cabeza contra la pared.
- ¡Sakura, suéltalo! – Gritó Yamato.
¡¿SAKURA?!
Naruto, quien tenía los ojos fuertemente cerrados los abrió poco a poco y se encontró con la mirada rabiosa de la peli-rosado, sus manos fuertemente agarradas del cuello de su chamarra haciendo que su cabeza se hiciera levemente hacia atrás provocando que la viera por encima de su barbilla, un seño pronunciado y su boca cerrada en una fina línea.
- Sa-Saku…
- Naruto, ¡¿Cuál es tu maldito problema?! –Interrumpió Sakura – Estás estropeando todo, así nunca encontraremos a Sasuke, ¡¿Me oíste?!
Naruto abrió de par en par los ojos al oír lo que Sakura le decía.
Tenía razón.
- Escúchame bien, Naruto… - Le dijo Sakura fríamente acercándose a su oído -…
- Sakura, suéltalo – ordenó de nuevo Yamato.
- Si por tu culpa no encontramos a Sasuke… - Hizo una pausa – Jamás te lo perdonaré, ¿entendiste?
Y con esto último Sakura desprendió de su agarre a Naruto haciendo que éste cayera al suelo jalando el aire que ella le negaba.
- Naruto… - Dijo Sai al acercarse a éste para ayudarlo mientras que Sakura le daba la espalda y comenzaba a alejarse de su equipo ante la mirada furiosa de Yamato.
- Y tú qué crees que estoy intentando hacer… - Susurra Naruto mientras Sai lo ayuda a pararse - ¡¿Eh, SAKURA?!
Sakura se detiene pero no voltea a ver a nadie.
- ¡Yo también quiero encontrarlo, también quiero verlo, quiero estar junto a él, quiero llevarlo de vuelta a la aldea! Porque…
- Porque...? – Dice Sakura volteándolo a ver con lágrimas en los ojos pero con su mirada furiosa todavía.
- Porque lo amo – pensó Naruto. No sabía si era el mejor momento para decirlo o no. Estaba claro que Sakura todavía sentía algo por Sasuke así que decidió decir lo mismo que siempre había dicho –, porque él es mi mejor amigo.
Sakura dudó, algo le decía que había algo, algo escondido en las palabras del rubio. Todos observaban a Sakura mientras ésta veía detenidamente a Naruto.
Naruto le sostuvo la mirada a Sakura a pesar de lo que únicamente quería era darse la vuelta, salir de ahí y ponerse a llorar. Pero no, no podía; tenía que ser fuerte por él, por Sakura… Por Sasuke.
Debía seguir ocultando sus sentimientos hacia Sasuke para no echar a perder la misión, después de todo: un ninja no debe comprometer sentimientos en las misiones, y más aún para no hacer sentir mal a Sakura. Debía tragarse sus lágrimas y no llorar ante nadie así cómo siempre lo había hecho. De la nada sintió como el rabilo de sus ojos se humedecían. ¡NO! Gritaba internamente Naruto, no debía llorar; solo rezaba para que sus lágrimas no cayeran por sus mejillas. Su labio inferior temblaba, sabía que en cualquier momento verían sus lágrimas, tanto sufrimiento interno no era fácil de cargar. Pero debía hacerlo.
Seguía viendo a Sakura.
Lo notó, Sakura notó el leve y casi imperceptible temblor del labio de Naruto. Sus ojos automáticamente se desplazaron a los zafiros azules de Naruto: vio lágrimas acumuladas en sus ojos que amenazaban con salir.
- Naruto… - Dijo Sakura interrumpiéndose. Se sintió mal, todo lo que le dijo fue... Fue horrible, ¿qué clase de amiga era? – Yo…
- Toda esta charla ya ha tomado mucho tiempo – la interrumpió Yamato molesto -. Está claro que Naruto no puede seguir corriendo en su estado actual. Nos separaremos en binas para poder continuar.
¡¿QUÉ?! ¡¡NO!!
¡No, no, NO! No podía ser, lo que menos quería era quedarse atrás ¿qué tal nunca volvía a ver a Sasuke?, ¿Qué tal si algo les pasaba a sus compañeros y él no estaba ahí para ayudarlos? Estaban en la guarida de Orochimaru ¡por Dios! Separarse era una pésima idea, no, estúpida, era una ESTÚPIDA IDEA; no podía creer que Yamato dijera semejante locura. Debía evitarlo.
- ¡No! Estoy bie…
- Ya tomé mi decisión, Naruto – dijo serio, decidido -. En tu estado actual solo serías un retraso. Estás poniendo en riesgo la misión y tu salud. Lo mejor será que te quedes a descansar.
- ¡No! Sasuke aún no ha…
- Sai, te quedarás con Naruto. Sakura y yo nos adelantaremos.
- Sí, Capitán Yamato – dijo Sai aún sosteniendo a Naruto.
- Mierda… -Susurró molesto Naruto.
Yamato se volvió hacia Sakura para indicarle que era hora de irse. Se fueron. Al irse, Sakura no pudo evitar ver a Naruto sobre su hombro: seguía de pie, sus rodillas levemente flexionadas, su brazo derecho estaba alrededor del cuello de Sai mientras éste lo sostenía por la cintura, su brazo izquierdo simplemente colgaba a su costado; su mirada furiosa, triste, desesperada y desolada se dirigía al suelo… ¿Podría ser cierto lo que se había dado cuenta hace unos momentos? Naruto, él… ¿Estaba enamorado de Sasuke?, ¿Podría ser cierto? No, no podía ser cierto: ellos nunca se llevaron bien, siempre competían para ver quién era el mejor, Naruto siempre le insistía a ella para que salieran, eran rivales pero… ¿Y si no fuera así?, ¿Y si dentro de Naruto lo único que había era amor y no revancha hacia Sasuke?, ¿Y si todo lo que hacía, lo hacía para estar más tiempo con él?, ¿Todas las veces que la invitaba a salir eran para aparentar?, ¿Todo lo que dijo de que Sasuke era su mejor amigo era mentira?
De repente se le vino una pregunta a la mente provocando que casi se tropezara… ¡¿Y si Sasuke correspondía el sentimiento hacía Naruto?! Después de todo, Naruto y Sasuke pasaban mucho tiempo juntos cuando entrenaban y ella acababa antes, también está que nunca nadie había oído que a Sasuke le gustara alguna chica de la aldea...
No podía ser.
Y si fuera así ¿por qué Naruto no le había dicho nada?
----------------- ^^-----------------------------------------------------------------------------------------------^^-----------
- ¡Kuzo!
- Tranquilo Naruto, ya verás que todo saldrá bien – decía Sai con su habitual sonrisa -, ve el lado positivo, si se presenta una pelea, estarás al 100% para enfrentar al enemigo.
- Cállate, todo es mi culpa, todavía soy débil; así jamás podré traer de vuelta a la aldea a Sasuke…
Sai no dijo nada, no podía contradecir a Naruto y decirle que se equivocaba, que él era muy fuerte (aunque de hecho sí lo era) y podría llevar de regreso a Sasuke a casa, después de todo él era el reemplazo del azabache, él jamás había visto a Sasuke y no tenía ni idea de la magnitud de sus poderes a excepción de lo que en Raíz y el Libro Bingo decían.
Él no conocía a Sasuke.
El silencio era incómodo y aún seguían de pie, Sai se dio cuenta del temblor en las piernas de Naruto así que, con cuidado ayudó a éste a sentarse y recargar su cabeza y espalda en la pared; después Sai se sentó y sacó un pequeño libro con dos dibujos en las portadas dejando en el suelo su pequeña mochila que acostumbraba a cargar.
- Wow, Sai ¿tú lo hiciste?,¿Quién es él? – Preguntó Naruto señalando al muñequito de cabello blanco.
----------------- ^^-----------------------------------------------------------------------------------------------^^-----------
- Aah, aah… No está aquí.
- Está bien, vamos a la siguiente – dijo Yamato comenzando a correr.
Ya llevaban media corriendo, abriendo y cerrando puertas: ilusionándose y desilusionándose tan rápido como lo era abrir y cerrar cada una de ellas.
Esto ya era ridículo, llevaban corriendo qué ¿horas? Y nada de nada. Es como si dieran vueltas y vueltas a los mismos pasillos, abrieran y cerraran las mismas puertas siempre, es como si fueran piezas en un juego; es como si estuvieran atrapados en un Genjutsu sin fín producido por un Sharingan.
Sharingan… Sharingan…
¡Sasuke!
Sasuke…
FLASHBACK
- “¡Por favor Sasuke, no te vayas...! ¡Llévame contigo, haré lo que sea para estés feliz...! ¡No por favor Sasuke...! ¡Te amo, siempre te he amado...! ¡ Sasu...!”
- “Sakura… Gracias”.
- “Sasu…ke…”
Te amo
- “Naruto… Esta es una promesa que se hace una vez en la vida – lloraba -. Por favor trae… Por favor trae a mi Sasuke de vuelta a casa”
- “No te preocupes, Sakura ¡traeré de vuelta a Sasuke! Te lo juro por mi vida” – dijo con el puño por delante con el pulgar arriba.
FIN FLASHBACK
Sakura al fin recordó el por qué Naruto nunca le dijo nada. Entendió que todo era su culpa, ese día en el que Naruto y los demás se marchaban para ir tras Sasuke, Naruto le prometió, comprometiendo sus propios sentimientos, que traería de vuelta a Sasuke. Ella era, en parte, culpable de su sufrimiento al no poder decirle nada porque sabía que ella amaba a Sasuke; lo hizo para no lastimarla, pero de paso él se lastimaba también. Él cargaba con el dolor de ambos.
----------------- ^^-----------------------------------------------------------------------------------------------^^-----------
- Ya veo- dijo Naruto -, entonces…
- JAJAJA - una risa malvada interrumpió a Naruto haciendo que ambos voltearan a ver buscando el lugar de donde provenía aquel horrible sonido -. Uzumaki Naruto, ¡KYUUBI!
Una figura se hizo aparecer de entre las sombras de unos de los lados del pasillo. Un hombre pálido de ojos amarillentos, largos cabellos negros y una sonrisa aterradora.
- ¡Orochimaru! – Gritó Naruto poniéndose de pie - ¡TÚ, MALDITO! ¡¿DÓNDE ESTÁ SASUKE?!
- Jump, me decepcionas, Naruto. Yo que he venido a terminar lo ocurrido en el bosque y tú preguntas por mi futuro contenedor, que triste.
- ¡Él no es tu...!
- ¡CUIDADO NARUTO! –Gritó Sai.
Una serpiente salió de la manga derecha de Orochimaru arrastrándose a gran velocidad hacia Naruto con el objetivo de atacarle. La serpiente logró enrollarse en el cuerpo del rubio ya que éste no reaccionó a tiempo; Sai quien estaba al lado de Naruto rápidamente sacó y desenrolló su pergamino donde daba vida sus extraordinarios dibujos de bestias.
- ¡Ninpou: Jojou Giiga! – Dijo dibujando rápidamente un par de leones que cobraron vida materializándose en el espacio, inmediatamente atacaron a Orochimaru, quien al ver lo que iba a suceder se movió de tal manera para evitar el ataque, eso sí, sin desprender en ningún momento el agarre hacia la serpiente que tenía cautivo a Naruto.
¡PUFF!, fue lo único que se escuchó antes de ver desaparecer a Naruto, haciendo que la serpiente cayera irremediablemente al suelo entre nubecillas blancas procedentes del ya inexistente cuerpo del rubio.
- ¿Un clon, eh? – Dijo divertido Orochimaru.
- ¡Naruto...!
- ¡RASENGAN! – Gritó antes de impactar contra el cuerpo de Orochimaru.
El impacto producido hizo que se creara un pequeño agujero en el suelo de piedra caliza. Sai no sabía lo que pasaba, había polvo a su alrededor haciendo que su visión se viera entorpecida por ésta; lo único que distinguía eran dos siluetas negras y borrosas en el piso. Una vez que pasaron unos segundos pudo distinguir la posición de los cuerpos: Orochimaru estaba tendido sobre aquel agujero, sus brazos y piernas abiertas, la parte superior de su ropa estaba ensangrentada y desgarrada, sin duda alguna ahí dio el Rasengan; por otra parte Naruto estaba encima de Orochimaru, más específicamente sobre su estómago, su mano izquierda estaba al lado de la cabeza de Orochimaru tocando el piso, mientras que la mano derecha apretaba ferozmente el cuello de la serpiente, los ojos de Orochimaru comenzaban a salirse de sus orbitas por la presión…
- Maldito, dime en dónde está Sasuke.
- Naruto… Cálmate.
- Gggg… gg…
- ¡HABLA! –Lo estrangulaba con la poca fuerza que le quedaba, no podía hacerse el débil, así jamás encontraría a Sasuke.
Le apretó más el cuello.
El cuerpo de Orochimaru comenzó a moverse a los lados, parecían convulsiones, el rubio aflojó su agarre ya que se sorprendió al ver la acción del peli-largo. El cuerpo de Orochimaru comenzó a derretirse cual barro a fuego intenso, su cuerpo perdía calor y a lo único que atinó Naruto a hacer fue levantarse y retirase unos pasos de aquel cuerpo.
- ¿P-pero qué…?
----------------- ^^-----------------------------------------------------------------------------------------------^^-----------
- Parece que Lord Orochimaru se divertirá con nuestros visitantes, ¿no crees, Sasuke? –Preguntó un peli-gris de coleta y anteojos.
- Como sea, me voy a mi habitación. Que Orochimaru haga lo que se le venga en gana, luego hablaré con él con respecto a abandonar mi entrenamiento… - Dijo dirigiéndose a la salida.
- ¿Cómo te atreves, mocoso? Háblale con más respeto a Lord Orochimaru que si no fuera por él, seguirías en tu patética aldea –le regañó enojado a Sasuke quien ya estaba por salir de aquella sala de entrenamiento sin prestarle atención alguna -. Este niño…
Después de salir de la sala de entrenamiento, Sasuke se dirigió a su habitación para darse una muy merecida ducha. Entró a su habitación, era como todas las demás: de tamaño mediano con una cama individual, una silla y una mesa de madera y sobre ésta una vela para iluminar la habitación y a la derecha el baño, sin ventanas ni adornos, nada. Una decoración apropiada para una habitación subterránea.
Ya dentro del baño Sasuke se quitó la ropa, entrando completamente desnudo a la regadera; giró el grifo e inmediatamente agua fría comenzó a caer sobre el cuerpo del azabache delineando con precisión cada parte de su formado cuerpo. Se encontraba de cara a la pared, con la cabeza gacha observando con sus ojos negros como la noche las baldosas húmedas y sus pies mojados mientras el agua se escurría hacia la canaleta.
Sus pensamientos iban y venían y solo se pudo enfocar en una sonrisa hermosa adornada con hermosos ojos azules, una piel hermosamente acanelada y una cabellera más brillante que el sol mismo. El objeto de sus pensamiento era Naruto, aquel rubio hiperactivo de quien se había enamorado años atrás y con quien llevaba una bella relación rota por el dolor y el deseo de venganza.
- Naruto… - Pensó, tomó con su mano su miembro; no lo dudó más y comenzó a rodear la cabeza de éste con su palma, acariciando y masajeando para que comenzara a despertar – Aaaah…
Siguió masajeando su glande con mayor rapidez, ya se podía ver observar el líquido pre-seminal asomar del orificio de la cabeza, con su mano libre tomó el tronco de su pene y comenzó a subir y a bajar lenta y tortuosamente sobre su ya erecto miembro.
- Mmmm… Narut-to… Aaah… Sí así…
Sasuke cerró sus ojos y llevó su cabeza hacia tras disfrutando e imaginando al rubio, recordando la vez en que Naruto se le entregó, recordando la vez en la que hizo el amor con la persona que hasta hoy en día seguía amando con toda el alma.
- Aaah, aah… Aah… Mm, Naru…
Recordó la vez en que habían practicado sexo oral, como era de esperarse era la primera vez del rubio y Sasuke estaba encantado al ser el primero en hacerlo con Naruto, vez en que Naruto tomó tímida y delicadamente el pene de su amado Sasuke y con toda la pena del mundo pero también gustoso comenzó a rodear la punta con su lengua rosada para después meterlo a su boca ya un poco más confiado y comenzar a sacarlo y meterlo de su húmeda cavidad mientras degustaba con su lengua.
- Aah, aah, aah – Sasuke dejó a un lado su glande y llevó su mano a sus testículos donde comenzó a jugarlos ferozmente ya cegado por el éxtasis mientras que con su otra mano seguía subiéndola y bajándola por toda su magnífica extensión acelerando el ritmo, imaginando que esa grata sensación se la provocaba el rubio -. Naruto, Naruto, Naruto…
Sasuke, quien aún tenía la cabeza hacia atrás con los ojos cerrados susurraba el nombre del rubio.
- Naru… - Sintió un cosquilleo en su bajo vientre y se corrió, dejó salir ese magnífico líquido creador de vida que también había estado dentro de su rubia adoración - Narut-to…
Una vez hubo terminado de bañarse salió de su habitación en busca de Orochimaru, a estas alturas ya debió de haber terminado de divertirse con los intrusos así que era el mejor momento de ir a buscarle y hablarle respecto a su entrenamiento. Caminó por varios pasillos hasta que se paró en seco por lo que acababa de escuchar, no lo podía creer, sabía que eso algún día pasaría pero no creyó que tan rápido y en ese lugar, se lo había imaginado de otra manera.