Después de siglo s de convertirse en vampiros, Gakupo y kaito eran muy famosos entre la gente. Pasaban de fiesta en fiesta, un día unos amigos los invitaron a una fiesta a su casa, una casa enorme, más parecida a un castillo gótico, ellos aceptaron. Cuando estaban lleno a la fiesta se toparon con una jovencita, la cual los miro y les regalo una sonrisa para luego correr dentro de la casa donde era la fiesta.
-quien… quien era ella? – le pregunto kaito al Gakupo sonrojado.
-no lo sé…- Gakupo miro a su amigo, casi hermano, sonrojado. Era la primera vez que lo había visto así, aunque en el interior él se sentía igual. Para luego dirigir sacar sus colmillos inconscientemente y dirigir la mirada a la puerta de la casa – pero quiero conocerla...
Entraron a la casa, era mucho más grande de lo que aparentaba. Sonriendo buscaron a a su amor prohibido. En un momento de la fiesta los dos se perdieron, separándose. Kaito se dirigió a una gran ventana que estaba en el segundo piso. Ahí volteo a todos los lados esperando verla desde arriba pero no encontró nada.
-no se puede a ver desvanecido…- kaito se apoyó en la ventana.- no se puede haber ido…
Sin darse cuenta lagrimas comenzaron a caer por sus ojos, rápidamente las limpio, mirándolas asombrado. El no lloraba, nunca lo hacía, desde que se convirtió en vampiro nunca lloro. Miro al cielo esperando obtener una respuesta, dejando caer más lágrimas.
-Siento que el mundo se tiñe de negro al no verla… este retorcido amor se hará realidad?- se preguntó.- este… amor incompleto.- dijo rompiéndose, sollozando cayó al suelo. Se quedó ahí in tiempo hasta que sintió la mano de alguien tocando su hombro, alzo a vista y la vio. Era la linda chica que le sonrió. Pero esta vez tenía un semblante preocupado.
-e… estas bien?.- dijo preocupada.
-si…- dijo limpiando sus lágrimas para luego sonreírle.- cómo te llamas?
-kagamine Len.- Dijo sonriendo.- un gusto conocerlo señor.
-yo soy Kaito Shion… también es un gusto. Lindo nombre para una linda chica
-pero… señor kaito, soy hombre…- kaito se quedó paralizado. Era un hombre… pero si estaba vestido de mujer. Recupero un poco la conciencia y le sonrió, no importaba. Una persona, o vampiro, nunca elige de quien se enamora
-Oh… lo lamento, solo que... eres muy lindo.- dijo levantándose, ahí se dio cuenta de que él era mucho más alto que la linda chica.-…que edad tienes, Len?
-tengo 13, y usted?- sonrió tierna y puramente.
-yo…- kaito pensó una cifra, no le podía decir su edad verdadera.- tengo… 20.
-oh…- dijo Len sonriendo.- pensé que era un poco menor. No importa, bueno ahora me tengo que ir.
-espera.- kaito lo cogió de la mano antes de que pudiera hacer algo.- yo…- se acercó a Len, hasta dejar sus caras muy unidas intentándolo besar.-Len… yo te amo.
-se- señor…- Len lo empujo. Kaito lo miro con los ojos abiertos.- lo lamento, puedo ayudarle con lo que sea… pero no le daré lo que es mío…- dijo antes de salir corriendo con lágrimas en los ojos, kaito se sentía un tonto. Solo se quedó sentado esperando que Gakupo lo encuentre y arregle un poco las cosas.
Al otro lado de la fiesta, un Gakupo preocupado se encontraba tratando de encontrar a su hipócrito amor. Lo busco hasta que encontró, llorando en una esquina de la gran casa.
Se acercó con sumo cuidado, y lo abraso sin previo aviso.
-te sucede algo?- le pregunto en tono preocupado.
-… no pasa nada señor.- Dijo Len rompiendo el abraso y mirando a Gakupo a los ojos. Para luego regalarle una hermosa sonrisa.
-no lo creo…- Gakupo se puso a su altura y le sonrió.- puedes confiar en mí…
-bueno…- Len recordó a kaito y sus ojos se volvieron a poner llorosos.- un señor extraño me intento besar y me dijo que me amaba… pero… yo no quiero a nadie. No quiero que me lastimen, yo solo soy bueno con la gente pero siempre se aprovechan de eso.
-kaito...- dijo entre dientes Gakupo molesto.-tranquilo pequeño. Lo que pasa es que…- Gakupo lo miro y lo abrasado de nuevo.-yo… también te amo.
-que…- Len no podía creer lo que le pasaba, porque de la nada dos tipos que nunca había visto se le declararon?- yo…
Alguien se paró detrás de Gakupo, era kaito. Después de un tiempo quiso ver de nuevo a Len. Ahora miraba con odio Gakupo. Len retrocedió asustado y se escondió detrás de un mueble.
-… Gakupo…- dijo kaito molesto.
-… kaito…- repitió el otro.
Así inicio una pelea por el menor, el cual solo se quedó escondido detrás de un mueble. Len se cansó de escuchar los gritos y se levantó haciéndolo frente a la situación.
-ya basta…- dijo con un hilito de voz. En ese momento los dos dejaron de pelear y lo miraron atentamente.- no quiero estar con ninguno… yo…
-pero… yo te amo. Y quiero estar contigo.- dijeron los dos al mismo tiempo.
-lo lamento…- dijo mirando al suelo.
-por favor…- Gakupo se arrodillo. Acción que imito kaito.- te prometo que no te hare daño.
-yo tampoco te lo hare…- dijo kaito mirando al suelo.
-dame una oportunidad!.- gritaron los dos.
-no lo sé…- Len se volteo, después de pensarlo un poco respondió.- creo… que si… a los dos
Los dos vampiros se miraron, ahora eran rivales de amor. Después de la propuesta pasaron algunos días. Todos esos días Gakupo y kaito lo iban a ver por separado. Claro Gakupo se enteró un poco después de que era un hombre pero poco le importo, él lo amaba.
Cada día, el mundo que ellos creyeron teñido de negro volvía a tener color. Así como también sentían que ese impulso suprimido estaba a punto de romperse. Cada vez que le daban un beso era dulce y ardiente, los dos se complementaban con Len. Eran muy felices. Claro había momentos de peleas, Len no los quería ver a los dos, a ninguno. Y momentos así se repetían hasta que fue Gakupo quien intento quebrar esa promesa. Len se enojó con los dos y no les volvió a hablar por un largo tiempo, en ese tiempo ellos se escondieron en la sombra, odiándose. No salía, no comían, no hacían nada. Los dos querían ser abrasados, querían sentir el calor de sus cuerpos acoplados, pero sintieron que Len se desvaneció de su lado, asi que no hicieron nada.
Ese amor que tanto anhelaban volvió a teñir todo de negro, rompiendo todo. Ambos desaparecieron juntos, no volvieron a la casa de Len. El cual se arrepintió profundamente de haberse molestado tanto. El inocentemente los dejo escapar con la creencia de que estarían a su lado. Pero no regresaron nunca. Él también se rompió, y su mundo se tino de negro.
-pienso en ustedes diariamente…- dijo llorando afuera de su casa.- es sentir sus hombros en mi brazo… antes de que esa sensación se convierta en nada, los encontrare.
Len busco y busco por todos lados la casa de Gakupo y kaito. Hasta que la encontró. Muy lejos de la ciudad, una casa vieja y al parecer abandonada. Camino a la entrada y todo la puerta de esa extraña mancion.
-Gakupo…- entro sin permiso alguno.- kaito…
Vago un tiempo hasta que por fin los encontró.
-Gakupo! Kaito!.- grito y corrió a abrasarlos. Ellos se asustaron y se alejaron de Len.- en serio lo lamento.. yo… yo…
Ellos miraban a Len con tristeza. Pero no se dieron cuenta de algo. No habían comido nada en días, semanas. Un hambre los invadió al ver las rojas mejillas de Len al momento de la declaración.
-yo… los amo a los dos.- dijo sonriendo. Fue lo último que dijo, pero ellos no podían prestar atención a lo que Len decía, estaba envueltos en una tenebrosa y vacilante fantasía. Se acercaron a Len, y en su pierna y cuello dejaron cicatrices de mordida imposibles de quitar, no se dieron cuenta de lo que hacían. Su memoria se ahogaba en oscuridad y se desvanecía, el amar y el ser amado, al punto de volverlos locos, ese beso dulce y apasionado a la vez. Su conciencia se marcó lejos, las emociones se inundaron y los sentimientos se nublaron.
La realidad se pintó de una imitación de negro.