Ahora les contaré mi historia:
Me llamo Aioria, y vivía en Grecia, en un departamento con mi molesto compañero de cuarto Milo…mucho antes vivía con mi hermano Aioros, pero se fue a Sudamérica a hacer un posgrado de su carrera como profesor de idiomas. Entonces me dejó solo, y como no podía encargarme de todos los gastos del departamento, le dije a Milo que venga a vivir conmigo. Es un chico de mal carácter, pero gracias a su tonta broma ahora creo haber conocido a mi verdadero amor.
Antes salía con Marin, es una buena chica, pero los últimos meses notó que no estaba más interesado en ella y cortamos. Al verme tan desanimado Milo y su mejor amigo Camus me invitaron a un boliche a salir a bailar. ¡Y ahí comenzó todo!
Shaka solía ir a ese boliche también, por más que no le gusta mucho bailar. Es mi mejor amigo, pero siempre noté que estaba muy interesado en mí. El estuvo muy presente cuando terminé mi relación con Marin, lo cual me hizo pensar que me quería algo mas que como su mejor amigo. Entonces ahí fue cuando Milo y Camus se dieron cuenta de eso, y le dijeron
- Shaka, le gustas mucho a Aioria, dijo Camus
- ¿Cómo sabes? Preguntó Shaka
- Me lo dijo hace unos minutos
- ¿Y que voy a hacer con eso?
- ¿Porque no le das un beso? Dijo Milo, siempre tan audaz
- Y, bueno lo voy a intentar…
Y así fue como Shaka se atrevió a besarme…Fe un beso muy dulce, como nunca me habían besado, pero yo no entendía nada.
- ¿Shaka que haces? Le pregunté, aún desconcertado
- Te acabo de besar, me dijo
- Ya veo, ¿Pero con que propósito, te volviste loco?
- Es por que me amas, ¿No es así?
- ¿Quién te dijo eso?
- Milo y Camus me lo dijeron
A lo lejos, pude percibir como Milo y Camus se reían. Tenía ganas de matarlos, pero a la vez me sentía agradecido con ellos.
- Shaka, vayamos afuera, le dije…
Entonces fuimos afuera y le devolví el beso que me había dado, y después le dije.
- Sinceramente, yo no sabía que me amabas. Tenía mis sospechas, pero no pude percibirlo…Tanto tiempo pensando en Marin me hizo no ver que estabas a mi lado, perdóname
- Está todo bien, yo tampoco podía decírtelo. Pensé que arruinaría nuestra amistad, y no quería eso por nada del mundo…me dijo
- ¿Y ahora que hacemos? Pregunté
- ¿Vamos a mi casa? Me dijo
- Me parece una buena idea, vamos…
Y así fue que nos fuimos a la casa de el. Hablamos mucho sobre los que nos paso, y nos volvimos a besar. Con el tiempo estuvimos más unidos, y ahora vivimos juntos, ya que Milo se fue de mi casa (por suerte) y se quedó en lo de Camus. Ahora ¿Soy yo? ¿O ellos también andan en algo? No lo sé, nunca quisieron hablarnos del tema…
Un día salimos los cuatro a la pizzería de Deathmask, y mientras comíamos, traté de sacarme mis dudas con ellos.
- ¿Cómo andas Milo tanto tiempo? Pregunté
- Bien gracias, mejor no puedo estar…contestó
- ¿Y eso a que se debe?
- Conseguí trabajo como músico
- ¡Que bueno!
- ¿Y estás de novio?
- No voy a hablar de eso…dijo, mientras Camus se ruborizaba un poco
- Ah está bien…no importa.
Después de comer pizza y tomar unas cervezas, nos fuimos a bailar, como todos los fines de semana. En un momento veo que se apartan, y hablan algo entre ellos, pero no pude escuchar bien. No le dimos importancia y con Shaka seguimos en la nuestra.
Lamentablemente, me crucé con mi ex novia, Marin, y me dice…
- Así que ahora te volviste bisexual, ¿No es así?
- ¿Cómo sabes? Le pregunté
- Se que me dejaste por tu amigo…
- Si ¿Que tiene?
- Como te odié por eso, Aioria… ¡No quiero volver a verte!
- ¡Marin, espera! ¡No llores!
- Aioria déjala… no vale la pena, dijo Shaka
- Pero sabes que no me gusta verla sufrir…le dije
- Es normal, ya se le pasará…
La verdad, me dolió mucho verla así. Por un momento pensé que aún tenía sentimientos hacia ella, pero después me di cuenta que era pasado, y no me interesaba más…
Todavía me cuesta creer que puedo ser tan feliz, pero por momentos noto a Shaka un poco distante, sobretodo cuando pasa largas horas en la habitación meditando. Hay veces que me gustaría que pasemos mas tiempos juntos, pero yo entiendo su forma de ser y lo acepto. Ahora que vivimos juntos, se hicieron las cosas un poco más fáciles.
Nuestros besos son muy pasionales y profundos. No puedo describir con palabras lo que me hacen sentir. El es perfecto en ese arte, y los míos le gustan mucho también. Y eso que el no se considera demasiado pasional. Yo pongo el fuego y el es mi cable a tierra en la relación.