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La oscura Tierra de las Maravillas por InfernalxAikyo

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Notas del capitulo:

Aaaaaw! Siento haberme tardado tanto en subir este capítulo  :( Me abdució algo llamado universidad que me atormenta y no me ha dejado en paz e.e

El capítulo es algo extraño y loco, pero los que han visto/leido Alicia en el país de las Maravillas podrán entenderlo xD (aunque en sí no tiene lógica) La escena no es exactamente igual pero traté de darle una buena adaptación. 

Ya saben, cualquier error háganmelo saber! Espero que les guste n_n y dejen sus reviews! :3 

Gracias por leer!

Desperté e inmediatamente antes de abrir los ojos pude sentir las duras cuerdas gruesas aprisionándome las muñecas. Estaba sentado en una silla y tanto manos como pies los tenía amarrados a ella, el roce de los hilos quemaba la piel.

Separé los párpados lentamente, como si tuviese miedo de ver lo que tenía en frente. Estaba en una habitación de madera, los muebles crujían y el soplido del viento podía oírse colándose por la ventana. Di un vistazo más detenidamente a las paredes, la habitación era muy extraña, en las murallas, sobre los muebles, sobre la ventana, incluso sobre mi cabeza, todo estaba lleno de sombreros ¡Toda clase de sombreros! De copa alta, bombines, boinas y muchos que no alcanzaba a distinguir ¡Era una verdadera locura!

- Miaaaau-  El maullido de un gato me sobresaltó y me obligó a dar un respingo sobre la silla. Achiqué los ojos para poder ver mejor en la penumbrosa habitación apenas iluminada por un par de velas. Comencé a escuchar un ronroneó, dilucidé una  mesa que estaba justo en medio de la sala, no había nada, sobre los muebles tampoco ¿Dónde estaba ese gato? El ronroneo se hacía cada vez más fuerte y cálido y comenzaba a ponerme nervioso. De pronto, una nueva vela pareció encenderse.

- ¿Qué…Demonios?- Atiné a decir intentando cerrar la boca por el asombro.

- Miau- Dijo o maulló secamente ¿Qué era eso? El gato, que precisamente no era un felino estaba tendido sobre una alfombra color cobre. Su cabello era rojizo oscuro, casi negro y sus ojos brillantes eran completamente verdes, sus uñas eran largas, nunca había visto uñas así y su pecho desnudo y  pálido era adornado por algunos rasguños. En su cuello traía un gran collar con un cascabel que sonaba al ritmo de sus movimientos. El cabello se le alborotaba y formaba unas simpáticas orejas rojizas, tenía una cola que salía de sus pantalones de cuero color negro, me estremecí al verlo moverla. Estaba…Lamiéndose una mano, pata ¡No lo sé! ¡Este gato era un humano!

-Buenas tardes- Sonrió ampliamente mostrándome unos dientes perfectamente blancos, relucientes pero sumamente feroces, los colmillos resaltaban de su limpia dentadura.

 
- B…Buenas tardes- Musité aun sin salir de mi asombro. Este chico hablaba perfectamente bien pero se comportaba como un maldito gato. Corrí la mirada cuando comenzó a lamer su pecho.

- ¿Qué es lo que e…?-  Intenté preguntar mientras miraba hacia un lado y distraía mi vista observando uno de los extravagantes sombreros.

- Mi nombre es Cheshire- Interrumpió en un ronroneo que me erizó la piel.

No pude evitar sentirme intrigado por este nuevo ser que tenía frente a mí, lucía casi completamente humano a excepción de su cola y su comportamiento era igual al de un felino. Clavó sus ojos claros y brillantes fijos en los míos, su mirada era idéntica a la de un gato, perversa, elegante, misteriosa y masculina. Me estremecí cuando se acercó a mí y juguetonamente y estando aún en el suelo puso sus manos sobre mis piernas y comenzó a amasarlas. Quise soltarme de las sogas que mantenían atado a la silla y golpearle en la cara, me hacía cosquillas y esto me irritaba. Las mejillas escondidas bajo los mechones rojo oscuro que caían desde su frente se ruborizaron por completo y pude ver como una mueca de regocijo dilucidaba en su rostro, como si manosearme las piernas fuese el placer más grande de la tierra.

-¡Hey! ¿Qué estás…?- Intenté quejarme al ver como sus manos subían un poco más por mis piernas. Pero otro ruido me hizo callar.

- ¡Shhh!- Exclamó él con ese acento felino que me llamaba tanto la atención.

- Ha llegado- Dijo apartándose súbitamente de mí y recostándose nuevamente sobre la alfombra.

- ¿Quién?-

- El Sombrerero-

- ¿Quién?- Volví a preguntar, sin entender.

- El sombrerero está loco- Terminó sin atender a mi pregunta. En ese momento guardó silencio y se quedó quieto, yo hice lo mismo. Pude sentir unos pasos tras la puerta y escuché como la manilla se abría suavemente. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo de pies a cabeza ¿Quién era este sombrerero para que Cheshire se quedara quieto de pronto?

Por el umbral se deslizó una figura alta, esbelta y pálida como un cadáver, los ojos negros como el vacío eran adornados por unas notables ojeras que le daban un aspecto fúnebre  a su rostro triangular. Un sombrero de copa alta color negro, adornado con algunos naipes cubría parte de su cabello dorado que desordenado escapaba cayendo por su frente, lo traía hasta la altura de las caderas y era amarrado con una coleta. Vestía elegantemente. Caminó hasta la silla y se paró frente a ella, solo entonces pude observarle bien el rostro, sus ojos no eran completamente negros, uno de ellos era de un color verdoso casi amarillento, semejante a los ojos de Cheshire. Dirigió una casi imperceptible mirada hacia mí, luego se arrodilló en el piso y comenzó a acariciar a Cheshire. El pelirrojo ronroneaba al ritmo que la mano pálida y fría como hielo subía y descendía por su estómago y pecho, pude observar cómo se estiraba relajado en el piso y lamía la mano de lo que parecía ser su dueño. Me estremecí en mi asiento y una gota de sudor recorrió mi frente, Agate me lo advirtió, que las reglas de arriba no se aplicaban en esta ciudad subterránea, pero ¡Tener a un humano como mascota! Dios, eso era una locura. No sabía si sentir nauseas o enternecerme con dicha escena, después de todo Cheshire parecía feliz siendo acariciado por las finas manos de ese hombre, quien con especial cariño mimaba el dañado cuerpo de este chico-gato quien a ratos podía oírse regocijarse en gemidos que dejaban de ser felinos y mostraban su lado humano.

Las caricias se detuvieron y el rubio dirigió una fría mirada hacia mí, no podía evitar quedarme pasmado ante tan extraños ojos, jamás había visto algo así, un par de iris de distinto color era algo demasiado raro. Sentí algo de vergüenza cuando me di cuenta que él se había percatado de mi insistente mirada sobre sus ojos, corrí el rostro hacia un lado. Él seguía mirándome con esa extraña mueca en su rostro, indiferente mientras una sonrisa cruzaba sus labios pálidos. Se acercó a la silla con notable malicia y ajustó aún más las sogas que mantenían mis manos atadas. Guardé silencio, su presencia podía intimidar a cualquiera, a pesar  de su apariencia pálida y algo delgada, su desplante era tal que una sola mirada de sus ojos me inquietaba.

- Es la hora del té- Su voz era apagada y suave pero causaba un extraño escalofrío cada vez que cruzaba por mis oídos. Le miré asombrado.

- ¿La hora…del té?-
 Pregunte nervioso.

Se apartó de mi lado rápidamente dejando un agradable aroma a rosas a medida que se alejaba de mí. En un par de minutos y con la ayuda de Cheshire había ordenado la mesa que estaba en el centro del salón, a unos metros de mí. El mantel color blanco con bordeados de flores grises y las tazas y la tetera blancas regalaban una hermosa vista. El olor del té comenzó a colarse por toda la habitación  y no tardó en abrir mi apetito ¿Desde hace cuanto que no he comido ni tomado nada?

Cheshire a los pies bajo la mesa y el sombrerero me observaban con inusual extrañeza.

- Es la hora del té- Repitió fríamente.

- ¿Cómo demonios quieres que me mueva?- En ese momento y en un movimiento sorprendentemente veloz el rubio se acercó hacia mí y de su bolsillo sacó un naipe de corazones que no tardó en rozar contra mi mejilla, provocándome una pequeña herida, casi imperceptible pero que comenzó a sangrar rápidamente. Me estremecí en mi asiento y trague saliva. Este tipo estaba desquiciado.

- Dije…- Dijo con voz sombría –Qué es la hora del té- ¡Claro que me hubiese gustado pararme de esa maldita silla y sentarme a beber el té con ellos ¿Pero cómo lo haría si estaba amarrado? La mirada severa que sostenía sobre mí me hacía temblar ¡Este tipo estaba hablando enserio! Acercó su rostro considerablemente al mío y me tomó por la camisa, levantándome a mí y a la silla, Dios, que fuerza tenía.

Tragué saliva mientras pensaba en cómo zafarme de esa incómoda situación, pero su respiración mezclándose con la mía no ayudaba y me intranquilizaba aun más, estaba tratando con un verdadero lunático.

-Está…Está bien- Musité luego de calmar el temblor de mi voz y tranquilizar mi acelerada respiración.

-Beberemos té…Pero, desátame para que pueda llegar hasta la mesa- Él quedó mirándome fijamente por unos momentos, clavando su incómoda mirada negra y verde en mis pupilas.  Hubo unos segundos de silencio, hasta que habló.

- ¿Acaso no puedes tu solo?- Preguntó.

- Lo haría si tuviese una mano desatada-

- ¡Está bien! ¡Desataré una mano por ti! - Y entonces me desató la mano izquierda. No tardé en desatarme la derecha y los pies de esa silla. Poder levantarme y sentir nuevamente como la sangre llegaba a mis articulaciones fue sin duda el mayor placer que he sentido en toda mi vida. Me costó dar los primeros pasos sobre el suelo y tambaleé un poco ¿Desde hace cuanto que no ponía los pies sobre la tierra?

Llegué hasta la mesa sumisamente, debía tener cuidado. Al levantarme pude observar que el Sombrerero estaba armado, desobedecerle podría significarme la muerte. Llegué y me senté en una de las sillas que estaban en la mesa. El rubio no tardó en llegar a mi lado y volver a amarrarme a la silla, dejándome tan solo una mano libre. Suspiré, intentando conformarme ante la horrible situación de secuestro que estaba viviendo. Observé cómo servía el té en las pequeñas tazas blancas con bellos dibujos de rosas rojas en ellas, cuando vi acabada su misión pregunté:

- ¿Por qué es que estoy aquí?- Él y Cheshire que se hallaba jugando bajo mis pies quedaron mirándome extrañados.

- ¿No lo ves? ¡Es una fiesta!-

- ¿Una fiesta?-

- Una fiesta de té.-

Sacudí la cabeza, confundido  ¡Este hombre no hacía más que decir tonterías!

- ¿¡Y qué es lo que celebramos!?- Una voz agitada resonaba desde el exterior de la habitación. Di un respingo en la silla cuando la oí entrar en mis oídos ¡Era Agate! La puerta se abrió fuertemente. Vestía unos pantalones de cuero negro y una camisa sin mangas color marrón. Sus ojos se posaron sorprendidos sobre los míos por unos cortos segundos, parecía sorprendido al verme, pero no me tomó en cuenta y se apresuró en dirigirse hasta la mesa.

- ¡No te sientes! ¡No hay lugar! ¡No hay lugar!- Exclamaron Cheshire y el Sombrerero a la vez, obligando a Agate a retroceder un par de pasos que luego reanudó y finalmente se sentó a mi lado sin prestar atención a los alegatos de ambos.

- Lamento interrumpir su fiesta de cumpleaños…-

- ¡No es una fiesta de cumpleaños!- Exclamó el rubio.

- ¿Entonces qué es?- Preguntó el peliblanco mientras se llevaba un pastelillo a la boca. Él parecía estar evitándome, absolutamente lo estaba haciendo. Pero no podía decir nada, quizás esto era parte de su estrategia.

- ¡Es una fiesta de no-cumpleaños!-

- ¿¡No cumpleaños!?- Exclamé.

- ¡Exacto!-

- ¿Qué…Qué es eso?- El Sombrerero comenzó a reír a carcajadas mientras sujetaba su sombrero para que no cayese de su cabeza.

- ¡No sabe lo que es un no cumpleaños!- Rió más fuerte.

- ¡Cambiemos el tema!- La voz de Cheshire se coló por debajo del mantel. Di un pequeño salto sobre la silla, había puesto nuevamente sus manos sobre mis piernas y había comenzado a acariciarlas otra vez.

- ¿En qué se parece un cuervo a un escritorio?- Preguntó de pronto el rubio dirigiéndose hacia mí.

- ¿Eh?- Pude ver cómo sus manos comenzaban a jugar con un cuchillo sobre la mesa, parecía tener habilidad para manejarlo, me estremecí. –Bueno…Yo-

Agate sacó un reloj que traía en su bolsillo.

- ¡Que tarde es! ¡Debo irme! – Exclamó, interrumpiéndome

- Tu siempre vas apresurado- Dijo el rubio mientras le arrebataba el reloj de las manos, olvidando parcialmente la adivinanza que me había hecho.  

- ¡Ah!- Exclamó eufórico luego de abrirlo con un tenedor y volver a cerrarlo -¡Ya comprendo! Es que tu reloj tiene dos días de atraso-

- ¿Dos días de atraso?-  Miré a Agate sorprendido ¿¡Dos días de atraso!? ¡Eso era una soberana estupidez! Los relojes tan solo cuentan horas

- ¡Sí!- Y sin más siguió con su inspección, concentrándose aún más en el aparato. En ese instante entre yo y Agate se cruzó una mirada cómplice. Me sentí aliviado entonces, sin entender bien lo que estaba pasando pude leer en el rojo de sus ojos un “estarás bien” que me tranquilizó de sobremanera. Deslizó la mano por debajo del mantel y apartó con brusquedad las patas de Cheshire y comenzó a desatar suavemente y con cuidado el nudo que mantenía mis piernas atadas, mientras tanto yo desataba la soga que apresaba mi mano derecha.

- Ugh-  Lamentó Agate casi en un susurro al ver como el Sombrerero le echaba ¿Mantequilla? Si, mantequilla al reloj de plata, sentí lástima por él, la verdad es que era bastante lindo y parecía ser preciado para él. En ese momento las sogas se soltaron. Esta era mi oportunidad para escapar.

- ¡Cambio de asiento!- Gritó el peliblanco. Entonces él y el rubio se pusieron de pie, este último sin dejar de mirar el reloj. Se levantó y tomó mi mano y rápidamente comenzó a correr. Estuve a punto de caer pero logré mantenerme.

- ¡Están escapando!- Escuché el grito del Sombrerero antes de atravesar el umbral de la puerta que conducía a un largo pasillo. En ese instante una docena de hombres comenzaron a salir de las distintas habitaciones a lo largo de todo el pasadizo, vestían completamente de negro al igual que los que me secuestraron. Comenzamos a correr más rápido, a medida que avanzábamos más iban saliendo y nos perseguían a paso ágil. Sentí terror, si nos atrapaban a los dos estábamos perdidos. El pasillo era largo y parecía no tener fin, los grandes ventanales de cortinas rojas y la alfombra del mismo color parecían un paisaje que se repetía una y otra vez ¡Esta casa era una locura! Estaban cerca, pude oír sus pasos a centímetros de mí. Mire a mi compañero, sostenía mi mano con fuerza y la respiración agitada demostraba que estaba igual de asustado que yo. Me dio un apretón y me arrastró hasta una de las ventanas, cuando me di cuenta de lo que quería hacer era demasiado tarde para detenerle, de un momento a otro nos encontrábamos atravesando el vidrio de uno de los ventanales. Pude sentir los cristales penetrándome la piel, clavándose en mis brazos, rostro y hombros. De pronto me vi volando desde un cuarto piso, el viento raspaba mi piel y el frio llegó hasta mí súbitamente en una ráfaga rápida. Agate me tomó en el aire y me envolvió en un abrazo, cerré los ojos y segundos después pude sentir cómo rodábamos colina abajo. Su cuerpo me protegió de ramas, piedras y restos de vidrio, me sentí molesto ¿Por qué demonios había hecho eso? De pronto un tronco que había sido tirado se cruzó en nuestro camino y nos hizo levantarnos un par de metros del suelo, la caída era seguramente dolorosa. Sentí como sus brazos me apretaban con fuerza y una de sus manos cubría mi cabeza, luego de eso sentí el fuerte impacto contra el suelo y luego caímos al agua.

Abrí los ojos antes de sumergirnos, la colina desembocaba en un río, torrentoso y salvaje. Respiré hondo antes de caer y me aferré al cuerpo del peliblanco, luego tan solo sentí el choque contra la muralla de agua y su fuerza separándome de Agate. No podría describir lo que pasó después, la confusión y las agitadas aguas me arrastraron, no podía ver, no podía escuchar y apenas podía respirar, los rápidos me hacían emerger y sumergirme nuevamente una y otra vez  mientras veía cómo la figura inconsciente de Agate se alejaba cada vez más. Deseé tener esos ojos escarlata que se ocultaban bajo los párpados cerrados otra vez, abrazándome, pero el agua apartándolo y llevándoselo me arrebató el deseo de las manos. Cerré los ojos y me dejé llevar, hasta dejarme arrastrar hasta lo más profundo del helado río.

Notas finales:

¿Y Ustedes saben? ¿En qué se parece un cuervo a un escritorio? ~


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