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Deseo de nieve por neusa chan

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Notas del fanfic:

EXO no nos pertenece, sino a la grandísima y odiada SM Ent. y a ellos mismos.

Notas del capitulo:

¡Hola!

Vine con un fic cortito, muy superficial. No esperen una historia profunda, filosófica, que las haga llorar mares, porque no es así. Es bastante simple, pero espero que les guste. Aparecen todos los miembros de EXO, pero a algunos tendrán que buscarlos con lupa.

Usagi

Baekhyun despertó desorientado. No recordaba exactamente cuándo se había dormido, ni en dónde, ni mucho menos el porqué. Todavía entraba luz por la ventana, iluminando todo tenuemente, y hacía mucho frío. Faltaban un par de horas para que oscureciera y el frío arreciara más.

Entonces, recordó. Hoy había nevado por primera vez alrededor del mediodía. Después de jugar un rato afuera con su perro, el frío había sido demasiado. Corrió hasta la casa de Chanyeol y después todo había sido una mezcla de chocolate caliente, galletas y abrazos. Por eso estaba ahí, metido en la cama y enredado en los brazos de su mejor amigo.

Desde niños, Chanyeol y Baekhyun dormían juntos. La costumbre se había arraigado a medida que el calentamiento global avanzaba y los inviernos se hacían cada vez más fríos. Encontraban calor en los brazos del otro mientras dormían o, simplemente, no hacían nada.

Eran los mejores amigos desde que Baekhyun podía recordar. Chanyeol había estado ahí el día que Baekhyun había aprendido a montar en bicicleta, la primera vez que un diente se le había caído, incluso había tomado su mano cuando Baekhyun le confesó a sus padres que era gay. Chanyeol y Baekhyun eran inseparables, como Tom y Jerry, como Bob Esponja y Patricio, como la tierra y el cielo. Algunas veces, Baekhyun creía que no podía existir el uno sin el otro.

Baekhyun sacó un brazo fuera de las sábanas y lo regresó de inmediato. La diferencia de temperaturas entre su piel y el congelado aire de invierno de la habitación de Chanyeol había sido demasiado. Era mucho mejor si se quedaba metido ahí en ese pequeño nido, disfrutando de la respiración rítmica y acompasada de su mejor amigo.

Cuando Chanyeol dormía, como ahora, no parecía él. Generalmente tenía en la cara todo tipo de expresiones exageradas y sonrisas deslumbrantes, mientras que en el sueño era todo lo contrario. Dormía con la cara relajada, la boca levemente abierta, los ojos ligeramente cerrados y la nariz roja por el aire frío.

Baekhyun usó la palma de su mano para cerrar completamente los ojos de Chanyeol y se quedó mirándolo. Lentamente, deslizó la yema de los dedos por su nariz y los labios. La caricia fue tan suave que estuvo seguro que Chanyeol no la había notado.

Baekhyun-ah

Baekhyun se congeló en su sitio. Chanyeol dejó aletear las pestañas rápidamente, como si quisiese abrir los ojos pero los párpados le pesaran demasiado.

Baekhyun-ah…

¿Q-qué?

—¿Por qué te estás moviendo tanto? —murmuró con esa voz ronca y profunda que era tan suya—. Quiero dormir.

—No me estoy moviendo tanto.

—Parece que quisieras salir de la cama.

—¿Estás bromeando?— casi chilló Baekhyun—. Esta habitación parece la puta Alaska. ¡Se me van a congelar los testículos si me levanto!

—Entonces quédate quieto y déjame dormir.

Chanyeol se acurrucó en la cama para mantener todo el cuerpo debajo de las mantas y enredado en las piernas de Baekhyun. Era difícil que 1.85 centímetros de persona más Baekhyun lograran ocupar perfectamente el espacio de la cama, pero ellos se lo apañaban. Evidentemente, había sido más fácil dormir juntos antes de que a Chanyeol lo atacara la pubertad, lo utilizara como sujeto de pruebas para una máquina de tortura y lo dejara tan alto como un poste. Baekhyun no había tenido tanta suerte.

Baekhyun-ah…

—¿Qué?

—Todavía te estás moviendo.

Baekhyun suspiró. No se estaba moviendo, estaba seguro. Lo único que quería Chanyeol es que actuara como una especie de manta, completamente inmóvil, y le diese calor.

—Estoy incómodo— contestó.

—¿Por qué?

—¿Por qué?— repitió Baekhyun, mofándose del tono pastoso en la voz de su mejor amigo—. Porque eres un jodido gigante y no hay espacio para mí en esta cama.

—Es mejor así. Estamos más calientes.

Baekhyun sintió el estómago hecho un nudo. Es gracioso, pensó, que el amor hiciera de tus órganos internos un desastre. La gente siempre había dicho que, cuando estabas enamorado, tu corazón te lo diría. Baekhyun pensaba que, en realidad, se sentía en el estómago. Todo ocurría ahí: las mariposas, el hoyo negro que se lo tragaba todo, los nudos, el dolor.

Por la manera en la que su estómago había dejado de funcionar como tal, para ser el órgano más problemático de su cuerpo, Baekhyun se enteró que estaba enamorado de su mejor amigo.

—¿Calientes?

Pero antes de que pudiera decir algo más, el teléfono de Baekhyun sonó.

—¡Ah, mierda!— gruñó Chanyeol, cubriéndose la cabeza con las mantas—. ¿Qué problema tiene el mundo hoy? ¿Por qué todos se empeñan en no dejarme dormir?

—Eres un quejica.

Baekhyun se puso de pie, no sin cierta renuencia. El piso de madera estaba helado y él tuvo que saltar en las puntas de sus pies hasta alcanzar el celular. El calor que había logrado mantener bajo las mantas con Chanyeol se estaba esfumando lentamente. En la pantalla del aparato aparecía una fotografía con el signo de llamada.

—¿Quién es?— gruñó Chanyeol desde la cama. Tenía la cabeza cubierta y su voz sonaba aún más grave—. ¡Cállalo!

—Sólo es Chen, idiota.

Seguidamente, Baekhyun se apresuró a contestar. El frío ya estaba haciendo mella en su piel, así que se dirigió a paso rápido a la cama y trató de acomodarse en el pequeño espacio que Chanyeol no ocupaba.

¿Baekhyun?—escuchó desde el otro lado de la línea.

—Yah, Chen. ¿Por qué molestas ahora?— contestó.

Estás con Chanyeol, ¿verdad?—preguntó, pero antes de que Baekhyun pudiera contestar, continuó—: Levanten el culo de dónde sea que estén y vengan a la plaza central.

¿Por qué? ¿Qué pasa?

Chanyeol le miraba fijamente. Los enormes ojos asomando por el borde las mantas y el resto de la cara bien cubierto. A Baekhyun le incomodó la fijeza de su mirada.

Kris consiguió vodka—explicó Chen—. Ya sabes, lo que usan los rusos para calentarse. Hay suficiente para todos. Vengan y tendrán un poco para beber… —ruidos y risas se escucharon en el fondo—. Si no llegan rápido, se habrá acabado y ustedes serán los únicos bebés que no lo probarán.

¡Sólo esperen!— ordenó Baekhyun—. Ya vamos de camino.

Chen se despidió y colgó. Baekhyun suspiró profundamente.

—¿Qué pasó?— inquirió Chanyeol, tratando de acomodarse junto a él como antes, sin éxito.

—No te pongas muy cómodo. Vamos a irnos a la plaza; los chicos tienen vodka.

 

*—*

 

Luhan se acercó renqueando. Parecía un marinero sobre la cubierta de un barco, bamboleándose y perdiendo precariamente el equilibrio a cada paso. Para Baekhyun era evidente que estaba borracho.

—¡Hey! —gritó Luhan mientras le pasaba un brazo sobre los hombros y descansaba su trasero junto a él.

Baekhyun miró el vaso desechable que su amigo sostenía. El líquido que contenía era transparente y despedía un fuerte aroma a alcohol. Debía ser, más o menos, la octava vez que se bebía uno.

—Luhan-hyung…

—¿Quieres escuchar algo gracioso? —preguntó, ignorando el llamado. Tenía en la cara una sonrisa bobalicona y los ojos casi desviados—.Baekhyunnie, el divertido Baekhyunnie.

Baekhyun era conocido por ser el que creaba el ambiente en el grupo. Sin embargo, cuando todos estaban alcoholizados y empezaban a comportarse como críos, él se hacía responsable y, junto a Suho, cuidaba la cantidad que bebía para poder vigilar a los demás.

—Cuéntame, hyung.

Luhan amplió la sonrisa estúpida. Con sus rasgos casi femeninos parecía un niño pequeño al que le habían comprado unos dulces.

—¿Conoces esa tienda para chicas que abrió esta semana?— preguntó Luhan.

A Baekhyun no le pasó desapercibido el cambio de idiomas en la frase de Luhan. Debía estar muy borracho. Había empezado hablando en mandarín, luego algo en coreano y había terminado diciendo chicas en inglés. Así, alcoholizado, el girlshabía sonado más como guuuuulz.

La he visto — respondió, indiferente.

—Bueno, ¿conoces a Tao?

Era irónico, pensó, que Luhan preguntara eso. En ese preciso instante podía escuchar los gritos de Tao desde algún lugar a su espalda, seguidos de las carcajadas estridentes y, cómo no, borrachas de Sehun y Kai. Al menos la mitad del grupo eran menores de edad, pero ya se comportaban como un inmaduro conjunto de adultos jóvenes, adictos al soju y fingiendo tener una vida organizada.

Luhan era, precisamente, uno de los adultos que clamaba el respeto por la infancia  de los más jóvenes. Pero cuando estaba borracho, su –antes- atenta mirada era una invitación para los demás a quedar igual o más alcoholizados que él.

—Lo conozco, sí.

—Pues… —Luhan se detuvo, ahogando una risita tonta—, hoy, Tao entró.

Seguidamente, se echó a reír con todos sus fuerzas. Baekhyun tuvo que sostenerlo para que no se cayera del borde de la fuente en la que estaban sentados.  El invierno había congelado el agua, pero de haberse caído, se habría dado un buen golpe contra el hielo.

—¿Ah, sí?

—Sí, sí, sí.

Baekhyun levantó la mirada y vio que Chanyeol lo observaba desde el otro extremo del parque. Estaba sentado cómodamente entre las piernas de Kris y se abrazaban, quizás por el frío o porque estaban demasiado borrachos para mantenerse sentados y erguidos solos. Baekhyun sintió que un retorcijón en el estómago le deformaba la cara en una mueca.

Celos, bien. Perfecto. Lo último que le faltaba a aquella noche para acompañar la risa irritante e imposible de detener de Luhan.

—Ya, hyung. ¿Y eso es todo?

Luhan necesitó casi de un minuto entero para tranquilizarse.

—No, no es todo.

—Entonces dime, ¿qué pasó?

Alguien gritó, luego Kyungsoo salió corriendo de nadie sabía dónde y se perdió de vista.

—Se compró esto…

Baekhyun tuvo ante sus ojos la mano de Luhan. En la pálida palma descansaban tres piedras de cristal de color azul, perfectamente ovaladas, con un tono de azul aún más claro en el centro y reflejos blancos.

—¿Qué mierda es eso? —preguntó Baekhyun tomando una en sus manos.

La piedra estaba fría. Sólo entonces, notó que ni Luhanni él llevaban guantes.

—Es una piedra de los deseos —y otra vez, la lengua se le enredó. Urishusfue lo que salió de su boca, nada que ver con el elegante wish—. La tomas en tu mano y deseas… justo así. ¿Estás mirándome?... con los dedos. Y luego, haces fuerza con el brazo… ¡Como en los juegos de baseball! —soltó una risita— Y tú la lanzas, tú… al agua. ¡De una fuente! ¡COMO EN LAS CARICATURAS!

Chanyeol lo observaba fijamente, estaba seguro. Luhan montaba un escándalo a su lado sobre las fuentes y las piedras, reía y hacía amagos de caerse, y él era el centro de atención por estarlo sujetando.

—Vaya, hyung. ¡Qué interesante! —bisbisó Baekhyun, ligeramente molesto—. ¿No podrías, ahora, cerrar la boca?

Luhan lo miró con los ojos muy abiertos. ¿Quizás no debió tratarlo así? Era, aunque estaba muy borracho, su mayor.

—¿Yo?— preguntó Luhan, y se señaló.

Luego, hizo una mímica de cerrarse la boca con una cremallera y sonrió de manera perdida otra vez. Si alguien fuera tan amable de quitarle a Luhan de encima, sería todo mucho más fácil en su vida. Estaba cansado y celoso. Lo único que quería en ese momento era desentenderse de sus amigos, alejar a Chanyeol de Kris y dirigirse a la casa más cercana a pasar el frío.

Literalmente, se le estaba congelando el trasero.

—¿Lu­-ge?

Baekhyun vio su salvación. Minseok estaba parado frente a ellos, borracho, pero lo suficientemente consciente como para saber que Luhan estaba siendo una carga.

—¡Xiumin-ah!—chilló Luhan, y se abalanzó sobre su mejor amigo.

Al verse libre, Baekhyun se puso de pie de un salto y se dirigió a grandes zancadas hasta el otro lado del parque. Cuando llegó, estaba empezando a nevar ligeramente. En el lugar en el que había estado, Minseok trataba a un meloso Luhan como un muñeco de trapo y lo zarandeaba de un lado a otro.

—Chanyeol— dijo.

El aludido levantó la mirada, casi ausente. A sus pies no había ni un solo vaso desechable. En realidad, estaban las botellas de vodka que Kris había conseguido. Tres estaban vacías.

—¿Se tomaron tres putas botellas de vodka?— preguntó Baekhyun, incrédulo—. ¿Sólo entre ustedes dos?

—No tres— corrigió Kris, aún abrazado a Chanyeol—. Una y… media.

Sus brazos entrelazados; sus cabezas y caras tan juntas; mierda, incluso la manera en la que sus cuerpos se recostaban entre ellos, puso a Baekhyun enfermo. Él era una persona muy posesiva y celosa, y lo sabía. Se enfermaba, incluso, cuando veía a Chanyeolsonreírle a cualquiera. Esto era demasiado para él, no tenía la fuerza ni la voluntad necesarias para enfrentarse a sus sentimientos tan tarde en la noche.

 ¡Al diablo con los borrachos y, especialmente, con Chanyeol! Baekhyun se iba a ir a su casa, y se iba solo.

 

*—*

 

La ligera nevada que había empezado a caer cuando estaban en el parque era, ahora, una tormenta. Había tenido que arrastrar a Chanyeol hasta su casa y, a falta de fuerzas, se había quedado a dormir ahí.A Baekhyun no le sorprendería que al día siguiente no fuese capaz de llegar hasta su hogar por la cantidad de nieve que quedaría en el camino.

Baekhyun veía la nieve cayendo a través de la ventana abierta del baño. Era muy tarde y Chanyeol y los señores Park estaban durmiendo. Se había puesto nuevamente la chaqueta térmica que había usado en el parque; mientras orinaba, el frío podía ser un hijo de puta. Cuando terminó, metió las manos en los bolsillos para mantener el calor en los dedos hasta llegar al cuarto de Chanyeol y dormir de nuevo con él. Entonces, se topó con algo y lo sacó a la media luz de la bombilla del baño. Era la piedra azul y brillante de los deseos que le había mostrado Luhan, la que había olvidado devolver. Brillaba como si tuviese luz propia, aunque Baekhyun sabía que no era así.

Miró la piedra y el inodoro alternativamente durante varios minutos. ¿Qué había dicho Luhan? Había sido, en resumidas cuentas, algo parecido a pedirle el deseo a la piedra y lanzarla a una fuente. Pero era invierno, el agua estaba congelada.

—Una fuente… —murmuró, y le castañearon los dientes por el frío.

El inodoro parecía una buena opción: era cóncavo, tenía agua y era lo suficientemente profundo como para hacer la parodia de una fuente. Sin más opciones, y por aprovechar la piedra, Baekhyun la apretó en su puño fuertemente.

—Deseo… —empezó, hizo una pausa y lo pensó mejor—: deseo que Chanyeol se enamore de mí.

Y lanzó la piedra. Afuera, seguía cayendo la nieve.

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Actualizaciones todos los martes. Ojalá les haya gustado.

¡Gracias por leer!

Usagi


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