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Becoming friend of a stranger. por jonginsomnia

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Notas del fanfic:

Éste fanfic está dedicado a Ana, por qué el domingo fue su cumpleaños

 

(Perdón por tardar tanto)

 

No estaba segura sobre quienes escribir así que sólo surgió, surgió un SuLay, cosa rara.

Notas del capitulo:

~

Pateando las piedras que encontraba en el camino, evitando las personas que pasaban a su lado y caminando con la mirada baja.

Para Lay, este era el modo usual en el que hacía su recorrido hacia la escuela.


Se detuvo en el cruce de autos, esperando a que luz se tornara roja para así, poder cruzar, después de unos minutos de espera, la luz cambió y Lay comenzó a caminar de nuevo, cuando una voz a su espalda lo detuvo.

 

- ¡Hey!

 

Lay se detuvo por un momento, mirando sobre su hombro, al no ver a nadie conocido, retomó su camino, mirando hacia la derecha e izquierda justo antes de cruzar.

Cuando se encontraba al otro lado de la calle, una mano sobre su hombro lo hizo frenar y mirar hacia atrás, para encontrarse a un chico un poco más bajo que él, piel pálida y cabello rubio… sonrisa angelical. El chico arreglaba su cabello y el saco de su uniforme antes de fijar de nuevo su mirada en Lay.

- Ehm.. Hola, soy nuevo aquí y… - Lay ni siquiera había terminado de escuchar lo que el chico tenía que decir cuando ya había girado sobre sus talones y estaba caminando en la dirección contraria. - ¡Espera!

 

Lay no había dado más de cinco pasos cuando, nuevamente, aquel chico lo sostenía de los hombros.

 

¿Por qué me molesta?

 

- Soy nuevo aquí y, observando tu uniforme, puedo ver que vamos al mismo colegio así que… ¿Puedo caminar contigo?

 

Lay levantó una ceja hacia aquel chico, sin decir palabra alguna sostuvo su mochila al frente, abrió uno de los cierres y sacó una libreta y una pluma de dentro de ella, sostuvo la pluma entre sus dientes mientras abría el cuaderno.

 

El chico no dejaba de observarlo y eso lo ponía nervioso pero aún bajo su mirada atenta, Lay se las arreglo para dibujar un pequeño mapa, indicando los nombres de las calles e incluso lugares que podrían servir de referencia, de ese modo, ese chico no tendría que caminar a su lado.

 

Un minuto fue suficiente para terminar aquel dibujo, Lay guardó de nuevo la pluma dentro su mochila, arrancó la hoja de la libreta y se la tendió al extraño.

Aquel chico la sostuvo entre sus dedos con mano temblorosa e intentando no rozar su mano contra la de Lay.

Lay no se sorprendió por aquello, el chico aún lo observaba como si tuviera miedo de que Lay fuera a morderle o algo parecido.

 

- Ahí. Direcciones y referencias para llegar a la escuela, buena suerte con eso. - Lay dijo con un pequeño guiño, dándose vuelta y retomando su camino, escuchando unos leves pasos tras de sí, después de unos minutos de escucharlos, frenó repentinamente, escuchando como los pasos detrás de él, lo hacían del mismo modo, con un leve sonido de rasguño en el piso.

Definitivamente, aquel chico lo estaba siguiendo.

 

Lay dejó escapar una maldición de su boca para girar y encarar a aquel chico.

 

- Deja de seguirme.- Tono frío y mirada indiferente, Lay siguió caminando cuando de repente, se vio detenido por aquel chico, que está vez estaba frente a él, mirada brillante y sonrisa enorme. Suspiró y rodó los ojos. - ¿Qué más quieres? Te dí una hoja con un maldito mapa, sólo tienes que seguirlo.

- Mhm, ¿qué pasaría si te dijera que perdí la hoja que me diste? - Dijo aquel extraño, con un tono divertido en su voz.

- Pero aún la tienes, la estoy viendo.- Con eso, los ojos de Lay se abrieron en demasía al observar a aquel chico destruyendo por completo la hoja que había dibujado para él, partiéndola por la mitad, y después a la mitad, y de nuevo, a la mitad.

- No, yo no tengo nada, así que… ¿puedo caminar contigo? - el chico preguntó con una sonrisa, Lay gruño bajito y rodó los ojos.

- Me da igual.

 

Como si nada hubiera pasado, aquel chico caminaba al lado de Lay.

 

No pasó mucho tiempo antes de que aquel chico, volviera a hablar.

 

- ¿Cuál es tu nombre? – Lay estaba sorprendido del coraje de aquel extraño, primero rompiendo el pequeño mapa y después queriendo entablar una conversación como si nada.

 

¿Habría algo de malo en decirle mi nombre? Lay pensó. Es decir, últimamente se había aburrido de su habitual círculo de amigos.

Pero fue traído de nuevo a la realidad cuando escuchó la campana sonar.

Habían llegado a la escuela.

- Ve a tu clase, no quieres llegar tarde el primer día. – Con eso, Lay entró al Colegio, dejando a aquel chico rubio detrás de sí, esperando que con algo de suerte, no volverle a ver hasta terminar el ciclo escolar.

 

 

Las clases pasaron más rápido de lo habitual para Lay, y cuando menos lo esperó la campana sonó de nuevo, indicando que era hora del receso.

Lay se levantó de su asiento, siendo el primero en salir del salón de clases, pasando de largo por la cafetería, ignorando por completo al chico que había conocido recién conocido en la mañana.

Ignorando también, que aquel chico le estaba siguiendo con una pequeña sonrisa en su rostro.

 

Sólo fueron necesarios unos pasos más para que Lay pudiera divisar a lo lejos aquella figura familiar. El árbol donde suele ir a descansar.

Todos los recesos, en vez de pasar tiempo con sus amigos, Yixing disfruta de ir a sentarse bajo la sombra de aquel árbol, ponerse ambos audífonos y perderse por un momento en la música.

Pero hoy había algo que se estaba entrometiendo en sus planes.

- Te dije que no me siguieras. – Yixing dijo en voz alta, a sabiendas de que aquel chico se escondía sólo unos metros tras él.

Escuchó una leve risa y de pronto, tenía a aquel chico frente a él. Yixing suspira, ése chico sonríe de una manera tan cálida que Lay casi se olvida de cómo respirar.

- ¿Qué haces? – Aquel chico preguntó, ignorando completamente el comentario de Lay.

Lay suelta un sonido de frustración, en estos momentos prefiere ahogarse en el nuevo perfume de Katy Perry. Ése chico comienza a molestarle.

- Nada. - dice con un leve encogimiento de hombros.

Yixing nota la sonrisa del otro chico, los labios torciéndose hacia arriba.

- Muy descriptivo.

Entonces el chico toma asiento justo al lado de él, y Yixing piensa que si no muere de gastritis, debido a que no ha comido nada desde la mañana, morirá de estrés debido a aquel chico.

Yixing finge no notar el rozar del brazo de aquel chico con el suyo. Le ignora y se coloca ambos audífonos.

- ¿Qué escuchas? – Yixing echa la cabeza hacia atrás y cierra los ojos, para murmurar una corta respuesta.

- Nada.

Aquel chico frunció el ceño, pensando que Yixing se estaba comportando demasiado grosero, él sólo quería ser amigable.

Observó alrededor, notando que en ese lado de la escuela, no se escucha ruido, no había murmullos o voces, no había gritos ni maldiciones por parte del alumnado. Y entonces, lo entendió.

- Árboles. – Yixing abrió los ojos, sorprendido, porque, siendo honesto, él jamás había dado “play” al reproductor de música, en efecto, el sonido de la naturaleza en ese momento había sido suficiente, él estaba escuchando a los árboles, esperando que ése chico se quedará en silencio, cosa que obviamente, no pasó. - ¿Porqué?

Yixing prácticamente se arrancó los audífonos de los oídos, claramente molesto. – ¿Por qué haces tantas preguntas?

- Por qué quiero saber.

- ¿Qué cosa?

- Sobre ti, quiero saber sobre ti. – Lay le miró sorprendido, ¿quién jodidos se creía aquel chico? - ¿Cuál es tu nombre?

Incluso antes de que Lay pudiera considerar la posibilidad de decirle su nombre a aquel chico, la campana sonó de nuevo, indicando que era hora de regresar a clases.

- Nadie. – después de eso, Lay se levantó de su asiento en el pasto, para caminar de vuelta a su salón de clases.

Sintiendo la mirada de aquel chico quemándole la nuca.

 

 

En el camino de regreso a casa, como siempre, Lay pateaba las piedritas que encontraba en el camino, hombros caídos y mirada al suelo. Nada fuera de lo usual.

Hasta que un par de tenis se posaron frente a los suyos, levantando la vista para encontrarse con una sonrisa que ya le resultaba familiar.

El mismo chico que lo había estado molestando todo el día.

Lay soltó un gruñido bajo. – Escucha, ¿qué es lo que quieres?

- Nada en específico, sólo quería que supieras que, de hoy en adelante, deberás acostumbrarte a que te siga.

Lay soltó una carcajada, incluso si estaba fuera de contexto.

- Espera, ¿te estás declarando oficialmente como mi stalker?

El chico asintió, efusivamente, mientras caminaba hacia enfrente, cada vez más cerca de Yixng, quien sostuvo el aliento.

- Un paso más y juro que te rompo el brazo. – Lay le advirtió a aquel chico que, con una sonrisa en su rostro, entrelazo sus dedos con la mano de Lay, dándole un suave apretón.

- Mi nombre es Kim Joonmyun, pero prefiero que me llames Suho, resulta que somos vecinos, aunque tú apenas me hayas conocido, vamos al mismo Colegio y estaría encantado de conocer más acerca de ti. No intentes alejarme, no gastes tu energía en ello porque, siendo sincero, soy bastante bueno ignorando el hecho de que no me quieres cerca.

Después de que Lay saliera del shock que aquellas palabras le habían ocasionado, logró articular una sola oración.

- ¿Por qué estás haciendo esto?

Actuando de manera hostil, esa era la forma en la que Lay alejaba a cualquiera que quisiera acercarse demasiado a él. Pero al parecer, esa técnica no funcionaba con Suho.

- Por qué quiero, y por qué… me atraes. – Sus labios curvándose en una sonrisa y Yixing soltando su mano, como si ésta le quemara.

- Aléjate de mí. No soy una persona agradable. – Lay le advirtió

- Yo no soy bueno escuchando órdenes.

- N-ni pienses que seré amigable contigo, nos acabamos de conocer. – Lay dijo con voz temblorosa, maldiciéndose por ello. – Suelo lastimar a los que están a mi alrededor.

- Entiendo, pero estoy dispuesto a tomar el riesgo.

Lay en ese momento sintió como si un peso fuera quitado de sus hombros. Dándose cuenta de que él… se sentía solo, necesitaba de alguien que se esforzara por permanecer a su lado, siempre era él quien había buscado a las personas, pero ya se había hartado y por una vez, él no iba a ser esa persona. Se sentía tan bien, incluso si se quería convencer de que estaba mal,  se sentía bien.

Después de eso, ambos chicos caminaron juntos, Suho dejo a Lay en la puerta de su casa, con la promesa de que ahora en adelante, caminarían juntos de ida al Colegio y de regreso a sus respectivos hogares.

Tal vez.

Sólo tal vez.

A Lay le había agradado caminar junto a Suho.

Después de observar como Suho se aleja a lo lejos, Yixing decide que está bien, que puede que le guste ése tal Joonmyun.

Pero, ¿a quién no le gustaría Kim Joonmyun, cuándo los pantalones le quedaban de esa manera?

Yixing tiene que enviar una nota de agradecimiento a la fábrica de donde vienen.

 

Notas finales:

¿Qué tal?

 

 

Espero les haya agradado <3 ~


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