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Tan sólo era una broma. por kozzha

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Notas del fanfic:

Espero y sea de su agrado, me inspiré en una imágen de éste par en donde Madara tiene forma humana y de un hombre. 

Besos

Notas del capitulo:

Espero y sea de su agrado. 

Besos.

Eran mediados de Julio y el verano estaba en todo su esplendor. Aquél sábado, Natsume y Nyanko-sensei estaban solos en casa. Shigeru estaba de viaje de trabajo y Touko había ido a visitar a una amiga.

El calor que hacía esa tarde  de verano era tan sofocante que Natsume y Madara habían preferido quedarse en casa y disfrutar del aire acondicionado.

Debido a que en la forma de gato se acaloraba más, Madara decidió tomar forma de humano y, no precisamente la de colegiala, si no una más imponente.  Aquél espíritu legendario había optado por la forma de un hombre alto de cabellera larga y blanca. Su cuerpo era fornido y fuerte. Aparentaba unos veintitantos años de edad. Con esa apariencia tan intimidante, muchos espíritus habían evitado visitar a Natsume. Con esa forma, el espíritu lucía un yukata de color gris.

A pesar de la incomodidad que le provocaba el clima, a Nyanko-sensei no le desagradaba esa estación; al contrario y eso era porque podía ver a aquél jovencito castaño modelar ropa ligera y que no dejaba mucho a la imaginación.

Madara le dio un sorbo al sake que estaba en la pequeña tacita y miró con los ojos entornados el trozo de cielo que se veía por la ventana. Lanzó un suspiro y miró sobre su hombro hacia la puerta. Natsume se estaba tardando mucho en la ducha. El muchacho fastidiado del calor había decidido darse una ducha para refrescarse, negándose a bañarse en compañía del gato.

-Ese chiquillo no me dejó bañarme con él-se quejó el hombre. Bebió de un solo sorbo el resto del sake y se sirvió un poco más. Su mente viajó lejos y se imaginó a él frotando la estrecha espalda de Natsume, inconscientemente se relamió los labios-Por el momento me tendré que conformar con dormid junto a él-se dijo con resignación.

Ya hacía bastante tiempo que Madara sentía cierta atracción por el jovencito y no sólo eso, sino que también un tremendo deseo por poseer aquél virginal cuerpo; esa había sido una de las tantas razones por las que también había elegido esa forma humana. Sabía de antemano que Natsume era bisexual y sentía cierto afecto no filial por su amigo Tanuma.

Tan sumergido estaba en sus pensamientos que no se había dado cuenta que el castaño había entrado a la recámara.

Natsume llevaba el cabello húmedo, vestía una playera delgada sin mangas de color azul marino y un short demasiado corto color beige.

Miró tan absorto a Madara que decidió jugarle una pequeña bromita. Caminó de puntillas hacia el otro y estando a unos solos pasos alzó su playera y cubrió con ésta la cabeza de Madara.

-¡Sorpresa Nyanko-sensei!-exclamó el jovencito con jovialidad. El muchacho no veía ahí al imponente hombre de cabello blanco, sino al del gato regordete porque no importaba que forma tomara el espíritu, para Natsume siempre sería Nyanko-sensei.

Madara escupió el sake que había bebido y se quedó estático. Sintió el pecho desnudo del jovencito sobre su nuca. Los acompasados latidos de Natsume retumbaron en su cabeza y percibió el exquisito aroma a jabón que emanaba el jovencito.

-No me tientes Natsume-pensó el espíritu.

Al ver que el castaño no tenía intención de alejarse, Madara se giró lentamente, quedando de frente con el pecho desnudo de Natsume.

-Nyan…-susurró Natsume al sentir el aliento del otro sobre su pecho.

-Hueles exquisito-musito Madara y aspiró el aroma del muchacho.

-Nyanko-sensei…me hace cosquillas-se quejó Natsume intentándose alejarse de Madara. Este le tomó de la cintura para que no pudiera escapar y dejando a un lado su autocontrol, Madara lamió uno de los pezones de Natsume-Ahh…Nyan…-gimoteo el jovencito. Trató de alejarse del más alto pero Madara le rodeó con sus fuertes brazos y lo atrajo hacia él.

-Sólo disfruta Natsume-dijo el más alto.

Chupeteó aquel rozado botón mientras una de sus manos recorría la espina dorsal del castaño; éste, por su parte, se removía mientras lanzaba leves gemidos. Después de lamer y mordisquear ese pezón, se fue a atender el otro. Natsume se aferró a la cabeza de Madara.

Le quitó la playera al jovencito y le tomó de la barbilla para besarlo con pasión. Los labios de Madara devoraron los de Natsume. El muchacho gimió cuando la lengua de Madara entró en su boca.

-Nyanko…-se alejó de Madara para replicar pero fue acallado de nuevo.

Se retorció en los brazos del espíritu pero dado la fuerza del otro, no logro nada con eso. Madara le recostó en el tatami, se quitó la  cintilla que estaba amarrada a su cintura y con esa ató las manos de Natsume.

-Nyan…Nyanko-sensei…¿Qué piensa hacer?-dijo en un hilillo de voz el castaño.

-Algo que sé que vas a disfrutar igual que yo-dicho esto besó de nuevo aquellos suculentos labios.

Recorrió con su boca todo el torso de Natsume, quién no podía evitar soltar uno que otro gemido. La excitación adormeció la mente de Natsume, quién simplemente se dejó hacer.Después de  besar ese torso blanco y suave, Madara se fue hacia la parte inferior del cuerpo de Natsume. La erección del más pequeño resaltaba de entre el  short. Madara esbozó una sonrisa.

-En verdad eres muy sensible Natsume…sólo he besado tu torso y mira cómo estás-rozó sobre la ropa el pene del castaño. El chiquillo desvió la mirada, avergonzado.

Madara observó por un tiempo a su compañero, un delicioso rubor adornaba su rostro de rasgos aniñados. Se volvió a relamer los labios. Desabrochó el short y lo bajó lentamente, ante esta acción, Natsume se retorció y pidió a Madara que no lo hiciera.

-¿Estás seguro?-le preguntó éste. Natsume apretó los labios-Entiendo-y dicho esto quitó el short. Acarició las delgadas piernas del castaño.

-Ahhh…Nyan…-jadeó Natsume ante esas caricias.

Con sus labios, marcó un camino ascendente  por la pierna derecha, se pasó hacia la otra e hizo lo mismo pero en dirección contraria. Natsume sabía muy bien, en verdad que ese chiquillo era todo un manjar. Deseaba probar más. Sin pensarlo dos veces quitó la ropa interior del castaño, quién soltó una exclamación ante la acción del más grande.

-No…no lo hago Nyan…¡ah!-arqueó su espalda cuando sintió como su miembro era engullido por Madara. Ese maldito gato lo estaba haciendo enloquecer.

El espíritu legendario succionó el pene del castaño. Jugó con los testículos de éste mientras sus labios apretados, subían y bajaban por su miembro. Un sonoro gemido y algunos espasmos por parte de Natsume le hicieron entender que el chiquillo estaba por correrse. Para Madara fue un deleite recibir el semen de Natsume en su boca.

Se enderezó y  le observó con los ojos entornados. Natsume estaba más sonrojado que antes, sus labios hinchados y los ojos llorosos. Su pecho subía y bajaba con rapidez. Madara se quitó el yukata y le mostró su cuerpo desnudo al castaño, quien se puso tan rojo que parecía un tomate.

Madara se alejó y tomó la botella de sake, bebió directo de ésta y vertió otro poco en su mano. Con su mano humedecida regresó junto a Natsume y se acomodó entre sus piernas.

-Sólo relájate, ¿Si?-le pidió. Estas palabras lo único que provocaron fue que el jovencito se tensara y quisiera huir. Madara lo aprisionó con su cuerpo. Una de las manos se dirigió a la entrada de Natsume y comenzó a acariciarla.

-No lo haga Nyanko-sensei-pidió. 

-Ya te dije que te relajes-replicó el otro-Si no, va a doler-y sin perder el tiempo introdujo uno de sus largos dedos.

Natsume lanzó un grito de dolor y arqueó la espalda. Le saltaron algunas lágrimas y sacudió la cabeza. Madara bebió las lágrimas y esperó a que el castaño se relajara para poder mover su dedo.

Cuando metió el segundo dedo, el dolor en el cuerpo de Natsume se había disipado y solo reinaba el placer.

-¡Hyaaa!-gimió sin contenerse cuando Madara tocó su próstata.

-Es aquí ¿verdad?-y se dedicó a acariciar con la yema de sus dos dedos aquella parte sensible de Natsume.

El castaño se corrió por segunda ver para sorpresa de Madara.

-Bendita sea la adolescencia-susurró gustoso.

Dilató aún más la entrada de Natsume y se animó a meter un tercer dedo. Para ese momento, el jovencito ya estaba erecto de nuevo y gemía sin pena alguna.

Cuando creyó que estaba listo para recibir su pene, Madara sacó los dedos y se acomodó mejor entre las piernas del castaño. Antes de penetrarlo volvió a besar esos tentadores labios. Esta vez Natsume correspondió al beso.

Entró despacio y con mucho cuidado. El jovencito arqueó la espalda al sentir el glande de Madara abrirse camino dentro suyo.

-Hyaaaa…-gimió fuerte cuando el pene del espíritu estuvo por completo dentro de él.

-Tan apretado…-jadeó Madara. La pareja se quedó inmóvil por un largo tiempo. De vez en cuando cruzaban miradas-¿Estás listo?-le preguntó en un susurro, Natsume asintió-Bien-besó sus labios y comenzó a moverse de manera lenta. Algunos gemidos por parte del chico se ahogaron en aquel beso. 

Las embestidas cada vez fueron en aumento a tal grado que Natsume ya no gemía, sino que gritaba extasiado. Madara lo estaba llevando a un paroxismo de placer que hacía que su mente estuviera en blanco, incapaz de pensar o razonar.

- Ya no…ya no puedo…- dijo entre gemidos el castaño. Madara lo tomó de la cintura y lo hizo sentarse de horcajadas sobre su regazo y le embistió más fuerte. El castaño, aún con las manos atadas se aferró al pecho del más alto-Yo voy…a…-Natsume echó la cabeza hacia atrás y eyaculó manchando los vientres de ambos. Madara gruñó al sentir como las paredes internas de Natsume se contraían y aprisionaban su miembro. Natsume rendido y casi en la inconsciencia se fue hacia atrás pero los fuertes brazos de Madara lo sostuvieron.

-No te desmayes Natsume…aún no…-pidió Madara y embistió más fuerte. A los pocos minutos eyaculó en el interior del castaño y llenó las entrañas de éste con su esencia. Natsume al sentir como le llenaban soltó un jadeo y cayó desmayado-Fue maravilloso-susurró Madara, besando los labios hinchados del castaño.

Salió con lentitud del chiquillo, le recostó de nuevo en el tatami. Lo vistió con sumo cuidado, preparo el futón y lo recostó en éste. Observó por largo rato al chiquillo hasta que Touko anunció su llegada. Inmediatamente Madara se trasformó en gato.

Cuando Touko apareció en la recámara de su hijo adoptivo, se llevó una gran sorpresa de ver a Natsume dormido.

-Supongo que el calor lo agotó-pensó la señora.

 

 

 


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