— H-hola a todos mi nombre es Lee Taemin y tengo veinte años, un gusto c-conocerlos — Decía el castaño de cabello largo mientras hacía una venia, presentándose ante la clase de baile a la cual era nuevo.
— Bueno, gracias por presentarte — Decía el profesor, un hombre rubio y de ojos gatunos, su cuerpo estaba bien definido y no el joven no podía quitarle la mirada de encima, solo desvió la mirada hacía el suelo. — Bien, como todos los alumnos pasaron una prueba privada y luego una enfrente de toda la clase, ¿está preparado señor Lee Taemin?
— S-sí.
No eran muchos alumnos, eran cuatro chicos: Eunhyuk, Kai, Lay y Donghae.
El reproductor de música fue encendido por el muchacho moreno, estaban sentados atrás en unas bancas y el profesor estaba en un rincón, al lado de la puerta de vestidores.
Apenas empezó el ritmo el joven había empezado a moverse acoplando su cuerpo a los tonos que marcaba la canción, la cual no tenía letra simplemente sonidos graves, agudos y mezcla de electro y pop. Taemin movía sus brazos de derecha a izquierda siguiendo el ritmo, su cadera se meneaba de un lado a otro, su cuerpo tenía un flexibilidad increíble, su cintura era tan delgada y blanca, dejando babeando a algunos cuando su polo se levantaba cuando hacía movimientos algos brutos, en su ombligo se lucía una sensual perforación.
Estaba en el centro de ese cuarto rodeado de espejos, los muchachos atrás suyos no podían cerrar la boca de la impresión, ese chico bailaba muy bien, demasiado bien, lo veían fijamente, como su cuerpo se ondulaba sensualmente ante sus ojos, su bien formado trasero se meneaba enfrente suyo y esas largas piernas cubiertas por ese jogging (que se pegaba bien a su cuerpo, era una tela elástica y cómoda) se hacían desear.
Los ojos felinos del profesor no podían dejar de registrar ningún movimiento, disfrutaba de esos ritmos tan sensuales, rozando la lujuria, una línea tan delgada que se podía incluso palpar en el aire. El tímido castaño expelía sensualidad por los poros, su rostro estaba sudado y su piel brillaba, sus clavículas se dejaban ver con sensualidad ante los ojos curiosos de los otros chicos, y del profesor, cuando la música acabo se detuvo en bruto en busca de oxígeno, su pecho subía y bajaba de una forma frenética, y el joven rubio le miraba embelesado, sus movimientos eran precisos y sexys, su forma de moverse era tan… tan, que no había palabras para explicarlos. A él rubio le gustaba, ese chico le había vuelto loco en un milisegundo.
Los demás chicos le llenaron de cumplidos, el solo se sonrojaba enormemente y hacía una gran venia cuando les agradecía, muchos se rieron diciéndole que no era necesaria tanta formalidad pero él quería hacerlo, había sido educado de esa forma.
Luego de aprender una nueva coreografía, la clase había terminado y los chicos se habían ido a duchar. Taemin era un chico demasiado vergonzoso, por lo que espero a que los otros chicos terminaran de ducharse para luego entrar él.
— ¿No te ducharas? — Pregunto el profesor rubio, Kibum, quien fue el último en salir de la ducha. Los demás alumnos se despedían y salían por la puerta principal.
— S-si… iré ahora — Dice tomando su bolso.
— Bien — Dice confundido, ese chico era extraño, pero no dejaba de gustarle.
Las duchas estaban unas al lado de la otra, rodeadas de tres paredes, y una cortina delante, el joven se despojó de toda su ropa, menos de su bóxer y se metió en la regadera, suspiro lentamente, antes de darse cuenta sintió unas cálidas manos alrededor de su cintura, el pecho estaba pegado a su espalda y sentía un gran bulto en su trasero. El agua fría había sido abierta y el suspiro ante la congelada sensación en su cuerpo hirviendo.
— Eres fenomenal… — Escuchó el susurró — Un muy buen alumno… — El más alto empezó a besar el hombro del joven.
— S-sumbae… — Gimió, nunca le habían tocado de esa forma, claramente no era virgen, pero siempre lo hacían con tanta delicadeza que esas caricias se le hacían tan extrañas, tan raras que le causaban un placer anormal en su cuerpo, con solo pequeñas sobadas en su espalda y pecho — ¿Q-que hace?
— Eh, creí que sería genial poder darte un premio por ser un buen bailarín, tranquilo… nadie entrará — Avisó, el joven quería empujarlo lejos pero una parte suya le decía que se quedará y probara lo que ese sensual profesor le quería mostrar, su educación había sido demasiado estricta volviéndolo un mojigato y recatado joven de veinte años, iba a revelarse, algo tarde, pero lo haría.
Sentía como la ropa interior de Kibum se había mojado con el contacto con el agua al igual que la suya y lo sentía más cerca, su miembro rozando su culo descaradamente, haciendo un vaivén placentero. Su miembro estaba duro y caliente, le dolía, necesitaba atención ahí.
— Ah… Kibum… mmm tócamelo — Dice echando su cabeza hacía atrás, el rubio sonríe satisfecho y besa el cuello del castaño, lleva su mano y la cola en el bóxer azul del más bajo, empieza a subir y bajar su mano por la caliente extensión, jugando con la piel que forraba el miembro mojado. — Ah, ah…. ¡AH!
El sonido húmedo de cuando frotaba su mano en el pene del otro le encendía.
— Ki-Kibum… ah… yo…
El mayor sabía que el menor se quería venir, pero no lo dejaría, no aún, no hasta que el recibiera su parte. Se quitó el bóxer y lo tiro aun lugar fuera de su campo visual e hizo lo mismo con el bóxer del contrario.
— Vamos cariño, chúpame… — Dice usando el tono de voz más demandante del mundo, Taemin sentía que era inevitablemente controlado por esa voz gruesa y varonil.
Taemin se hinco en el suelo, de repente toda su vergüenza y pudor no existía, y le miro a los ojos mientras tomaba el miembro del otro entre sus manos; era grande, grueso y las venas sobre salían, estaba levemente curveado hacía arriba, el glande era de un color más intenso, el cual le llamaba a lamerlo, el líquido pre seminal chorreaba por todo el tronco.
— Eso… es todo tuyo — Dice Kibum mientras zarandea su miembro en el rostro del más delgado.
Taemin lo vuelve a tomar entre sus manos, lo lame superficialmente mientras su lengua juguetea con el hoyito del glande de Kibum. Envolvió todo el pene, o lo que cabía de él, en su boca, Kibum jadeo cuando sintió la calidez de ella en toda su hombría, Taemin se comía el pene, literalmente, jugaba con las venas que sobresalían y rozaba con sus dientes. Lo sacaba y volvía a meter, Kibum podía correrse con solo la imagen de ver su miembro desaparecer y reaparecer por el orificio bucal del otro, sentía la punta de su glande chocar con la garganta del otro. Tomo el cabello de Taemin y lo separó, mientras que se relamía los labios al ver la boquita color fresa brillante y de un rosa intenso, por ser repetidamente rozada contra su sexo.
— Date la vuelta — Ordena, el joven obedece, poniéndose de espalda— Separa tus piernitas, cariño — Susurra muy cerca del oído del castaño— Y tus manos en la pared… Oh, si… así, perfecto. — Su vista se pasea por todo el cuerpo desnudo del menudo— Menuda vista, podría correrme así. — Bromea y le da una nalgada.
— Oh, dios… — Gime el menor.
—Mmm, que lindo culito… — Sonríe y baja a la altura del orificio asalmonado— Míralo, como se contrae… creo que quiere algo, pequeño, ¿querrá mi pene dentro suyo? — Bromea — Oh, estás tan mojado, tu interior brilla y esta tan cálido — Dice al introducir parte de su dedo. Empieza a jugar con el interior de su menor, dentro, fuera, dentro, fuera, rápido y lento, hasta el fondo, muy profundo, podía tocar un punto de nervios en el interior del menor que le hacía gritar. Saco su dedo y lo reemplazo por su lengua, introduciéndola y lubricándola con ella.
— Ah, si… K-Kibum… ohhh… — Se sostenía de dónde podía, su pecho estaba pegado a la pared, sus pezones estaban erectos al chocar con el frío mármol.
— ¿Se siente bien? — Saca su lengua y la acaricia superficialmente con dos de sus dedos.
— Sí... ah… pero…
— Uhm, ¿pero…?
— Métemela ya, por favor — Voltea y le ve suplicante; ojos entrecerrados, mejillas rojas y baba cayendo de su boca, oh si, Kibum podía fotografiarlo y masturbarse siempre con esa imagen.
Kibum no se hace del rogar, pues tampoco aguanta mucha toma su miembro y lo sacude entre las nalgas del menor, lo moja con el agua que cae en ellos y se introduce de una vez en el estrecho interior del contrario.
— Oh… ah… sí...
Empieza un pequeño vaivén, ajustándose a las estrechas paredes del ano de Taemin, las cuales le succionaban hacía adentro cuando quería salir y volver a entrar. Rozaba los nervios que producían placer en Taemin, y cuando hacía eso el interior de este se volvía más estrecho, caliente y húmedo. Su miembro se sentía asfixiado con todo eso.
— ¿Te gusta?
— Si, ah… sí, me gusta… me encanta
— Mmm…
— Ah, si… más, más… — Sabía que había dado de lleno contra la próstata del menor así que simplemente volvía a golpetear ahí una y otra vez, y otra.
— ¿Más?
— Si, más… más duro… por favor
Su glande tocaba ese manojo de nervios, el interior del joven se humedecía cada vez más, haciendo sonidos de chapoteos, al igual cuando su cuerpo chocaba contra el culo del otro, mojados con el agua, el sonido era de lo más erótico para ambos.
Llevó su mano al miembro de Taemin y lo bombeo al ritmo de las estocadas, arriba y abajo, apretándolo fuerte, gruñéndole en el oído y tocando su punto dulce en cada embestida.
Antes de darse cuenta, con un grito desgarrador, ambos eyacularon al mismo tiempo y el orgasmo le alcanzo minutos después, jadeantes quedaron en la misma posición hasta que el flácido miembro de Kibum se salió del interior de Taemin, del cual empezó a gotear semen y caía por sus piernas.
Aprovecharon el agua para limpiarse.
— Así que… ¿haces esto con todos tus buenos alumnos?
— No, eres el primero… — Dice guiñándole el ojo — Espero sigas así Taemin, me interesas — Le deja un beso en los labios — Espero verte mañana, y a la salida… ojala esto se repita