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[TaoHun] I'm Falling For Your Eyes (But They Don't Know Me Yet) por ItsLexyChan

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Notas del fanfic:

Titulo sacado de la canción de Ed Sheeran "Kiss Me", por que es una canción preciosa (como todas las de Ed, tbh) así que al leer la frase no me he podido resistir y he tenido que ponerla como título. lol  No es que tenga muuuucho que ver con el fic la canción en general, pero esta frase (de alguna manera) se adapta un poco así que ... yeah. lol 

Notas del capitulo:

Este fanfic es para Sharon (seguidla en tumblr ;D), ughh siento haber tardado una eternidad en acabar esto (son 6k de pura desesperación porque me enrollaba más y más). ugh no es gran cosa, pero me he esforzado todo lo que he podido así que espero que te guste (maybe ?? ) 

Aviso que es mi primer Taohun así que uhmm yeah. lol //tengo sueño, perdonadme//

Si a Sehun le preguntaran cómo había empezado todo aquello, probablemente contestaría que había sido pura coincidencia. El principio de la historia empezaba varios años atrás, en concreto siete, cuando su precoz mejor amigo, Kim Jongin, le había enseñado el maravilloso mundo del porno online.

Ambos tenían trece años cuando Jongin entró por la puerta de su habitación, sin picar como siempre, y, sonrisa esbozada en su rostro, le dijo algo así como, “Sehun, tío, tienes que ver esto”  seguidamente lanzándose sobre la cama del menor, y cogiendo su ordenador portátil.

Con el ceño fruncido Sehun observaba a Jongin escribir con rapidez sobre el teclado, suprimiendo grititos de emoción y soltando esporádicos “En serio, esto es genial”.

Una vez el mayor acabó de escribir y entró en la pagina, una web se abrió mostrando todo tipo de mujeres ligeras de ropa (o sin ropa, directamente) en posiciones más bien obscenas.

- ¿Qué es eso tan “genial” que decías? Como entre mi madre pienso decir que has sido tú…- Comentó Sehun, aburrido. Antes de que Jongin entrara sin avisar y se apropiase de su portátil, estaba viendo videos de gatitos y, sinceramente, por muy desnudas que estuvieran aquellas mujeres, seguía prefiriendo mirar gatitos (sobretodo el video que estaba viendo en aquél momento, antes de que Jongin apareciera, en el que un precioso siamés de meses estornudaba de manera adorable y luego ronroneaba suavemente al ser acariciado en la barriguita, A-DO-RA-BLE).

- ¡Pero si son chicas! ¡Chicas desnudas! – Dijo Jongin, mirándole como si estuviera loco. Si, Sehun podía ver claramente que eran chicas, simplemente no le veía nada por lo que exaltarse así. Ante la actitud impasible de Sehun, Jongin soltó un bufido.- Bueno, entonces mira esto.

Sin dar oportunidad al menor a replicar, dirigió su atención a la pantalla de ordenador y empezó a clicar botones, abriendo páginas que contenían infinidad de videos, a cada cual más obsceno.

Jongin clicó uno al azar, no sin antes asegurarse tres veces de que el volumen estaba al 5%, y este se abrió.

Sehun, por primera vez desde que Jongin se había apoderado de su portátil, centró toda su atención en la pantalla. En ésta apareció una mujer, de unos veintipocos años enfundada en un uniforme de colegiala, de tres tallas menos a la correspondiente, formado por una camisa blanca con solo un botón abrochado a la altura del pecho y la resta ligado en lazo firmemente en su abdomen, una falda de cuadros escocesa que apenas le llegaba para cubrir su ropa interior, una corbata usada como a cinta del pelo, unas medias blancas de encaje que se adaptaban a la perfección a sus muslos y unos zapatos de tacón de aguja negros. La mujer miraba a la cámara seductoramente mientras que se movía al son de la música de fondo, balanceando sus caderas de lado a lado y sonriendo cada vez que su falda se levantaba lo suficiente como para insinuar lo que había debajo.

Sehun vio de reojo como Jongin tragó saliva cuando la mujer empezó a desabrocharse la camisa y sacársela con agonizante lentitud, mostrando, una vez hubo acabado, sus pechos desnudos. Sin parar un instante, procedió a sacarse la falda, abriendo la cremallera y dejando que se deslizara mientras daba pequeños golpecitos de cadera izquierda y derecha.

La sonora respiración desacompasada de Jongin sacó a Sehun de su ensimismamiento. Le miró para encontrar al muchacho con las mejillas tintadas de rojo intenso. A pesar de que estaban en otoño y no hacía calor en absoluto, Jongin tenía la frente repleta de sudor perlada y parecía que estuviera reteniendo grititos ya que se mordía el labio inferior con tanta fuerza que parecía que en cualquier momento iba a sangrar.

Entonces Sehun vio como Jongin tenía una mano cubriendo su entrepierna. Con los ojos como platos y dio un empujón a Jongin quien se giró avergonzado al haber sido pillado. Sehun abrió la boca para decir algo así como “Vete de mi casa, enfermo.” O “Como te atreves a tener una erección en mi cama, subnormal” pero toda posible oración murió en sus labios antes de ser pronunciada ya que el muchacho y Jongin fueron distraídos por un súbito grito en la pantalla.

La mujer de repente estaba rodeada por dos muchachos quienes habían empezado a manosearla algo que, al parecer, le encantaba. Los tres entraron en una intensa sesión de preliminares que acabo en desnudez por parte de los tres protagonistas.

Sehun, que hasta el momento se había mostrado imperturbable ante la situación, empezó a sentir un incomodo calor asentarse en su estomago cuando los dos hombres, sin que ni Jongin ni el mismo Sehun se lo esperaran, empezaron a besarse apasionadamente mientras la mujer se arrodillaba para hacer cosas algo menos románticas que un simple y casto beso.

-¡UUGH! ¿¡Qué hacen!? – Gritó Jongin haciendo una mueca de disgusto mientras apartaba la vista de la pantalla rápidamente para posar sus ojos en Sehun.

El menor miraba atónito el ordenador, observando con atención el fogoso momento que estaban teniendo los dos hombres.

- Sehun,¡¡¿Se te ha puesto dura viendo a dos tíos?!! – Exclamó Jongin demasiado alto para el gusto de Sehun, quien se apresuró a negar con la cabeza, mejillas ardiendo.

- N-No… ¿No?  No sé… ¡Todo esto es tu culpa, vete! – Replicó el menor, tapando su prominente erección con un cojín y empujando a Jongin con el pie fuera de su cama.

Aquella noche Sehun no durmió. Y no, no fue porque se desveló pensando en su sexualidad, en cómo podría afectar todo aquello a sus futuras relaciones, tanto románticas como de simple amistad, o su futuro en general, teniendo en cuenta que vivía en Corea, posiblemente uno de los países más homofóbicos del planeta, no, no fue por eso. Sehun se quedó hasta altas horas de la madrugada visitando páginas de porno gay.

Si, definitivamente aquél fue el principio.

Sehun se lamió los labios mientras observaba al chico al otro lado de la pantalla lamerse sus propios dedos para la cámara mientras con la otra mano que le quedaba se masajeaba la entrepierna soltando pequeños gemidos lascivos. El muchacho se encontraba tumbado en una cama, cubierto por tan solo unos calzoncillos ajustados de licra y una venda de satén negro en los ojos.

Sehun deslizó una mano bajo su ropa interior para llegar a su miembro cuando la puerta de su habitación se abrió. En momentos como aquellos Sehun se arrepentía de vivir en la residencia de estudiantes de su universidad, y de no tener un maldito pestillo que obstaculizara la entrada a su habitación. Y también de tener amigos como Kim Jongin y Park Chanyeol.

- ¡Sehun te juro que como te vuelva a ver masturbándote viendo a ese tío otra vez no respondo ante mí!- Dijo Chanyeol exageradamente alto a fin de que todo el pasillo le oyera.

- ¿Puedes dejar de ser tan capullo?- Replicó Sehun lanzando al mayor un cojín en la cabeza.-Y no llames a ZiZi ‘ese tío’. – Murmuró entre dientes.

Chanyeol cerró la puerta y se acomodó en el suelo, en el mismo sitio que siempre usaba ya que se negaba a sentarse en la cama porque según él había pillado a Sehun masturbarse las suficientes veces como para deducir que siempre lo hacía en el mismo sitio, la cama.

-No, ahora en serio. Esto empieza a ser preocupante, te pasas más rato delante de la pantalla mirando al ZiZi este que saliendo con nosotros. Y si fuera solo para hacerte pajas vale, pero te he visto mirando sus películas y saltándote las escenas guarras, ¡Ni que te interesara su (inexistente) argumento! – Exclamó Chanyeol.

Sehun bajó la cabeza, algo avergonzado. Jamás lo admitiría en voz alta pero a veces no tenía ganas de verle teniendo sexo, especialmente con otros chicos, simplemente le gustaba mirarle caminar, sonreír, hablar (aunque no entendiera palabra ya que estaba todo en chino) y actuar con normalidad, como si no estuviera siendo grabado, como si aquél muchacho fuera realmente él, no ZiZi la estrella porno.

Y eso era realmente extraño, para ser honestos.

Sehun no quería ni ponerse a pensar en sus acciones, pero en el fondo, muy en el fondo, sabía que Chanyeol tenía razón, aquello era preocupante, estaba demasiado encariñado con ZiZi. Demasiado para su propio bien.

- Vayamos a algún sitio. ¡Ah, ya se! Jongin ha empezado a trabajar hoy en esa cafetería para chicas. Me dijo que no fuéramos…-Empezó a decir Chanyeol riendo entre dientes.- ¡Vayamos y hagamos fotos! He oído que los empleados llevan todos orejas de gato… ¡Imagínate lo estúpido que debe estar Jongin con una de esas!

- Vale, pero uhm… Puedes irte un momento… todavía tengo eh-uhm…- Sehun gesticulo hacía su abultada entrepierna hasta que Chanyeol pilló la (no tan) indirecta, y le dejó un rato solo.

Una vez Sehun salió, los dos se fueron de camino a la cafetería, riéndose en antelación de Jongin.

Al ver la fachada de la cafetería vieron exactamente por qué Jongin no quería ni que se acercaran. Si a Sehun le pidieran que describiese el local en una palabra, probablemente escogería “rosa”. Todo, literalmente todo lo que formaba, o había en el local era rosa. Desde el suelo hasta las paredes pasando por los platos y sillones, todo tenía diferentes tonalidades de rosa.

El local estaba repleto de chicas adolescentes que hablaban animadamente y reían por lo bajinis. El local en sí, a pesar del hecho de ser todo rosa, no era nada especial. Se encontraban en Hongdae, así que había infinidad de cafeterías haciendo competencia y ninguna contaba con tal cantidad de clientela. Lo que hacía especial a la cafetería era que todos los camareros eran guapos y efectivamente, tal y como Chanyeol había dicho, llevaban orejitas y colas de gatos.

Al abrir la puerta y entrar todos los presentes se les quedaron mirando, puede que el hecho de que ambos eran clientes hombres en una cafetería tan obviamente pensada para mujeres influyera, pero el hecho de que Chanyeol entro riéndose a carcajadas y gritando algo a si como “HAHAAHA TE SIENTAN MUY BIEN LAS OREJAS KIM JONGNYAN” definitivamente fue lo que atrajo la atención.

Jongin abrió los ojos como platos y se apresuró a ir hacia sus amigos, no sin antes fulminarles con la mirada.

- ¡Os dije que no vinierais! ¡Fuera de aquí!- Dijo en un susurro cabreado. Si no estuvieran en público probablemente Chanyeol ya estaría en el suelo retorciéndose de dolor.

- Al cliente no se le habla de esta manera, Jongnyan.-Dijo Chanyeol en tono burlesco.- ¿A que no, Sehun?

Chanyeol se giró para mirar al menor y para su sorpresa lo encontró con la boca abierta y los ojos abiertos y puestos en uno de los camareros.

- ¿Qué pasa? – Preguntó Jongin frunciendo el ceño.

Sehun se había quedado sin habla. No podía creer lo que veían sus ojos. Aquello no podía estar pasando, aquello no podía ser real.

- E-es él… -Dijo Sehun con la voz algo ronca. Tragó saliva – ZiZi.

-¡¿Estás bromeando?! En serio… ¿Estás completamente seguro? – Chanyeol susurró con escepticismo.

- Si, joder. Me paso el día viendo sus videos porno. ¿Cómo no iba a reconocerlo? – Replicó exasperado. Se conocía cada rincón del cuerpo de ZiZi como la palma de su mano.- ¿Qué hago?

‘ZiZi’ era un muchacho de la edad de Sehun aproximadamente, de metro ochenta-i-algo. Su cuerpo tenía una complexidad ligeramente musculada. Su rostro parecía haber sido esculpido a manos de un ángel sin embargo su mirada era feroz y atemorizante. De sus labios brotaba un coreano acentuado a través de una voz aterciopelada.

-¿Él? Pues trabaja conmigo. Se llama Tao.- Al parecer Tao tenía un oído fino ya que al escuchar su nombre alzó la cabeza y miró en su dirección, dibujando una cálida sonrisa al ver que solo se trataba de Jongin. Sehun juró que en aquél momento sintió su corazón desbocarse. Tao que a primera vista parecía un tipo duro, no podía ser más diferente a eso, la forma en que sus labios se curvaban al sonreír o como sus brillantes ojos se empequeñecían al hacer dicha acción mostraban que en realidad, a pesar de todo, era un chico muy dulce e irónicamente inocente (y, francamente, las orejas de gato también ayudaban a crear aquella imagen).

-¿Son amigos tuyos, Jongin? – Preguntó en un coreano acentuado, con genuina curiosidad. Una media sonrisa se divisaba en su rostro mientras se acercaba a los tres muchachos.

Sehun sentía su corazón desbocarse, sus palmas estaban sudorosas y se arrepentía de no haberse arreglado más al salir. Pero, ¿quién le iba a decir que hoy, en ese momento, y en ese lugar, se iba a encontrar con el culpable de tantas noches en vela y un gasto excesivo en crema de manos? Nadie. Y aunque se lo hubieran dicho, probablemente él no lo hubiera creído.

- Ah, sí. Os presento: Tao, estos son Chanyeol y Sehun. Chicos, este es Tao, va a nuestra universidad.-Comentó Jongin casualmente, pero a Sehun no se le escapó el brillo maligno que había en sus ojos. Tramaba algo.

- Encantado.- Dijo Tao con una sonrisa que podría iluminar el país entero se inclinó haciendo una pequeña reverencia. Chanyeol y Sehun se apresuraron en imitarle.

- Tao, hoy acabas tu turno a la misma hora que yo, ¿verdad? – Pregunto Jongin, tocándose inconscientemente las orejas de gato mientras sonreía mirando de reojo a Sehun. Tao asintió.- ¿Por qué no sales un rato con nosotros? Tú mismo me dijiste que desde que viniste de China hará siete meses no has podido salir demasiado, entre estudios y trabajo…

Tao se sonrojó avergonzado.

- Va-vale.- Dijo dudoso, mirando al suelo. El corazón de Sehun pegó un salto al ver como las orejas de Tao se habían tintado de rojo intenso. Sehun estaba usando toda su fuerza de voluntad para no levantarse y abrazarle de lo adorable que era. En momentos como aquél se preguntaba cómo alguien tan dulce como Tao podía ser estrella de porno.

Chanyeol y Sehun se quedaron en la cafetería esperando hasta que Jongin y Tao acabaron su turno y juntos, los cuatro muchachos, salieron del local aún bajo la atenta mirada de las clientas que todavía silenciosamente juzgaban la sexualidad de Chanyeol y Sehun.

- ¡Ah, sí! ¡¡Por fin, libertad!! – Exclamó Jongin estirándose una vez estuvieron fuera de la cafetería.

- Ni que hubieras salido de la cárcel.- Replicó Chanyeol con un bufido. Tao rio levemente, divertido. El único que no dijo nada fue Sehun. Éste estaba demasiado ocupado tratando de no tener un paro cardíaco como para escuchar a sus amigos. Tao estaba a su lado, a centímetros de distancia. Si movía un poco su mano, probablemente podría tocar la de Tao. No podía creérselo, todo aquello era tan surrealista. Estaba a escasa distancia de la persona que había ocupado su mente día y noche durante mucho tiempo. Tao estaba justo ahí, ambos estaban respirando el mismo aire, Sehun casi podía sentir el calor que el cuerpo del mayor desprendía.

Sehun estaba tan nervioso que notaba sus extremidades temblar levemente así que se centró en caminar mínimamente bien a fin de no caerse. El muchacho no se dio cuenta dónde sus amigos le habían llevado hasta que llegaron.

Era un bar musical al que el trío de amigos solía ir en fiestas, celebraciones, cumpleaños... es decir, cuando querían emborracharse.

Y embriagarse, en aquella situación, podía resultar en el mejor día de su vida o en el peor.

Los cuatro muchachos se acercaron a la barra, Chanyeol rápidamente se arrimó a esta y empezó a flirtear no demasiado sutilmente con la camarera mientras Jongin escrudiñaba la vista tratando de divisar los nombres de las bebidas que servían, algo bastante difícil teniendo en cuenta que la tenue luz y la fina, pero existente humareda del local no ayudaba en nada.

Tao seguía a Jongin cual niño perdido, probablemente algo incómodo al no conocer del todo ni el local ni a Chanyeol y Sehun.

El menor en aquellos momentos se debatía consigo mismo si intentar entablar una conversación con Tao (convenientemente evadiendo el hecho de que se pasaba sus ratos libres masturbándose viéndole gemir) o simplemente seguir con cortésmente ignorándole.

Eligió la primera.

- ¿Quieres que te pida algo, Zi…. Uhm Tao? – Preguntó Sehun, sacando su mejor sonrisa. A pesar de su apariencia tranquila, por dentro no podía ser más diferente.

Después de seis ‘Tom Collins’ cuatro ‘Gintonics’ y un ‘Rubi Black Velvet’ bien cargado, los cuatro chicos estaban para el arrastre. Chanyeol, de alguna manera, estaba lo suficientemente lúcido para darse el lote con la camarera que desde el principio le había llamado la atención. Jongin por el contrario parecía estar teniendo una asombrosa conversación filosófica sobra la vida con una planta de plástico del local.

- ¿S-shi te dijjjera que eresh lo mash preciosho que he vishto en mmi vida me creeriash? – Dijo Sehun entre risa y risa, arrastrando las silabas de cada palabra pronunciada.- Porque lo eresh.

Tao rio a carcajadas mientras asentía.

- Esh en sherio. – Dijo el menor insistiendo con el ceño fruncido.

- Estás muy borracho, Sehun. No sabes lo que dices.- Dijo Tao sonriente mientras tomaba un sorbo de su bebida. De los cuatro, Tao era el que más resistencia tenía. Aunque estaba ligeramente ebrio, todavía podía pensar con claridad, lo único inusual en aquellos momentos era el ardor que sentía correr por todo su cuerpo.

- No eshtoy borrasho. Piensho en coshash muy in-inteligentesh como, ¿por qué la gente she sheñala la muñeca cuando pide la hora, pero no she sheñala la entrepierna cuando bushca un lavabo? – Tao empezó a reír como nunca, y Sehun le miraba entre ofendido por creer que estaba borracho y contento por haberle hecho reír (aunque Sehun realmente se preguntaba eso y quería tener respuesta ello).- ¿Te enfadash shi te digo algo?

- No.- Contestó Tao, sacándose las lágrimas que habían caído a causa de tanto reír.- Dime.

- Prométemelo.- Dijo Sehun, alzando su dedo meñique para que Tao lo entrelazara con el suyo. Una vez este lo hizo, Sehun volvió a hablar. – Quiero besharte.

Tao debía estar volviéndose loco porque un profundo rubor empezó a tintar sus mejillas (y no era del alcohol precisamente) y su corazón empezó a latir, desbocado. Su mirada se posó en los labios del menor, algo hinchados y definitivamente mucho más rojos que en un principio, e inconscientemente los capturó con los suyos.

Ardía. Todo ardía dónde Tao tocaba. Sehun sentía como si Tao, al rozar con sus dedos la piel de Sehun quemase de una manera extrañamente placentera.

Sin saber muy bien como, Sehun se descubrió agarrándose al cuello de Tao, hundiendo sus dedos en el pelo del mayor y robándole el aire de la boca. Su cabeza estaba algo nublada por el alcohol así que Tao era quien tenía el dominio del beso.

Las manos del mayor se paseaban por el torso de Sehun, masajeándolo lentamente y aventurándose a introducirse bajo la fina tela de su camisa. El menor gimió en los labios de Tao, abriendo la boca consecuentemente y dando paso a la voraz lengua de Tao.

- Sehun, es mejor que nos vayamos. Lo que quiero hacer, no lo puedo hacer aquí. – Dijo Tao en un jadeo, posando sus labios a milímetros de distancia de la oreja del menor dejando que su caliente aliento rozara su piel, mandando escalofríos a todo su cuerpo. – Mi casa está muy lejos… ¿La tuya?

Sehun sentía como si llamas de fuego lamieran cada rincón de su cuerpo. Lo único que quería en aquel momento era que Tao no dejara de tocarle jamás.

- Está a un par de calles o tres de distancia. Vamos, no puedo esperar. – Dijo entre gemidos al sentir como Tao hundía sus dientes en su lóbulo, sin llegar a lastimar en serio pero causando la cantidad suficiente de dolor para que excitase al menor.

Sin avisar antes a Chanyeol o Jongin (quienes francamente estaban bastante ocupados con sus respectivas conquistas, Chanyeol la camarera y Jongin la planta de plástico, como para hacerles caso) los dos se fueron del local después de pagar su parte de las bebidas. Durante el camino, no dejaron de tocarse ni un solo instante, ya fuera besos apasionados en los semáforos, toques poco discretos en lugares demasiado bajos como para ser decentes en público, o simplemente entrelazando sus dedos.

Una vez llegaron al portal de la residencia, dieron rienda suelta a su excitación. Tao alzó a Sehun en sus brazos, tomándole de la cintura y posando el pecho del menor contra el suyo mientras este enroscaba sus piernas en la cadera del mayor.

La posición no era la más cómoda posible pero permitía que se pudieran besar mientras subían las escaleras. Tao agradecía mentalmente todas las horas de entrenamiento que ahora le permitían coger a Sehun en brazos y poderlo llevar a volandas hasta su piso, un cuarto.

Una vez llegaron a la puerta del piso de Sehun, Tao empezó a buscar las llaves en los bolsillos del menor. Sehun normalmente tenía la puerta abierta ya que en aquel piso solo vivían estudiantes y la mayoría eran conocidos suyos, pero durante la noche la cerraba, básicamente porque no quería que nadie entrase mientras veía los videos de Tao.

Cuando la puerta se abrió los dos entraron a trompicones y Tao dejó a Sehun en el primer lugar que pudo, el sofá.

Sehun, tumbado, empezó a desabrochar la camisa de Tao quien estaba sentado sobre su regazo. Los labios del mayor se posaron en su cuello, besándolo y dejando pequeñas marcas rojizas que contrastaban con su pálida piel. Tao fue bajando cuello hasta la clavícula, donde se explayó succionando cada centímetro y dando pequeños lametones que arrancaban jadeos de placer al menor.

Sehun echó la cabeza hacia atrás, hundiéndola en los blandos cojines del sofá mientras sus manos se agarraban con fuerza al pelo de Tao, instando su cabeza hacia sí. Tao se sacó la camisa que Sehun había desabrochado, mostrando el pétreo torso desnudo que Sehun había visto incontables veces en la pantalla de su ordenador y que todavía le costaba creer que estuviera allí, justo delante suyo, al alcance de su mano.

Las manos del menor fueron lentamente subiendo la camiseta básica en la que Sehun estaba enfundado. A cada trozo que subía, Tao llenaba de besos la piel descubierta dejando pequeños chupetones aquí y allá. Cuando la camisa estuvo lo suficientemente alta se la sacó del todo y empezó a mordisquear los pezones del menor, causando que este gimiera ante el contacto.

Sehun sentía como la protuberante erección que tenía le apretaba bajo los pantalones, deseosa de ser aliviada. Sus ojos se posaron en la entrepierna de Tao que también estaba bien marcada, y sin pensárselo dos veces apartó lentamente a Tao y se incorporó un poco, llevando sus manos al cinturón del mayor y empezando a desabrocharlo impacientemente.

Sus manos tenían un ligero temblor a causa de su embriaguez y de los nervios (más de la segunda, para ser honestos) así que le estaba siendo francamente difícil abrir el dichoso cinturón.

Sehun gimoteó patéticamente algo que sacó una ligera risa a Tao quien encontraba adorable la impaciencia de Sehun.

- ¿Estás algo ansioso o me lo parece a mí? – Dijo Tao en tono burlesco mirando a Sehun quien le fulminó con la mirada.

Tao se quitó el cinturón con facilidad y cuando fue a abrirse el botón de los tejanos las manos de Sehun se lo impidieron. El mismo Sehun lo desabrochó y de manera apremiante sacó el imponente miembro de Tao fuera de su ropa interior.

Sin dudarlo un instante, Sehun se puso la punta del ardiente glande en su boca, saboreando el salado gusto que éste tenía. Sus labios estaban hinchados y rojizos a causa de la intensa sesión de besos que había tenido previamente, pero eso no le impidió besar también el pene de Tao casi con adoración, posando sus labios en cada centímetro de piel para luego engullirlo, dejándolo reposar en su cavidad bucal y disfrutando de la sensación de plenitud que le proporcionaba al notar el palpitar en su lengua.

Lentamente Sehun empezó a mover su cabeza, dejando su mandíbula abierta para poder tragar con más facilidad. Sentía como la punta iba llegaba a lo más profundo de su garganta y aquello le encantaba. Amaba la sensación que le producía oir los débiles gruñidos de Tao, mostrando el placer que le producía, y sentir sus dedos correr por su pelo, masajeándole cariñosamente.

- Dios mío, Sehun... – Gimió Tao cuando el menor empezó un movimiento de vaivén rápido y firme, trazando líneas en la base del miembro con su lengua mientras que sus manos se deslizaban arriba bajo de los muslos del mayor.

Sehun al sentir su propio nombre de los labios del mayor alzó la vista para mirarle, mientras que seguía con su trabajo. La visión del menor, envolviendo con sus labios rojizos e hinchados su pene mientras le observaba de una manera extrañamente lasciva, contrastando con la inocencia que derrochaba su rostro, excitó a Tao sobremanera.

- Sehun, para. No quiero acabar ahora, todavía tengo un par de cosas en mente. – Dijo el mayor con un guiño. Sehun se sacó el miembro de la boca con un sonoro ‘plop’ para lamerse los labios en los que tenía rastros de líquido pre-seminal y saliva.

 Antes de que el menor pudiera reaccionar, Tao le tumbó en un movimiento fluido, y empezó a sacarle los pantalones para luego seguir con su ropa interior hasta que Sehun se quedó completamente desnudo.

Trazando una línea de besos desde el pecho hasta la pelvis, pasando por su plano estómago, Tao se aventuró a los muslos de Sehun, rozando con la punta de la nariz el miembro de Sehun a fin de hacerle gemir, y empezó a morderlos con ímpetu dejando marcas de sus dientes en la fina piel del menor.

Para poder seguir besando el muslo interior de Sehun, Tao le levanto una pierna y la empezó a lamer, bajando hacia los genitales de manera agonizantemente lenta que tenía a Sehun gimoteando y exigiendo más rapidez, que Tao, en un brote de sadismo, le denegaba.

Por fin, Tao tomó el olvidado miembro de Sehun y empezó a masajearlo lentamente.

- ¿Tienes lubricante? – Preguntó Tao mientras besaba tiernamente los labios de Sehun.

- N-No. – Dijo entre gemido y gemido de placer. Tao sonrió levemente antes de decir: ‘Supongo que saliva bastará’

Sehun, en cualquier otra ocasión o con cualquier otra persona se hubiera negado en rotundo. Por experiencia sabia que el sexo sin lubricante dolía. Y mucho. Pero, estaba demasiado borracho de placer como para negarse a nada, y el hecho de que estuviera a punto de tener sexo con el mito sexual de sus últimos dos años reforzaba aún más su decisión.

Tao posó tres dedos enfrente de los labios del menor.

- Lámelos. – Ordenó Tao. Sehun, obedientemente, abrió la boca y dejó que el mayor introdujera los dedos en su cavidad bucal. Tao los lamió hambrientamente asegurándose de untarlos con la cantidad máxima de saliva que podía.

Una vez Tao creyó que era suficiente los sacó y tratando de no desperdiciar ni un poco de fluido, lo esparció en la sensible y rosada entrada de Sehun, quien dio un respingo, sorprendido, al sentir la rugosidad de las yemas de los dedos del mayor.

Tao fue dando pequeños movimientos circulares alrededor del rosado hoyo de Sehun, introduciendo ocasionalmente la puntita del dedo índice para ir acostumbrando a Sehun.

Cuando lo creyó oportuno, Tao introdujo el primer dedo en Sehun de manera lenta ya que no quería que doliera. A pesar de haber embadurnado los dedos con una generosa cantidad de saliva, no era suficiente así que Sehun soltó un gritito de dolor.

- Si quieres que paremos yo… - Empezó a decir Tao para ser interrumpido por el menor.

- ¡No! ¡De ninguna manera! – Dijo Sehun rápidamente con los ojos cerrados, tratando de hacer que el dolor diera una tregua. – No pares, por favor.

Tao asintió, no muy seguro de continuar, pero aún así lo hizo.

Pasaron los minutos y Sehun se fue acostumbrando, así que Tao introdujo el segundo, y empezó a abrirlos en forma de tijeras. Como la primera vez, al principio Sehun sentía un dolor agudo en la zona que estaba siendo forzada, pero al final se acabo acostumbrando.

Tao empezó a embestir lentamente con sus dígitos al ver como Sehun ya no gemía de dolor sino de placer. Inconscientemente las caderas del menor se movían para encontrar los largos dedos de Tao y sus manos se agarraban a los fuertes hombros de Tao mientras que sus dientes se hundían en la piel del mayor para evitar gritar de puro éxtasis.

Sonidos de lascivo chapoteo reverberaban por toda la habitación cada vez que la saliva se encontraba con los dedos de Tao en el interior del menor, y cuando el mayor toco ese punto especial dentro de Sehun, éste no pudo evitar soltar un gemido a pleno pulmón.

- Tao, por favor. Te necesito a ti. – Suplicó Sehun entre jadeos. – Te quiero dentro de mí, por favor Tao.

Ver a Sehun de aquella manera, con un sonrojo en las mejillas, unos labios que invitaban al pecado, y un cuerpo de vicio, mientras sentía como el pequeño agujero del menor succionaba con hambre sus dedos, solo le hizo querer complacer los ruegos del menor.

Tao, rápidamente, sacó los dígitos del interior de Sehun y posó la ardiente punta de su miembro, introduciéndola poco a poco.

Sin saber muy bien como, Sehun, de repente,  les cambió de posiciones y tumbó a Tao al sofá. El mayor estaba a punto de protestar cuando vio lo que Sehun se proponía.

El menor se posiciono encima de Tao, cada pierna a un lado de las caderas del mayor y se sentó sobre su erecta entrepierna para tomarla en sus manos y conducirla a su estrecha entrada.

Lentamente Sehun fue presionando la erección más y más adentro suyo hasta que estuvo al completo y sus nalgas tocaban la pelvis de Tao.

Se quedó en aquella posición durante unos instantes hasta que su cuerpo se adaptó y empezó a subir y bajar sobre el erecto miembro de Tao, quien gemía de puro placer.

Sehun sentía como el gran miembro de Tao palpitaba en su interior, rozando sus paredes internas, inundándolo en un placer que jamás había experimentado.

El menor empezó a auto-embestirse con avaricia, deseando que Tao fuera más y más profundo, deseando sentirlo en cada rincón de su ser. Tao, por su parte, daba fuertes estocadas cada vez que Sehun bajaba y empujaba las caderas del menor para profundizar la embestida.

Un torrente de gemidos y jadeos brotaron de los labios de Sehun, quien casi no podía pensar a causa del placer.  De repente todo lo que había estado sintiendo hasta el momento se quedó en nada en comparación a lo que acababa de ocurrir, Tao había tocado su próstata.

- ¡SÍ! ¡Tao, ahí! Más fuerte, más rápido. – Exigió en un gemido ahogado. Su cuerpo ahora se movía con violencia para enterrar más y más el pene de Tao.

A cada embestida que daba, Sehun juraba que podía ver las estrellas del placer que estaba sintiendo. Tao le pillo por sorpresa cuando tomó su miembro y empezó a masturbarlo.

Los dos muchachos sentían como estaban al borde del éxtasis final, sentían como un familiar ardor se posicionaba en sus estómagos y les urgía a acabar.

Solo faltaron un par de estocadas más para que Sehun se derramara en las manos de Tao entre gemidos. Ante la oleada de placer, Sehun apretó sus nalgas causando que la estrechez de su interior aumentara, y eso hizo que Tao se corriera, labios llamando el nombre de Sehun, en el interior del menor.

Sehun se sacó el miembro de su interior y cayó rendido encima de Tao, sin preocuparse demasiado del semen que brotaba de su entrada y caía directamente a su sofá, simplemente se quedó allí, muy quieto, oyendo la respiración desacompasada de Tao.

 - Creo que deberíamos ir a tu habitación. A una cama. – Dijo Tao, acariciando el pelo de Sehun mientras le besaba tiernamente en los labios.

Sehun estaba a punto de decir que si cuando se acordó lo que tenía en su habitación. Todas y cada una de las películas porno en las que Tao había aparecido, y no precisamente bien escondidas. De hecho estaba seguro de que tenía una en su cama, la que Chanyeol no le había dejado ver.

- ¡¿Mi habitación?! ¡No! – Gritó Sehun, alarmado.

Tao le miró con curiosidad y se levantó, aunque Sehun intento impedirlo.

- ¡No! ¡Espera! Antes de que entres tengo algo que confesar. – Dijo Sehun. Si quería tener una relación con Tao, no quería empezar mintiendo. Además, se iba a acabar enterando de una forma u otra, mejor que fuera de su boca. – Se que esto va a sonar muy fanatico y definitivamente raro pero… He visto tus videos. Los porno.

Si una vez hubo una sonrisa en el rostro de Tao, nadie nunca lo diría al ver la cara que se le había quedado. Pasaron un par de minutos antes de que Tao abriera la boca.

- Lo siento, yo… me tengo que ir.- Dijo levantándose, solo para ser tomado de la mano con una fuerza impropia de alguien que estaba en semejante estado.

- No, espera. No te vayas. – Tao esperaba ser juzgado por Sehun. Todo el mundo lo hacía cuando se enteraban de su ‘trabajo’, lo despreciaban. Puede que no le dijeran nada a la cara, pero él lo sabía, cuando no estaba cerca la gente comentaba, le hacían sentir menos. Pero en los ojos de Sehun no vio nada de eso, vio ¿aprecio?, ¿cariño? Algo le decía que debía quedarse, escucharle. – No te vayas, por favor.

Tao se sentó e inconscientemente tragó saliva. Por su mente corrían infinidad de preguntas. Si él lo sabía, ¿Jongin y Chanyeol lo sabrían también?

- Se que ahora no te vas a creer nada de lo que diga, porque he bebido un par de copas, – Empezó, Tao abrió los ojos con escepticismo. ¿Sólo un par? – pero mi corazón hace cosas raras cuando te veo, y Chanyeol piensa que estoy enfermo porque me ha visto quedarme dormido escuchando tu voz en los vídeos o contar en voz alta las veces que sonreías y apuntarme el que te había hecho sonreír por si alguna vez te conocía hacerlo yo también.

Tao no estaba enamorado de Sehun. De ninguna manera. ¿Cómo iba a estarlo si lo acababa de conocer hacía, literalmente, menos de tres horas?

Pero, ¿Por qué sentía que su estomago y su corazón hacían cosas raras?

- Me gustas mucho. Lo digo en serio. No quiero que pienses que me he acostado contigo solo porque eres actor porno, o porque estoy obsesionado o algo así… De verdad me gustas. – Dijo Sehun. – Así que por favor, solo te pido que me des una oportunidad, por favor.

Tao dudó. Había dejado su trabajo de actor porno cuando dejo China. No quería volver a involucrarse más en aquel mundo y creía que mudándose podría empezar una vida nueva, donde nadie le conociera ni le juzgara por su pasado. No quería tener nada que le recordaba sus años de actor, ni nadie. Pero por alguna extraña razón sentía que no debía dejarle escapar.

- Vale, pero que sepas que no te pienso firmar ningún autógrafo. – Bromeó Tao mientras se inclinaba para capturar los labios de Sehun con los suyos.

Y se fueron a la cama.

~Epílogo~

- ¿Así que estáis saliendo, no? – Dijo Jongin mientras servía las dos tazas de café que Tao y Sehun habían pedido. – Espero que sepas que Sehun es un obseso del porno online, Tao. Así que debe tener fetiches raros de esos como, no sé, quemar a la gente con velas y atarlos. O el sexo en público…

- ¡Dios Jongin! ¿Puedes dejar de intentar hundirme la vida por una vez en tu maldita existencia? – Dijo Sehun, exasperado mientras Tao reía entre dientes. – Además, no eres el más indicado para hablar… ¿Qué tal te fue anoche? Eh, Jongnyan.

Chanyeol quien estaba extrañamente callado esa mañana escupió el café que apenas acababa de sorber. Jongin abrió los ojos como platos y un intenso rubor tintó sus mejillas.

- ¡¿Nos visteis?! – Preguntó Chanyeol muy sorprendido. – Creía que os habíais ido antes de que Jongin y yo…

Tao empezó a reír histéricamente y Sehun abrió la boca de la impresión.

- Yo me refería a Jongin y la planta de plástico a la que acosaba sexualmente… - Dijo Sehun quietamente.- Pero, ¿es en serio? ¿Tú y Jongin? ¿En público?

- Bueno .. uhm .- empezó a decir Chanyeol, sin saber muy bien que responder a eso.

- ¡Cállate! Solo lo estás empeorando. – Dijo Jongin, tapándose el rostro con las manos, avergonzado.

- Definitivamente, ayer fue una noche… genial. – Dijo Tao sonriente mientras entrelazaba la mano de Sehun con la suya.

Si, conformó Sehun mentalmente mientras apretaba la mano de Tao, fue genial.

 

 

 

Notas finales:

Si seguis mi otra historia (Neko) sabed que actualizaré pronto <3  (Si no, la seguis pero está os ha gustado, por favor dadle una oportunidad <3)

Si os ha gustado, por favor dejad un review que no cuesta nada y me hacen muy feliz. 

 


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