▬ C a p í t u l o 0 1 ▬
Distancia.
Llevo días intentando entender que demonios me está sucediendo, por alguna extraña razón no
me siento bien a pesar de que todo surge de maravilla, por primera vez estoy teniendo un trabajo
individual importante, soy locutor en una radio nocturna, donde muchos artistas nos visitan e
incluso me he dado el lujo de hablar cosas que para un idol como yo no están permitidas.
En poco tiempo comenzará mi gira con el grupo por Latinoamérica, conoceremos aquellos países
tan alejados, tengo una fuerte curiosidad por saber que tan conocidos somos allá, apenas me
puedo creer ser una persona de fama mundial, cuando decidí que quería dedicarme a la música,
no me esperé esto, está por sobre mis expectativas, vivo en un sueño y estoy completamente
disconforme, no tengo idea porque.
Mi compañero de banda, Key, viene hoy de visita a mi radio junto con su mejor amigo, con el que
hacen juntos una subunidad para la empresa que trabajamos, Toheart. Desde el primer momento
que escuché sobre ello no me agradó la idea, no entendía a veces como es que no les importaba a
algunas personas que ventilasen su vida privada hasta el punto de comenzar a lucrar con algo así,
no me parecía correcto y mucho menos sano.
En fin, finalmente ambos estuvieron aquí y mientras más los oía reír, sentía como me iba a otro
lugar donde no oírlos, estaba furioso con Kibum por permitir que algo así sucediera o al menos, eso
es lo que me estaba diciendo a mi mismo desde que todo este asunto comenzó.
Estaba en piloto automático, simplemente no estaba pensando demasiado durante el transcurso de
su estadía aquí, por lo que una vez finalizó, no pude más que sonreír para las cámaras y hacerle un
gesto al chico para que me esperase, así volveríamos juntos a casa, ya que era algo cansado llegar
a tan altas horas cada día que grababa en la Estación de Radio.
Cuando por fin estuve listo descubrí molesto que aún estaba afuera el chico de Infinite, Woohyun;
¿por qué de pronto me caía tan mal?, cuando lo llevaba a la casa en el pasado o Kibum pasaba
la noche fuera, no me molestaba, sabía que eran inseparables pero de un momento a otro ya no
podía verlo, ¿será que su estupidez también me parecía desagradable?, ¿será que el hecho de que
ninguno de los dos vea como juegan con su relación me molesta hasta este punto?, simplemente
ya no quiero verlos unidos jamás.
Dejé mi automóvil en el estacionamiento de la estación, para subir al de mi compañero, el que
aún se encontraba despidiéndose de su amigo en la puerta del auto contrario, por lo que toqué la
bocina para que se apresurara. Odiaba estar allí, como si fuese yo el que sobraba en una íntima
relación que ambos estaban formando, ¿era eso lo que me jodía de sobremanera?, no estaba seguro.
●
Cuando subí a mi vehículo estaba molesto, ¿por qué se estaba comportando así?, solo había
tardado unos minutos de más mientras Namu terminaba de detallarme su última cita, razón por la
cual no se iba aun cuando Jonghyun salió de su trabajo.
Sin decir palabra alguna hice arrancar el automóvil, dirigiéndome de inmediato a casa, ambos
estábamos cansados, además de no querer hablar entre nosotros, tal como había estado pasando
cada vez que nos encontrábamos a solas, tanto en la casa, en el trabajo, pasillos, sala de ensayo,
todas partes.
Mi orgullo no me dejaba que le preguntase que era lo que sucedía, siempre habíamos sido los más
cercanos dentro del grupo, no me entendía con nadie como con él, a menudo salíamos de compras
juntos, nos divertíamos y para ser sinceros, a veces ansiaba que los demás no estuviesen para
quedarme a solas con él. Tenerlo en silencio, observando por la ventana con un rostro molesto, era
por lejos una de las cosas más tristes que había vivido cerca del moreno.
No podía resistirlo más, una vez estuvimos en el estacionamiento de la residencia comencé a
conducir lento, sin dejar de observarle. Noté que sabía mis intenciones, porque me observó con
aquella mirada intensa que suele dirigir cuando está atento a algo, cantando o simplemente cuando
me observa a mi, siempre me observa de aquel modo, analizándome por completo, haciendo que
me sienta desnudo bajo su visión.
— ¿Qué rayos está pasando?. — le pregunté directamente sin ser capaz de esperar un solo
minuto más con semejante incomodidad, tensión y distancia entre nosotros. Acabábamos de tener
un trabajo juntos, nunca me habría esperado que un compañero de mi grupo fuera quien me
entrevistase, por lo que debería tratarse de algo especial, ameno y divertido, como todo lo que
solíamos hacer. Sin embargo ahí estábamos, silenciosos, algo molestos, sin saber exactamente que
pasaba por nuestras mentes.
Me recordaba lo agobiante que era cuando tenía una mala relación con Minho, las peleas, los
silencios incómodos en la comida. No podía soportar tener que pasar una vez más por ello, sobre
todo cuando parecía que todo iba bien.
Esperé atento a que el otro se expresase, pero no me dijo nada, bajó del vehículo en silencio
intencional, a sabiendas que me exasperaba que hiciera algo como eso, por lo que me aseguré de
dejar mi automóvil con seguro y bajé molesto, dando un portazo siguiéndolo, alcanzando hasta
donde se encontraba y me planté frente a él. Mi expresión marcaba mi pesar, tristeza, pero sobre
todo molestia, enojo por su actitud infantil y taimada, que no se asemejaba en absoluto a lo que
estaba acostumbrado de él.
Con disgusto noté que una vez más estaba desviando su rostro, así que sin más posé ambas manos
en sus mejillas y lo obligué a mirarme, repitiendo mi pregunta con seguridad, no permitiría que
se quedase así, menos conmigo, yo no aguanto ese tipo de desaires, puede hacerle esto a quien
quiera, pero no a Kim Ki Bum.
●
La verdad es que no me esperé aquella determinación del menor, así es que una vez tuve mi
rostro entre sus palmas me limité a observarlo directo a los ojos, atravesando aquel rostro, que tan
familiar me parecía, con esa boca felina que ahora se curvaba con disgusto frente a mí.
¿Qué podía decirle?, ¿que me parecía un egocéntrico?, ¿tonto?, ¿inocente tal vez?, con respecto a
su subunidad con su mejor amigo, no lo creía, no era capaz de decir aquello, sabía que nunca me
perdonaría si comentaba algo así, pero… ¿era realmente esa la razón de mi enfado?, no lo sabía.
Mientras me devanaba los sesos intentando averiguar que me sucedía, él aún se encontraba frente
a mi, recorriendo con su mirada aguda cada zona de mi rostro en busca de una señal sobre el
misterio que envolvía mi distancia, la que ocultaba en público, pero en la privacidad de los dos, nos
tenía realmente alejados.
— ¿Qué rayos está pasando?. — repitió en un tono de voz diferente, soltando mi rostro, dejando
caer sus brazos a los costados, con el ceño fruncido debido a la aflicción. No se merecía mi trato,
pero no sabía que hacer, que decirle, nada estaba teniendo sentido para mi.
Me relajé, lo había conseguido al bajar la guardia, no servía atacarme, yo iría a la defensiva, pero
estaba frente, dulce, triste, partiéndome el corazón ver así a la persona que más quería, mi mejor
amigo, aunque yo no lo fuese para él.
— No se que me sucede, no se . . . — solté con mi voz rasposa, suave, casi como un susurro
inaudible, pero vi en los ojos contrarios que no entendía nada, pero algo más aliviado. Por alguna
razón noté en aquel inadecuado momento que un poco de chocolate se encontraba en el labio
superior del menor, un leve punto de aquel color castaño, que ya no me dejaba concentrar en nada
Noté como se avergonzaba, ¿estaba observando sus labios muy directamente?, al parecer si, lo
que me hizo gracia ya que no pensaba en nada raro, pero él se había puesto de aquella forma,
dándome un leve golpe en el brazo aún en esa actitud entre tímida, coqueta, pero sin olvidar su
rostro molesto.
— Deja de deleitarte con mi belleza y dime ¿qué demonios te ha estado pasando puppy?. — ahora
estaba intentando de otro modo, sabía que no resultaría ir al ataque, me conocía muy bien como
para saber que el modo de ganar una batalla conmigo era ese, mi sentimentalismo, siempre he
tenido los sentimientos a flor de piel y tal como se esperaba, inmediatamente me acerqué al chico,
lo rodeé por los hombros y lo encaminé hacia el ascensor que nos llevaría a nuestro apartamento.
Abultó levemente los labios cuando le dejé de hablar del tema, pero ya le había mencionado que
no sabía que me pasaba, de modo que con aquel gesto intenté decirle que todo estaba bien, que
no deseaba estar mal con quien tanto quería, desvié mi rostro y besé su mejilla antes de que el
elevador abriera su puerta.
●
Cuando su mirada se posó en mi boca quedé helado, mi corazón comenzó a palpitar fuertemente,
sin poder controlar el rubor que se apoderó de mis mejillas, que fueron aumentando en intensidad
de color conforme los segundos transcurrían. Me parecía eterno el silencio que se estaba
prolongando, por lo que al ser tomado por los hombros no pude más que aliviarme y adoptar la
postura caprichosa habitual con él, haciendo un puchero que sabía relajaría el ambiente entre
nosotros, siempre conseguía lo que quería del mayor, era mi talento mejor desarrollado.
Una vez en el ascensor nos fuimos charlando, las puertas cerraron tras nosotros, haciendo que mi
amigo de siempre volviera a mi, riendo, preguntándonos cuando sería la próxima vez que
saldríamos de compras, hace mucho no lo hacíamos, por lo que le prometí que una vez en
Latinoamérica iríamos juntos por alguna prenda como lo solíamos hacer.
Jonghyun de pronto me interrumpió, comenzando a reír con esa dulce mirada que suele poner para
las fans, entrecerrando los ojos y señalando algo que no era capaz de entender. Me giré sobre mi
mismo, buscando que sucedía, hasta que caí en ello.
Ninguno de los dos presionó el botón del elevador, por lo que llevábamos por lo menos unos diez
minutos sin subir, solo estando en el piso del estacionamiento con la puerta cerrada. Accioné de
inmediato el del piso indicado, con el rostro sonrojado una vez más, ya que el moreno se estaba
burlando, lo sabía.
Me había puesto a hablar tan entusiasmado que no atiné a presionar el bendito botón, mientras los
ojos de cachorro del contrario me inspeccionaban como deseando saber algo escondido tras mi
rostro, yo apenas podía mantenerla debido a la frustración de ser burlado, odiaba aquella
sensación.
La puerta se abrió, sin que dijéramos una palabra más, evidentemente yo estaba molesto conmigo
mismo, me conocía, sabía que no debía meterse así es que caminamos juntos hacia nuestro piso, él
llevaba sus manos dentro de los bolsillos, mirando hacia el suelo con una sonrisa triunfante,
coqueta, encantadora. El “idiota” sabía como ser sexy, aún cuando me jodía que se burlara del
error que había cometido.
— ¡Yah!, deja de reír, no fue para tanto. — repliqué mientras buscaba en mi bolso la tarjeta de
ingreso, plantado frente al código que debíamos ingresar para entrar.
El rubio no dijo nada, alzó los hombros con fingida inocencia, “no estoy haciendo nada”, parecía
que dijera, mientras su reluciente sonrisa me decía “que torpe eres Kibum”.
Como si fuera poco, recordé que mi tarjeta quedó en el carro, ¿qué iba a hacer ahora?, no lograría
zafarme de las mofas de Jonghyun si perdía mi tarjeta de ingreso al departamento, pero no fue
necesario pasar esa humillación. Al parecer había dado con la suya antes de notar que había
extraviado la propia, por lo que con descaro se paró tras mío, inclinándose hacia delante,
pegándose a mi espalda intencionalmente, para luego anotar su código, dando ingreso a la casa.
Me quedé completamente extrañado, siempre lo veía hacer ese tipo de cosas con las chicas, jamás
conmigo, ¿a qué estaba jugando?, ¿solamente quería burlarse de mi o realmente antes había
estado mirándome los labios?
Parado frente a la puerta sentí como el mayor daba un rodeo para ingresar a la casa, caminando
por delante esta vez, girando solamente su cabeza para guiñarme un ojo, desapareciendo de mi
vista tras el recibidor, dejándome fuera con una ola de preguntas en mi cabeza.