Había algunas veces en que Sehun pensaba que soñar era mejor que estar despierto, a veces pensaba que con solo sentir el aire cargado de la ciudad, pesado y un tanto toxico era suficiente para alejar sus ganas, o lo que quedara de ella por salir afuera. Sehun le llamaba a Seúl la jungla de cemento, demasiados edificios, demasiados letreros de neón, tal vez demasiados restaurantes.
Y sobre todo.
Demasiada gente.
Sehun usualmente solía levantarse muy temprano, salía de su pequeño departamento y subía hasta la azotea, tal vez era algo monótono pero para Sehun estaba bien, realmente todo lo que tuviese que ver lejos de personas y todo lo que fuese lleno de algún sentimiento, estaba bien. Sehun decía que el ser humano demasiado complejo y a veces se veía hablando como si no hiciera parte de ellos.
Sehun no recordaba muy bien las épocas en el que el invierno decidía rodear a Seúl, el no esperaba los cambios climáticos de a mucho y realmente él no se veía preparado para muchas cosas, lo nuevo era demasiado aterrador a veces y Sehun se negaba a cambiar por algo que fuera improbable o que con el tiempo, se atrofie.
A veces pensaba que esos colores rosas y lilas combinados con el cielo perezosamente azul, y los ligeros rayos de la madrugada deambulando tras las mañanas y colándose por ventanas rotas o cortinas tersas de fina tela, trasmitían calidez, algo que Sehun no encontraba, y que, de vez en cuando, solo un poco tal vez, se veía anhelado en eso que era su habitación oscura y helada, se supone que Sehun encendía la calefacción, pero de igual manera la sensación estaba ahí.
La puerta metálica reteniendo el paso hacia la azotea fue abierta cuidadosamente y un chico de cabellos alborotados y ojos grandes, un tanto desorbitantes se encontraba tomando una fuerte bocanada de aquel aire. Del aire que Sehun también respiraba.
El chico dio un ligero salto al notar como exactamente no se encontraba solo, se acerco lentamente y mientras sus pasos se veían dispuestos a descubrir quien estaba ahí, devorando con sus ojos ámbar el cielo, se detuvo de golpe, reconociéndolo totalmente.
Era el chico des departamento numero 202.
Sehun ladeo su rostro y sus ojos fríos, tal vez superando la baja temperatura rondando en el aire, se concentraron en el pequeño mirándole sorprendido, sus manos se juntaron a su pecho y evidentemente asustado, retrocedió. Sehun se concentro en como la manzana de Adán se movía varias veces, como si el pálido estuviese tragando demasiada saliva en muestra de temor completo.
- Lo….lo siento yo no quería in…interrumpir yo…- Sehun enarco una de sus cejas y la comisura de su labio se vio tirando hacia abajo, en una clara muestra de disgusto.
Las palabras siempre sobraban de igual manera porque el blanquecino tropezó con sus pies torpemente y ahogo un gritito mientras abría la puerta de golpe y bajaba acelerado por las escaleras, huyendo de Sehun.
Oh Sehun devolvió su mirada hacia la vista de la ciudad y tomo de su aire de nuevo, aire que él no pensaba compartir con nadie.
---O---
- ¡Buenos días!- chillo su voz reluciente entre las capas de mote de polvo y telarañas colgando entre las paredes y Luhan juraba que habían arañas deslizándose por un hilo trasparente hacia el piso. Realmente Luhan saludaba a los muebles viejos tapados por sabanas blancas y a lámparas echados a perder en las esquinas, sobre todo a los insectos o cualquier suciedad del departamento. –¡ oh! Esto está muy sucio- musito mientras tomaba su bolsa de Hello Kitty color rosa y arrastraba su maleta de ruedas rechinante de un color verde pasto.
Dejo sus cosas o lo poco que había traído mientras rascaba su rubio cabello y miraba alrededor.
- Gracias Tío Xi- susurro Luhan tomando una bocanada de aire, bocanada devuelta por una serie de tos apretada porque Luhan decidió tragar motes de polvo volando en el ambiente, Xi Luhan tendía a ser un poco torpe de vez en cuando.
Después de que decidiera que era mucho polvo como para que Luhan enfermara, cosa que el chino no quería. Se dispuso a ponerse su camiseta de los Beatles, demasiado desgastada y con un roto debajo de su axila y aquellos pantalones que tal vez, en un tiempo pasado eran de color blanco.
El polvo se veía disparándose ante la limpieza profunda y Luhan amarrando una pañoleta en torno a su rostro, sobre su nariz y boca porque el juraba que iba a salir ahogado de su clara intención por adueñarse del departamento.
Y a pesar de todo la cosa que mas recalcaba la personalidad de Luhan era ese dote por ser tan insistente, y en esos momentos, en cómo sus ojos brillantes dejaban de observar aquella esquina siendo invadida por finos hilos de polvo y arañas buscando refugio de aquella bestia con fibras largas removiendo suciedad, se concentraron entonces como un chico pálido y delgado pasaba desinteresado frente a su puerta abierta de par en par, ignorando la existencia de Luhan como vecino.
De Luhan como dueño del departamento 201.
Y la sola idea de tener compañía, dispuso que el corazón de Luhan se apretase y pusiese empeño en esto de terminar a prisa.
Porque él debía presentarse, con un pie de manzana tal vez.
---O---
Sehun sabía que el ambiente del pasillo llevándolo hasta la última puerta, era invadido por polvo revoloteando y de igual manera no era lo suficientemente importante como para que su atención se viera puesta totalmente en ello, dejo sus llaves en la mesa de cinco puestos en la que nadie jamás se vio ocupando.
O realmente era esa la sensación de que realmente nadie jamás se vio interesado en sentarse junto a Sehun y platicar sobre el clima, sobre cosas ridículas o reírse de videos en internet.
Cuando el sonido de las voces estropeaban los oídos de Sehun, la televisión retumbando casi en su volumen máximo, porque Sehun necesitaba dejar de sentirse tan vacio y la manera de aplacar el sentimiento era añorando demás voces que le hablasen sin temor alguno.
Y a pesar de que las imágenes mostrasen escenas divertidas, de personas contando anécdotas, los labios de Sehun no se curvaron en alguna sonrisa aparente, nada. Simplemente así, nada.
Era la manera entonces del porque sus ojos dejaron de mostrar algo en que brillar, demasiado vacios dando la sensación de una persona abortando la opción de verse emocionado por algo, parecía vivir su vida por obligación, después de todo las líneas deslizándose por sus muñecas mientras el tono rojizo parecía combinar a la perfección con lo pálida que era su piel, se habían vuelto cicatrices bajo muñequeras de cuero negras, grabadas a fuego en la mente de Sehun, cuando usualmente cerraba sus ojos.
Entre la sensación de perderse en esas memorias degastadas como el libro de pasta dura con hojas amarillentas, empolvado y abandonado en la esquina superior derecha de su estante, él viajaba recordando una de ellas en especial, resaltando incluso en la oscuridad a pesar de poseer un brillo siniestro y devastador, deslizando garras demasiado largas a través de piel en su cabeza y aquella sensación de ardor era vivida a pesar de ser ficticia.
Sehun entonces se levanto suavemente, sus piernas tendían a temblar a estos pasos cuando sus dedos escarbaban en el cajón de la cocina y apartaba herramientas que no era muy utilizadas, hasta dar con una pequeña cuchilla metálica. Muchas sensaciones eran abordadas en un mismo lugar y cuando Sehun camino hasta sentarse en el sofá y deshacer el nudo de su muñequera, apartándola y siendo consciente de cómo la línea azulada latía bajo su piel blanquecina, Sehun entonces cortaría a lo largo.
Quebrando tendones y hundiendo cuanto era posible porque quería averiguar si el dolor de su pecho era equivalente al de su brazo, era eso, o tal vez el pensamiento de morir patéticamente en su departamento.
Cuando la punta presiono contra la piel y un ligero punto rojizo se deslizaba manchando el costado de su muñeca reventando contra el piso de madera, Sehun tenía la intención de rasgar y presionar como fuera posible, Sehun quería descubrir si al detenerse su corazón todo cambiaria para siempre.
Él lo deseaba tal vez.
Pero el sonido retumbando contra las paredes frías de lo que era su hogar, provoco que saliera de su letargo y la cuchilla callera al suelo. El cómo alguien llamaba a su puerta después de tanto tiempo y Sehun frunció el ceño, pateando el utensilio bajo su sofá y deslizando la muñequera tapando el punto rojizo y limpiando el costado manchado.
Sus pasos vacilantes se posaron frente a la entrada y cuando dejo libre el paso a quien estuviese llamando desesperadamente no esperaba encontrarse con algo tan….cálido.
- ¡Hola!- su sonrisa curvaba sus labios y Sehun entonces se quedo petrificado preguntando el porqué, el…era tan feliz.
- ¿Que…?- gruño frunciendo el ceño y el rubio al otro lado, ladeo su rostro y sonrió un poco más estirando sus brazos con una bandeja cubierta de papel aluminio y el olor a pie de manzana inundo las fosas nasales de Sehun.
- Me llamo Luhan, vivo en el departamento de al lado, podemos ser amigos.
Luhan
Departamento 201
Impresión: agobiante.
---O---
Luhan yacía sobre su sofá, sus claros 1.80 reflejados a lo largo y aun así sus piernas se veían colgando fuera del reposa brazos, sus labios se deformaban en un puchero y claramente se distinguía las arrugas en su frente como un superficial enojo, o se supone que era eso.
- ¿Porque me cerró la puerta en la cara?- pregunto de nuevo a Byun Baekhyun acomodado en un sillón y sus pies sobre la mesita de café.
- El asusta- susurro mientras pasaba una hoja de su revisa- te dije que no te acercaras Luhan.
- Pero el recibió el pie, luego cerró la puerta y no me dijo gracias.
- Luhan Hyung creo que hubiese sido mejor eso a que te hubiera dejado pasar, Baekhyun tiene razón, es aterrador. Dicen que ha asesinado varias personas dentro de su departamento. – Luhan tapo su rostro con su almohada de bambi y lanzo un suspiro alto.
- Parece demasiado vacio para matar a alguien- susurro el rubio y Kyungsoo enarco una ceja.
- Hyung, siempre confías demasiado en la gente, por eso terminas herido la mayoría de las veces. Para ya.
Sin embargo Luhan sabia eso, Luhan sabía que la mayoría de veces era torpe y la gente solía mostrar su espalda cuando Luhan estaba quebrado y tomar de Luhan lo suficiente para desgastarlo y nunca regresar nada, nunca volver. Luhan se acostumbro a eso, las personas suelen irse y prometen cosas, cuando lo hacen…entonces es cuando suelen marcharse y los días se vuelven pesados y los años trascurren y ellos nunca regresan realmente. Ellos olvidan más rápido de lo que hubiese querido hacerlo Luhan.
- ¿Dicen que debo dejar de tratar de ser su amigo?- Kyungsoo sin embargo resopla porque él sabe que Luhan no los escucharía del todo.
- Posiblemente- se encoge de hombros Baekhyun y desliza la revista de manera vertical admirando como el ídolo del momento, Park Chanyeol llena sus ojos y Baekhyun se pierde en un suspiro de esos eternos. De nuevo.
---O---
Sehun veía las porcentajes y gráficos en su televisor, la economía en el mundo iba en picada y de igual manera jamás sería algo demasiado estable, todo tenía que ser diferente en todos lados y Sehun lo sabía, porque el reconocía que su manera de ser jamás se acoplaría a un rumbo de personas enorgullecidas de su vida y llena de vigor, asqueroso y renovado vigor viajando por todos los malditos poros que tuviera su piel. Sin embargo Sehun sabía que había más gente como él, desesperado en la nada realmente, sintiéndose vacio y sin respuestas entre manos desocupadas y muñecas sangrantes tapadas por cuero negro.
Una mueca quebrada curso los labios de Sehun al percatarse de que presiono entre las yemas de sus dedos la punta afilada de la cuchilla y los pliegues se rompían levemente dejando escapar un poco de sangre, insignificante como lo era la mayoría de cosas.
Sehun miro el color rojizo alimentar su blanquecina piel y el mínimo ardor no era nada comparado con lo quebradizo que nadaba en su interior, Sehun a veces se preguntaba si tenia alambre de púas apretando su corazón, hundiendo el metal oxidado cuando latía mínimamente por algo, cosa que se desvanecía y la emoción de Sehun recaía.
Y se encontrada de nuevo ahí, como si las páginas de su libro estuvieras escritas desde hace un largo tiempo y estuvieras llenas de moho y amarillentas, de igual manera el no pasaba de la misma página arrugada por ser manipulada y Sehun creía que de todos modos no habían muchas páginas que llenar, su libro entonces no era muy grueso. Esa tal vez era una de las explicaciones por las que Sehun posaba la punta del utensilio en el inicio de la línea delgada y verdosa asomando su piel. Sehun iba a cortar a lo largo, sabía que si profundizaba ropería tendones y la sangre fluyendo fuera seria tanta, capaz de acabar con él y con el frio de su piel. Era invierno, hacia más frio de costumbre.
Pero de nuevo el sonido retumbando entre sus paredes, era demasiado aturdidor y su mano saltaba botando el utensilio al suelo, Sehun se quedo perplejo observando la cuchilla sobre la alfombra y se inclino, tapando el detonante de si Sehun seguiría respirando de nuevo.
Exasperado dio pasos largos y abrió la puerta de golpe, esa sensación de ráfaga cálida aturdió sus sentidos y abrió sus ojos desorbitantes porque el rubio estaba ahí, sonriente y agitando su mano demasiado cerca a la cara de Sehun.
- ¡Hola vecino! – Sehun como saludo brindo un gruñido lleno de fastidio porque era tanta la calidez hormigueando su piel, demasiado agobiante.
- ¿Que…?
- Quería preguntarte si te ha gustado el pie…
El pie…
Si, ese pie estaba delicioso de hecho.
- Estaba normal- y su voz era cortante, fría e implantaba la manera de dar a entender que daba por terminada la conversación a pesar de quedar a la deriva.
- ¡Lo has comido entonces!- y los ojos ámbares brillaron aun mas y el rubio dio un ligero salto. Sehun frunció el ceño preguntándose ¿qué clase de persona con exceso de azúcar en sus venas era aquella?, tipo extraño, extraterrestre de algún lugar repleto de glaseado y chocolates.
- So-solo un poco
- Vale, vale- el rubio asintió demasiado enérgico y esa sonrisa llena de confianza cegó por un momento los sentidos de Sehun. – me llamo Luhan- sin embargo el rubio extendió su mano hacia él y Sehun vio como de hecho aquella palma era delicada, dedos largos y blanquecinos y Sehun realmente temía averiguar si la calidez de ese chico quemaría su piel, por lo que, opto retroceder y alejarse de todo lo que tuviese que ver con ese rubio, jodido extraño.
- ¡Oh! ¡No eres de muchas palabras! Me llamo Xi Luhan y quiero hacer amigos. Soy nuevo aquí, bueno no realmente conozco a Kyungsoo, Baekhyun y Jongin.
Cuando Sehun escucho el nombre de Jongin, cerró la puerta de golpe en la cara del chico.
---O---
Luhan seguía dando a relucir su clara altura sobre el sofá, pero en este caso tenía sus piernas colgando del respaldo y su espalda en el asiento acolchado, su cabeza colgando por la punta del asiento y abriendo su boca en clara queja, llena de gimoteos y lloriqueos.
Baekhyun pasó la hoja de su revista y se acomodo evidentemente interesado cuando encontró al fin la esperada entrevista de Park Chanyeol.
- Hyung… ya te lo hemos dicho, tienes que dejar de ir.
- Pero no sé porque apenas los nombre a ustedes me cerró la puerta en la cara, todo iba bien, en serio que si- Baekhyun asomo sus ojos por encima de aquellas hojas llenas de cosas para adolescentes, deteniendo su lectura de alguna anécdota memorable de Park en su niñez.
- Luhan siempre eres tan insistente, ese chico te hará daño si no paras, tal vez sienta fastidio. – Luhan resoplo y ante la clara determinación de tragar saliva liberando su boca de espeso liquido, se vio tosiendo y revolviéndose porque Luhan comprendió tarde que esa postura no era muy buena para hacer ciertas cosas normales. Kyungsoo huyo de su sillón y palmeaba la espalda del mayor resoplando y rodando sus ojos.
Baekhyun se burlo al ver la cara roja del mayor.
- Mucha sangre en tu cabeza Hyung…- negó aun con su sonrisa burlona tirando de sus comisuras.
- Debo dejar de verlo- soltó Luhan determinado- ¡no volveré! ¡Si él seguirá siendo descortés, no lo hare!
Kyungsoo asintió animado.
- ¡Bien dicho Hyung! Salvaras tu vida de esa manera.
- Apuesto un bubble tea que lo veras mañana- musito Baekhyun con sus ojos brillantes mientras sus sentidos flaqueaban al leer el tipo perfecto de Park Chanyeol.
- ¡Eso no pasara Baek! ¡Esta vez estoy siendo serio!
---O---
Sehun pasaba su mirada por Seúl o parte de ella que podía admirar desde el balcón de su departamento, piernas colgando fuera de las rendijas y sus manos apoyadas contra la baldosa interesándose en nada en particular, cerrando sus ojos ante la sensación de su cabello revoloteando ante el viento y su respiración pausada.
Decidió entonces que era una buena noche para dar un paseo corto, metió sus piernas largas y camino dentro de su hogar. Realmente el no haya diferencia entre el clima dentro del departamento con el de fuera, recorriendo las calles de Seúl mientras la gente se resguardaba en capas gruesas de ropa y bufandas tapando mitad de sus rostros.
Sehun verifico la calefacción y reparo en que estaba estable, se supone que Sehun no tendría porque sentir su cuerpo estremecerse ante el clima, se trasporto hasta el pasillo de salida y tomo su abrigo, guarda las llaves y su cartera en uno de sus bolsillos, abriendo su puerta y dando un paso fuera.
Paso que fue retenido contra otro cuerpo y Sehun dio un brinco estremeciéndose por completo cuando su pecho golpeo contra el del contrario, en como una sensación de calor recorrió su cuerpo y Sehun gimió retirándose y pegándose a la pared lo mas lejos que pudiese de esa persona rubia.
Luhan, recordaba Sehun entre el desastre que era su cabeza.
- ¡Buena noche!- soltó el rubio animado y Sehun respiraba con dificultad, su pecho subiendo y bajando agitado y frotando sus manos porque la sensación de calor seguía ahí.
- ¿Qué clase de diablo eres?- susurro el más alto y Luhan frunció sus labios totalmente confuso.
- ¿Eh…?
- ¿Que…?- rugió Sehun repitiendo las palabras de las continuas visitas del rubio.
- ¿Saldrás?- pregunto el más bajo y Sehun enarco una de sus cejas, su semblante nunca daba alguna emoción muy descrita, de hecho siempre se mantenía inexpresiva. Porque no sentía emoción en nada…realmente en nada.
- ¿Eso debería importarte?- gruño fastidiado porque sentía como su aura cálida avanzaba por entre el poco espacio colándose en las prendas delgadas de Sehun.
- ¿Puedo acompañarte? no tengo nada que hacer, estoy algo aburrido- Sehun se quedo en silencio.
- No.
---O---
Sin embargo Luhan le dejo su espacio a Sehun, Luhan reconocía cuando una persona le desechaba y por eso el rubio caminaba tres pasos detrás de un Sehun tensionado con sus manos metidas en sus bolsillos.
- ¡Te dije que no vinieras!- rugió mas fuerte y el vaho escapo colándose en el ambiente frio.
- ¡La ciudad no es tuya!- soltó Luhan despreocupado, caminoteando detrás de Sehun.
- Entonces ¿qué haces persiguiéndome?
- Puede que tome el mismo camino que tu…
- Puede que no y ahora date la vuelta y lárgate.
- Nope…- los dientes de Sehun chocaron entre si y Luhan tal vez escuchaba algún rechinar pero fácilmente lo ignoro sonriendo ampliamente.- ¿cómo te llamas?
- Que te importa…
- Está bien que te importa, ¿cuántos años tienes?- Sehun rodo sus ojos y siguió su camino tratando de acelerar sus pasos y perder al rubio de vista.
Todo era demasiado aturdidor con él, revoloteando a su alrededor.
Sin embargo Sehun camino lo suficiente para agotar sus muslos y batatas, lo suficiente a pesar de que él era atlético y caminaba varios kilómetros sin cansarse y a pesar de lo mucho que buscaba alejar aquella calidez, esta, no se fue nunca, de hecho Sehun seguía sintiéndola cuando paro y tomo asiento en una banca de algún parque, porque realmente las direcciones se habían vuelto confusas desde que paso dos avenidas atrás.
Y el peso a su lado se volvió mayor cuando el rubio agitado y sonriente suspiro, mirando al firmamento.
- Buena caminata eh… me hacía falta hacer ejercicio.
- Si te digo como me llamo, ¿dejaras de fastidiar?- Luhan observaba la luna tapada por algunas nubes demasiado alto y asintió.
- Lo prometo… - Luhan entonces entrelazo su dedo índice con el corazón, él sabía que de esa manera la promesa que le haría a su vecino, quedaría nula. Simples juegos de niños que quedo clavado en el sentir de Luhan.
- Sehun…Oh Sehun.
- ¿Cuántos años tienes?
- Te dije que…- gruño Sehun, realmente fastidiado ahora.
- Dejare de molestar…- recordó Luhan y Sehun guardo silencio, volviendo su vista a Luhan fijando en como la luz de los faroles se combinaba con el anochecer y aquel rostro parecía cincelado… definido, tranquilo.
- 20…
- ¡Llámame Hyung!- sonrió Luhan dando un ligero salto, aun más animado.
- No, púdrete.