Capítulo 1:
La salita del café era pequeña pero estaba considerablemente concurrida. Todos los abogados del bufete tenían la costumbre de dejarse caer por allí antes de asumir sus puestos en las respectivas oficinas, y siempre había un montón de bullicio que se mezclaba con el olor del café instantáneo y los costosos perfumes de las personas presentes-
Lee DongHae, no tan alto muy esbelto, con su traje perfecto, estaba revolviendo su café cuando Lee HyukJae, uno de sus colegas, entró bostezando. Lo miró mientras tomaba su propia taza y se apoyaba en el mostrador, observando a su alrededor con aspecto aburrido.
-Déjame adivinar –comenzó DongHae mientras se acercaba-, ¿una noche agotadora?
-No sabes cuánto –se rió entre dientes Jerry, mientras tomaba un sorbo de su oscura bebida.
-Me pregunto cómo es que acabas…
-Es simple: alcanza con venirse de forma intensa y eso es todo –interrumpió el otro guiñándole un ojo.
-Dios, HyukJae. ¡A veces haces que me estremezca!
-Es bueno saberlo –contrapuso Hyuk dejando bien claro a qué se refería.
-Pero ¿cómo es posible que todo lo que se te dice, tú lo asocies al sexo? ¿No tienes otros intereses? –Preguntó DongHae atónito, haciendo una mueca que le distorsionó el bello rostro de rasgos definidos.
-Claro que sí. ¡Yo soy un hombre de múltiples intereses!
-Que giran en torno a un único agujero por cierto.
-Eso es correcto. Me encantan las rosquillas. –HyukJae puro aire soñador.
DongHae levantó su mano y lo detuvo.
-Voy a la oficina antes de que me den ganas de vomitar.
-Estreñido.
-Cretino.
DongHae y HyukJae eran los recién llegados al despacho de abogados pero mientras que Hyuk con su cara de piedra, ya había hecho un montón de amigos, Hae siempre se mantenía un poco al margen, tratando de dar lo mejor de sí mismo, de ejar una buena impresión en sus superiores. Ambos trabajaban bien y se estaban garantizando una notable carrera: HyukJae se dedicaba estrictamente a las causas de divorcio las que, por incomprensibles razones, tanto lo divertían, mientras que DongHae se ocupaba principalmente de cuestiones crediticias. Sus oficinas se encontraban la una frente a la otra aunque a veces DongHae hubiera preferido que no fuera así, para no tener que asistir a los diversos intentos de Jerry de coquetear con… el que sea. De hecho, con cualquiera menos con él.
Eran diferentes en todos los aspectos: DongHae era una persona tranquila, mientras HyukJae era ruidoso y exuberante. Hae estaba buscando amor duradero, mientras que HyukJae creía principalmente en el deseo, mejor si era a primera vista. Ambos se sentían cómodos con su homosexualidad, sin embargo la vivían de diferentes formas: DongHae discretamente, HyukJae descaradamente.
DongHae no sentía una enorme simpatía por su colega, pero a pesar de todo, este parecía sentirse cómodo con él, o tal vez solo le gustaba exponer sus conquistas y flameárselas debajo de la nariz todas las noches después del trabajo.
Era una costumbre del bufete: reunirse para ir a tomar un aperitivo antes de que cada uno partiera a disfrutar de su tiempo libre. De lo poco que quedara de él.
Y aquella noche no fue diferente de las otras.
HyukJae se sentó junto a DongHae, en el mostrador.
-¿Cuánto tiempo hace que no follas? –le preguntó de repente, sin medias palabras.
Una lluvia de Martini se dispersó desde la nariz de DongHae, que se había tapado la boca para no escupirlo. El joven comenzó a toser como un desquiciado mientras HyukJae se reía y le daba palmaditas en la espalda.
-¡¿Pero qué mierda de pregunta haces?! –preguntó DongHae, cuando se hubo recuperado, aunque todavía su cara estaba azul, con las venas debajo de sus ojos claramente reveladas.
-Preguntaba. No te veo nunca con nadie, no hablas nunca con nadie, no te vas nunca con nadie. Por lo tanto, deduje que no follas nunca con nadie. Eso es todo.
-¿Y tú quién eres? ¿Sherlock Holmes? –dijo Hae, pendenciero.
-¿Entonces…?
-Entonces, no es asunto tuyo.
-¿Quieres preservarte para el matrimonio? ¿O para el más allá?
-Dije que no es asunto tuyo.
-Cuanto más insistes en no responder y más se confirma mi idea. Ya sabes, lo lamento un poco. En realidad, tú no estás mal.
-Oh, gracias. Viniendo de ti, que lo harías incluso con el muñeco de los Panitos Bimbo…
-¡Eso me ofende! –Exclamó HyukJae. Hizo un gesto con la mano, enojado y se giró hacia el otro lado, notando que un chico guapo se había sentado a su lado-. Buenas noches… -dijo con voz seductora.
-¿Acaso tienes un filtro por lo menos, o te pones a pescar el primer pez que pasa? –refunfuñó DongHae, tomando otro sorbo de su Martini.
HyukJae se volvió hacia él con una sonrisa.
-¿Qué estás diciendo que me arruinas la… rosquilla? –dijo colgándose de la conversación que habían tenido un par de horas antes.
DongHae alzó los ojos al cielo. –No todas las rosquillas vienen con agujero –masculló malhumorado.
-Sin embargo, si lo piensas un poco, verás que yo salgo sólo con aquellas que lo tienen. Por lo cual, ¡Basta de esto! –susurró entre dientes HyukJae girándose otra vez hacia el desconocido.
DongHae no esperaba otra cosa, empujó el taburete hacia atrás y se alejó, yendo a conversar con los demás colegas. Hablar con HyukJae, a veces, era agotador.
Justo en ese momento, llegó al local el jefe máximo del bufete junto a un nuevo abogado nunca visto, quien fue presentado a todos los presentes, incluyendo a DongHae.
HyukJae lo divisó de lejos y se sintió inmediatamente intrigado por él, pero no quería aflojar las riendas a la mitad de su discurso con el muchacho que se le acababa de acercar y que estaba demostrando tener un gran interés en sus avances.
El recién llegado, sin embargo, era tan alto, con los cabellos negros y los ojos igual de oscuros y penetrantes… No, HyukJae no podía quedarse al margen de eso. Se disculpó con el desconocido y se reunió con los demás, dibujándose en el rostro una sonrisa descarada.
-¡Hola! –exclamó poniéndose junto a DongHae y tendiendo la mano hacia el desconocido.
-Hola. –Este les saludó con una sonrisa-. Soy Siwon.
-¡Siwon, soy HyukJae! –respondió él rápidamente, apretándole la mano.
Finalmente, uno nuevo, un recién llegado… HyukJae estaba cansado de estar siempre coqueteando con los tres únicos gais del bufete. Necesitaba expandir sus horizontes.
Sin embargo, había algo que no andaba. ¿Qué era esa mirada en los ojos de DongHae? ¿Y qué era aquella clara respuesta en los de Siwon?
HyukJae se encontraba entre los dos y movía su cabeza a un lado y al otro, mirando a ambos.
De pronto, ya no le siguió pareciendo tan buena idea quedarse allí. En el fondo del estómago se le agitó algo similar a una anguila cabreada. Alzó una mano y bufó irritado. Un hombre que no demostraba interés por él no valía la pena su tiempo. Al menos eso fue lo que continuó diciéndose, a pesar de que no era del todo cierto. Y él lo habría de descubrir a su costa…
Se alejó de los dos y regresó a la barra, con la esperanza de encontrar al chico que había dejado de a pie.
HyukJae estaba justo otra vez en el pináculo de la conversación con el mismo chico, mientras les daba obstinadamente la espalda a los demás – no tenía ninguna intención de quedarse a observar cómo La Dama y el Vagabundo se miraban mutuamente a los ojos – hasta que alguien lo distrajo, sentándose pesadamente a su lado. HyukJae se volvió poco a poco, con mirada asesina, y se encontró de frente con los ojos chocolate de DongHae.
-¿Qué? –le preguntó irritado.
DongHae no dijo nada y se limitó a darle una enorme sonrisa, repleta de hoyuelos. HyukJae miró a su alrededor.
-¿Dónde dejaste a Bambi?
DongHae hizo una mueca de encontrarse confundido.
-Siwon. Me refiero a Siwon –se corrigió HyukJae.
DongHae entrecerró los ojos.
-¿Por qué siempre tienes que ser tan desagradable? ¿Qué te hizo? Ni siquiera lo conoces ¡Así que no logro entender tu manía de poner apodos!
-Bueno, con los ojazos enormes que carga…
-¿Lo dices tú, que tiene dos huevos en lugar de ojos?
-¡Hey! ¡Yo no te he ofendido a ti!
-Yo tampoco. La verdad no ofende. Tienes ojos redondos.
HyukJae gruñó
-Discúlpame, ¿pero estás aquí para criticar? No, porque no sé si te diste cuenta, pero estoy justo en medio de algo…
DongHae se inclinó hacia delante y dijo “hola” con la mano al muchacho que estaba al lado de su colega, que le miraba desconcertado.
-¡¿Qué?! –Lo apremió HyukJae con impaciencia.
-Que finalmente, encontré a alguien especial –respondió DongHae entusiasmado.
HyukJae hizo una mueca.
-¿Y a mí eso me debería de interesar porque…?
-¡Porque me has estado jodiendo con ello antes y quería comunicarte que ya puedes dejar de hacerlo!
HyukJae se quedó en silencio un momento.
-Oh, entonces retomando el tema de “joder”, ¿tratas de decirme que disfrutarás de una rosquilla tú también esta noche?
DongHae hizo una mueca.
-Dios, ¿qué es lo que hago hablando esto contigo?
-No lo sé, hazte examinar, eres tú el que vino a mí.
-¡Idiota! –espetó DongHae levantándose para dirigirse nuevamente hacia Siwon.
-¡Ojo con lo que comes! ¡Mira que has estado en ayunas de rosquillas durante demasiado tiempo! –HyukJae se rió, notando cómo un dedo medio se alzaba en su dirección.
Dejó de reír tan pronto como DongHae desapareció de su vista.