Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tu perro. por Shunn shinigami

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno les dejo este Fanfic de esta pareja que es mi favorita.

MxM

Notas del capitulo:

Espero les guste y se entretengan leyendo esto que es mi primer fanfic de esta pareja :33 ¡Que es hermosa! xDD

e-e Como es la primera no sé si este bien o mal, el como escribo a los personajes... pero wuano.

Disclaimer: Death Note no me pertenece ni tampoco los personajes mencionados en este fanfic, pertenecen a sus respectivos creadores.

~~~***~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

¿Y cómo podría yo olvidarte?

Si fuiste el primero y el último en mi vida…

Solo pasaron segundos para que su fugaz mirada se clavará para siempre en la mía, haciendo mis orbes esmeraldas prisioneras de sus zafiros ojos, dejando que su piel se sintiera completa; estando por siempre esclavizado en mis brazos que le brindan protección y calor irremplazable.

No, no podría, no me atrevería.

Si cree que olvidaré, aquella noche, en que me acurrucaba en su pecho para no escuchar aquella tormenta que me mantenía tan alejado de mis sentidos y tan poseído de un solo sentimiento que recorría todo mi cuerpo; miedo.

No, no lo haría.

Aquellos abrazos que en esos instantes me brindaron todo lo que le he brindado con los míos; siempre estuvieron en cada noche, mañana y tarde cuando más lo necesitaba e incluso cuando no.

Estando tan seguro a su lado aunque varios decían que me equivocaba, que no era correcto y que abriera mis ojos ante la cruel realidad…

Tú no eras real.

No lo entendía, pues eso nunca fue una verdad… a excepción de que justo habían tenido algo de razón.

Hizo mi mundo un lugar seguro en que solo podía entrar él, convirtiendo mis edificios en una catástrofe, convirtiéndolos en algo más hermoso y desconocido para mí, aunque yo lo conocía… ese mundo que tanto me mostraba y alteraba el mío, lo conocía como la palma de mi mano.

Te conocía, existías.

“Tan bonito aquel recuerdo que permanece en mi mente, desde la primera vez que fue creado.”

Regresaba mi compañero de habitación de la oficina de Roger, quién minutos antes le había llamado, a él y a Near, seguramente les había dicho algo malo pues su rostro estaba pálido y triste. No sabía que le pasaba pero de algo estaba seguro, tenía que apoyarlo.

Lentamente se fue desplazando por el cuarto, llegando hasta la cama y dejando que el peso de su cuerpo cayera sin remordimiento, causando un sonido seco al contacto de las sábanas con su piel, se movía demasiado, buscando una buena posición para pensar quizás… pero nunca volteaba a mi dirección.

Se veía tan cansado y agotado, sin querer siquiera verme o explicarme algo de lo que fuera que lo estaba derrumbando, no planeaba molestar, no iba a preguntar nada, ni siquiera tenía planeado lo que iba a hacer de ahora en adelante si su actitud comenzaba a cambiar, no solo conmigo, sino con los demás.

Tenía tanto miedo a perderte.

Paso una hora desde que estaba en su cama, no se movía, ni siquiera le escuchaba susurrar algo, rechistar o quejarse. Todo estaba tan extraño y yo, solo me dedicaba a mirar desde donde estaba; sentado en el suelo y con mi juego en mano, hacía un buen rato había puesto pause, dedicándome a ver solamente la espalda, que daba sin piedad a mí vista, nunca lo hacía en los últimos días.

Me preocupabas.

Solo unos segundos más bastaron para que me moviera del suelo, incorporándome y caminando hacia aquella cama, llegando a esta y sentándome con sumo cuidado en la orilla, esperando no despertarle o hacerlo enojar por mi atrevimiento. No hacía nada. Ni siquiera cuando lenta y peligrosamente diría yo, me acercaba a su cabeza, viendo con detenimiento como los cabellos de oro que poseía como cabello, caían regados sobre las sábanas. Sus manos juntas como si rezarán y ese rostro que simplemente era fuera de este mundo; la belleza, la pureza y esa fragilidad en sus facciones, esa tranquilidad cuando estaba descansando como siempre lo hacía.

¿Hacía cuanto que no te veía de esta manera?

Siempre te veías como alguien despreocupado cuando dormías y mientras yo parecía, alguien muy observador.

Me quede atrapado con esa imagen, tanto que ni siquiera me di cuenta cuando se movía lentamente, abriendo sus ojos, haciendo visibles lo azul de ellos;  hermosos e hipnotizadores, siempre lo hacían, me atrapaban, me hacían amarle, aunque eso él no lo sabía.

Sonreí estúpidamente, llevando una de mis manos a acariciar su mejilla, tan suave y haciéndome dichoso de que solo yo pudiera hacerlo, solo yo. Igual me sonrió, fijando su mirada en mi rostro, que se iba acercando cada vez más al de él, sin poder detener eso, sin siquiera quererlo en realidad.

La distancia se iba haciendo más y más chica, permitiéndome sentir su tranquila y cálida respiración; pudiendo oler aquel aroma de chocolate que era tan único y que lo caracterizaba solo a él, su marca personal. Embriagándome hasta más no poder, haciendo que juntará mis labios con los suyos, en un beso suave, lento y dulce, sin dejar siquiera que se quejará de lo que mi alma me estaba reclamando años atrás. Era tan suave, tan frágil y gentil, un rostro por completo diferente a lo que todos estaban acostumbrado a ver en Whammy´s.

—Perro tonto. — mencionó muy apenas cerca de mi boca, estaba hermosamente sonrojado y viendo con timidez hacia mí.

Me limite a sonreír y volver a besarlo, esta vez con un poco más de desesperación, necesidad, pasión y muchas ganas de tener su cuerpo más y más cerca. Me posicione encima, colocando mis piernas a los costados de sus caderas y mis manos acariciando su fino y sedoso cabello, entrelazando mis dedos con cada hilo de este.

Sentía como unas manos tímidas y temblorosas sostenían mi playera a rayas, casi con intenciones de mandarla a volar muy lejos de donde estaba, seguramente lo consideraba estorbosa y eso me causaba gracia. Seguimos con aquel beso apasionado, dejando que nuestras lenguas se rozarán; primero de forma miedosa y luego poco a poco iban explorándose con curiosidad, sin temor, cada vez más se iba intensificando, haciéndose falta el aire y en pocos instantes haciendo que nos alejáramos para respirar. Nuestras miradas chocaron entre ellas, viendo en los ojos del otro lo mucho que nos deseábamos.

Te necesitaba tanto.

Di unos cuantos besos pequeños en sus labios, para después irme desplazando por el largo de su blanco cuello, haciendo que suspirará de manera inevitable, provocando que mi cordura se fuera perdiendo de a poco por completo. Mis manos recorrieron su pecho por sobre las ropas que portaba, acariciando de arriba hasta llegar abajo, sosteniendo el borde de la playera negra y deslizando la yema de mis dedos por su tersa piel, sintiendo como se estremecía y movía.

—M-Matt…— apenas y pude escuchar pues solo lo había susurrado, aunque eso me bastaba para saber que no quería que me detuviera.

Acariciaba lentamente su dorso, haciendo más agudo mi sentido del tacto; al presenciar como la temperatura iba subiendo por completo en cada rincón del cuerpo de Mello, sin embargo no era solo él, sino también yo. El calor lentamente podía sentirse por mi espalda, pasando a mi cabeza, mi cara e incluso por mis piernas, todo mi cuerpo estaba tan extasiado de aquellas sensaciones de tenerlo tan cerca, aún más cerca que unos cuantos abrazos.

—Ah… Mhn, Matt…— gimió.

Me dedique a pellizcar despacio sus pezones con mi mano derecha, mientras con mi otra mano iba retirando su chaleco de cuero, estaba siendo muy estorbosa e incluso más que de costumbre. Mi respiración se estaba acelerando, la prenda ya no estaba, estaba al descubierto la blanca piel y su delgado pecho, cualquiera envidiaría su delgado cuerpo, sus brazos tan poco formados pero manteniendo una atracción que no se sabe explicar.

Podía escuchar aquellos gemidos y jadeos que salían de su pequeña boca, excitándome mucho más, haciendo que mi pantalón se sintiera diminuto, me estaba torturando a más no poder. Cerré los ojos, vaya que quería deshacerme de aquel punzante dolor, mi miembro estaba tan rígido y clamando atención.

Fue cuando algo rozo con mi entrepierna haciendo que temblará y soltará un gemido, se había sentido tan bien. Solo paso unos momentos en que me atonte con esa sensación tan exquisita, escuche unas leves risas, alcé mi vista, había sido Mello quién sonreía ladino, se estaba divirtiendo con mi sufrimiento y con sus pequeñas travesuras.

—Mell- ¡Ah! — ni siquiera me permitió terminar con mi reclamo, su rodilla arremetió contra mi entrepierna; rozando y apretando de manera deliciosa. —Ah… Ngh…—

Estaba perdido en aquel placer, me encantaba, era una experiencia nueva y mejor, provocada por Mello. Me quede inmóvil por un rato, pero en ese transcurso una fuerza me volteó, pegando mi espalda contra el colchón suave.

— ¿Qué pasa, perro? —

Siguió sonriendo, acercando sus labios hacía mi cuello; dando leves mordidas que poco a poco las iba haciendo más y más fuertes. No me disgustaba, de hecho me excitaban mucho más. “Genial Matt, te hiciste masoquista”

Notas finales:

Bueno ¿les gusto, no les gusto?

Haganmelo saber con un Rewier :33

Contianuara~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).