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Jingoku shonen por desileo

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Notas del fanfic:

Este fanfic contendrá spoiler de la serie de jingoku shoujo.    

Notas del capitulo:

¡Hola! Soy nueva por aquí. Por sugerencia de mi hermana, he hecho una cuenta aquí para respaldar mi historia por si algo le pasa a la cuenta que tengo en otra página, por lo que esto no es un plagio.

Ninguno de los personajes principales me pertenece, son de Nakamura y Fujisaki. Este fanfic contine spoiler de la serie Jingoku shoujo.

Sin más por el momento, les dejo mi trabajo y espero sus opiniones. ¡Gracias!  

Era un día normal en una secundaria privada exclusiva para mujeres excepto por una chica llamada Fujimoto Mizuki.

No era una chica que sobresaliera mucho. Con su cabello castaño hasta el cuello, siempre atado en una coleta, estatura no mayor al 1.60 y ojos completamente negros. Una adolescente promedio. 

A pesar de todo lo dicho anteriormente, era molestada una chica llamada Daishi Hikari que todo lo contrario a ella, alta cabello largo suelto, negro y ojos ambarinos empezó a molestarla.

Ese día no fue la excepción. Había intentado ocultarse detrás de una pared mientras ella y sus amigas pasaban. Pero la encontraron, y había sido golpeada casi en su totalidad.

-porque me pasa esto a mí- decía Mizuki mientras intentaba llegar a su primera clase-yo no le he hecho nada y ni siquiera tengo algo que pueda envidiar.

Llegó a su clase, en donde el profesor todavía no llegaba, por lo que aprovechó para poder reflexionar.  

Todo había comenzado desde que regresó de las vacaciones de verano. Había empezado con unas cuantas notas ofensivas en su casillero, nada alarmante, y después empezaron a poner basura en él (no entendía como habían conseguido la clave de su casillero) y después empezaron los golpes e insultos de ella y sus amigas. Intentó aplacarla hablando con un maestro, pero este le dijo que no podía hacer gran cosa, ya que la familia Daishi hacía la mayoría de las donaciones.

Buscó apoyo de sus compañeros, pero estos decidieron no acercase a ella. Es más algunos dejaron de hablarle en su totalidad para no sufrir el mismo destino.

Ni siquiera se le pasó por la cabeza decirles a sus padres, ya que gracias a una beca podía seguir estudiando.

Mientras seguía reflexionando las posibles causas del porqué, escuchó una conversación de lo más interesante de las chicas que estaban sentadas justo al lado.

-ne chicas ¿han escuchado hablar del chico del infierno?

-no realmente. ¡Cuéntanos!

-es un chico que se venga de la persona que tú más odias. Para poder contactar con él tienes que entrar al correo infernal, anotar el nombre completo de la persona y él hará el resto. Pero solo se abre a medianoche.

-¿Y ha funcionado?

-no lo sé. Lo encontré en un foro creepypasta decían que sólo era un mito de internet

-¿en verdad? me recuerda a otra historia…

Dejó de poner atención a lo demás.- ¿El chico del infierno? Me pregunto si será verdad. Intentaré contactarme con él esta noche. A lo mejor me puede ayudar- y cuando terminó de pensar en eso el maestro entró y con ello empezó la clase.

------------------------------------------------------------------------Mizuki al fin pudo llegar a su cuarto, después de las mil y un preguntas de su madre sobre los moretones en su cuerpo. En verdad no le gustaba ocultarle algo a su madre, pero era necesario para que no se preocupara. Pero si en verdad todo lo que había escuchado era cierto, esto acabaría pronto.

Mientras esperaba a que se hicieran las doce de la noche realizó varias actividades, empezando con su tarea, hasta darse un baño. Faltando varios minutos, encendió su computadora, abrió el internet, puso en el buscador “correo del infierno” seleccionó el primer resultado y, no pudo abrir.

-¿eh, pero por qué?-en ese momento, revisó la hora -11:59, vaya se toman muy en serio eso de las doce exactas-

Esperó el minuto faltante y volvió a cargar la página. En ella apareció una pequeña llama. Al apagarse aparecieron unas letras que decían “nos vengaremos por ti”, seguido de un espacio en blanco, que Mizuki supuso, era para anotar el nombre de la persona y al final un botón que se leía “enviar”.

En ese momento, empezaron a embargarle las dudas. Si lo hacía ¿funcionaría o sólo es una broma de alguna persona? Y si funcionaba ¿podría cargar con la idea de haber enviado al infierno a alguien? A pesar de todo lo anterior, sabía que no duraría aguantando mucho más, así que en el espacio en blanco escribió el nombre  “Daishi Hikari” presiono el botón de enviar y espero.

La página desapareció, dejándola en el buscador. Decepcionada, empezó a apagar su equipo, hasta que se vio interrumpida por su celular que empezó a sonar el tono de mensajes.

Extrañada cogió el celular y reviso el mensaje:

DE: CORREO INFERNAL

PETICIÓN RESIVIDA

CHICO DEL INFIERNO.

Ese mensaje la dejó totalmente aturdida y con la pequeña esperanza de que en verdad funcionara.

------------------------------------------------------------------------Había pasa una semana desde aquél mensaje y desde ese entonces no había recibido nada de nada. Hasta ahora, había sobrevivido escondiéndose de Daishi. Hoy no era diferente. Estaba detrás de unos casilleros esperando a que ella y su séquito pasaran para poder ir a su clase.

-mmm, que raro, no las he visto, ¿será que faltará?

-miren a quién tenemos aquí. ¿Te ocultabas de nosotras  Fujimoto?- Mizuki se dio la vuelta, había sido descubierta- no me digas que nos tienes miedo. Pero si solo jugamos contigo. Es más, vamos a jugar.

Al escuchar eso, Mizuki empezó a correr por los pasillos. Esperó a que alguien viniera a ayudarla, pero todo mundo la ignoró. No supo cómo pero llegó a la azotea. Ahí  divisó un lugar donde esconderse, una pequeña habitación obscura. El problema, la dejaba sin salida.

Desesperada decidió entrar a ese lugar. De pronto escuchó las voces de las chicas que la perseguían y lo peor, se acercaban. Sabía lo que venía por lo que se sintió asustada.

 Sintió una mano que la jaló hacia atrás. Intentó resistirse pero no pudo. Cerró sus ojos y esperó lo inevitable. Cuando no llegó los abrió. Se encontró en un lugar totalmente diferente a su escuela.

Era un campo abierto, lleno de hierbas altas que, a diferencia de la escuela que amanecía, en ese lugar atardecía. En frente de ella, se encontraba un  enorme árbol y apoyado sobre este, se encontraba un chico.

El chico, alrededor de sus 17, era alto, alcanzando el metro ochenta. Cabello totalmente negro, bastante alborotado y lo que más sobresalía en él era unos ojos rojos y sin emoción, que hacían juego con una cara de póker.

Vestía una camiseta de manga larga y pantalones totalmente negros. Hubiera seguido viéndolo si este no hubiera hablado.

-tú me llamaste ¿no?

-¿eh?, ¡oh sí!

-mi nombre es Yokozawa Takafumi

-entonces ¿tú eres el chico del infierno?

El chico no negó o afirmó aquello, simplemente se despegó del árbol, se acercó,  le dio un muñeco de paja negro, parecido a los muñecos vudú, con un hilo rojo atado al cuello.

-Si de verdad deseas vengarte, tira de la cuerda roja. Entonces quedará formalizado un contrato entre tú y yo. Cuando tires de la cuerda, la persona de quién deseas vengarte irá directamente al infierno.

Con ello Mizuki pudo sentir que al fin tenía una salida. Empezó a desatar el hilo rojo, pero se vio interrumpida por la voz del chico.

-pero, una vez que se haya cumplido la venganza deberás pagar un precio. Maldecir a una persona tiene sus consecuencias, si desatas el hilo rojo, tú también irás al infierno. No podrás ir al paraíso. Tu alma vagará eternamente por las penumbras del infierno saboreando el dolor y el sufrimiento. Aunque eso ocurrirá hasta que mueras.

Al terminar de decir eso, de repente Mizuki se vio rodeada de fuego. Cerró fuertemente los ojos mientras gritaba. El fuego le quemaba terriblemente. Al volverlos a abrir se encontraba en el escondite de la azotea, pero esta vez estaba completamente sola. Solamente se escuchó un ligero eco.

Ese eco provenía de la voz del chico del infierno, el cual decía: -ahora depende de ti.-

------------------------------------------------------------------------Mizuki se puso a reflexionar durante todas las clases, sopesando el pro y los contras de hacer un contrato con el chico del infierno. Aunque desde que regresó de su encuentro no había visto a Daishi, eso la calmo un poco, y es que en verdad empezó a dudar mucho más ahora que ella también iba a ir al infierno.

-pero será hasta que muera ¿verdad?- se escuchó el sonido de la campana, indicando el final de las clases.

Recogió sus cosas, incluyendo aquél extraño muñeco de paja, y salió rumbo a su casa. Llegando hacia la salida, fue empujada brutalmente contra la pared.

-creíste que te zafarías tan fácil de mi ¿verdad? Pues ahora verás que nadie me ve la cara de tonta.-diciendo esto, empezó a jalar a Mizuki hacia un aula vacía, encerrando a ambas en ella.

-ahora sí ¿en dónde lo dejamos? ¡AH sí! Nos quedamos en que te golpeaba hasta dejarte con apenas vida.- dicho esto, se abalanzó contra Mizuki, esquivándola apenas. Intento abrir la puerta, pero esta simplemente no se abría. Esquivando otro ataque de Daishi  recordó al muñeco de paja.

Apenas lo había sacado cuando fue derribada. Afortunadamente el muñeco quedó en su mano, por lo que intentó desatar el hilo.

-vaya, si tienes mucha más agallas de las que pensé, lástima que te lo tenga que sacar a golpes.- ya estaba a punto de darle uno en la cara, cuando pudo desatar el hilo.

-petición aceptada- y con eso Daishi había desaparecido

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Eso había sido muy extraño. Hace un momento tenía a Fujimoto encerrada en un salón junto a ella y ahora se encontraba completamente sola.

-tal vez la pequeña estúpida escapó. Eso se soluciona rápido-y dicho esto comenzó a buscarla. Pero no llegó tan lejos, ya que fue empujada bruscamente. Al voltear vio que eran sus amigas.

-pero qué esta…

Se vio interrumpida por otro empujón brusco y este la mandó hasta el suelo. Al voltear ya no estaban sus amigas sino unos cuerpos con sólo piel y huesos que intentaron capturarla. Cuando empezó a correr, notó a sus compañeros que solamente se dedicaban a ver. Intentó por todos los medios llamar su atención, pero estos al entrar en contacto con ella se desmembraban completamente.

Cuando quedó acorralada en un pasillo sin salida, se volteó para enfrentar a aquéllos monstruos. Grande fue su sorpresa al encontrarse con cuatro hombres.     

Todos aparentaban estar entre sus veinte. El más alto tenía el cabello café chocolate, acompañado de unos ojos azul, vistiendo un traje formal. El que le seguía en estatura tenía el cabello completamente alborotado de color café claro, al igual que sus ojos, rodeado de un aura brillante,  vistiendo más bien ropa del día a día.

El siguiente tenía cabello café obscuro hasta el cuello, acompañado de ojos color azul claro. Vestía del tipo cómodo. Y el último era en definitiva mucho más bajo que los demás con cabello negro y ojos café oscuro, vistiendo un poco más extravagante que los demás.

-vaya, veo que no disfrutaste nada de lo que te enseñamos ¿verdad?_ Hablo el chico con aura brillante.

-creo que eso es lo de menos Yukina, todos sabemos que se lo merecía._ Dijo el más bajito.

-Kisa, eso no lo juzgamos nosotros. Dinos ¿por qué molestabas a tu compañera?-dijo el más alto.

-¡oh! Eso es cierto Hatori. Vamos ¡explícanos!- dijo el de ojos azul claro.

-ustedes no son nadie para exigirme eso-comento la chica enojada.

-no, Chiaki tiene razón, es mejor que nos lo digas si no quieres que continuemos con lo anterior- dijo Yukina con una sonrisa bastante macabra.

-¿¡para qué quieren saberlo!?- preguntó la chica al borde de la ira

-simplemente queremos tus razones- dijo Kisa con un tono despectivo

-si tanto quieren saber se los diré. La molestaba porque estaba aburrida. La pobre idiota no podía defenderse y eso me causaba diversión ¡¿o es qué acaso ninguno de ustedes lo puede entender?!- Al terminar todo ese monólogo, los chicos simplemente fijaron la mirada en ella y se colocaron a cada lado de la pared.

-¿qué le parece eso Yokozawa-sama? En el momento en que Hatori dijo eso Yokozawa salió de entre las sombras usando un yukata negro, con un estampado de un campo blanco*

-No es nada más que una mujer miserable, que le ha causado mucho dolor a las personas, te mereces la condena eterna.

La chica entendió lo que estaba pasando. Lo único que acertó a hacer fue verlo con una cara completamente aterrorizada.

-¿Ippen shindemiru?**

De repente todo se volvió negro. Cuando recuperó la conciencia estaba en un lugar completamente desolado sin nada de vegetación, una tierra completamente infértil y sin casi nada de luz. Se incorporó un poco y vio que había un río. En ese momento se dio cuenta que estaba sobre una barca siendo manejada por Yokozawa.

-¿Qué crees que estás haciendo? Bájame de aquí- en el momento que intento levantarse fue detenida por unas manos cadavéricas.

-este rencor se irá directamente al infierno.

------------------------------------------------------------------------Mizuki pudo seguir su vida escolar sin más contratiempos e, incluso, hizo muchas amigas. Aunque cada vez que se desnudaba veía una marca en forma de llama en el lado izquierdo del pecho, indicando su contrato con el chico del infierno.

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En un cuarto iluminado por  velas, se colocó una nueva vela encendida y en ella había un nombre, el cual era Fujimoto Mizuki.    

Notas finales:

*El link para que puedan ver el yukata.http://i48.tinypic.com/1435gy.jpg

** En español significa ¿Quieres provar la muerte? 

 


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