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La pena de Henmi. por Son Yamuri

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Notas del fanfic:

¡Hola a todo@s! Yo tenía planeado hacerlo como un One-shot, pero mi amiga me insistió en que daba para más... así que ya veremos.

Desde que leo las novelas de Yokozawa Takafumi no Baai, Henmi es un personaje que me ha llamado demasiado la atención. He de decir que incluso estoy encariñada con él, así que decidí hacer una pequeña historia sobre él.

Espero que les guste, y que logren encariñarse con él tanto como yo lo hice.

 

 

Nota: "Kuroda" es un personaje inventado por mi.

Notas del capitulo:

Bien, como dije antes, planeaba hacerlo One-Shot, pero me insistieron en que tenía potencial... así que decidí intentarlo.

 

Es decir, si ya hay pareja fandom de MinoxYuu (que por cierto, ¡la amo!) ¿por qué no podríamos intentarlo con un personaje como Henmi?

Después de todo, creo que él tiene mucho potencial.

 

¡¡Espero que les guste!!

- Mucho gusto. Mi nombre es Henmi. Estaré bajo su cuidado a partir de ahora.

 

En todos los trabajos siempre hay alguien como yo.

 

- Yokozawa Takafumi. Espero que seas un buen trabajador, o de lo contrario te sacaré de aquí a patadas.

 

En todos los trabajos siempre hay alguien como Yokozawa.

 

- N-No se preocupe Yokozawa-san. Prometo dar lo mejor de mí.

- A mi no me sirven las promesas. Lo que necesito son resultados.

- Venga Yokozawa-san, no sea duro con el nuevo…

- No te metas en esto, Kuroda. ¿Tienes el informe que te pedí?

- Sí, aquí mismo.

 

Y en todos los trabajos siempre hay alguien como Kuroda.

 

Desde que entré al departamento de ventas en la editorial Marukawa mi vida ha sido prácticamente rutinaria. Vivo en un pequeño departamento cerca de la librería Marimo, es perfecto para alguien como yo que es soltero y solo regresa a su departamento para bañarse y dormir. Tengo que llegar antes que Yokozawa-san, raras veces salgo a almorzar, y aunque nadie se de cuenta, siempre salgo mucho más tarde que todos. Han llegado veces en que me he ido junto con algunos editores, y eso ya es mucho decir.

No tengo novia, ni amigos. Tengo que llegar antes que Yokozawa-san para asegurarme de que nadie dejó algo fuera de lugar y terminar los informes que otros dejan sin terminar. Raras veces salgo a almorzar porque tengo que terminar el trabajo que debí haber hecho el día anterior y que no hice por terminar el de otros, y aparte terminar el informe más urgente. Y me voy mucho más tarde que los demás porque me aseguro que todos los demás informes concuerden entre si.

Sí, ese es el trabajo de Yokozawa-san, pero él se va más temprano porque todo el trabajo que le corresponde hacer lo hizo durante todo el día. Y como el día anterior yo revisé que los informes concordaran, lo único que él tiene que hacer es darles una segunda revisada rápida durante el almuerzo y después de eso puede marcharse.

Ah, y por eso es que no tengo amigos. Alguna vez he salido a tomar una copa con algunos compañeros, pero luego de eso regreso a la editorial a verificar que todo esté en orden. Tal vez se pregunten si alguien se dio cuenta de lo que he estado haciendo desde hace varios años...

Pues no. Nunca he sido descubierto hasta ahora. En realidad soy alguien muy simple. No soy alguien apuesto, ni alto, tampoco tengo alguna habilidad especial o alguna característica que me destaque de los demás. Gracias a eso puedo estar el tiempo que quiera en Ventas sin ser descubierto… aunque ha habido un par de veces que me he quedado encerrado en la editorial… y Yokozawa-san me grita por mi aspecto desaliñado.

Recuerdo una vez que un compañero cometió un error fatal: confundió un signo de – por uno de + y TODOS los balances y reportes estaban mal. No, nadie en la editorial más que Kuroda se enteró de eso. Me di cuenta un viernes por la noche, y como Yokozawa-san descansa los fines de semana, me puse a trabajar.

Fueron dos días horribles, si no hubiera sido por Kuroda quien se encargó de llevarme comida y ayudarme un poco, dudo mucho que lo hubiera logrado. Lo divertido fue que el personal de limpieza entró mientras yo escribía como loco y me pasó de largo, como si fuera un simple adorno.

El domingo por la noche finalmente terminé de corregir todo el trabajo. Cuando me iba rompí por accidente una pequeña estatuilla del escritorio de Yokozawa-san, pero como iba tan cansado la pasé de largo. Al día siguiente que llegué –tarde- él le estaba reclamando a la señora de la limpieza eso. Ella me miró y comencé a entrar en pánico creyendo que tal vez me había reconocido, cuando solo dijo “oye niño, tienes un rostro horrible” y de nuevo miró a Yokozawa-san diciendo que ella no sabía nada de eso, que había limpiado la noche anterior y la estatua estaba en su lugar. Luego de que ella limpió Yokozawa-san me (gritó) reprendió por llegar tarde y todavía con resaca. Dijo que debería ser más responsable con mi trabajo.

 

Y tiene razón, así que me dediqué a ser más responsable.

En secreto le pedí a todos mis compañeros que antes de entregar un reporte o informe a Yokozawa-san, me lo entreguen a mi. Yo los reviso y se los devuelvo para que lo entreguen finalmente a mi jefe. De esta forma nos hemos evitado muchos gritos, pues he corregido pequeños errores que podrían ser fatales para incluso la editorial.


Ahora que lo pienso… aparte de irresponsable, soy molesto.

Yokozawa-san me grita a mi mucho más que a los demás, pero también he notado que, cuando sabe que estoy aquí, parece irse mucho más tranquilo a las juntas o a las visitas de librerías…

No, claro que no. Solo estoy imaginando cosas. Se va tranquilo porque sabe que ha dejado las cosas en su lugar y no hay mucho más que arreglar.

La verdad le tengo mucho cariño a mi jefe, aunque él no lo note. Para mi es como un hermano mayor o algo por el estilo. Soy huérfano y nunca fui adoptado, así que tenerlo a él de alguna forma me alivia mucho. Por esto mismo fue que lo ayudé aquella vez.

Un día lluvioso y tormentoso estaba en una sala de juntas cuando escuché la voz de Yokozawa-san. Sé que debí de salir de inmediato, pero entré en pánico porque justo estaba recogiendo unos papeles muy importantes que un compañero olvidó e imaginé que si se enteraba se crearía el infierno en el departamento, así que me escondí detrás de un enorme mueble.

Eran Yokozawa-san y Takano-san, el editor jefe de Esmeralda. No… no pienso dar detalles de lo que hablaron, solo puedo decir que me enteré de muchas cosas, y claro que guardé el secreto. Y me puse triste al saber que le había roto el corazón a Yokozawa-san.

Me apresuré al llegar al departamento, e intenté hablarle lo más alegre que pude, pero obvio que mis esfuerzos no dieron resultado. Traía los ojos rojos e hinchados. Me dio tanta tristeza, pero no podía hacer nada para ayudar.

Ese día me apresuré a terminar el trabajo (obviamente a escondidas) que le correspondía a mi jefe. No quería que en esa situación todavía se viera presionado con el trabajo… pero fue peor, ya que se fue temprano a un bar.

No podía seguirlo, aún tenía trabajo que hacer, pero tampoco deseaba que estuviera solo, así que hablé con la única persona que, estaba seguro, le levantaría los ánimos: Kirishima-san.

Durante las últimas juntas había notado que el editor en jefe de Japun miraba mucho al mío. Imagino que deseaba hablarle pero no encontraba la manera de hacerlo, así que pensé que sería muy buena oportunidad. Kuroda me ayudó a investigar el bar en el que Yokozawa-san había ido a dar y yo fui a hablar con Kirishima-san. Le dije que había visto a mi jefe muy raro y le di el nombre del bar al cual había ido. Me despeinó un poco el cabello y me dijo “seguro que Yokozawa-san debe de sentirse muy afortunado de tener a un subordinado como tú” y se fue.


No, la verdad no creo eso. De hecho creo que Yokozawa-san se siente harto de mí. No me ha corrido aún porque es difícil encontrar a personal que esté dispuesto a soportar a “el Oso Gruñón de Marukawa”.

Después de ese día, el trabajo para mi se volvió muy fácil. Kirishima-san y Yokozawa-san se hicieron amigos y mi jefe fue cambiando lentamente. Una vez lo vi llegar con una corbata color café y con ositos bordados. ¡Fue tan divertido! Él estaba enfadado y se negó a hablar, pero estoy seguro que fue broma de Kirishima-san. Estoy feliz de ver a mi jefe mejor. Gracias a eso, tiene mejores cosas en mente e ignora el hecho de que de nuevo los informes no tengan ningún error. Y como todos los días intenta salir más temprano, tengo más tiempo para terminar el trabajo incompleto de todo el departamento.

A veces, las raras ocasiones que salgo a beber ya que no quedó demasiado trabajo, Kuroda me dice que siente lástima de mi. “Corriges todos los informes y reportes, haces el trabajo de más de medio departamento, mas el de Yokozawa-san, mas el tuyo. Llegas temprano para acomodar las cosas y evitar que se enfade y sales tarde para dejar todos los documentos en orden. No tienes pareja, te pasas todo el día en la editorial…


Siempre lo interrumpo diciendo lo mismo “es mi trabajo”.

¡No, no me estoy quejando! Por supuesto que no.
Yokozawa-san tiene razón. Fue muy difícil entrar a Marukawa, desde pequeño fue mi sueño. No tengo amigos porque no tendría tiempo de cultivar la amistad. No tengo pareja porque seguro y a la semana se hartaría de mi rutina, además no tengo tiempo de conocer a más personas. He logrado evitar un par de veces que Kuroda le diga toda la verdad a Yokozawa-san, así que aparte de todos mis deberes, tengo que estar al pendiente de Kuroda. Pero bueno, no me importa.


Después de todo, soy un simple empleado.

Notas finales:

¿Qué les pareció? 

 

No, Henmi no es una víctima, piénsenlo bien. ¡Desde cuándo él pudo haber acusado a sus compañeros, o al menos haber exigido que lo ayudaran! Todo lo que hace, lo hace en secreto para que nadie se entere. Se puede decir que Kuroda es el único que sabe... Y si Henmi quisiera ser la víctima, hubiera permitido a Kuroda que dijera todo.

Cuando hablaba con mi amiga, ella me dijo "Henmi sí es capaz de hacer todo eso".

 

Yo también creo eso, por eso mismo comencé a escribir.

 

¿Y ustedes!


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