Escribo esta carta, sin saber exactamente las palabras que debo utilizar, tú me conoces mejor que nadie y debes saber cuan bruto soy para expresarme… ¿Fue ese el motivo de nuestro fin?, soy tan distinto a ti, tu eres tan bueno en todo, el chico que cualquier mujer desearía tener, tan hábil con las palabras y con otras cosas (sabes a lo que me refiero)…ero-Cook…
Hace ya dos años que manteníamos una relación, eras mi sostén, mi fuerza, mi todo… pero dime, si puedes hacerme el favor de contestar… responde ¿Qué era yo para ti?, sé que me amabas, que signifique algo para ti, todas esas noches de guardia, la torre del Sunny… Tú y yo, esas caricias no podían ser falsas… No fueron falsas…!
¿Aún lo recuerdas cierto?... Sé que lo haces, ese día, yo estaba entrenando como siempre en la cubierta y tú estabas observándome “discretamente”, podía sentir tu mirada y eso hacía que cada musculo de mi cuerpo se tensara, se excitara, el gran seductor de mujeres fijando su mirada en mí, eh reconocer que fue un gran honor aunque nunca lo admitiera, pero así soy yo… ¿Qué caso tenia hablar?
Un día de los muchos en los que me observabas, de pronto empezaste a caminar con paso cauteloso, temeroso hacia mí, ¿Qué esperabas, que te golpeara?, conociéndome puede que tuvieras razón, pero lo que no sabías es que yo también te observaba desde hace tanto tiempo… Incluso ahora mientras escribo esta carta no logro recordar el momento exacto en el que sucedió, pero bueno regresando a ese día, tu caminabas, y yo seguía moviendo mi enorme pesa de un lado a otro, poco a poco conforme te me acercabas dejaba de moverla, mi fuerza se iba… ¿Lo puedes creer? MI FUERZA se iba, que ridiculez. Por fin el movimiento de la pesa se detuvo, al igual que tus pasos… Estabas peligrosamente cerca… “Este idiota se está burlando de mí”, fue eso lo que pensé, estabas a mis espaldas, tu aroma a condimentos de cocina, me abrieron el apetito, pero no tenía ganas de comer algo que no fueras tú.
Tus dientes se enterraron en mi hombro, fue una leve mordida, una mordida que hizo que mi cuerpo se tensara.
-¿Pero qué haces idiota?...-Grite, haciendo uso de todas mis fuerzas di un paso hacia el frente, gire media vuelta y quede de frente a ti.
Tu solo sonreíste, no era una sonrisa cualquiera, era una sonrisa lujuriosa.
-Te vez delicioso.- Aun recuerdo tus palabras, que era eso de ¿Delicioso?
-¿De… de que hablas?- Tartamuda un poco y agache la mirada.
-Vamos Marimo-kun…-Susurraste seductoramente, y caminaste más a mí, la distancia volvía a acortarse, yo daba paso como cangrejo, de reversa, pero estábamos en un barco, y sin poder evitarlo choque.- Ya no tienes a donde huir.-Te burlaste. Seguro que aun lamentas esa burla
Posaste tus manos alrededor de mi cuello y uniste nuestros labios, correspondí tu beso, y créeme no fue por cortesía. Mis manos viajaron hasta tu esbelta cintura.
Entre mis manos podía sentirte frágil, un deseo por querer protegerte broto en mí, nunca había sentido algo así, pero no había necesidad de pensar mucho, mientras nuestras lenguas luchaban por tomar el control lo supe… Sanji, desde antes de ese día yo ya estaba enamorado de ti.
El beso paso de ser “dulce y cálido” a ser “ardiente y atrevido”, tus manos recorrieron mi torso desnudo, las yemas de tus dedos provocaban muchas sensaciones en mi piel, te detuviste un momento, separaste nuestros labios y recorriste completamente mi cicatriz, me sentí indefenso, inseguro, tu cuerpo aunque aún llevabas puesta la ropa sabía que era perfecto, en cambio el mío se parecía al de un animal salvaje.
-Me encanta…-Dijiste aun embobado con mi enorme cicatriz, en algún momento observaste mi rostro porque inmediatamente me explicaste.- No lo malinterpretes, no es burla ni nada parecido, no me gusta verte herido y medio muerto, me gusta la perfección de tu cuerpo.-Me sonroje inevitablemente ante ello, pero tú no lo notaste porque con el calor del momento ambos estábamos igual.- Esta cicatriz es la prueba de que estas cerca de tu sueño, en cambio yo…-Y antes de decir algo más tu mirada nostálgica me hizo abrazarte, te rodee con mis brazos torpes en un intento de abrazo, te apreté demasiado fuerte a mí, pero esa era mi manera de hacerte saber que contabas conmigo.
Te separaste de mí, y con tus manos temblorosas empezaste a desabrochar tu camisa.
-No tienes por qué hacerlo.- Te detuve
Sonreíste de una manera nueva y única.- Pero lo hare y más te vale que estés preparado para hacerlo también Zoro.
Sonreí, aun no soltaba tus manos a pesar de tu intento de zafarte de mi agarre. Lleve tus manos a tu espalda, te bese rápidamente, y seguí con la tarea que habías iniciado, mis manos eran más torpes, pero lo conseguí, tu camisa estaba en la cubierta del barco… Poco a poco toda tu ropa estuvo en el mismo lugar, la mía le hizo compañía minutos después… Sé que lo recuerdas y no hay necesidad de describir lo magnifico que fue habernos amado ese día, fuiste el primero en mi vida, la primer persona con la que me atrevía a desnudar mi cuerpo a desnudar mi alma.
Después de ese día empezamos “una relación”, la mantuvimos en secreto, a petición tuya, realmente jamás me importo no poder decirle a nuestros Nakamas lo que éramos, porque el tenerte para mí era suficiente… ¿A ti te fue suficiente Sanji?
Seis meses después de ese día, yo en una acción de “conquistarte”, aun después de seis meses no lo habías dicho…
Te lleve a un rincón de la isla, cerca de la playa, estaba decorado a como entendí, una mesa para dos, comida del mejor restaurant de la isla y el mejor vino, una sábana blanca en el suelo, un par de almohadas, velas que mágicamente no se apagaron, quería que ese día, después de seis meses lo dijeras Sanji, que me dijeras… “te amo”. Pero no lo hiciste, pasamos una velada muy linda, la mejor si me lo permites, mi regalo de seis meses fue la cena, tu regalo de seis meses fue un collar (mismo que te regreso con esta carta, conservar algo que me ayude a recordarte, seria admitir que te puedo olvidar), es… era un amuleto al igual que mi pañoleta verde, un hermoso collar con tres espadas unidas por una piedra color verde, hermoso… Te lo agradezco, creo que en su momento no lo hice.
Dos, tres, cinco, diez… doce meses… un año después, tuvimos la peor de nuestras discusiones, me dijiste que era “anormal” salir conmigo, con un mounstro como yo… Que esa era la razón por la cual no podíamos decirle a nadie lo nuestro… Hoy en plena sinceridad, te digo que esa noche llore como niño, como cuando Kuina había muerto, llore de rabia, de impotencia, de ira, de frustración… Sanji lloraba porque me decepcionaste.
Me vi tentado a dejar la tripulación, pero el cabezota de capitán que tenemos iba a ir a buscarme hasta el fin del mundo y luego de patearme el trasero me llevaría de vuelta, si no querías que nadie lo supiera no debía hacer un drama, te tenia… sí...! pero eso ya no me era del todo suficiente.
Hace dos semanas exactamente después de salir de Desdrossa, la trajiste al barco, “Violet-chan”.
-Robin- chan, Nami- Swan…-Bailaste alrededor de ellas, yo observa del otro lado, tu mirada se cruzó con la mía, ¿Era una mirada de disculpa?, mi corazón se rompió al instante, no había necesidad de que hablaras… ¿Era ella cierto? ¿La indicada?
Lo anunciaste.
-Me casare con Violet-chan.-Tu sonrisa era radiante, ¿Cómo podía decirte algo, si sonreíste como nunca lo habías hecho a mi lado?, no había manera.
Una ola de felicitaciones no hizo esperar, di media vuelta pero el brazo del capitán me puso justo enfrente de ti.
-No le dirás nada Zoro.-Hablo serio.
Te mire y me miraste, todos guardaron silencio, y lo supe… Nuestros Nakamas (a excepción del capitán) lo sabían, tu sabias que lo sabían.
-Felicidades.-Fue lo único que dije, no por ti ni porque lo deseara realmente, lo hice por Luffy.
Un abrazo fue lo que me diste… Me separe bruscamente de ti, pero antes de hacerlo te dije unas palabras, tu piel palideció y me miraste con odio.
“-Esta es tu manera de agradecer que dos años te haya follado.-Fueron mis palabras”
Tal vez, solo tal vez no fueron las correctas, pero ¿Por qué tenías que abrazarme?
La celebración esa noche fue magnifica, déjame decirte Sanji, Violet es una gran chica, te felicito, esta vez te felicito con el corazón.
Esa noche todos se fueron a dormir, me ofrecía a hacer la guardia, un par de botellas me acompañaba en la torre del Sunny.
Note tu presencia en la puerta, aun cuando te daba la espalda, te sentía, estabas ahí de pie. También supe lo que ibas a hacer y aun así no hice nada para detenerlo. La patada hizo que me golpeara con la pared.
Tu mirada mostraba desilusión, sonreí, así lucia yo el día que cumplimos un año.
No dijiste palabra alguna, no hubo necesidad, estabas ahí para dejar claro que me odiabas, que no querías saber de mí, que te dejara en paz, pero tus lágrimas decían “estúpido marimo, nunca lo dije pero te amo… Adiós”, sin más diste media vuelta y desapareciste. ¿Esperabas que te siguiera?, lo siento pero ante esa muda confesión de amor no había nada que hacer, querido ya era demasiado tarde… Tome mi botella de Sake e hice lo que pedias.
Te deje de ver, te deje de sentir, te ignore.
Sanji tu eres, sin duda alguna, mío, y yo soy completamente tuyo… Pero eso no fue suficiente.