“No creas todo lo que te dicen” (ZelJae)
Se encontraba B.A.P ensayando en la sala de prácticas, estaban a punto de terminar y tenían una diversidad de planes personales para cuando salieran: Yongguk y Himchan saldrían como amigos, Daehyun y Jongup irían al cine a ver (otra vez) “Frozen” y Zelo y Youngjae se quedarían juntos en el departamento… Solos.
Estaban muy nerviosos ante la idea de quedarse solos, nunca habían estado juntos y solos en el departamento y nunca habían intimado, se sentían como si no supieran qué hacer (que de hecho no sabían qué iban a hacer).
- Bien muchachos, hemos terminado por hoy – Dijo el staff de baile
- ¡Han trabajado duro, B.A.P yes sir! – Saludaron para luego irse a la duchas
Youngjae se alejó un poco de Zelo a la hora de ir a las duchas, no quería estar muy en contacto con el menor si no sabía muy bien qué iba a decirle, se sintió como cuando estaba con su primera novia y no sabía bien del amor.
Cuando salió de la ducha, se vistió y cada pareja tomó su camino: Yongguk y Himchan fueron al bar juntos como amigos, golpeándose y riéndose, Daehyun algo fastidiado se llevó a Jongup reprochándole que “no lo llevaría a ver Frozen ni una vez más” y Zelo y Youngjae subieron a la camioneta del manager. Ahora sólo uno de los dos estaba nervioso, el mayor.
Zelo nunca había tenido pareja, suponía que era virgen y que debería enseñarle, suponía que no sabía lo que significaba estar a solas con una persona por la que sientes mínimo una atracción.
Mentira, Zelo ya conocía acerca de su homosexualidad hacía un tiempo y de hecho había tenido varios “acostones de una noche” y alguna que otra “relación abierta”. Zelo tenía más experiencia que Youngjae y el mayor no lo sabía.
Cuando llegaron al edificio, se despidieron cordialmente del manager y subieron al piso once, donde estaba su departamento.
Abrieron la puerta, primero entró Youngjae, seguido luego por Zelo, quien cerró la puerta con seguro y miró a Youngjae diciéndole algo que él no lograba decifrar.
- Tenemos que hablar – No había expresión alguna en su voz, lo que hizo tensar a Youngjae – No te preocupes, no es nada malo, vamos a la sala.
Se dirigieron a la sala, donde había un televisor de veintiún pulgadas, un sofá de tela marrón, la mesa donde comían todos y finalmente dos puertas blancas, una dirigía al baño y otra al dormitorio compartido de los seis, se sentaron en el sofá, Zelo se quedó de pie frente a él para obligarlo en cierto punto a verlo a los ojos.
- Vamos al grano… Youngjae, ¿por qué evitas el quedarte solo conmigo?
Youngjae se tensó y por un momento quiso dejar de verlo a los ojos, los cuales eran penetrantes y expresaban cierto fastidio, tenía miedo de que el hecho de querer evitar quedarse sólo con él los llevara a terminar.
- Es que… Tengo miedo, tú nunca tuviste una pareja ni te quedaste solo con alguien con quien sintieras una atracción y… -
Fue interrumpido por el rubio de alta estatura quien sonrió lascivamente para luego decir:
- ¿Quién te asegura eso? – Caminó sensualmente para alejarse de él y luego volteó un poco para verlo, aún de espaldas – No mi amor, no creas en todo lo que ves o te dicen… - Volvió a acercarse a él – Yo conozco acerca de mi homosexualidad hace mucho tiempo, he tenido varios “acostones de una noche” y parejas que no han sido tan serias, tengo más experiencia de la que tú o los demás creen.
Youngjae lo miró con sorpresa y volviendo a tensarse, le sorprendía el hecho de que Zelo le confesara aquello precisamente en ese momento, donde estaban solos y el ambiente le incitaba a tener sexo. Inconscientemente su pene comenzó a crecer en una semi erección que el menor notó, pero no mencionó.
- ¿De dónde has sacado esa experiencia?
- Contactos de mi hermano, sabes que no tenemos mucha diferencia de edad así que él me ha presentado a algunos chicos gays cuando se lo confesé… ¡Oh dios! Si hasta me acosté con Ulises Valdés.
- ¿Ulises? ¿El que dice ser tu fanboy número uno mitad Español y mitad Coreano?
- Exacto…
Youngjae tenía los ojos abiertos por la sorpresa, pero no reaccionaba, le costaba reaccionar porque simplemente no sabía qué hacer, Zelo volvió a acercarse a él con el mismo andar seductor y le rodeó la nuca con una mano, para luego besarlo ardientemente.
Metió su lengua en la cavidad bucal del mayor y exploró todo a su paso, Youngjae se sentía hipnotizado por su menor, y es que lo hacía realmente bien. Agradecía en ese momento a su hermano por haberle presentado al menor semejantes contactos.
Si ese beso era tan bueno, no podía esperar por lo que vendría después. Sintió durante el beso a Zelo desabrochando su camisa, cuando cortó el beso por la falta de aire, la deslizó por sus brazos para sacarla y arrojarla a algún lugar lejos de allí, le hizo tumbarse en el sofá y se posicionó encima de él, sentándose sobre sus caderas y dejando que sintiera el bulto creciente en sus pantalones.
Dirigió su boca al cuello del mayor y empezó a besarlo y luego a lamerlo, Youngjae soltaba leves jadeos, le daba algo de vergüenza mostrar sus reacciones ante las maravillas que hacía el menor. Zelo paró en seco y lo miró a los ojos, acariciándole la mejilla con su mano dijo:
- No debes tener vergüenza, somos pareja y estamos solos, nadie te escuchará más que yo – Dijo para luego desplazarse y posicionarse entre las piernas del mayor
Youngjae gimió cuando Zelo tocó su pene por encima de los ajustados pantalones negros, proporcionándole leves caricias allí, mientras que la otra mano acariciaba su cintura con delicadeza. Zelo estaba satisfecho con los gemidos del mayor así que le desabrochó los pantalones y los deslizó por sus piernas junto con los negros y blancos boxers, Youngjae se incorporó y le dijo al oido.
- Lo estás haciendo muy bien, pero debes tener calor con tanta ropa – Dijo Youngjae con una voz que denotaba su nivel de excitación para luego desabrochar la camisa del menor
La deslizó por sus brazos y la arrojó lejos, luego, desabrochó los pantalones de Zelo y los bajó junto a sus boxers hasta donde la posición arrodillada de Zelo se lo permitió. Abrió la boca en una mueca de horror cuando vio su pene, ¡era enorme! Y eso entraría en él.
- No te preocupes, seré gentil – Su voz seductora pero suave le indicó a Youngjae que no había de qué preocuparse
Zelo cambió de posición al mayor, posicionándolo boca abajo en el sofá, como un perrito y acercó tres dedos a la boca de Youngjae, quien empezó a lamerlos.
Cuando los tres dígitos estuvieron lubricados, Zelo dirigió su mano al trasero del mayor y metió uno de ellos, provocando que el mayor saltara e hiciera una mueca de dolor, Zelo llevó su mano libre al pene de Youngjae para masturbarlo y que se olvidara del dolor, cuando Youngjae pareció acostumbrarse a ese dedo, introdujo el otro. Luego el tercero y así hasta que finalmente Youngjae pidió:
- Aaah Zelo, mételo adentro, ¡ya! – Dijo debido al placer que le proporcionaban sólo los dedos del menor
Zelo acomodó mejor al mayor, separándole un poco las piernas y lentamente empezó a introducir su pene en el trasero del mayor, escuchó sus gemidos y siseos de dolor, entonces, volvió a llevar su mano al pene del mayor y empezó a masturbarlo cuando terminó de entrar.
- Dame la señal cuando ya no te duela – Expresó con voz excitada a causa de la estrechez del mayor
Estuvo tan sólo unos segundos quieto, pues Youngjae gimió de placer y se apretó contra el pene de Zelo, lo cual interpretó como la señal para moverse y empezó a moverse, primero lentamente, y luego empezó a aumentar el ritmo hasta volverlo salvaje.
Youngjae gemía y gemía de placer, el menor lo hacía exquisitamente bien, jamás se había sentido así, y eso que Zelo sólo tenía diecisiete años. El menor nunca dejó de atender su pene, por lo que el placentero calor que sentía, lo sentía adelante y atrás. Sentía los graves gemidos de Zelo en su oído y sentía el pequeño ruido que causaba el rebote de su trasero contra el bien dotado pene del menor.
- Ohhh Zelo, eres tan rico haciéndolo…
Se mordió los labios a la par de que sintió que Zelo se movía aún más rápido, se sentía a sí mismo llegar al orgasmo, lo mismo para el menor, quien estaba vuelto un loco embistiendo al mayor.
Finalmente, ambos gritaron, y llegaron al orgasmo, un orgasmo profundo e intenso, definitivamente el más placentero que habían tenido en sus vidas. Zelo se tumbó en el sofá frente a Youngjae para recuperarse. Ninguno de los dos podía pronunciar palabra.
Finalmente, el menor se acercó a besarlo con ternura, tan sólo un pequeño toquecito de ambos labios, y luego le dijo:
- Youngjae hyung, como siempre digo… No creas en todo lo que te dicen