Mi vida no es la de un chico normal, para empezar mi padre es un político importante en mi país, su carrera es más importante que cualquier cosa en su vida incluso su familia, mi madre es una modelo retirada que tiene su propia línea de lencería, ambos prácticamente no conviven conmigo su vida es de viajes y fiestas que a mí me aburren asistir. A veces pienso que solo lo hacen para no verse diariamente ambos se detestan, se casaron por obligación ya que sus padres eran muy amigos y mi padre no quiere arruinar su imagen así es que ni siquiera habla de divorcio, tengo dos hermanos en Europa no los conozco ya que fue una amante de mi padre, jamás habla de ellos menos frente a mí. Prácticamente me crie solo, desde pequeño he sido muy independiente, hoy es un día normal en mi vida mis padres no están en casa cuando bajo a desayunar, ambos están de viaje y llegan en dos semanas – ¿Le sirvo café niño Miguel Ángel?-me pregunta el mayordomo –Dime Miguel ya casi eres mi padre-No diga eso sus padres lo adoran-Mira no quiero pelear esta mañana solo quiero tomar mi desayuno y marcharme a la universidad, tendré un día muy ocupado- tomo un desayuno liviano pero muy nutritivo, me subo en el automóvil y mi chofer se introduce a la autopista. mientras yo leo el informe que escribí para economía para asegurarme que no tenga errores –Creo que ya estamos cerca- me dice el chofer miro por la ventana, si estamos cerca –¿Eres el nuevo?-le pregunto mientras trato de mirarlo por el retrovisor –si ¿se nota mucho?-En realidad si nadie me habla muy seguido-Lo siento-No te preocupes me gusta conversar solo que la gente piensa que soy como mi padre- Y ¿Cómo es su padre?- me rio tengo muchas palabras para describirlo desde corrupto, infiel y muchas más solo que no quiero decirlo me daría demasiada vergüenza así es que solo respondo –Es una persona difícil-me miro en el espejo y noto que mi cabello castaño esta desordenado es un tanto rebelde, llegamos a la entrada de la universidad, a veces me gustaría salir corriendo para llegar a un bosque en el que pueda perderme, que nadie me encuentre ni me reconozcan, que no me digan que tengo que hacer y qué no, ser yo mismo pero vuelvo a la realidad cuando el chofer abre mi puerta –Fue un gusto hablar contigo-El gusto fue mío señor-Dime Miguel por favor-le sonrío y me dirijo a la entrada principal cuando algo me golpea con tanta fuerza que caigo enseguida.
Todo a continuación lo sentí como en cámara lenta, llega un dolor en mi espalda, levanto la vista y lo veo joven, alto, hombros anchos, piel blanca tersa, cabello negro azabache y ojos verdes –Lo siento tanto venia corriendo y simplemente no te vi es que eres tan bajo, tan menudo- me dijo todo eso con una sonrisa en sus labios, en sus mejillas note margaritas, que es esto que siento muy en el fondo de mi pecho, en mi corazón no deja de palpitar rápido ya me molesta, mientras que un calor me recorre mi rostro, enserio este hombre a echo que me sonroje. Me pongo rápidamente de pie no quiero dar pena me sacudo y le tiendo la mano mi madre siempre me enseño ante todo lo esencial son los buenos modales –Miguel Ángel Michaeles Levingtone-Mucho gusto Leonardo Ferrer, enserio lo siento mucho dime ¿te hiciste daño?-no permiso- solo le digo eso de manera cortante , el me mira extrañado y su rostro se endurece, no creo que este molesto yo debería estarlo, mi corazón aun late fuerte no quiero tratarlo mal solo que no estoy acostumbrado a este sentimiento, el me sostiene el hombro –espera de verdad quiero saber si estás bien te diste un golpe muy fuerte-lo miro a los ojos me siento como cayendo por un vacio –estoy bien tengo que irme lo siento-me volteo y me marcho donde él se queda mirándome mientras yo muero por volver a ver esa luz en sus ojos.