Leía hasta muy tarde, aquel libro que lo llenaba de tanta emoción, alegrías, tristezas, no sabia como aquel autor podía escribir de esa manera, se sentía tan identificado con aquellas palabras, la soledad que sentía el joven abandonado por el amor, nunca lo había sentido a diferencia del autor, aquel sentimiento que se hacia llamar amor.
Su madre, quien viajaba constantemente jamás le había dado el suficiente tiempo, para poder hacer grandes amigos o formar alguna relación con alguien, su formación dependía de los miles de libros que su madre conseguía para él.
A pesar de ello, era feliz…se tenían mutuamente, su padre había fallecido y algunos estúpidos que se acercaban a su madre, era más con otras intenciones desfavorables para él.
Su madre una restauradora famosa de obras de arte en este caso libros antiguos, viajaba a donde el viento les llevara o a donde las necesitaran.
Una vez más se había dormido con aquel libro del autor que adoraba o amaba de alguna manera rara según el mismo decía.
Aunque se trataba de historias de vampiros, cada palabra en su lugar, cada sentimiento en el momento adecuado, era como si el autor lo hubiera vivido en carne propia tanta aventuras con sus 3 compañeros inseparables, aquellos que el autor denominaba sus hermanos.
En sus sueños el corría con aquel desconocido, quería su amor para él, aquel cuerpo que describía a la perfección podía llegar a sentirlo y como siempre apretaba los nudillos muy fuerte al abrir los ojos y darse cuenta que solo había sido otro sueño, y deseaba de todo corazón algún día conocerlo, cerraba su adorado libro, porque sabia que si terminaba no podría leer, ya que su madre no había vuelto a encontrar nada del autor y aún por esos privilegios él se encontraba en la lista de espera casi ya un año.
Pasados unos meses, ahí se mantenía con su didáctica, no asistía al colegio por sus constantes viajes, ella lo miraba con amor y tristeza la vez, ya que por su seguridad no quería dejarlo solo.
Hola hijo –decía la madre viéndolo con ternura- tengo noticias para ti.
Al verlo tan expectante, sonrió y se acercó –nos tendremos que ir de nuevo, tengo trabajo que hacer –dijo la madre acariciando el bello rostro de su hijo, que ya no era un niño sino un adolescente que había crecido con belleza deseada por muchos chicos y chicas incluido, aunque un poco rebelde y malhumorado.
Arggggg…!!!! –solto en signo de clara resistencia a su viaje, pero su madre tenia un as bajo la manga, para evitar su malhumor—
Y antes de que digas cualquier cosa, es mejor que escuches del porque te gustara este viaje –decia su madre con el dedo índice elevado y con la otra agarrada a la cintura-
Esta bien, habla de una vez –en claro gesto de fastidio- bueno nos iremos a Rumania exactamente a Alba, se trata de un lugar un poco alejado, es un pueblo a las afueras llamado Judet.
No estarás hablando en serio, un pueblo!!!??? –interrumpiendo, Taemin en clara respuesta a lo que su madre aún no terminaba de contar-
Espera hijo, aún no termine –siendo interrumpida de nuevo- no iré, prefiero quedarme en un convento, un pueblo, me niego, sin play, sin internet, quizá hasta sin tele y encima tengo que imaginarme alumbrados por velas en casa, arrrgggg, no iré –escupía las palabras Taemin, siendo observado por su madre que aún tenia la mano en la cintura apoyada en el umbral del marco de la puerta.
Esta bien hijo, sino quieres ir, veremos un buen lugar para dejarte el tiempo que pueda tardarme en volver –camino la madre hacia la puerta para dejar solo a su hijo, sin voltear dijo- me olvidaba, en ese lugar vive tu autor favorito –solto sin tapujos, cerrando la puerta detrás de ella-
Taemin, se quedo con los ojos abiertos como platos y sin pensarlo dos veces, salto de la cama como si un resorte imaginario de su cama se hubiera soltado, salio corriendo en busca de su madre, cuando salio, ella se encontraba a un costado de su puerta, apoyando su espalda a la pared, contando sus dedos --cinco…!!!!, vaya, pensé que tardarías menos—decía ella viéndolo con una sonrisa—
Ya bueno, tampoco es para que hagas eso –decia Taemin, algo avergonzado porque su madre conocía de sus gustos y fascinación por ese autor – no hay problema hijo, sabía que te gustaría la idea de este viaje, y para que sepas es un pueblo, pero tiene todo, eso si no play ni internet---caminaba la madre hacia la cocina seguido muy de cerca por Taemin, que ya andaba suspirando por el encuentro con su autor favorito-- .
Espera, como sabes que aún vive ahí, y si es asi, de seguro debe ser muy viejo ---preguntaba con gran curiosidad Taemin, mientras revoleaba una lapicera en la mesa---
Hijo, se de muy buena fuente que él aún esta vivo, pero la edad no la se –decía la madre mientras preparaba el almuerzo, que seria uno de los últimos en su actual ciudad---además hijo, esta vez quizá nos tome más tiempo, son muchos libros por los cuales iré a ese pueblo, son colecciones del siglo pasado y necesitan de mi ayuda para que no desaparezcan ---decía la madre con una luz en los ojos, los cuales Taemin observaba con una sonrisa porque sabia de la pasión de su madre hacia las cosas antiguas, como esos famosos libros por los que viajarían---
Al cabo de dos semanas, ya tenían las maletas embarcadas y ellos en el avión que les llevaría a su próximo destino.
Ya en el aeropuerto, fueron recibidos por el alcalde del pueblo, algo asi oyo Taemin, sin mucho interés ---buenos días señora lee, mi nombre es Lee Soo Mam ---decia el hombre de mediana estatura apretando la mano de la madre, en signo de saludo---buenos días señor Lee, este es mi hijo Taemin---presento la madre a Taemin al mayor que los había ido a buscar, y este recibió el saludo con un buen apretón de manos, que el menor hizo un gesto de “me estas apretando muy fuerte”, y solto para mirarse la mano y estirar los dedos ---queria mi mano como trofeo o algo asi---pensaba Taemin mirado a los mayores caminado delante de él---.
Ya camino al pueblo y a la vista que seria varias horas de viaje se acomodo y sin duda se durmió pensando en que pronto conocería a la única persona, que había hecho sus noches de lecturas llenarse de historias de amor, pasión, tristezas y soledad comprendida a través de sus escritos.
Taemin, Taemin hijo despierta que hemos llegado ---decia la madre mientras acariciaba la mejilla de su hijo, tratando de despertarlo, este pesadamente abriendo los ojos, poco a poco para poder despabilarse e incorporarse y observar al lugar que había llegado---.
Cuanto tiempo dormi, me duele un poco la cabeza ---decia Taemin, mientras acariciaba su sien---bueno, fueron casi 6 horas hijo ---decia la madre mientras acariciaba la cabeza de su hijo, en clara preocupación----
Será mejor que el dia de hoy descansen y puedan acomodarse ---decia el hombre que fue por ellos al aeropuerto, mientras le alcanzaba una llave a la madre, mientras señalaba cual seria la casa que les proporcionaban durante su estadia --- mañana vendre por usted señora lee, para que conozca el lugar donde se encuentra el lugar de trabajo ---se despidieron y entraron en aquella pequeña pero comoda casa---.
No era muy grande, pero tenia dos habitaciones, una cocina y una pequeña sala de estar, con un sillón largo que no duro mucho sin dueño, Taemin se tumbo en ella y miraba a su madre recorrer la casa buscando cualquier indicio de suciedad o de bichos, ya que a su hijo le molestaba en demasía---perfecto, no hay absolutamente nada---decia la madre sentándose en el mismo sillón levantando las piernas de su hijo---
Habrá que hacer la cena, hijo anda a bañarte mientras preparo la cena, asi cuando termines podras cenar tranquilamente y luego descansaras ---decia la madre mientras acariciaba los pies de su hijo---
Taemin, sin mucha gana hizo caso a su madre y fue a conocer su nueva habitación, viendo que tenia un gran ventanal al igual que toda la casa, se acerco y a través de ella no se veía nada, afuera estaba oscuro y tampoco notaba gente caminar en ella, suspiro y se fue a bañar.
Mientras el agua caia sobre su cuerpo desnudo, podía dejar volar su imaginación ---pronto te conocere, serás un viejo de barba larga con ojos cansados, seguro tu piel tiene muchos surcos formados por las arrugas, quizá tengas tus ojos cansados por tantas horas escribiendo cada lucha que libraste, tus manos arrugadas quizá ya ni fuerza tengan para sostener una lapicera, tu cuerpo descansara en aquellos sillones que relatas, y tu pies ya no tendrán ganas de librar ninguna otra caminata en busca de tu amor perdido----pensaba Taemin mientras veía recorrer las gotas de agua por su piel.
Ya cambiado y rumbo a la cocina, noto algo que llamo su atención, a través de su ventana pudo notar una silueta a lo lejos, se acerco y quiso ver a través de ella, pero noto el viento meciendo las ramas de los árboles, suspiro y sin prestar más atención salió de ahí, rumbo a donde se encontraba su madre.
Puedo acompañarte mañana ---pregunto Taemin, tomando la sopa que su madre había preparado---claro hijo, además debemos conocer un poco más el pueblo, quizá encuentres algo que hacer ---decia su madre entusiasmada---si claro madre, de seguro caminare y al cabo de 3 cuadras el pueblo ya habrá terminado –decia el pequeño con tono sarcástico, al cual su madre ya se había acostumbrado---quizá puedo averiguar mañana mismo donde vive tu autor ---solto la madre, sabiendo que su hijo moría por esa información---
La confirmación a ello, fue un casi atragantamiento de su hijo, y el brillo en los ojos ---lo dices en serio mamá ---pregunto Taemin dejando de comer y mirándola con cara de cachorrito perdido, la madre le sonrió y asintió---
Genial, genial….ya estoy emocionado, que le dire cuando lo conozca, ---decía Taemin entusiasmado, bajo la atenta mirada de su madre, con gesto de sorpresa, pues su hijo hablaba tanta incoherencias y hacia gesto con la cara y la boca ----por ahora nada, solo tomaras la sopa y a dormir ---decía la madre tratando de calmar a su hijo que ya por si andaba nervioso---
La noche fue larga para él, no había tocado su libro como todas las noches antes de dormir o dormirse con el en brazos, pensaba y pensaba como seria el autor, se lo imaginaba viejo y cansado, quiza con barba y hasta con la cara delgada y maltratada por el paso de los años, claro que eso pensaba él, ya que desde que tuvo uso de razón, leía esos libros y en especial a ese autor que había calado muy dentro de su corazón, ahora ya tenia 17 años y pronto a cumplir sus 18.