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Ellos, Mi familia... y Yo. por Sooki

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Notas del fanfic:

Si lo continuo, tendría M-Preg y cosas así porque en este universo todo es posible... ojojojojo... *corre*

Notas del capitulo:

Bueno, vengo con un nuevo fic de Infinite, aunque aún no tengo muy claras las ideas, creo que tiene futuro, pero me gustaría ver si tiene aceptación. Sé que sale de lo común, pero ser común nunca ha sido cosa mía.

Ok, sin más, les dejo este pequeño capítulo, que vendría siendo como el prólogo :)

 

Enjoy! 

He pasado mis 16 años de vida encerrada en esta maldita torre, esperando que algún príncipe venga a buscarme en su blanco corcel y me lleve a vivir a su castillo como una princesa, pero a quién engaño en el siglo XXI ya no hay torres… ni menos príncipes que anden buscando doncellas montados en un caballo blanco…

 

 

He vivido estos 16 años en un convento bajo el nombre de Amanda… solo Amanda, un nombre bastante americano para ser coreana… sin apellido, o por lo menos sin querer reconocer el que tengo…  que de tener tengo… pero el día en que realmente me sienta una “Han” lo aceptaré… no antes solo porque soy rencorosa ¿Por qué? Porque mis padres me dejaron a cargo de la hermana superiora (que es hermana de mi papá para mi fortuna… y eso es mucho decir) mientras iban solo por unos días a un viaje de negocios del cual nunca volvieron porque el avión en el que viajaban se estrelló muriendo todos sus ocupantes… solo por eso, rencor porque no me llevaron con ellos y no morí ese mismo día. ¿Herencia? Claro que hay y es toda mía, pero no la puedo tocar a excepción de dos puntos, que cumpla la mayoría de edad coreana o… (y este es el punto imposible) que me adopten… ¡JÁ! Pareciera que ellos sabían que iban a morir… Mientras eso ocurre los bienes los administra un abogado amigo de mi papá que los guarda como un tesoro y que viene todos los meses a darme un estado de cuenta.

 

Si fuera por mí, viviría toda la vida en el convento, aquí estoy cómoda, tengo cariño de todas las hermanas y vivo alejada del mundo exterior, lo que me da tranquilidad… Pero me faltan mis padres…

 

 ¡Ah…! Hay un pequeño detalle que no he dicho… Hay unos… como decirlo… Benefactores, que todos los meses aportan una suma importante para el convento y mis gastos, pero al parecer, ellos no quieren que yo los conozca, es tan penoso. Por fin encuentro personas que sienten un poco de aprecio por mí, y no quieren que los vea. ¡Aish! ¡QUÉ CLASE DE PUTOS BENEFCTORES SON ESOS! (espero que nadie me haya escuchado decir lo último) ¿Si tan solo no querían verme, entonces para que se convirtieron en mis benefactores? ¡No puedo entenderlo! Lo único que sé de ellos es que son seis hombres… ¡Fantástico!

 

-¡Amanda! – la madre superiora, mi tía, entró a la habitación en la que estaba terminando una labor de bordado - ¿Crees que no te escuché, cariño? – a pesar de todo, ella sigue siendo mi tía.

 

- Lo siento – incliné la cabeza, siempre he sido muy respetuosa, he recibido buena educación de su parte, los profesores que vienen exclusivamente a hacerme clases particulares aquí nunca se han quejado de que tenga malas calificaciones y no tengo los vicios de la gente que vive en el mundo exterior… waaa… el convento es tan tranquilo.

 

- Está bien mi niña, a veces me pongo en tu lugar y también me pregunto por qué ellos no querían que supieras… - suspiramos al mismo tiempo, esperen ¿Querían? ¿Es decir que ahora sí quieren? – bueno, pero no te vengo a reprochar por ser adolescente, vengo a darte una buena noticia, que seguro va a cambiar tu día – abandoné el bordado y me acerqué a ella - Adivina quién va a dejar el convento…

 

- ¿La hermana Park? Uff, ya era hora que se diera cuenta que lo suyo no es la novicia… - pero la madre negaba insistentemente con la cabeza - ¿La hermana Kang? – y no paraba - ¿Tú? – seguía – quizás… ¿Y-y-yo? – comenzó a asentir enérgicamente - ¿M-me van a… a… ad-ado-adopt-ar? – mi tía alzó los pulgares, a veces olvidaba que tenía 34 años - ¿Q-quién?

 

- ¡TUS BENEFACTORES!

...

 

-¡¿QUÉ?! – y en ese momento perdí la conciencia.

 

Desperté sobre mi cama, y estaba rodeada de seis hombres.

 

-¡Despertó! – dijo uno de los hombres que tenía una gran y sonora risa.

 

- ¡Wow! Ya era hora – dijo otro que tenía los ojos muy rasgados.

 

- ¿Dónde… estoy? – logré articular a duras penas.

 

- Cariño, estás en tu cama – mi tía estaba sentada al lado mío masajeando mi cabeza – y quiero presentarte a tus benefactores.

 

Y... Volví a perder la conciencia.

 

Volví a despertar, pero ya no estaba en mi cama, estaba en unos… ¿Brazos? Podía escuchar voces y sentía como alguien apretaba y toqueteaba mis mejillas, pero no podía abrir los ojos.

 

- ¿No es tierna amor? – una voz de hombre.

 

- Claro que lo es, es la niña más tierna de la tierra – decía otro hombre… o sería mujer, no sé su voz era demasiado suave para saberlo sin abrir los ojos – ¡Y tiene 16! ¡Ha vivido toda su vida acá!

 

- Creo que hicimos lo correcto… - y un sonido extraño como… un beso… ¡Iugh! El sonido más asqueroso de la vida. Hasta que sentí como mi cerebro me facultaba para abrir los ojos de nuevo y sentir como esas personas seguían jugando con mis mejillas.

 

Desperté.

 

Ojos tan abiertos como platos de parte mía y de quien me cargaba.

 

-¡AAAAAAAAH!

 

-¡AAAAAAAAH!

 

- ¿Quién eres y por qué me tienes en brazos? – me removí en los brazos de ese hombre, y en esos momentos me maldije a mí y al mundo porque no había comido nada en todo el día y no tenía fuerzas para luchar contra él.

 

- Soy Kim Myungsoo… y… bueno, porque eres pequeña y muy liviana… - lo miré a los ojos y el resto de las personas que estaban en el lugar se acercaron a nosotros – Bienvenida a la familia.

 

Aún no entendía nada y eso era lo que más me frustraba, es que era imposible que estos humanos fueran mis benefactores… y mis futuros padres. Perdí la conciencia por tercera vez en el día, deseando que cuando despertara, lo hiciera en la comodidad de mi pequeña cama en el convento teniendo que levantarme únicamente para hacer las tranquilas labores de bordado y jardinería, y que esto solo fuera una pesadilla.

 

Soy Amanda, Amanda a secas, sin apellido y seis bellos hombres han venido a interrumpir la tranquila vida que he llevado por dieciséis años.

Notas finales:

Y? ¿Qué tal? Espero que le haya gustado y me dejen sus apreciaciones en un lindo review, diciendome si quieren que lo continue o no... Besos!!!


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