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La verdad de un sueño por TakatsukiDaisuke

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Notas del capitulo:

Hola!. He vuelto con un nuevo Fanfic, en el Fandom de Magi, antes que nada ninguno de los personajes me pertenece (no hay nada de malo en reafírmalo x’D), es mi primer SinJu (Sinbad x Judal) así que espero que les guste, háganmelo saber en sus reviews ya que ellos realmente me motivan a seguir. Lo digo es serio x’D, Amo cuando me hacen saber sus opiniones. Sin más, los dejo con el primer capítulo. Sé que es un poco corto, pero los demás serán más largos, lo prometo!.

-...Sin,Sin, ¡Rey Sinbad!.

 Sinbad volvió en sí, mirando inmediatamente a la persona que estaba enfrente de él.

Ja'Far había estado llamando a su rey desde hace un tiempo, pero este simplemente había estado en las nubes desde la mañana, no, era antes de eso, Sinbad ya llevaba días actuando extraño. Descuidaba sus deberes, estaba ido la mayor parte del tiempo e incluso tenían que cuidarlo hasta cuando se servía algo de beber, porque seguramente terminaría rompiendo tazas, vasos o cualquier objeto que tuviera en las manos.

-Como sea, aquí tengo los informes que me pediste - Ja'Far puso aún más a la vista del peli morado los documentos que tenía en las manos.

- Gracias, ahora los reviso - contesto cortante y sin la energía de siempre, lo que preocupo al más pequeño.

 -Sin, sabes que si algo te preocupa, puedes decírmelo ¿Cierto?.

Sinbad se quedó en silencio por un rato, para luego sonreír.

-No es nada.

Mentia, lo sabía, pero conocía a Sinbad y sabía que si él no quería decirle no iba a hacerlo, por lo cual se resignó a no tener una respuesta de él.

- Voy a respetar el que no quieras decirme, pero aun así deja de ser tan distraído.

-Lo prometo - respondió Sinbad con energía.

-Por cierto, Aladdin, Alibaba y Morgiana nos acompañaran a nuestro viaje al Imperio Reim, saldremos mañana a primera hora. Intenta no meterte en problemas mientras tanto.

Dicho eso Ja'Far salió de la sala, dejando a Sinbad de nuevo solo. Él suspiro, mirando por un momento los documentos que estaban enfrente de él, los tomo y les miro de reojo, todos o al menos la mayoría de ellos tenían fechas límites con un gran tiempo de algunas semanas o meses, Sinbad se alegró de ello, obviamente no iba a poder trabajar en su estado actual, así que se levantó de su asiento, dirigiéndose a la salida por la cual anteriormente había salido Ja'Far. Encontrándose con este justamente afuera de la habitación.

 -Sabía que algo te pasaba y que gracias a eso no ibas a poder trabajar normalmente.

Sinbad calló, odiaba que en estas situaciones el albino le conociera tan bien.

- Dormiré un rato - respondió, pasando a un lado de Ja'Far.

 -¡Sin!- Ja'Far trató de detenerlo, pero Sinbad solo siguió su camino sin prestarle atención a su compañero.

Sinbad se encerró en su cuarto, en el momento en el que cerró la puerta se recargo en ella suspirando, sin ver a un punto en específico, después de unos segundos o minutos, no sabía cuánto se había quedado allí realmente, por fin se dirigió a su cama, acostándose en ella inmediatamente, cerro sus ojos esperando que esa acción lo llevase a un sueño profundo, pero no fue así. No importaba el cuan cansado estará, no podía dormir, así estuvo por unos momentos, hasta que dejo a su mente divagar a su gusto, llevándolo a paisajes hermosos que lograba conquistar sin dificultad, pero solo uno le llamo la atención, realmente bello, no existía la esclavitud allí, en cambio de eso existía una paz extraordinaria, sin delincuencia , ¿Realmente podía existir un lugar así?.

Era cierto que en Sindria era un lugar tranquilo, pero solían llegar las veces en el que los problemas se hacían presentes. En cambio, este lugar de sus sueños no los tenía.

Él caminaba por los pasillos de alguna plaza del lugar, buscando algo o a alguien, no lo sabía bien, lo único que sabía era que estaba totalmente desesperado por encontrarlo. Se metió a un local de puerta majestuosa, dentro de el tenia por decoración telas de ceda negras, con algunas haciendo contraste en rojo.

Lo que lo sorprendió fue lo siguiente a eso.

Pudo divisar a una persona sentada en un trono, que lo recibía con los brazos abiertos y con una muy grande sonrisa.

 -"Bienvenido, Sinbad"- escucho darle la bienvenida alegremente, como si hubiera estado esperándolo por siempre.

No sabía que le sorprendía más. Si era el que aquella persona que le recibía tan amenamente era Judal, o el que Sinbad se sentía totalmente feliz de correr a los brazos del pelinegro.

Judal lo abrazo cuando él llego corriendo a sus brazos extendidos. Judal acaricio su cabello sin dejar de sonreír, Sinbad se sentó en el suelo recostando su cabeza sobre las piernas del magi.

 -¿Cómo se siente Sinbad?, ¿Se siente bien? - decía el pelinegro sin dejar de pasar sus dedos por el cabello de Sinbad.

Él solo asintió mientras rogaba por más atención, por más toques del pelinegro.

- Sinbad, ¿Has escuchado que los sueños son el reflejo el alma? - Preguntó amable Judal. - Los sueños son maravillosos ¿no lo crees?, ellos a veces nos pueden enseñar acciones que pasaran en algún futuro. Pero los humanos no lo ven así, ellos solo sienten que ya antes han estado en ese dicho lugar cuando esa no es la ocasión, suelen llamarlos Dejavú. Pero lo más precioso de un sueño no es eso - Judal paró de hablar por un momento. Sinbad le miro esperando que siguiera hablando, Judal le sonrió mientras se empezaba a acercar a su rostro al de él, lo suficientemente cerca como para sentir su respiración, y no solo eso, si no que podía admirar aún más aquellas hermosas perlas carmesí que Judal tenía como ojos. - Lo más precioso de un sueño es que podemos hacer lo que más deseamos, lo que el alma desea, ¿No es así?, Sinbad...

Esa escena fue suficiente para que Sinbad despertara de inmediato, sudado y con la respiración acelerada.

No era la primera vez que tenía aquel sueño, es más, este habia sido uno de los más tranquilos que había tenido en los últimos días. En todos ellos, no importaba en qué lugar estuviera, no importaba que estuviera haciendo, siempre estaba Judal presente.

Se acomodó en la cama, cerrando de nuevo sus ojos, por la oscuridad total de su habitación pudo asimilar que ya había anochecido. ¿Tanto había dormido?.

Rio para sí mismo para después suspirar. Las palabras de Judal o al menos, del Judal de sus sueños seguían rondando por su cabeza.

-Lo que el alma desea ¿eh? – dijo para sí mismo mientras se dejaba llevar por la pesada noche en la cual ya no pudo reconciliar su sueño.

Notas finales:

Espero ansioso sus Reviews


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