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Entre los ojos del asesino por FantasticShow

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Notas del capitulo:

¡Nuevo fanfic!

Espero les guste~♥

-MyungSoo, levántate. El jefe nos llama –Fue SungYeol quien le llamó, pero el nombrado ni siquiera se movió de la cama en donde parecía dormir plácidamente.- MyungSoo, arriba.

-No molestes, SungYeol. Déjame tranquilo –El muchacho se removió en la cama y le dio la espalda, gruñendo. Pero SungYeol no se quedó atrás y volvió a intentar despertarle por entero, esta vez, con una patada muy suave para así llevarle con el jefe.

Mala idea.

MyungSoo se levantó con agilidad y rapidez y aprisionó el cuello de SungYeol con su brazo, estampándole con fuerza contra la pared. Sorprendido, se quedó mirando al joven de ojos felinos frente a él; aunque no lo pareciera, MyungSoo no era alguien liviano de sangre ni poseía mucha paciencia. De hecho, era casi nula.

-Tócame de nuevo y saldrás de aquí peor que un colador –Dijo el joven antes de dejar de ahogarle con el brazo y salir de la habitación, colocándose la chaqueta. SungYeol se llevó una mano a su cuello para acariciar su piel algo lastimada, esperando a que MyungSoo desapareciera en el pasillo para luego salir. MyungSoo era conocido por ser alguien muy distante y frío, trabajaba solo y no le gustaba que nadie le tocase, absolutamente nadie, a excepción de que fuera estrictamente necesario. Pocas veces hablaba y era muy serio, no consideraba a nadie como su amigo y era capaz de atacar en cualquier momento… MyungSoo era alguien de temer.

Era sanguinario, no le temía ni importaba la muerte, rápido con el trabajo que se le daba y no filtraba información con ningún compañero. No tenía aliados. Entrenaba y descansaba solo. MyungSoo era alguien que siempre estaba solo, dentro y fuera del trabajo.

-Hasta que llegas, chico –Escuchó la voz ahogada de su jefe cuando entró al despacho sin siquiera tocar, con la garganta llena de humo del tabaco que fumaba.

-¿Por qué me molestas cuando estoy durmiendo? Sabes que lo detesto –Dijo MyungSoo cuando el hombre tras el escritorio soltó el humo que mantenía en su garganta y sonreía.

-Porque me gusta tocarte las pelotas, niño –Comentó el hombre moreno antes de que nuevamente se abriera la puerta del despacho, dejando ver a cinco hombres. Todos aparentemente normales, pero nadie sabía que cada uno de ellos tenía un arma oculta entre sus ropas para su defensa. Incluyendo MyungSoo.

-¡Hey! Ya estamos aquí, ¿qué quieres que hagamos? –MyungSoo quedó en el centro de una pirámide que aquellos hombres habían formado inconscientemente. WooHyun estaba con las manos en los bolsillos a su derecha; tenía una cara de sádico a cada momento que pasaba, juraría que hasta en el sexo la tenía. SungGyu estaba de brazos cruzados a su izquierda; la mano derecha del jefe y su hijo, tenía una mirada de odio hacia todo el mundo. DongWoo estaba tras WooHyun; nadie pensaría que ese chico con rostro alegre y divertido sería capaz de matar a cinco personas en dos minutos. SungYeol estaba tras SungGyu; él era el más tranquilo de todos y no tenía habilidad en las armas, trabajaba con una cuerda de cuero fabricada por él, se veía el más débil pero realmente no lo era, para nada. Hoya era el único que estaba a su espalda, estaba esperando las instrucciones pacientemente por su jefe; se podía decir que a él era al único que le dejaba estar en ese lugar, confiaba sólo un poco en ese chico ya que se habían criado juntos.

-Su trabajo para hoy será un grupo de sicarios, nos entorpecen las misiones y necesito que los eliminen. Vengan aquí –El jefe habló y todos se acercaron al escritorio, observando las fotos que aquél hombre desperdigaba sobre la madera de roble. Eran siete. Todos tomaron una fotografía y MyungSoo tomo dos.- Salen en media hora. A prepararse.

Dicho esto, todos salieron del despacho del jefe para dividirse en la mansión en donde pasaban la mayor parte del tiempo y dirigirse a sus habitaciones. SungYeol fue el primero en estar listo, usaba un abrigo largo de color negro con un bolsillo interior en donde ocultaba la cuerda. Observó, a los quince minutos, salir a Hoya con una de sus armas favoritas en la espalda; un Barret M82 Calibre .50, con mirada telescópica y de larga distancia, se le hacía fácil el trabajo con esa arma. Luego salió DongWoo con un abrigo que le llegaba hasta los muslos, tenía los picahielos de doble punta en los estuches que se ataban al cinturón del pantalón que llevaba. A los segundos salió WooHyun jugando con una de sus armas; una daga de doble filo con guarda de cuerdo para proteger su mano y más corta que una espada, llevaba la funda del arma atada al cinturón del pantalón. Al final salió SungGyu, ajustándose el estuche de las dos pistolas que usaba, ambas eran Taurus de 9mm, blanca y negra.

-Falta uno –Habló Hoya, de brazos cruzados, apoyado en la puerta de salida.

-Ya no –Escuchó a DongWoo decir mientras apuntaba la escalera. Venía bajando MyungSoo, desabrochando los primeros dos botones de su camisa. Llevaba un abrigo largo de cuero, ocultando así la pistola que utilizaba en trabajos rápidos, una Beretta M92 XX-Treme con silenciador.

-Tengan, el jefe me los pasó para que estemos comunicados en la misión de hoy –Dijo MyungSoo, tendiendo a sus compañeros unos pequeños auriculares con micrófono incluidos. Lo usaban la mayoría de las veces para las misiones de alta complejidad pero como ahora se enfrentaban a sicarios igual que ellos no sabían cómo sería la situación. Todos se lo colocaron en un oído y luego salieron; DongWoo, SungYeol y WooHyun se fueron en el automóvil del primero, SungGyu se fue en su propio automóvil y MyungSoo se fue con Hoya en la motocicleta del primero. Todos se fueron por direcciones diferentes para no ser descubiertos.

-¿En dónde es? –Fue WooHyun quien preguntó, con los dedos tamborileando sobre su rodilla, ansioso. SungYeol le colocó una mano en el hombro para calmarlo un poco desde el asiento trasero, WooHyun le miró y le sonrió angelical. Maldito farsante.

-¿Hoya? ¿Me escuchas? –DongWoo habló al aire, pero su voz caló directo en el micrófono de su oído y conectó con Hoya, quien respondió de inmediato.

-Fuerte y claro. Dame un segundo –Hoya apretó con cuidado el hombro de MyungSoo para llamar su atención. Iban por una calle solitaria así que se detuvieron en una luz roja, ni siquiera habían autos o personas transitando pero tomaron esos segundos para que MyungSoo sacara el móvil y leyera una nota escrita en la pantalla. Se lo mostró a Hoya y éste volvió a realizar la misma acción en su hombro, indicándole que continuara.- DongWoo, están en la zona sureste de Cheonggyecheon, sean cuidadosos, sobretodo WooHyun.

DongWoo sonrió ante las palabras de su amigo, mientras que WooHyun bufó con suavidad, escuchando un gruñido en su oído, sabía perfectamente de quien venía.

-WooHyun, no te descontroles, ya sabes lo que pasó la última vez –Fue SungGyu quien le recordó a su mejor amigo lo que no le gustaba. Un error. WooHyun se llevó una mano a la pierna derecha, en donde había recibido un impacto de bala hacía un mes.

-Ya estamos llegando –Fue Hoya quien avisó a sus compañeros su posición. MyungSoo estacionó la motocicleta y observó las fotografías que había tomado del escritorio de su jefe. Eran gemelos, hombre y mujer. No pasaban los 25 años; la mujer tenía el pelo rojizo muy corto y su hermano lo llevaba medianamente largo del mismo tono, sólo que con un mechón negro en el flequillo. Eran delgados y de tez blanca, bastante agraciados debía confesar. A los segundos sintió un apretón en su hombro, haciéndole guardar las fotografías y mirar a su compañero, el cual apuntaba con la mirada hacia uno de los edificios más altos del sector. Era poco transitado y de poca luz, el lugar perfecto. Desconocían el por qué los sicarios estaban en ese lugar pero tenían que entrar en posición ya.

-Llegamos –Fue la voz de SungYeol la que sonó en el auricular de ambos, quienes se miraron y asintieron. Hoya comenzó a correr con dirección al edificio de la calle contraria; tenía veinte pisos como mínimo. Al llegar a la azotea por la escalera de emergencia, se instaló con rapidez en la orilla y comenzó a verificar la posición de sus compañeros.

SungGyu estaba de pie, apoyado en un poste de luz, fingiendo jugar con el móvil como si esperara a alguien. Bien cerca de él estaba DongWoo hablando con SungYeol, ambos tenían las manos en los bolsillos y reían discretos, cualquiera pensaría que son un par de amigos cercanos. Mientras tanto, WooHyun estaba sentado en la escalera fronteriza de un pequeño edificio, moviendo la rodilla izquierda de forma impaciente mientras veía su reloj de muñeca. MyungSoo era el más alejado de todos, estaba de pie, de brazos cruzados y mirando hacia la nada apoyado en la pared de una casona antigua, como si simplemente paseara en esa noche fría y oscura. Todos estaban dispersos por la misma calle pero a distancias muy considerables con el objetivo de no acercarse los unos a los otros. Podían salir heridos si estaban muy cerca.

Hoya se recostó en el suelo, boca abajo, para maniobrar correctamente su arma y así esperar a que el grupo de sicarios enemigos aparecieran. Miró por la lentilla del arma a MyungSoo, quien alzó la vista despreocupadamente como si mirara hacia el cielo, pero realmente estaba mirando a Hoya; conocía a la perfección sus posiciones, los lugares que usaba para matar y su forma de ocultarse. MyungSoo hizo una pequeña y casi imperceptible seña con su diestra, en forma de V. Hoya entendió a la perfección y desvió la vista hacia el centro de la calle, en donde venían llegando los sicarios. A veces pensaba que MyungSoo tenía ojos en la espalda o tenía una vista demasiado aguda. O un sexto sentido. Cualquier opción era posible.

-Atentos. Comienza la misión –Hoya dio el primer paso. Maniobrando perfectamente el arma, apuntó a su objetivo; un muchacho de cabello castaño y ojos grandes. Observó cómo SungYeol y DongWoo se despedían con la mano y se iban por calles diferentes, siguiendo de cerca a los sicarios.

El grupo se separó rápidamente, alegres y WooHyun actuó para ir directamente hacia su objetivo, un joven con el cabello negro y lacio; pareció preguntarle algo y le tomó por los hombros, sonriendo coqueto. WooHyun siempre usaba la cercanía y la coquetería para matar a sus víctimas. En segundos, pudo observar como el cuerpo del primer sicario caía sobre los brazos de WooHyun, quien procuró sujetarlo de sus ropas y llevarlo hacia un callejón. Uno menos.

DongWoo fue caminando rápido hacia una chica de rostro angelical, preguntándole algo y mientras ella buscaba en sus bolsillos, su compañero actuó con rapidez y clavó el picahielo de doble punta en su cuello. Dos menos. DongWoo era muy rápido en su actuar, usaba la inocencia de su personalidad y daba un resultado bastante efectivo.

SungYeol, gracias a sus largas piernas, se posicionó detrás de un chico de cabello corto y azul; en menos de un segundo ya estaba ahogándole con la cuerda maniobrada con una mano mientras con la otra le cubría la boca. Usaba guantes de cuero para no dejar huellas. El cuerpo, ya muerto y blanco como el papel por la falta de oxígeno, quedó tirado en un callejón. Tres menos.

Fue uno de los sicarios que se acercó a SungGyu, quien le miró despreocupado y se quedó hablando por medio minuto con él. El chico de fornido cuerpo y rostro de idiota pareció hablarle o preguntarle algo así que SungGyu se demoró otro medio minuto en distraerle y matarle con un disparo certero en el cuello. Cuatro menos.

Hoya siguió a su objetivo de cerca con la mirada telescópica de su arma así que cuando éste se detuvo para cruzar la calle, disparó. Notó como el chico se llevaba una mano a la nuca y caía de bruces al suelo, muerto al instante. Cinco menos.

El último fue MyungSoo, quien dejó pasar a los dos jóvenes que tenía por objetivo. Los gemelos. El de ojos felinos comenzó a caminar, siguiendo de cerca a los sicarios y con las manos en los bolsillos, despreocupado. MyungSoo era muy profesional en su trabajo y no dejaba escapar oportunidades, pero cuando estaba dispuesto a sacar el arma y disparar, ambos jóvenes se voltearon, apuntándole con el arma. Hoya frunció el ceño.

-MyungSoo… -Susurró antes de observar como su compañero sonreía y sacaba el arma rápidamente, agachándose para que así, en menos de lo que pensó, matara a los dos hermanos de un par de disparos certeros.

-Misión completada –MyungSoo alzó la cabeza hacia donde estaba posicionado el francotirador mientras guardaba el arma y comenzaba a caminar de vuelta hacia la motocicleta.- Hoya, baja. Nos vamos.

Dicho esto, el francotirador se alistó para bajar y en dos minutos estuvo al lado de su compañero. Le miró con curiosidad y cuando estaba a punto de hablar, MyungSoo le frenó sólo con la mirada.

-Ya lo sabes. No intentes preguntarme nada, no te responderé –Fue lo único que dijo MyungSoo antes de subirse a su motocicleta y esperar a que Hoya hiciera lo mismo. ¿Dirección? La mansión del jefe.

[~]

-¡Quiero matar a una chica! –Fue lo que dijo WooHyun al llegar a la mansión. Todos rodaron los ojos.

-Corrijo. Quieres follarte a una chica –Habló SungGyu, quitándose el molesto auricular del oído.

-Bueno, también –Dijo su mejor amigo sonriendo de forma sádica. WooHyun trabajaba de asesino a sueldo simplemente por gusto. Le gustaba matar. Él mismo decía que le excitaba hacerlo y era como una adicción que no estaba dispuesto a dejar.

MyungSoo por su parte, se fue directo a su habitación sin decir nada para guardar su arma y cambiarse ropa por algo más sencillo. Un jeans negro y una camisa de igual tono. Estaba a punto de sentarse en la cama para descansar un poco pero un grito le alertó.

-¡Niños! ¡Vengan aquí! –El jefe. Tan cariñoso como siempre, les llamaba para darles la recompensa. Bufó molesto puesto que le dolía la espalda pero se encaminó con las manos en los bolsillos hacia el despacho del jefe. Notó como DongWoo iba en la misma dirección pero sobre la espalda de Hoya, ambos iban riendo como infantes… No pudo evitar detenerse para mirarles; se veían tan felices y alegres. Le recordaron a él cuando era más pequeño.

-¿MyungSoo? ¿Estás bien? –La voz de WooHyun le sacó de sus pensamientos. El mayor estaba a su lado, mirándole extrañado. MyungSoo simplemente asintió y siguió caminando hacia el despacho del jefe.

Al llegar, seis fajos de billetes estaban sobre el escritorio. Los asesinos a sueldo tomaron su dinero y esperaron a que el hombre dejara de mirar la fotografía entre sus dedos.

-Quiero que hagan un trabajo. Y este será exclusivo –Las palabras del hombre mayor despertó la curiosidad de cada uno. Con un sutil movimiento dejó la fotografía sobre el escritorio y miró a sus pequeños asesinos.- Hace mucho tiempo atrás, mi hijo menor fue atropellado por el automóvil del Canciller Lee SungHwan –Todos sintieron el gruñido de SungGyu; su hermano tenía 15 años cuando murió.- Ahora, quiero tomar venganza…

La fotografía fue acercada hacia el grupo y MyungSoo, quien estaba al frente, la tomó para mirarla. Todos emitieron algún sonido de apreciación y sorpresa, pero el de ojos felinos sólo pudo abrir los ojos a más no poder.

-¿Es mujer? –La pregunta de DongWoo no se hizo esperar y todos esperaban respuesta.

-No. Su nombre es Lee SungJong, 21 años –MyungSoo entreabrió los labios, sorprendido. Era… Perfecto. Su cabello era de color rosa y medianamente largo, de ojos grandes y gatunos mientras que sus labios eran imperceptiblemente gruesos y rosáceos. De tez blanca y facciones marcadas. Con una sonrisa preciosa y angelical junto a un cuerpo delgado y proporcionado. Perfecto. El muchacho era perfecto.

-¿Qué debemos hacer? –El jefe sonrió ante la pregunta hecha por SungGyu, su hijo, mientras que WooHyun bufaba frustrado.

-Quería una chica esta vez –Chasqueó la lengua y el jefe le mandó una mirada comprensiva pues sabía los instintos asesinos que tenía el mejor amigo de su hijo.

-Primero le investigaran y luego lo mataran. Me da igual quien lo haga, pero quiero que el Canciller pague por lo que hizo. Sangre por sangre.

MyungSoo se quedó mirando la fotografía atentamente. No podía despegar la vista de sus ojos, eran de color avellana oscuro y brillantes, muy brillantes. Era hermoso. Sintió un vuelco en el estómago que le pareció extraño pero lo dejó pasar. Tenía que cumplir con el trabajo. Como siempre, como un profesional.

Notas finales:

Gracias por leer♥~


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