13 de Diciembre del 2017. Es mi cumpleaños número 10, mis padres, mis 3 amigos: Andrés, Raúl y Kevin; mi amiga Velvet, mis tíos y mi hermano Tim (es un muñeco de felpa), festejaban conmigo, todos sonreían para mí, era hora de los regalos, me dieron muchas cartas, un cuaderno para notas, saben que amo tocar el piano, 2 libros y varias fotografías con dedicatorias. Después todos se van, un momento algo triste, aun es temprano, tome a mi hermano y nos encerramos en mi cuarto, comencé a hablarle como siempre hacía.
-¿Por qué le hablas a un muñeco? Jamás contestará, lo sabes.
-No lo escuches- cubrí sus orejas- Sólo se enojó porque hablo contigo.- calle un momento- ¡No, no, no! No digas eso, sabes que yo te quiero y no tengo a nadie más para que me aconseje, bueno, tu no dices mucho pero… Tu compañía es importante.- Escuché que alguien se acercaba.- Shh- susurré- Mamá ya viene.
-¿Alejandro?- abrió la puerta.
-Oh… Es papá.- dije al muñeco una vez más.- ¿Qué pasa padre?- sonreí.
-¿No crees que es hora de deshacerte de…- miro a mi hermano- Se que es especial, pero no te separas de él y… Queremos que pases más tiempo con nosotros.
-¿De qué hablas? No dejaré solo a Tim.- fruncí el seño enojado.
-Bueno… ¿Quieres ir abajo con nosotros? Podemos hablar si eso quieres.
-Pero, Tim se pondrá todo celoso si hablo con ustedes.
-Entonces dile que vaya a dormir.
-Esta bien- dije resignado y lo miré a los ojos- Lo siento Tim, ya sé que no te gusta, pero…-vi un cambio en él ¿Mi papá lo habrá notado- Será en otra ocasión- lo cobijé y mi padre me guió hasta el piso inferior.- ¿Viste sus ojos, padre?
-¿Qué tenían sus ojos?
-Se enojó conmigo.- dije en tono triste.
-Un “lo siento” no es suficiente, vas a lamentarlo todo el tiempo.
Pronto, Alejandro, haré que me temas.
Un escalofrío recorrió mi interior. Toda la noche tuve un sentimiento extraño y temblaba mi voz al hablar, pero, cuando regresé a mi pieza Tim sentado en el suelo sin estar recargado, volteo su cabeza, me asusté, pero, sonreí, por fin podría hablar con él.
-¿Ya me perdonaras, Tim?- apagué la luz y cerré la puerta al entrar, la Luna y las luces de los autos iluminaron la habitación sutilmente- ¿No vas a perdonarme? Sabes que haré si no me perdonas, por favor, perdóname, ¿sí?
-No me enseñaste a perdonar.
-No, eso es lo que debes aprender por ti mismo, amigo mío.- había un listón en mi mesa de noche, lo tomé y lo enrolle fuertemente en el cuello de mi hermano y lo colgué en el foco, me acosté en mi cama para dormir.- Buenas noches, Tim, hasta nunca.
Ya era el día siguiente, lo sé porque mi madre me llama diciendo que despierte, abrí los ojos y lo primero que vi fue a Tim tal como lo había dejado ayer por la noche y comencé a reírme.
-¿Qué pasa?- se asustó mi madre.
-Nada- deje de reírme- es que Tim quería pasarse de listo, mamá, necesito un nuevo hermano. Tim se descompuso, no sirve. Pero, quiero un hermano de verdad.- mi madre comenzó a llorar- ¿Qué sucede, madre?
-Nada, no te preocupes, dile a tu padre para que…- salió corriendo de la habitación.
-¡Perdóname, mamá!- le grité al estar consciente. De lo que dije, ¿o fue lo que hice? No lo sé. Tal vez ella tiene miedo de que le haga lo mismo que a Tim. Soy ¿malo? Entonces… ¿Qué hago aquí? Mi padre ya estaba a mi lado.- Lo siento, lo siento mucho, fue mi culpa, perdóname. No quería hacerlo… Prometo no dañar a nadie más, prometo hacer feliz a todos, pero, perdóname, realmente lo siento.- sin darme cuenta ya había comenzado a llorar.
Ya ha pasado el tiempo. Desde ese día ya no hablé con nadie, hace unos meses intente matarme al tener pensamientos en los que mataba a las personas, perdí los amigos que tenía, ya no hacía nada por nadie y menos por mí mismo, ahora tengo 14 años y… Estoy sumergido en una terrible depresión, tengo un diario en mi celular, varios cuadernos con tristes melodías y canciones, no puedo olvidar ese día, no puedo olvidar mi actitud… Ahora lo único que me hace compañía son las voces en mi cabeza, pero, se la pasan insultándome y haciéndome la vida en cuadritos, lo único que me distrae de sus palabras es usar el ordenador. En este momento lo uso, encontré algo llamado “Anime” y es algo que también me distrae mucho y no me hace sentirme mal, después conocí el “Manga” y los “Doramas” creo que así se llaman. Gracias a mi madre, tengo varios programas que me sirven para grabar la música que hago, le hago un video, lo edito y lo subo a una página, tengo un blog donde publico lo que pienso no soy muy conocido que digamos, pero algunos me conocen y eso me basta.
Dentro de poco regreso a la secundaria, me he despedido de las redes sociales por un tiempo, necesito estudiar. Al apagar la computadora, no logre evitar verme en el espejo, bajé mi mirada por la vergüenza que me daba verme, pero, tengo que aceptarme así que volví a verme.
Por un momento contemple mi reflejo, sin embargo, no pude evadir el sentimiento de la ira. Me olvide de eso, niego muchas cosas que las personas me dicen, es hora de comprobar que soy realmente, quiero verme con mis propios ojos.
Mi cabello necesita un corte, ¿hace cuanto que no me lo he cortado? Por suerte es lacio y oscuro, quité el cabello de mis ojos, un color café oscuro hace juego con mi cabello, eso me agrada, ¿estoy pálido o así es mi piel? Y mi ropa es completamente negra, nunca me di cuenta de ello. Tocan la puerta.
-Adelante- ¿Esa es mi voz? Oh… En la clase de ciencias dijeron que era normal que la voz de los hombres cambia durante la pubertad…
-¿Cómo estas, campeón? Ya vi tu última publicación. ¿Quieres que te ayude a estudiar?
-No, muchas gracias, padre. Estoy bien, ¿y tú?- sonreí.
-Bien, bien. ¿Necesitas algo?
-Hmm… No.
-Que mal. Tenía otro muñeco para ti.- lo saco de detrás de sí mismo. Media casi un metro de alto. Mis ojos se inundaron.
-No tenías que hacerlo…- Me forcé a sonreír.- No puedo aceptar…- miré el muñeco perseverantemente, me pareció muy curioso. Era de cabello liso y negro, sus ojos estaban cerrados, su piel era reemplazada por plástico de un color parecido al de mi piel, sólo que mas colorido y con las mejillas levemente rojas, su vestimenta consistía en una camisa blanca y abotonada, un chaleco negro con decoraciones rojas, pantalón completamente negro y zapatillas del mismo color que el chaleco- Aunque…
-Quédatelo.- me lo acercó, estuve a punto de tomarlo.
-No puedo.- suspiré.
-De todos modos te lo voy a dejar, fue hecho con la última tecnología, tiene personalidad y conciencia propia y puedes llamarlo como quieras. Pruébalo.
-Gracias, lo haré.- mi padre salió cerrando la puerta.
-Personalidad artificial, iniciando- Se escuchó del muñeco.- Mi nombre es Kaoru, joven. ¿Quién es usted?
-Yo… Soy Alejandro, seremos…
-¿Hermanos?- sonrió.
-Amigos. Lamentablemente no quiero que seamos hermanos.
-No te preocupes. Entonces soy libre de ser como yo quiera, ¿no?
-Casi todo. Hay reglas en casa.
-Bueno, entonces…
-Entonces nada, solo hay que hablar.
Hablamos por mucho tiempo, compre una cámara y nos grabamos juntos varias veces y tuve mucho éxito en países extranjeros, pero, mi éxito se termino en poco tiempo…
Mis padres quedaron en crisis económica, hablaron conmigo y me dijeron que mantenerme ya no podrían mantenerme, les dije que podría ponerme a trabajar, pero no me dejaron.
-¿Por qué no? Créanme que puedo hacerlo.
-Porque… Hemos hecho ya el contrato con una empresa, nos dijeron que… Dile, cariño.- dijo mi madre.
-Nos dijeron que en cuanto nosotros quedáramos en crisis te daríamos en adopción y te llevaran a otra ciudad, no conocemos el lugar, pero queremos decirte que te amamos, hijo.
-¿No había otra opción?
-No, lo sentimos.
-¿Y por qué tienen que separarnos?
-Porque nos llevaran a otro lugar mientras nos reponemos y solo hay espacio para dos personas y a la fuerza teníamos que ser tu padre y yo.- respondió mi madre.
-No me quitarán a Kaoru, ¿cierto?
-No, ellos no tienen el derecho. Hijo, te buscaremos en cuanto nos repongamos, será pronto.- contestó mi padre.
-… Está bien. ¿Tengo que llevarme algo?
-Lleva ropa, por si acaso.
-Bien… Yo… Ya saben que los quiero… Y mucho.
-Ven aquí.- me habló mi madre con los brazos abiertos y fui a abrazarla.- Prepara tus cosas, nos vamos mañana.
Preparé mis cosas, era muy raro que conectaran las cosas así, no es posible todo esto, no lo acepto, pero si es un trato que hicieron mis padres… No tengo otra opción. Además soy menor de edad y no tomarían en cuenta mi palabra. Eso, según lo que dice el libro de Formación Cívica y Ética, es discriminación. Me deprime saber que hay personas así.