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I've missed you por IciaPops

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Notas del capitulo:

Hola~ Escuchando una canción que pondré en las notas finales, simplemente se me ocurrió. Espero que os guste a pesar de su corta longitud ya que yo he disfrutado mucho escribiéndolo^^

Muchas gracias a las dos personas que me betearon ♥

Sentado en su silla de escritorio, Kyungsoo piensa en lo mal que está llevando la dieta, en que debe adelgazar aún varios kilos para tener el aspecto que él quiere tener… piensa también que si sigue con ese estúpido insomnio tendrá que recurrir al maquillaje. Y suspira. Suspira porque odia su cuerpo, odia su mente por tener esos pensamientos, odia su trabajo por ser demasiado agotador, pero por sobre todas las cosas, odia sus sentimientos. Sentimientos que él jamás eligió tener. La vida es demasiado injusta cuando de sentimientos se trata, después de todo.


Do Kyung Soo es contable en una gran multinacional coreana. Él ama las matemáticas y lo que su trabajo conlleva, pero no le gusta que lo presionen. No le gusta su trabajo y aún no entiende por qué lo aceptó en vez de hacerse profesor, como en un inicio había planeado… Bueno, sí lo entiende, la diferencia en los sueldos era demasiado notable. En ese entonces él iba a casarse con Hyomin y necesitaba el gran sueldo que le ofrecían si quería mantener a una familia, pero meses después de haber empezado en este, Hyomin lo dejó. ‘’Nunca me haces caso ni a mí ni a mis caprichos y además eres pésimo en la cama’’ le había dicho.


Ahora gracias a este trabajo, Kyungsoo tiene dinero de sobras para la soltera vida que lleva. Demasiado para gastar él solo. Pero tampoco es como si tuviera tiempo alguno para ello, de todos modos.


Sin embargo, no es el trabajo lo que estresa de sobremanera a Kyungsoo hoy, no; no hoy.


Lo que lo tiene así en este bonito día de marzo, es él mismo. Se ha pasado literalmente toda la noche trabajando y le es imposible no pensar en lo horrible que debe de verse en esos momentos. No es que le importe lo que los demás piensen de él o cómo lo vean… A Kyungsoo sólo le importa como él lo vea.


"Bueno, de cualquier forma jamás tendré el valor suficiente para hablarle o acercarme siquiera".


Se siente estúpido, porque se ha enamorado. No habría habido problema si lo hubiera hecho de cualquier otra persona, una chica tal vez, una chica de su edad a la que conociera de hace años. Pero Kyungsoo, alguien bajito y de estrechos hombros a sus veinticinco años, se ha enamorado de un hombre, bueno, de un chico, un estudiante.


Todo empezó cuatro meses atrás. Había perdido el directo y no le quedaba más remedio que coger cualquier otro tren disponible si quería llegar a comer en su casa, ya que su coche aún estaba en el taller tras ese pequeño accidente que había tenido con algún estúpido(quien más tarde terminó siendo su mejor y casi único amigo). Kyungsoo había subido al tren con los auriculares puestos y sin prestar mucha atención al entorno, simplemente se sentó en el asiento que más solitario le pareció a simple vista.  Sólo fue diez minutos más tarde de canciones deprimentes cuando su mirada coincidió con la de él, para enseguida ser retirada por parte del otro. Sin ninguna expresión. Así era el rostro de aquel chaval pálido con cabellos dorados, del cual Kyungsoo estaba enamorado en la actualidad. Desde ese ocho de noviembre, coge siempre el mismo tren de vuelta a casa, incluso teniendo un precioso y moderno audi gris en el garaje. Sólo para verlo a él, solamente para observar su rostro inexpresivo e imaginarse soñadoramente la voz de tono neutro que pueda acompañarlo y, si algún día logra reunir el valor suficiente, tentar a la suerte que parecía haberlo abandonado ya. Sin embargo, Kyungsoo cree que su común cara de ojos grandes y gruesos labios o su cuerpo con algunos kilos de más, según él, y centímetros de menos jamás serán suficiente para que ese hermoso chico pueda dedicarle la más mínima atención que él desea. Sabe que es mucho mayor que él, tal vez siete años o más ya que todos los días lo ve llevando un uniforme escolar.


Todos los días observa sus marrones, casi verdes, ojos y todos los días lo oye suspirar al otro lado del vagón, siempre justo enfrente de su sitio habitual. Todos los días se pregunta cuáles serán las preocupaciones que ocupan su mente y si él podría hacer algo para mitigarlas.


Hoy, Jueves 11 de Marzo, Kyungsoo se pone su mejor abrigo y sale del trabajo para ir directo a la estación. Ha tenido que hacer un repaso de última hora a unos datos incorrectos, así que va retrasado y debe correr si no quiere perderse el momento más angustioso y emocionante al mismo tiempo de su día a día.


Llega a tiempo, por poco, pero lo hace. Compra el mismo billete de siempre y sube aún jadeante a la máquina, sentándose en el mismo asiento de siempre, esperando al mismo chico de siempre con la misma expresión de siempre, esperando que pase lo mismo de siempre... o no. Hay una chispa de esperanza en el pecho de Kyungsoo cada vez que pisa ese tren. Cuando lo hace, piensa... piensa que tal vez ese día sea el día que él ha ansiado, tal vez hoy él le dirija más que una mirada sin interés, tal vez hoy lo salude, tal vez hoy conozca su nombre. Y son todos estos ‘’tal vez’’ los que hacen pensar a Kyungsoo que la rutina es en realidad algo subestimado, algo emocionante y por lo que vale la pena vivir.


Aunque cuando llega a su destino, todos esos pensamientos son sustituidos por un gran pesimismo…. Hasta la tarde siguiente, claro. Es un círculo vicioso del que no está seguro de querer salir, aún.


Se coloca los auriculares y comienza a escuchar la hermosa voz de Kamenashi Kazuya en Kizuna. Ama esa canción. Cuando está sonando el último acorde, el tren se pone en marcha y Kyungsoo dirige su mirada hacia ese asiento. Está ahí, pero algo hoy es diferente. El chico se ha teñido, o tal vez simplemente se quitó el anterior tinte, pero el caso es que hoy está moreno, no rubio. Un precioso moreno que marca aún más sus pómulos y mandíbula.


Sin embargo hay otro detalle que llama mucho más la atención del mayor. La placa. La placa de identificación que todos los estudiantes llevan por norma pero que ese en concreto nunca lleva a la vista en ese tren, está hoy en su pecho. Reluciente, tentadora, llama al sediento Kyungsoo a leerla.


- Oh Se Hun…- pronuncia en voz alta sin darse cuenta, y el nombrado alza su vista. Lo mira por largos segundos hasta esbozar una encantadora sonrisa que hace que en sus ojos se formen medias lunas y Kyungsoo se siente arder. Se encoge sobre sí mismo y tiembla ligeramente. Si estuviera de pie esa sonrisa lo habría hecho caer de espaldas, o tal vez de frente, no logra ni imaginárselo ya que está demasiado aturdido. Aparta la vista y nota el peso del silencio espesar la distancia que los separa, hasta que lo oye suspirar. Y su corazón da un tumbo en su sitio ante lo que considera un estúpido pensamiento por su parte, pero, ¿Y si realmente Kyungsoo fuera el protagonista de ese suspiro?


Sus ojos se llenan de lágrimas, pero no se permite derramarlas. En esos momentos quiere que la tierra se abra y lo trague…


Y entonces, Sehun se levanta para tomar asiento junto a Kyungsoo, lo mira, y toma su mano ante la atónita mirada del más bajo, porque sí, Sehun podría bien medir diez centímetros más que él a pesar de ser menor. Sus miradas se encuentran como si de magnetismo se tratase, y el recientemente moreno le sonríe de nuevo. Las lágrimas caen.


-Te he echado de menos. -murmura, suavemente, con su voz de terciopelo acariciando las facciones del hombre al que se dirige.  


Tras estas palabras lo único que oye el mayor son gritos. Gritos desgarrados, gente llamando a otra. Sehun lo agarra aún, por lo que se siente seguro cuando las luces del tren dejan de funcionar.


Entonces, en un momento de valentía y como última voluntad, Kyungsoo sostiene el rostro de Sehun y funde ambos labios es un necesitado beso.


Ahora el mayor lo sabe. Que esos suspiros eran indirectas dirigidas a él, que esas miradas no eran desinteresadas, y que Sehun lo ama como él sin siquiera conocerse.


-Yo soy Kyungso… Y también te he echado de menos.


Todo se convierte en golpes, más gritos y la nada.


En ese momento, ambos saben que acaban de compartir el último soplo de sus corazones, y extrañamente… se sienten bien con ello.

Notas finales:

¿Qué tal?

¿Me daríais vuestra opinión? :33

Algunas/os ya sabreis en que canción me inspiré, pero igual aquí os la dejo. Si os la hubiera puesto al principio, el final habría sido evidente.  Os recomiendo releerlo escuchándola~

Jueves- La Oreja de Van Gogh.

Siento haber quitado '' muerte de un personaje '' de las advertencias :_D Es que al no aparecer su muerte explícita, no lo pensé necesario ^^

PD: Lo siento también si esperabais una pareja como Kaisoo o SuDo~  A pesar de que soy una fiel Hunhan-Kaisoo shipper, el Hunsoo me puede ♥


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