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Cosas de familia por blueous

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Notas del fanfic:

 A quienes nunca han leído nada mío, me presento, soy un alien y suelo escribir historias grises y sin embargo heme aquí, escribiendo un family!au. La culpa de todo eso la tiene este fanart.

 Mis disculpas ;h;

Bang Yongguk se pregunta sinceramente cómo ha terminado así mientras extiende un brazo para no tocar nada excepto un espacio vacío. La luz del sol por la mañana es algo a lo que el hombre ya se ha acostumbrado, sin embargo las paredes blancas de la habitación en cada despertar temprano le obligan a enterrar la cabeza en la almohada por un rato hasta  poder abrir los ojos sin el ardor ridículo que suele durar un par de segundos.

—Shh, papá está durmiendo.

 La voz de Himchan vuela por el pasillo hasta la habitación dulcemente y Yongguk sonríe como siempre que se queda dormido y es el otro mayor de la casa quién despierta a los pequeños para ir al colegio.

 En el departamento hay un aroma dulce que Yongguk asume viene desde la cocina. Lo más probable es que sea algo que Himchan haya comprado antes de llegar a casa ayer, porque la verdad es que el de dientes de conejo no es demasiado feliz pasando mucho tiempo en la cocina y ha encontrado un verdadero placer en la tienda de dulces de enfrente. El olor le invita a ir a la cocina a picotear lo-que-haya, sin embargo se regala a sí mismo un par de minutos más en la cama y no hace movimientos ni siquiera tentativos de levantarse hasta que escucha la voz de Himchan apurar a los chicos porque el bus del colegio ya va a llegar y ellos todavía tienen que bajar siete pisos.

—Buenos días.

 Al salir de su habitación y llegar al recibidor Daehyun y Junhong están demasiado enfrascados en una pelea por ¿un trozo de pan? (Yongguk no podría decirlo realmente), pero deja pasar que no respondan al saludo cuando Himchan se voltea al oír su voz y por saludo le responde con una pequeña sonrisa que le recuerda a Yongguk que es exactamente esa mueca por la que terminó así.

(No se arrepiente).

 

—Digan adiós a papá —Al ver que Daehyun está empujando a su hermanito para tomar el trozo de pan, Himchan endurece la expresión y agrega con voz molesta: —¡Daehyun-ya! Suelta ese trozo de pan y apúrate o no pasaré a buscar a Youngjae.

—Te veo, pa.

—Chao Bang-appa.

 Yongguk sonríe un poco vencido cuando dos de los chicos salen tras Himchan, los sigue con la mirada mientras se dice que pasará un día totalmente a solas con Jongup, porque el chico está prefiriendo y respetando mucho más de lo necesario a su otra imagen paterna. Antes de que Junhong estire sus manitos para tomar el trozo de pan que Daehyun soltó al salir tras uno de sus padres, Yongguk le toma en brazos.

—Hongie-ah, prométeme que tú no tendrás una fase rebelde cuando entres a primaria como Jongup.

 Junhong no entiende mucho en realidad, así que simplemente pasa sus brazos por el cuello de Yongguk y asiente.

 Cuando Himchan vuelve, Yongguk sigue con Junhong en brazos  mirando por la ventana como el autobús del colegio se va junto a dos de sus hijos.

—¿Puedes acompañar a Junhonie a comer?

—Claro que sí bebé.

—Yo soy el bebé —Interviene de pronto Junhong incorporándose en los brazos de su padre, provocando que ambos mayores rían divertidos por la astucia del más pequeño.

—Claro que tú eres el bebé —Dice Himchan yendo a darle un beso en la frente al menor antes de apresurarse por su ropa y correr al baño.

 La sonrisa de costumbre se esparce por el rostro de Yongguk cuando la figura de su esposo se pierde en el pasillo y mientras lleva a la mesa a Junhong le riega las mejillas con besos y sonidos como si se lo fuera a tragar. El más pequeño aleja al otro con las manos poniendo cara de molestia pero riendo de todas formas.

 Llegan a la mesa entre risas y pucheros.

—Ya puedo comer solo —Yongguk abre los ojos mientras deja que su hijo menor tome la cuchara por sí mismo y comience a llevarla desde el plato de cereal hasta su boca una y otra vez —¿Ves?

—Claro que puedes, pero recuerda comer con la boca cerrada.

 Junhong se pone rojo por el comentario de su padre y comienza a comer más rápido, a lo que el otro apenas atina a reír mientras se levanta de la mesa para preparar algo de tomar aprovechando la compañía de su hijo.

 —Mamá —Exclama Junhong se pronto dejando de lado la cuchara.

 Yongguk abre los ojos, aún no muy acostumbrado a que Junhong haya comenzado a llamar a Himchan por “mamá” desde hace unos meses, pero sonríe de cualquier forma tan pronto enfoca al chico ya vestido para el trabajo.

—¿Terminaste el desayuno?

—Papá no me dejaba comer.

—Pero que malo eres Yongguk-ah —El aludido no alcanza a decir algo cuando Himchan se acerca y le besa fugazmente en los labios —No molestes al niño en la comida más importante el día.

—Pequeño demonio —Dice Yongguk levantándose a tomar en brazos a Junhong —Eres malvado —Sigue acusándole mientras hunde la nariz en el cuello del pequeño para hacerle cosquillas.

—Mamá, ¿ves? Me molesta.

 Himchan no tiene más opciones que reír ante la conducta de los otros dos, sin embargo cuando fija la vista en el reloj su expresión cambia.

—Yah, Junhongie, ve a buscar tu mochila.

 Yongguk suelta a su hijo y este corre por el pasillo hasta la habitación que comparte con Jongup para tomar su bolso y el polerón de su jardín infantil. Al volver cierra los ojos y pone expresiones de asco en el mismo instante que sus ojos captan a sus dos padres besarse.

—Junhong se quiere ir ahora.

 Yongguk aprieta más la cintura de su esposo cuando este hace el ademán de separarse de él ante el alegato de su hijo menor y deja su cabeza en el hombro del menor.

—Yonggukie no quiere que Himchan se vaya.

—Pero Himchanie se tiene que ir. Hongie, anda a buscar el ascensor por mientras.

 

 El más pequeño no espera otra orden antes de correr con sus pequeños pasos hasta fuera de la casa, momento que Himchan aprovecha para volver a reclamar la atención de su esposo con besos que de todas formas no duran lo que a ninguno de los dos le parece suficiente.

—Me voy al trabajo ahora.

—Lo has dicho dos veces, pero no me quieres soltar —Yongguk habla con voz inocente mientras toma la mano de Himchan —¿Ves? Mira como no me sueltas.

—Bang Yongguk, tengo que irme —El mayor de los dos no contesta nada excepto un agarre más fuerte en los dedos y sus cejas juntándose como protesta —, y tengo a Junhong en el ascensor solo.

—Bueno, bueno. Pero ten un buen día amor, y no te olvides de mí.

 Yongguk deja ir la mano de Himchan y le observa rodar los ojos sorprendido por esa actitud en su esposo, él mismo se encuentra demasiado cariñoso, pero se inclina para darle un beso en la mejilla antes dejarlo ir de todas forma.

 En la soledad del hogar, Yongguk respira hondo antes de comenzar a hacer lo de siempre. Primero que cualquier otra cosa, se sienta a terminar su café en la mesa, se pasa la mano por el pelo desordenado y una vez termina su taza se levanta a preparar otra infusión, esta vez de té. Mientras el agua hierve, el hombre va hasta su habitación y toma la tableta electrónica, cuando el agua ya está lista y un trozo de pastel acompañándole en la mesa, Yongguk se sienta y se pone al día. Los lunes son siempre atareados, por lo que casi siempre es Himchan el que se ocupa de los niños por la mañana en el primer día de la semana. Yongguk va tomando sorbos cortos de su té mientras lee correos y va borrando todo lo que no sea de real importancia, antes de terminar su desayuno alcanza a responder un par de mensajes.

 Es inicio de verano así que, al salir de la casa, Yongguk no lleva más que una playera plana y vaqueros, una chamarra amarrada en el bolso por si llegase a hacer frío o por si alguno de sus hijos lo necesitase y el bolso con todo lo necesario.

—Linda camioneta escolar.

—Park Chanyeol, supéralo.

 Yongguk rueda los ojos al mismo tiempo que cierra la puerta del vehículo y activa la alarma. Chanyeol es uno de sus colegas; de los más cercanos, pero el chiste de la masculina camioneta ya se está poniendo viejo, porque el poste humano no ha cambiado la broma desde que Himchan le obligó a comprar la camioneta familiar para ir a buscar a sus hijos al colegio.

—Sólo digo que es una camioneta que combina contigo.

—Tú tienes suerte que sea Sooyoung la que pasa a buscar a tus pequeños duendes —Termina por comentar Yongguk refiriéndose a la esposa de su colega algo cansado.

 Al llegar al ascensor, ambos se separan, porque este primer lunes del mes Chanyeol tiene entrevistas con el dueño de la compañía y Yongguk no tiene tiempo que perder para llegar a las salas de grabaciones.

 El trabajo de Yongguk es flexible y aunque no gana tanto como lo hacía cuando componía para sí mismo, el empleo de productor musical le viene como anillo al dedo en su vida de hombre casado y cabeza de una familia numerosa, los horarios son (dentro de todo) bastante flexibles y apenas le exigen veinte horas a la semana, las que siempre puede ajustar a los horarios de los niños.

 Es extraño el cambio que se produce en Bang Yongguk una vez entra a la sala de grabaciones a dirigir a una banda de novatos. Siempre ha sido así en todo caso y aunque todos sus amigos decían que una vez tuviese hijos iba a cambiar, eso no ha pasado. En casa o en el parque con Jongup, Yongguk solía ser todo sonrisas y arrumacos, sin embargo en su trabajo el hombre era perfeccionista, tanto que perdía la cuenta de las veces que repetía la palabra “de nuevo” mientras grababa apenas una estrofa de canción. Todos los grupos son un poco renuentes a que les toque con el productor Bang, sin embargo acaban aceptando al reconocer que es ese perfeccionismo el que le hace tan reconocido. Ese día es Ziehen el grupo de chicas que debe repetir el coro una y otra y otra y otra vez.

—Dejémoslo hasta aquí —Dice Yongguk con voz ronca a través del micrófono antes de levantarse al ver que son pasada las tres y él ya debería ir en camino a la guardería de Junhong.

 Todas las chicas responden al mismo tiempo con un “Sí. Trabajaremos duro” que Yongguk jamás pudo comprender (aunque claro, él siempre fue rapero, no es como si una empresa le hubiese obligado a ser políticamente correcto en algún momento).

—¿No es ese Superman quién va a tomar su súper-camioneta?

 Yongguk rueda los ojos al sentir la voz de Chanyeol y simplemente levanta la mano para despedirse, recordándose mentalmente que si aún no le pasa con la bendita camioneta por encima es porque nunca es bueno asesinar a un padre de familia (Y no, él no soportaría la reprimenda de Sooyoung ni la de Himchan).

 Yongguk no sabe qué tan ridículo pueda parecer desde fuera, pero no le importa ir a casi 95km/h en una van que tiene escrita a un lado de la patente “BEST DADDY EVUH”, porque tiene cinco minutos para estar frente a la guardería de Junhong y cree que le faltan al menos dos semáforos.

—¡Papi!

 Yongguk suspira en alivio cuando nota que Junhong le grita desde dentro del establecimiento mientras se baja del auto. Las puertas de la guardería se abren y antes de que todos esos pequeños seres humanos salgan corriendo como locos gritan sílaba por sílaba “Has-ta-ma-ña-na-se-ño-ri-ta”

—Hoy la maestra nos dio stickers —Dice casi chillando el pequeño mientras Yongguk lo levanta del piso —Y Junhongie fue el que más tuvo.

—Vaya, vaya, eso es enserio genial bebé.

 Yongguk saluda a algunos de los otros apoderados del colegio antes de dejar a su hijo en la parte de atrás del vehículo. No le pone cinturón de seguridad, pero no lo hace por que sea un mal padre, sino porque cuando va con Junhong en el auto no acelera más que a 60, además así el menor puede moverse libremente mientras relata las cosas que pasaron en su día.

—Junhong, espera aquí, papá irá a buscar a Jongupie, ¿vale?

—Vale.

 Yongguk cierra su puerta y ve como Junhong comienza a jugar con los stickers.

—Dios…

 Un susurro se le escapa de los labios cuando Jongup se levanta del asiento en el que probablemente se había sentado al esperar, y en realidad no le sorprende que Jongup le haya esperado un rato (suele hacerlo porque sale de clases de arte sólo unos minutos más tarde que Junhong y por lo general hay más niños acompañándolo [y es que, contra todo lo que Himchan afirma, Jongup es algo parecido al niño popular que no duda en golpear a otro chico si le quita un lápiz]), lo que realmente hace a Yongguk replantearse su elección de vida por casi un segundo completo es que el segundo más pequeño de sus hijos está todo lleno de tempera (o al menos él ruega que sea témpera), y no sólo eso, está fresca. La pintura está fresca.

—Oh… uhmn, Jongup —El mayor vagabundea en sus pensamientos mientras piensa qué decir exactamente, en lo que el más pequeño rápidamente saca un papel arrugado de su mochila: seis personas sobre un “Mi familia” escrito con letra infantil —Es realmente hermoso, Uppie, pero vamos a tomar un baño al llegar a casa, ¿okey?

 Jongup asiente y sigue a Yongguk hasta el auto. El chico se sube por sí mismo y se sienta a un lado de Junhong.

 El menor de los hermanos se ha sacado al menos tres de esos papeles pegajosos y los ha pegado en el auto.

 Yongguk se recuerda a sí mismo que es lunes y los lunes suelen ser así y… sinceramente espera que Himchan no se dé cuenta de o los restos de papel pegajoso o los rastros de pintura.

 Cuando Yongguk cierra la puerta de la parte trasera del auto está a poco de golpearse la cabeza con el vidrio, porque todavía le queda uno por retirar del colegio y (si es que la cosa se puede hacer un poco más agotadora) llevar a entrenamiento de fútbol junto a su mejor amigo.

Ah.

Notas finales:

 Me faltan capítulos todavía, pero van a ser como varios One Shot. En el siguiente voy a contar como es la relación DaeJae y porque Jongup dibujó a Youngjae en la pintura de su familia.

 ¿POR QUÉ NADIE ME DICE LOS ERRORES, AH?, ahora está más decente que antes, los siento, siempre se me pasan tonteras u v u


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