Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El fragmento del cometa (El pequeño vampiro) por Keiran

[Reviews - 78]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Esta es más que nada una adaptación

tome a los personajes de Antón, Rudolph, Gregory y Anna de la pelicula EL PEQUEÑO VAMPIRO

Ya que es una pelicula que me encanto en su tiempo... pero esta vez tuve la idea de hacer una historia a futuro de la misma. Agregando mis propios personajes y trama...

espero y sea de su gusto. 

Advertencias: LEMON, MPREG, MUERTE DE UN PERSONAJE.

Notas del capitulo:

Bueno este es el primer cap. 

Disfruten esta historia ya que la pelicula en la que me estaba basando es algo vieja, la vi cuando era una niño de 10 años o creo que más chico... disfruten. 

Capítulo 1: “El extraño”

El tiempo se me estaba haciendo eterno, veía a esas enormes ratas ruñir la madera de mi cama. Me encantaba el sótano de la casa de Antón. Era oscuro con un ligero olor a tierra mojada por la fuga de agua de uno de los tubos del drenaje, y esa sensación de humedad en el aire era inigualable, también olía un poco a moho. Había un poco de sol, podía verlo gracias a una pequeña ventanilla del sótano, aun no podía salir de la casa… pero estaba hambriento… y Antón estaba tardando demasiado.

¿Cómo soy? Bueno… mi pelo es negro y un poco crespo, soy de piel pálida, mis ojos son grises, pero cuando en verdad no puedo controlar mi cuerpo se han hecho rojos carmín, así que, tengo dos colores de ojos. Soy alto y delgado, más alto que Antón eso sí… ¿Eh? ¿Antón? Bueno, él es rubio y tiene los ojos azules, él es un humano y es mi mejor amigo, lo conocí cuando él tenía ocho años y nos ayudó a mí y a mi familia a conseguir el medallón que cumpliría un solo deseo, lo que en verdad había querido mi familia por siglos. Yo ya perdí la cuenta de los años que tengo, creo que trecientos sesentaiuno fue en donde me quede antes de olvidar mi edad, sospecho que ahorita son quinientos y algo de años… ni siquiera recuerdo mi fecha de nacimiento –hace una mueca— le preguntare a mi madre en cuanto anochezca. El día de hoy Antón y yo quedamos en ir a visitar a mis padres y hermanos, les contaré algo… ellos ya son humanos, yo fui el único que eligió quedarse como el monstruo que soy… un vampiro.

Antón ya tiene diecinueve años, he estado más de once años con el… juntos por siempre nos prometimos. Desde el día de la puesta del cometa jamás me ha preguntado por que elegí quedarme así. Me respeta, y eso me agrada, me da mi espacio como yo a él… pero últimamente ha estado algo raro, ha comenzado a ir a la universidad y llega demasiado tarde conmigo. Le pregunto y evita contestarme hablando de otro tema…

La razón por la que decidí quedarme como un vampiro, fue porque solo mi familia se convirtió en humanos, hay muchas más familias de vampiros que simplemente no llegaron la noche del cometa… ellos no querían convertirse en simples pestes. Antón aún guarda el medallón… y tengo temor de que alguna familia quiera secuestrarlo, ya que la magia y energía del medallón se incrustaron en el alma de él. No se lo he dicho, no quiero que active sus habilidades –pone cara triste—no quiero perderlo, no quisiera que le pasara nada…

—     ¡Dios, tengo demasiada hambre! —estaba desesperado, me levante del pequeño baúl donde estaba sentado y entonces me di cuenta de lo que había dicho, entonces dije con sarcasmo— jajá “Dios”… que hipócrita soy— pase la mano por mi cabello suspirando

Si Antón no llegaba tendría que salir rápidamente en cuanto bajara el sol en busca de cualquier animal, una vaca por ejemplo… en verdad el beber sangre de animales era una tortura, nada como la sangre de un humano, pero para mí era prohibido, traicionaba mi código moral en todos los sentidos. Y más importante que nada Antón tampoco quería que hiriera a humanos, varias veces había tenido una decaída… estaba realmente al borde de la locura, pero no era a un simple humano al que estaba intentando atacar, era al mismísimo Antón.

Yo no recuerdo absolutamente nada, pero Antón me cuenta que cuando perdía la cordura, mis ojos se hacían rojos y mi piel palidecía aún más de lo que ya estaba, me ponía tan rígido que caminaba casi como un espectro… y mi voz cambiaba. Pero me sorprendí cuando me dijo que comencé a perseguirlo por el bosque… que había sido tan rápido para llegar frente a él y tomarlo por el cuello y elevarle, cuando estaba a punto de morderlo fue cuando regrese a la realidad y sentí sus lágrimas recorrer por mis manos, me cuenta que mis ojos regresaron a la normalidad y lo mire tristemente mientras él me decía que lo hiciese… no lo podía creer, estaba dispuesto a sacrificarse solo por satisfacerme, solo recuerdo eso. Desde ese entonces trataba de evitar a toda costa el ayuno, no importaba que mordiera a una rata, solo por poder durar un poco más cuerdo… y protegerlo de mí.

Escuche atentamente como pasos chocaban contra el techo encima de mí, tal vez Antón ya había llegado. ¡¿Por qué demonios tarda tanto?!. El sol ya estaba a punto de esconderse, fue entonces cuando los pasos se hicieron más rápidos, alguien estaba corriendo y pude notar que estaba tratando de llegar a la puerta del sótano… efectivamente era Antón… tal vez se había ido a asomar por la ventana para ver el sol.

—     ¡Lo siento mucho Ru! — Decía mientras bajaba las escaleras casi corriendo

—     Descuida, yo muriéndome de hambre y tu tragando allá arriba— dije malhumorado, podía oler la mayonesa del sándwich que había estado comiendo en la cocina de su casa

—     No seas así Rudolph, tenía hambre—Antón me hacía un puchero y sacaba de atrás de él unas llaves— ¿Adivina? —

—     ¿Tu padre te presto el auto? — en verdad era un milagro, cada que tratábamos que su padre nos prestara el auto para ir a la casa de mis padres, este se negaba con un rotundo “no”, así que, esta vez sí que estaba sorprendido— Ahora preguntare yo… ¿Fuiste a la empresa de tu padre a bailarle al señor McAshton? — me cruzaba de brazos allí parado

—     ¡Claro que no! Solo estuve rogándole por horas— Ok, eso era más creíble para mí, aunque lo del señor McAshton también era una posibilidad. El señor McAshton era el jefe de su padre, y tenía unos nietos a los cuales asustamos Antón y yo hace años… jamás se volvieron a meter con el— ya se escondió el sol…—me decía Antón asomándose por la ventanilla del sótano

—     Deberías de llegar más temprano… al menos para darme algo de golosina, un vaso de sangre de la carne que está en el congelador por ejemplo— puse mis manos en las caderas y el rodo los ojos

—     Lo siento si, tenía unas cosas que hacer en la universidad— me dijo muy bajo, casi no lo había escuchado

—     Yo suspire cansado— ¿Vámonos quieres? Tenemos que ir a la granja de paso…—

—     Bueno, apúrate… vamos a la cochera—Antón comenzó a caminar escaleras arriba mientras iba bajando la intensidad de las luces de su casa apagador por apagador, la luz artificial no me hacía daño, mis ojos estaban casi todo el santo día en penumbras, si al menos me llegaba la luz de golpe iba a batallar con mi vista un buen rato

—     ¿Y tus padres? — era raro que su madre al salir del sótano no me diera un beso de “buenos días” siendo que eran noches y me alborotara el cabello que de por sí ya lo tenía crespo

—     Se han ido a una cena con el señor McAshton— Antón siempre le quitaba importancia a las cosas, y eso me molestaba bastante

—     ¿todavía los quiere estar chantajeando? —

—     Sí, pero mis padres no ceden— Antón tomo su chaqueta y me dio a mí un rompe vientos oscuro, abrió la puerta y salimos de la casa, pude ver claramente que el cielo se estaba tornando un color morado, dándole paso a la noche

Subimos al auto y arranco… la carretera estaba húmeda, el día anterior había llovido a cantaros y había lodo por doquier, aun así el olor era genial, siempre fui amante de la lluvia, la tranquilidad, silencio, oscuridad.

Íbamos a un cuarto de camino, Antón se veía muy pensativo, por lo general siempre platicábamos fuéramos volando o caminando, si lo sé, es difícil de creer, pero si puedo volar, un poco pero si… siempre terminaba desfallecido ya que tenía que cargar a Antón, así que era mucho mejor ir caminando aunque tardáramos un millón de años en llegar a cualquier parte a la que se nos antojara ir. Aparte de que a él le daba algo de vergüenza que yo lo tuviera que cargar y odiaba que fuera al estilo princesa como él le decía, prefería ir a mi espalda, eso también era cómodo para mí.

Decidí romper el silencio…

—     ¿Por qué últimamente tardas tanto en llegar? — siempre llegaba una hora antes de que se escondiera el sol por completo, y ahora a duras penas llegaba a tiempo

—     Ya te lo dije— sonó algo molesto en su tono de voz— he tenido trabajos extras y es final de semestre en la universidad, hay exámenes en puerta—

—     El semestre pasado también tuviste trabajos extras e igualmente había exámenes en puerta, aun así nada te impedía llegar a la hora indicada—pude notar como sus manos comenzaron a temblar en el volante— ¿te ha pasado algo por lo que tengas que estar nervioso? —

—     No— estaba mintiendo, me daba cuenta porque siempre le temblaba la voz cuando me mentía

—     Antón, están temblándote las manos y dudaste en contestarme, te conozco—

—     Ya te dije que no… es verdad— volteo y me sonrió tratando de convencerme— deja de preocuparte— palmeo mi mano un par de veces y pude sentir ese calor que le caracterizaba, yo siempre estaba helado, no tenía calor propio pero me encantaba sentir el calor de Antón sobre mi piel, mis sentidos siempre se agudizaban cuando pensaba en él

Pasamos lo que resto del camino sin hablar, llegamos a la granja de un hombre que tenía un montón de vacas en un establo y me alimente, después retomamos el camino a la casa de mis padres. Comenzamos a transitar en el auto por una carretera rodeada de árboles, mi familia se había mudado a las montañas, y mis hermanos llevaban una vida normal ahora… Gregory era el mayor, le ganaba a Antón por cinco años, dejando de lado sus años como vampiro… ahorita tiene veinticuatro años de edad, es más alto, es delgado, adicto al cigarrillo y no había cambiado su peinado punk desde que conocimos a Antón. Por otra parte Anna tenía veintiún años de edad, es rubia, sus labios son grandes y carnosos, tiene los ojos grises igual que los míos y su pelo era realmente largo pasando de su cintura… algo que realmente me molestaba era su obsesión con Antón, desde niños ella se le había declarado, pero él no se sentía atraído hacia ella de ninguna manera, ya lo habíamos hablado, pero siento que Anna jamás se rendirá, llega a tal punto de parecer una peste, de ser inaguantable.

Cuando llegamos a casa pude ver como Gregory estaba sentado en las escaleras de la casa, fumando, cuando nos vio dentro del auto acercándonos solo se levantó y sonrió—sonrió como idiota— me encantaba esa sensación de felicidad cuando veía a mi familia… Solo Antón estaciono el auto baje rápidamente yendo a abrazar a mi hermano.

—     Qué onda Ru— me decía mi hermano desordenando mi cabello después del abrazo ¡Ok, todos aman mi cabello, lo sé!

—     Sabes que solo vengo de visita— le quite la mano de un manotazo

—     Hola Greg— Antón cerraba la puerta del auto y se aproximaba a nosotros

—     ¿Y Anna? —pregunte, era extremadamente raro que no gritara: ¡Antón, bebe viniste a visitarme! En verdad me irritaba

—     Esta sentida con Antón, creo que ahora es por no haberla esperado en la universidad— Gregory paso su mano por el cuello para después mirar hacia la casa— ¿quieren pasar?, por ahora papa y mama no están, vendrán en unas horas—

—     ¿A dónde fueron? —

—     Ni siquiera quisieron decirme— Gregory nos decía molesto— Yo quería ir a caminar, ahora que ya llegaron puedo…—

—     ¿Por qué siempre que vengo de visita no estás? — estaba molesto, apenas llegaba y ya quería irse— ¿Qué acaso no quieres verme? Si es así, vete de una buena vez —

—     Gregory suspiraba y bajaba la mirada— perdona, es verdad… pero ya sabes que yo no me halló en casa, me gusta más estar en el bosque—

—     Aunque ahora seas humano sigues teniendo la naturaleza de un vampiro— las palabras de Antón no pudieron ser más ciertas, tanto que Greg rio contento

—     Puede ser— nos decía sonriendo

—     Si quieres irte hazlo… no importa— no pude evitar mirar a Gregory de una manera triste, en verdad los había extrañado después de casi un mes de no haberlos visto… pero no podía amarrar a mi hermano de esa manera, yo de todas formas camine hacia la casa dejando a Antón con el

—     Greg, no le hagas caso… pone cara de perrito solo para que te quedes por tu propia voluntad—le decía Antón al mayor

—     Lo sé— Greg sonreía torcidamente— sabes que él tiene razón, pero…— volteaba a ver el bosque— dile que volveré lo más pronto que pueda, no se vayan, quiero pasar un tiempo con el—

—     Si, descuida… no nos iremos temprano el día de hoy, de todas maneras es viernes—

—     Gracias Toni— Greg comenzaba a avanzar rápido al bosque

—     ¡no me digas así! — decía Antón molesto por el diminutivo

—     ¡Se me olvido! — grito Gregory al adentrarse al bosque

Antón entro sin Gregory a la casa, era de suponerse que se iría sin importarle que me fuera a ir en unas horas, pero está bien, puedo vivir sin mi hermano… Deje a Antón en la cocina comiendo ya que un sándwich no era suficiente y habíamos conducido  por más de dos horas, solo había comido yo, así que no hubo ningún problema, mientras yo iba a la habitación de Anna. Al entrar un golpe con una almohada me recibió…

—     Oww, eso ha dolido— dije sobándome el mentón

—     ¡lo siento! Creí que eras Antón, creí que vendría a disculparse conmigo— Anna estaba tratando no soltar carcajadas, pude notarlo

—     ¿Por qué disculparse? Sabes que salen en distintas horas— le dije arrebatándole la almohada y amenazando a que le pegaría

—     ¡Ya lo sé! El sale dos horas antes que yo, pero andaba con esa chica horrible— decía Anna poniendo las manos y entrecerrando los ojos esperando el golpe

—     ¿Qué chica?... — me quedé estupefacto, Antón jamás me había dicho de alguna chica

—     Se pone a esperar a que salga de su clase, luego de eso vienen juntos a casa, y no quiere esperarme a mi ¿Por qué a ella sí? — decía ella de mal humor

De mí no salieron palabras, lo único que hice fue soltar la almohada e ir escaleras abajo, para encontrarme a Antón recargado en una de las paredes de la cocina tratando de masticar rápido para hablar conmigo, iba a, de alguna manera, reclamar, se suponía que nos contábamos todo,  solo puso su mano en señal de que callará… escucho lo que estaba hablando con Anna

—     Antón seguía con parte de la comida en la boca, no hablaba lo cual me estaba desquiciando— ¡Trágate eso rápido! — le dije completamente enfadado

—     E-Espera, no te enojes ¿quieres? — ponía las manos frente a él mientras tragaba la comida con dificultad

—     ¿por qué no me dijiste nada? —

—     Escucha, sabía cómo te ibas a poner respecto a esto…—tomaba algo de agua después

—     ¿Cómo crees que me pondría? —

—     Bueno…— se puso a pensar— te pondrías a regañarme y me dirías muchas razones por las cuales no puedo tener amigos en la universidad, aparte de tus celos—

—     ¿Celos? ¿Cuáles celos? yo no me celo de ti — dije irritado

—     Si lo haces Ru… muy seguido— Antón se iba a sentar a la encimera de la cocina y dejaba caer su cabeza en los fríos azulejos— siento no habértelo dicho…—

—     Tus disculpas ahorita no valen nada para mí—

—     ¡Rudolph!— decía Antón casi en suplica

—     Sabes que estas mal, primeramente te distraerías de las clases, segundo, ¡estoy yo Antón, nadie puede saber de mi existencia, no puedes solo llevar a personas a tu hogar así como si fuera lo más normal del mundo sabiendo que yo estoy en tu sótano! —

—     ¡Perdóname si! Te lo iba a decir en algún momento—Antón se levantó de su asiento y fue frente a mí— en verdad quería decírtelo, pero ya sabía que reaccionarías de esa manera—

—     ¿Cuándo ibas a decírmelo? ¿Cuándo me dieras la invitación a su boda? ¿tu despedida de soltero? No soy idiota Antón, lo que más me duele es que no me hayas tenido confianza—

—     ¡No exageres las cosas! —

—     No exagero, es la verdad— dije seriamente mientras lo miraba dolido

—     Rudolph, hay cosas, cosas que los seres humanos o cualquier otro ser no puede decir—

—     No, no las hay, ¡yo te he dicho todo sobre mí! No tengo ningún secreto para ti Antón—en verdad estaba enojado ¿no se suponía que éramos mejores amigos?, ¿era necesario que me ocultara que le gustaba una chica o que estaba saliendo con una? Aunque muy dentro de mí, eso me dolía, no porque no me dijera, si no, por el hecho de que era una chica la que estaba haciendo que me ignorase

—     ¡Yo soy muy diferente a ti Rudolph! ¡Yo si tengo una maldita vida, no me la paso encerrado en el sótano de una persona esperando a que llegue! ¡Yo no soy patético! — Cuando Antón dejo de gritarme, y de decirme esas cosas tan hirientes al instante su cara mostro susto y miedo, se dio cuenta de lo que me había dicho

—     Baje la mirada al suelo— ¿Soy patético por ser tu mejor amigo? ¿O también me has ocultado que tienes a alguien más como mejor amigo que no sea yo? —

—     Antón suspiraba— Ru…—

—     No vuelvas a decirme así… ya me quedaron en claro muchas cosas— Lo mire de una manera horrible, no sé ni de donde saque esa mirada tan, tan… rencorosa, salí de la cocina y subí las escaleras, vi a Anna claramente entrar corriendo a su habitación ya que nos había estado escuchando, yo me encerré en la de Gregory y solo pude escuchar que Antón me gritaba una sola cosa

—     ¡Haz lo que se te venga en gana! —después de eso, escuche el azote de la puerta principal, tal vez se fue en el auto y me dejo allí, en esos momentos me daba completamente igual lo que hiciera, no sería patético como para seguirlo hasta su casa

Estaba recostado boca abajo en la cama de Gregory, en verdad era asquerosa, olía a ceniza de cigarrillo por todas partes… estaba dolido, en verdad tenía unas ganas enormes de ponerme a llorar. Antón jamás me había dicho cosas tan hirientes, creo que en parte tenía razón, creo que soy muy sobreprotector con él, aun así… no era excusa.

Solo deje salir dos míseras lágrimas, no más, no menos… no permitiría que más lagrimas salieran, aunque me inundara por dentro, no quería ser “patético”. Pasaron más de diez minutos… pude notar una extraña presencia que venía del bosque, en solo instantes me levante y abrí la ventana de la habitación de Gregory para encontrarme con el olor de otro vampiro, era inidentificable, jamás había olido esa esencia que venía del bosque… voltee a donde Antón había estacionado el auto y allí seguía, no se había ido, ¿Entonces a dónde demonios fue? Maldición, ese vampiro estaba tras él… este era el peor presentimiento que había tenido en toda mi vida.

///Narra Antón///

Sabía que había sido mi error de no contarle a Ru sobre mi amiga, porque eso éramos, solo amigos… ella era mucho más encantadora que Anna, Anna solo me molestaba poniéndose empalagosa, y restregándose contra mí, mostrando todo eso en público. Creo que Rudolph exagero con eso de la boda… Tal vez está pensando que la chica a la que espero me gusta, pero no, Alice no me gusta, ni siquiera me atrae, de echo ella fue la que acertó en decir que notaba que ninguna mujer me parecía bonita o atractiva, por eso me pregunto si yo era gay… pero no le respondí, de hecho, estoy analizando la respuesta.

Desde hace tres meses comencé a pensar en que responderle a Alice y de vez en cuando me pregunta si ya estoy listo para decirle –sonríe— analizando las cosas creo que si me gustan los hombres, ¿Qué cómo me doy cuenta, si solo tengo a Rudolph como amigo? Exactamente por eso, hay veces que he bajado al sótano por la mañana y Rudolph se está cambiando de atuendo, para ser sincero me gusta el cuerpo de mi mejor amigo, pálido, delgado, y con una curiosa serie de lunares por el pecho y caderas… ¿Qué si estoy enamorado de Rudolph? No lo sé. Exactamente no sé cómo se siente el estar enamorado…

Alice es pelirroja, y tiene pecas en la cara igual que yo, hace poco me pregunto si podía ir de visita a mi casa, le di la dirección, pero le pedí que me diera más tiempo para que fuera, le he hablado mucho de Rudolph, omitiendo que es vampiro y que no puede salir en el día, claro. Ella es mayor que yo por dos años… son claras las diferencias que tenemos, ella es mucho más madura, viste de una manera descuidada… como si no le importara lo que usara, a veces trae calcetines impares o llega a la universidad en piyama diciendo que se le había hecho tarde, Alice es todo un caso de sorpresas y rarezas.

Prácticamente he pasado toda mi vida con Rudolph, desde los ocho años, pero me he sentido raro desde que use el medallón la noche del cometa… Una vez trate de convencerme de que estaba en un sueño, ya que, estando en mi habitación estudiando, de alguna manera comencé a levitar, tal vez estaba demasiado concentrado haciendo lo que hacía o yo que sé, eso paso cuando tenía doce años, desde entonces me han pasado otra serie de cosas que les contaré después…

Me recargue en un árbol a que se me pasara la molestia de haber estado peleando con Rudolph, en verdad jamás nos habíamos peleado, pero sabía que de ahora en adelante posiblemente abría más peleas como esas…

Sentía que me estaban viendo, podía escuchar claramente respiraciones por todos lados, me hacía sentirme enfermo, y mis manos comenzaban a sudar, era un bosque por dios santo… podía encontrarme con un montón de lobos hambrientos o locos ebrios que se perdían por allí o peor aún, que pasara como en una de esas películas de camino hacía el terror que me hacían ponerme pálido del miedo y Rudolph solo se reía de mi diciéndome que era un niño pequeño… me moví de lugar, preferí mil veces regresar a la casa de los chicos y estar en un ambiente tenso a que me pasara algo peor… di unos pasos, pero escuche el crujir de una rama, cuando voltee, vi… a un tipo tras de mi… se parecía a Rudolph en algo, en ser vampiro.

Se acercó de una manera amenazante, sin dudar en acercarse a mí, me estaba viendo directamente a los ojos y todo yo comenzaba a temblar… sus ojos eran azules… ¿En verdad era un vampiro? Tenía esa sensación de que si lo era…

—     Que simpático te vez… ¿Qué acaso no puedes evitar tus reacciones? — señalo mi mano, y cuando la vi, esta estaba temblando, la cerré en un puño

—     S-Si puedo— dije tartamudeando. Genial, era la viva imagen de un perro asustado

—     Tratas de mostrar valentía siendo un humano… que original— lo dijo en un tono de puro sarcasmo, dio dos pasos más y ya estaba a menos de treinta centímetros de mi rostro, estaba más claro que el agua, era un vampiro… si no, no se hubiera referido a mi como un humano

—     ¿Q-Que haces? — trate de hacerme hacía atrás, pero me tomo por los hombros

—     Eres uno de los humanos más lindos que he visto, si no me hubiera acercado a verte, diría que serías una chica indefensa con este pelo hasta los hombros— sonreía de lado y volvía a mirarme a los ojos, en ese momento los ojos azules que eran iguales a los míos se hicieron rojos sangre— te violaría toda la maldita noche, si así fuera—

—     S-Suéltame— ladee mi rostro, no quería que me siguiera mirando, me daba asco, aunque el fuera un muy buen prospecto, nadie me había dicho esa clase de cosas tan asquerosas, trate de zafar mis hombros de sus manos, pero me volvió a poner en donde estaba, dejo uno de mis hombros y tomo mi cabello

—     Te dejaré sin ninguna gota de sangre, para que cuando vuelvas a vivir como uno de mi especie… vengas a mí, pidiendo la mía—ladeo mi cabeza un poco y paso mi cabello hacía la espalda, estaba totalmente paralizado, escuche la humedad de su boca en el momento en que separo sus labios y se fue acercando a mi cuello lentamente

Por unas milésimas de segundo, pude divisar a Rudolph parado al lado de nosotros con una mirada llena de furia, fue entonces cuando escuche el golpe, hasta me moví un poco por lo brusco que el vampiro me soltó mientras estaba rodando por el suelo sin control… voltee al lado contrario y Rudolph aún estaba con la pierna levantada de donde había dado la fuerte patada.

Se acercó a mí, checando mi cuello algo asustado… pude notar en su mirada preocupación, no importaba que tan enojados estuviéramos el uno con el otro, siempre seguiríamos siendo lo más importante para ambos.

—     Qué bueno que estas bien— decía dejando escapar un gran suspiro

—     E-Estoy temblando— mire mis manos, estaba temblando a más no poder, hasta parecía que estaba vibrando, veía como ese tipo estaba sacudiéndose sus ropas después de haberse levantado

—     Rudolph me miro triste— será mejor que te vayas rápidamente a la casa—

—     ¿P-Pero y tú? —

—     Yo…—Rudolph no pudo terminar lo que iba a decir ya que el otro chico

—     No supe cómo o en qué momento paso, que sangre cayo en mi rostro, una herida en la piel de Rudolph estaba formándose, parecía como si una pantera se los hubiera hecho, el tipo le había desgarrado el rostro con sus garras y estaba enojado, Rudolph solo tambaleo un poco poniéndome más atrás de él— R-Ru…— fue lo único que pude articular con mis labios llenos de la sangre de mi mejor amigo

—      ¿Cómo te atreves a hacerme eso? Nadie había sido tan estúpido al atreverse a golpearme — decía ese desquiciado y solo limpiaba una mancha de lodo que traía en su pómulo— ve y búscate algo más que comer, él es mío, me pertenece—

—     Él no te pertenece— la voz de Rudolph sonó rasposa y pesada mientras su sangre estaba comenzando a gotear de su pálido rostro— él no tiene dueño alguno, ni lo tendrá—

—     Mejor apártate chiquillo— el tipo solo se sacudió un poco y nos miró de una manera depravada, como si fuera un enfermo mental

—     He dicho que el me pertenece— el tipo volvió a decirnos, en verdad yo estaba a punto de entrar en pánico, quería irme corriendo a la casa y sacar las luces ultravioleta que el padre de Rudolph nos había dado en estos casos, aunque, en esos tiempos pensábamos que nada de esto ocurriría

—     Sobre mi cadáver— Rudolph me puso detrás, me sentía un completo estorbo a pesar de estar en peligro como Rudolph

—      Como gustes…— No podía creer lo que había visto, el tipo desapareció así como si nada, justo después escuche un grito horrible, era Rudolph, Rudolph estaba gritando en frente de mi… y yo a sus espaldas aun sin poder moverme

Vi como mi mejor amigo era aventado tan lejos hasta chocar contra un viejo y podrido árbol en los alrededores, quería correr y ver como estaba, tenía miedo, pero de tanto que mis piernas estaban temblando di al suelo… hasta que ese tipo se dirigió a mí, lo único que hacía cuando el avanzaba era arrastrarme hacía atrás torpemente…

—     No entiendo por qué quiere protegerte ese idiota… pero creo que sus esfuerzos han sido en vano— me sonrió de una manera triunfante, avanzado rápido y me tomo por la chaqueta que traía puesta alzándome en el aire

—     ¡Ya déjame en paz! ¡Rudolph! — grite, el pánico se había apoderado de mí, trataba de zafarme pero era en vano

—     ¿No puedes hacer nada por ti mismo verdad? — era cierto, en todos los casos Rudolph siempre me protegía— Esta vez nadie vendrá a ayudarte chiquillo—

—     ¡Antón! — volteamos ambos, el tipo cargándome y yo, Rudolph estaba cojeando un poco, no quería que me hicieran daño, aun el estando gravemente herido

—     Ya basta Skinner, ya fue suficiente diversión por el día de hoy— escuchamos una voz acercándose a unos cuantos metros de Rudolph, era otro tipo, se veía más serio que este depravado mental, estaba avanzando hasta este tal Skinner que me traía cargando

—     No puedes darme ordenes—

—     El tipo suspiro— No puedo darte ordenes, pero si sigues haciendo esto, te matare— lo último sonó realmente tenebroso viniendo de esa voz tan gruesa que tenía el otro

—     Sould, eres un maldito aguafiestas— decía Skinner, me soltó y caí de nalgas al suelo, en serio salió un quejido de mí, hasta la columna me había dolido, por dios como quería golpear a este tipo, tenía el pelo rojo, sus ojos volvieron al tono azul y me miro sonriéndome

—     Link se enojara realmente contigo— el tal Sould sonreía— le diré que te estabas buscando una pareja—

—     ¡Como si a ese homosexual le tuviera que dar explicaciones de lo que hago! — Skinner se cruzó de brazos y comenzó a avanzar al bosque— ¿Y tu esclavo? —

—     Ya hable con el— volteo a una parte del bosque y pude ver a Gregory salir. ¡Gregory le estaba sonriendo a ese tal Sould! — lo siento Antón, Greg me pidió que detuviera a Skinner, perdónalo… pero la sangre humana siempre lo pone loco—

—     Siempre ha de estar loco, no creo que solo la sangre humana lo ponga así— dije con mucha rabia

—     Bueno, puede que tengas razón— me dio la mano para que me levantara— mi nombre es Sould, gusto en conocerte pero ya me tengo que ir por mi amigo— miraba a Skinner caminando que estaba adentrándose al bosque— hasta pronto—

—     Adiós— dije enojado, justo después de que el comenzara a irse fui corriendo como un rayo hasta donde estaba Rudolph y Gregory ya estaba auxiliándolo

Quise preguntarle a Gregory que había sido eso, pero me limite a llevar a Rudolph a la casa para comenzar a currarle… cuando llegamos a la casa las preguntas de Rudolph a su hermano no se hicieron esperar

—     ¿Por qué conoces a vampiros Greg? — fue la primer pregunta que salió de la boca de Rudolph estando acostado en la cama con olor a cigarrillo, hasta yo podía olerla, era horrible

—     No preguntes quieres, no quiero que te enojes más conmigo— le decía Greg a Ru mientras curaba las heridas de su rostro con un trapo húmedo

—     Quiero saberlo, eres un maldito humano ¿Por eso te vas al bosque siempre? ¡Sabes muy bien que pueden devorarte! —

—     Greg sonreía— lo sé, pero Sould jamás lo haría, tiene el mismo código moral que tu…—

—     Puedes decir lo que quieras de ese maldito Sould, pero de ese Skinner, ¡¿Qué acaso no ves cómo me ha dejado?! — Rudolph estaba de mal humor, habían estado a punto de morderme, eso significaba que podía llegar a convertirme en vampiro, y en el peor de los casos no resistir la transformación y morir

—     ¿Desde cuándo? —

—     ¿Desde cuándo qué? — pregunto Greg un poco más molesto

—     ¿Desde cuándo los conoces? — La mirada de Rudolph se había hecho penetrante

—     Antón cúralo tú, que si lo sigo escuchando le picare esos agujeros que trae en el torso— era donde Skinner le había encajado las garras y Gregory ahora lucía molesto por el interrogatorio que Rudolph estaba queriendo obligarlo a responder

—     ¡No he terminado de hablar Gregory! —

—     Yo si Ru… es algo personal, y yo decido si te lo digo o no ¿de acuerdo? Iré a comer algo—salió de la habitación dejándome con Rudolph todo enfurruñado

—     Es un maldito, se lo toma como si fuera lo más normal posible— Rudolph trato de moverse en la cama pero le dolió mucho— Demonios… maldito vampiro, me las pagara—

—     No exageres—

—     ¡No exagero por dios! —

—     Ya cállate— levante su camisa y comencé a curarle las heridas de su abdomen— gracias a Greg no me paso nada—

—     Y yo no tuve que ver ¿o qué? Ahora parece que no existo, soy patético— sabía que Rudolph estaba consciente de lo que decía, pero la palabra patético se la había gritado en la cara refiriéndome a él sin querer y me la estaba regresando, me hizo sentir mal por eso

—     Recuérdame el no intentar volver a salvarte— me dijo de la manera más enojada que había escuchado, no pude evitar derramar lagrimas

—     Te prometo que te lo recordare— mi voz se había quebrado por completo y pude notar como Rudolph se tensó al escucharme comenzar a llorar, tanto que volteo mi rostro, estaba tratando de esconderlo por completo en las sabanas de esa cama…

—     Antón— fue lo único que dijo, nos quedamos viendo a los ojos por mucho tiempo o eso me pareció a mi

///Narra Gregory///

Bueno, dejar a mi hermano después de mucho tiempo de no verlo, no me tenía tranquilo… de hecho me hacía sentir el peor hermano del mundo, la única excusa que tenía era estar enamorado, me estaba dirigiendo a ver a mi novio, su nombre es Sould. Sould es un vampiro de una familia real que tenía ya siglos de antigüedad y él era el último de ella, con los años que tengo conociéndolo sé que es serio en cuanto a sus pensamientos, y tiene que guardar las apariencias, a veces me harta saber que me niega en frente de sus amigos, link y Skinner… diciéndoles que soy su esclavo humano, lo cual suena bastante denigrante

Estaba caminando por la oscuridad del bosque, donde los árboles se hacían espesos y el aire casi no se hacía presente, cerca de ese lugar había una cascada, estaba muy cerca de donde desembocaba por la montaña, allí fue… donde lo conocí. Pero por ahora no hablare de eso… siempre nos encontrábamos debajo de uno de los árboles que estaban a orillas del río, allí era donde siempre lo esperaba, ya habían pasado unos minutos hasta que sentí como alguien me abrazaba desde atrás, automáticamente sonreí de felicidad

—     Siento llegar tarde— me dijo con algo de culpa, pero estaba llevando las cosas lejos, solo habían sido unos cuantos minutos de retraso

—     Descuida, está bien—

—     Dejo de abrazarme para ponerse frente a mí y besarme, besarme de una manera gentil, hasta que nos separamos por la falta de aire— Jamás olvidare el sabor de tus labios—

—     Yo tampoco… — sonreí como un completo idiota

—     Se me hacía que la inspección del bosque era eterna, el consejo solo quiere que este vigilando y no es nada fácil… hay vampiros que no siguen las reglas de la orden— Sould parecía fastidiado, llevo más de ocho años de relación con él, prácticamente desde que lo conocí estamos juntos, él es alto, de mí mismo tamaño, su pelo en negro y trae echas unas pequeñas trenzas en varias zonas del mismo, sus ojos son un color miel bastante claro, y es pálido como todo vampiro… le molesta que fume, siempre termina quitándome el cigarrillo de la boca y lo lanza para apagarlo, me cuida, me encanta, pero eso de fumar ya es adicción

—     Si hablas de Skinner te entiendo— sonreí ante el comentario, Skinner era un vampiro rebelde

—     En parte también es el, Link lo tiene muy bien controlado—

—     Link es otro de los amigos de Sould, es muy caballeroso, su cabello es blanco… una raza antigua de vampiros que se extinguió ya hacía tiempo, él era el último, igual que Sould con su familia, pero en Link había otro tipo de carga, debía de continuar la especie, cosa que le era extremadamente difícil… ya que, estaba enamorado de la odiosa personalidad de Skinner— Solo porque lo quiere Sould...—dije para despues tomar un cigarrillo de la cajetilla y en instantes sentí como Sould me lo quitaba de las manos, con una extremada rapidez— ¡Oye! ¡Dámelo, lo acabo de sacar! —

—     ¿Qué te he dicho de fumar? ¿Has estado fumando en el tiempo que no estuve contigo verdad? — me pregunto molesto, solo baje la mirada— ¡Gregory! —

—     ¡Me gusta fumar sí! — Trate de quitarle el cigarrillo, pero no pude— ¡dámelo Sould! —

—     Eres un humano, eres más frágil, debes de cuidar tu cuerpo entiendes— Arrojo el cigarrillo al rio, yo solo me cruce de brazos, estaba enojado— Por favor, no te enfades…—

—     Si fuera un vampiro nuevamente, podría fumar todo lo que quisiera— me levante y me aproxime al rio

—     Greg— fue tras de mí y me tomo por la cintura— ya hemos hablado sobre eso—

—     Tu hablaste sobre eso… ni siquiera me has dejado hablar— trate de quitar sus manos de mi cintura, pero no podía ¡Como odiaba ser humano! ¡Odiaba ser débil! — ¡Suéltame! —

—     Jamás seré capaz de convertirte en un vampiro, jamás te dañaría, es mejor que sigas siendo humano… se lo que te digo— me pegaba más a él, estando yo de espaldas, eso me enojaba más

—     ¡No, no es bueno que siga siendo un humano! ¡Odio serlo! ¡Odio saber que tú te vas por las tareas que el consejo te encarga, odio no poder ir contigo, odio que solo pueda verte de noche! — Comencé a llorar aborrecía el poder llorar, ponía al descubierto todos mis sentimientos— ¡Odio tener que saber que yo en algún momento de mi vida moriré! Y tú te quedaras aquí… y conocerás a otra persona, a la cual amaras… y te olvidaras de mi…— Sould jamás me había dado la oportunidad de hablar todo lo que había gritado en esos momentos, en verdad sentí como me abrazaba con más fuerza al oírme decir eso, estaba desahogándome, lo último lo había dicho en un susurro mientras mis lágrimas seguían cayendo

—     Gregory— seguía abrazado a mí— te confieso que jamás me enamorare de nadie que no seas tú… jamás estaré con otra persona—

—     ¿Crees que soy estúpido? Sé que lo harás, y me alegrare de ello— sonreí de una manera amarga— Me alegrare de que no estés solo cuando yo muera…—sentí como bruscamente me volteo para que lo viera a la cara, él tenía una mirada llena de enojo, y yo tenía unas cuantas lagrimas que aún no caían de mis ojos

—     ¡He dicho la verdad! ¡Jamás estaré con nadie más! ¡no amare a otra persona, porque no serás tú! — Por un momento quise creerle, ¿no era obvio? Nadie puede estar solo toda la eternidad

—     Aunque estés con otra persona, yo te esperare para que por fin estemos juntos en una eternidad que no sea la que tu llevas como maldición—hablaba del cielo, al final y al cabo tenía fe en que existía un lugar después de la muerte en donde pudiera estar con Sould para siempre, sentía que el amor era un poderoso veneno— Conviérteme en vampiro… por favor— baje mi mirada y las lágrimas que estaba conteniendo salieron, en verdad no quería morir, yo era un maldito egoísta, quería a Sould solo para mi

—     Entiéndeme— Sould me miro con mucha tristeza— No puedo Greg— me abrazo con mucha fuerza, una fuerza que me invadía de su amor

Duramos minutos abrazados, a veces quería que esos momentos se congelaran y duraran para siempre, pero sabía que no se podía, mi padre siempre nos dijo, a Rudolph, Anna y a mí que hay que tener sueños, pero que sean apegados a la realidad… deduje que mi sueño sería un sueño fantasioso, no quería que nadie más me transformara en vampiro, nadie más que Sould pero el jamás me transformaría… jamás se atrevería a herirme de ninguna manera, eso incluía el morderme.

—     Huele a sangre— se separó de mí en instantes— Demonios… Skinner ha de haber escapado de link— decía cortando el abrazo

—     ¿por donde esta? —

—     Está muy cerca de tu casa Gregory—

—     Pensé en Antón en segundos, Skinner estaba loco por los humanos— ¿Es sangre de humano? —

—     No, es de vampiro— me quede pasmado, en mi mente solo apareció mi hermano protegiendo a Antón

Notas finales:

y esto es todo... hasta la proxima. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).