Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Jugando a quererte por Zhena HiK

[Reviews - 113]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Como nota especial: NO habrá más parejas, sólo la principal y en la que pienso concentrarme que es Aomine y Kagami... Sólo especifico por si acaso, aclarando dudas antes de que puedan surgir.

Éste es un escrito que pensaba subir más adelante, pero hoy me decidí por dos razones: 


La primera porque hice un examen en el que creo que me irá bien y estoy contenta.
La segunda es porque tenía ganas de leer algo de ellos y comencé a buscar alguna historia que no haya leído ya de ésta hermosa y sexy pareja y no había nada. Me sentí triste por eso, pero en fin, cada quien con sus parejas

Los personajes aquí utilizados no son de mi propiedad, éste es un escrito por y para fanáticos sin fines de lucro.

 

Notas del capitulo:

*Éste es el comienzo de lo que según mis cálculos serán alrededor de diez capítulos más o menos del mismo largo que éste. Si deciden acompañarme en la lectura, son bienvenidos, no se desesperen con el inicio que puede ser algo tedioso quizás, ya me dirán qué opinan.

De antemano agradezco por leer y espero que sea de tu agrado... 

—1—

Tras la reciente noticia de que el famoso jugador Kagami Taiga se une al equipo que se coronó campeón en la liga de invierno del año pasado y que ahora defiende su título estando invicto hasta el momento, hay rumores que afirman que el jugador pidió ser el as, quitándole el lugar al actual, Aomine Daiki, que ha estado un par de temporadas en ese equipo siendo que ellos fueron rivales en…”

—¡Qué tonterías! —dijo el pelirrojo apagando la televisión del hotel donde se estaba hospedando—, ¿cuándo se supone que pedí eso? —dijo molesto, parecía que nunca se acostumbraría a los medios y sus noticias amarillistas para vender.

A pesar de que llevaba varios años como jugador profesional, sentía que esa parte de ser conocido no encajaba con su personalidad. No entendía cómo le hacía Kise, siendo ya desde hace mucho un modelo famoso, para soportar el constante acoso de las cámaras y la cantidad de chismes y mentiras que se habla sobre ti en las noticias.

Kagami tenía poco tiempo siendo conocido, llevaba alrededor de cinco años que le había reclutado un cazatalentos cuando él jugaba para el equipo de la universidad en la que asistía, decidió pausar sus estudios universitarios pues su meta siempre había sido convertirse en un profesional del básquetbol y ese día que se presentó la oportunidad, no la desaprovechó.

Sabía poco sobre los demás jugadores de su época como estudiante, no mantenía un contacto muy cercano con los ex miembros de la llamada generación de los milagros, excepto con Kise, que era el que le hablaba constantemente cuando tenía tiempo libre de su carrera como modelo profesional. Kuroko también estaba entre los pocos contactos con los que de vez en cuando solía tener alguna conversación casual. Éste último tras salir de la preparatoria continuó sus estudios universitarios lejos de las canchas, se concentró en lo que estudiaba y dejó de lado el deporte. A pesar de que amaba jugar, nunca se miró como un profesional.

Quizás conocía de manera superficial a qué se dedicaban algunos de sus ex compañeros de Seirin, pero no por ello solía verles o entablar conversaciones largas, fueron grandes amigos en su momento, eso es verdad, pero como siempre las responsabilidades terminaron alejándoles un poco.

Kagami nunca pensó que la vida y sus casualidades le llevaran a jugar en el mismo equipo que Aomine, ese jugador prepotente con el que tuvo varios roces poco amistosos cuando estaban en preparatoria y a quien le bajó de su nube tras vencerlo cuando se creía absoluto. No negaba que después de ganarle limaron asperezas, se llegaron a ver un par de veces fuera de la cancha gracias a Kuroko que era la única conexión entre ellos dos, el único amigo en común que tenían, pero eso no significaba que se hubieran convertido en amigos o algo parecido.

Taiga podía considerar a Daiki más cercano a la categoría de rivales que de amigos. No estaba seguro cómo la iban a pasar estando juntos en el mismo equipo, ya que aún en la universidad jugaron en escuelas contrarias y según recordaba, el moreno no era precisamente un jugador en equipo.

El pelirrojo suspiró y se dejó caer en la cama donde había estado sentado viendo televisión hasta hace unos minutos. No tardó mucho cuando su celular comenzó a sonar.

¡Taiga! Dime que es mentira todo eso que dijeron de ti en las noticias, no puedes ser tan tonto para declarar algo así, ¿cierto? —preguntó dudando un poco de las capacidades de Kagami para comunicarse con la prensa que solía tergiversar o malinterpretar tus palabras.

—¡Claro que no dije nada, Alex! —Contestó molesto por la duda—. Además ni siquiera soy yo el que ha hablado con el mánager del otro equipo, eres tú quien está haciendo el trato, ¿por qué me preguntas eso? —La chica rubia que había sido su entrenadora cuando él era apenas un niño, ahora era su representante para cualquier cuestión de contratos y esas cosas que él no se molestaba mucho en comprender.

Confiaba en la rubia y su juicio, además, lo que él deseaba más que nada era jugar, nunca pensó en convertirse en un jugador famoso que sobresaldría de los demás de su equipo y por ello comenzarían a tomarlo en cuenta en los medios de comunicación, inventándole noticias de vez en cuando con el fin de vender.

—Sólo quería confirmar que no te habían llamado, ese tipo no está muy contento de que no quieras tratar directamente con ellos, pero también comprende que ya no eres el mismo novato que inició años atrás en los profesionales. Te mandaré más tarde un mensaje con los datos donde nos veremos mañana, tenemos junta con los directores de tu nuevo equipo, falta hablar de lo más importante, números, y necesito que estés presente.

—Está bien, aunque sabes que confío en ti —recordó.

—Sí, pero de llegar a un acuerdo, será la firma de tu contrato y necesito que estés ahí —repitió con tono más severo ante la reticencia del pelirrojo por hacer contacto con esas personas—. Recuerda que eventualmente tendrás que conocerlos.

—Ellos son los representantes legales, no serán mis entrenadores ni compañeros.

—Por cierto, ¿crees que te llevarás bien con Aomine? —preguntó entrando al tema por el que le había hablado en un principio.

—No estoy seguro, puede que haya cambiado un poco… —contestó Kagami, dudando de sus propias palabras, aún así tratando de darse ánimos a sí mismo.

—Claro, puede ser —respondió sarcástica, conociendo por Kagami la forma de ser de Aomine—. Te veo mañana.

Tras despedirse, la llamada se cortó.

¿En verdad era una buena idea entrar a ese equipo?

Algo en su interior deseaba que lo fuera.

—2—

—No me dijiste que estaría aquí la prensa, Alex —regañó el jugador, sintiéndose incómodo de que reporteros hablaran con el manejador del equipo al que pretendía entrar.

—No lo sabía, pero deberías acostumbrarte que a donde vayas habrá gente que te busque —dijo sonriendo y saludando a las cámaras muy fresca, parecía acostumbrada.

—Eso lo dices porque te encanta verte en las noticias —regañó mirándola serio. La voluptuosa chica sonrió siendo descubierta.

—Ya, ya, es hora de que dejes de quejarte, mira que ganarás mucho dinero estando en ese equipo, además es uno de los mejores en Japón. Tú eres quien deseaba volver a éste país así que no te quejes —regañó sonriendo para que las cámaras no inventaran algún nuevo chisme sobre un pleito entre ellos.

—Pasé muy buenos años aquí —recordó Taiga, sonriendo un poco para sí mismo—, además en el otro equipo querían que le siguiera el juego a la prensa —se quejó recordando una de las razones de por qué se había decidido a aceptar otra oferta cuando le debía tanto a los de su equipo.

—Así es esto, Taiga, te acostumbrarás, sólo trata de ser consciente de lo que vas a contestar cuando se acerquen con cámaras, recuerda que tratan de malinterpretar todo.

—Está bien.

Tras unos cuantos minutos en los que permanecieron sentados en una mesa de un restaurante donde habían decidido hablar sobre negocios con los manejadores del nuevo equipo al que pretendía unirse Kagami, un reportero acompañado de su camarógrafo se acercó hasta ellos, Alex sonrió y permitió que fuera el pelirrojo quien contestara a las preguntas. A pesar de ello estaba pendiente para intervenir si alguna parte del cuestionario le parecía inapropiado o en doble sentido. Taiga para su edad de pronto podía ser muy inocente en algunos aspectos, y la prensa se aprovechaba de su falta de experiencia.

—¿Cómo se siente de haber vuelto a Japón? —preguntó el reportero.

—La verdad es que me siento muy bien, es lo que quería.

—Estará junto a uno de los chicos que fue famosos por sobresalir en secundaria y preparatoria, el jugador Aomine Daiki, ¿cómo se siente respecto a eso?, ¿se siente intimidado? —cuestionó tras varias otras preguntas irrelevantes que hizo en el proceso.

—Para nada, estoy seguro que haré buen equipo con todos mis compañeros, me gustaría conocerlos pronto —dijo evitando mencionar únicamente el nombre del moreno y respondiendo algo que no era lo que le había preguntado en sí.

Luego de ese acoso por parte del reportero, les permitieron desayunar tranquilos junto a los ejecutivos que se hacían cargo de la administración del equipo en cuestión. Después de comer tranquilos, se decidieron a comenzar a hablar sobre lo que iban en realidad, números y contrato.

Las horas pasaban y Kagami casi quería volver a comer, los viejos encargados no se callaban y Alex platicaba con ellos tratando de llegar al mejor acuerdo, él no pudo evitar bostezar tratando de ser silencioso y discreto pero aún así acaparó algunas miradas por su acción inapropiada para muchos.

—Nunca vas a cambiar, Taiga —Habló la rubia, riéndose mientras manejaba con dirección al hotel en donde se estaba hospedando el pelirrojo, ella también acababa de llegar al país pero una amiga suya le había ofrecido asilo en su casa, el cual por cierto también se ofertó para Kagami, pero éste se negó de inmediato. Podía imaginar la clase de amigas de su mánager—. Ahora que todo quedó pactado, se te dará éste fin de semana para que busques departamento, te acomodes y el lunes te presentes a la práctica. Lo más seguro es que entres hasta la otra temporada a jugar como uno de los titulares.

—¡¿Hasta la otra temporada?! —preguntó Kagami sorprendido y molesto—. Se te olvidó mencionar eso antes, Alex —regañó bajándose del carro al haber llegado al hotel.

—Te mando los datos por mensaje para que no olvides dónde es —gritó la rubia viendo al pelirrojo alejarse dentro del gran edificio de habitaciones que era ese famoso hotel.

Kagami pasó de largo a las personas que había en la entrada saludando a los clientes del lujoso lugar hasta llegar al elevador, donde entró presionando el botón que le llevaría hasta el piso donde estaba su habitación. La música de fondo que tenía el elevador le parecía molesta, estaba molesto. ¡Él quería jugar!

—Estoy seguro que no me dijo hasta que firmé para que no me arrepintiera… —decía Kagami murmurando para sí mismo mientras caminaba fuera del ascensor hasta llegar a su habitación.

Necesitaba distraerse y sobre todo comenzar a buscar un departamento en renta. Sacó su laptop la cual no utilizaba con frecuencia debido a los cansados entrenamientos y el poco tiempo que le dejaban libre. La prendió y esperó un par de minutos a que cargara toda la información, había decidido buscar por medio de internet algún lugar disponible en renta.

Apenas se conectó a la red y lo primero que abrió fue su cuenta de facebook, tenía tiempo sin utilizarla con regularidad así que pasó a ver qué había de nuevo con sus contactos, entre ellos estaban todos los de la generación de los milagros y también otros de los que fueron sus oponentes durante preparatoria, así como los que conoció en la universidad.

Las ventanas de las conversaciones de chat no tardaron en aparecer en la pantalla de su portátil.

“Kagamicchi~ ¡Ya te miré en las noticias! Mañana llego a Tokio también, ¿tienes tiempo libre?”  Kagami leyó el efusivo mensaje del rubio, que además de sus palabras contenía diversos símbolos que parecían representar expresiones faciales nada propias de humanos.

Estaré algo ocupado, Kise, me urge encontrar un departamento disponible y acomodar mis cosas que van a llegar mañana al aeropuerto, pero quizás el domingo podamos vernos si no estás ocupado.” No pretendía rechazar al chico, la verdad es que a pesar de ser tan efusivo, se había convertido un buen amigo con el que nunca cortó comunicación a pesar de la distancia y el poco tiempo que ambos tenían libre.

¿En dónde estás quedándote ahorita?”

“Estoy en un hotel, para eso prendí la laptop, para buscar lugares en renta.”

“¿En qué hotel estás?”

“Luxor”

“Mi vuelo llega a primera hora mañana, paso por ti, te ayudo a buscar y nos vamos a desayunar por ahí”

“Está bien, gracias Kise.”

“De nada, Kagamicchi, nos vemos que me están llamando para terminar la sesión. Hasta mañana”

Tras cortar comunicación Kagami se distrajo en tonterías, incluso terminó entretenido con un estúpido juego que le absorbió algunas horas.

—3—

Pocas veces tenía la oportunidad de quedarse despierto hasta tarde por simple diversión, y ese día lo había hecho mientras comía, jugaba un poco en su laptop y veía televisión. Quizás era patético pues muchos preferirían salir, beber en algún bar, encontrar chicas, pero no era el estilo de Kagami.

El pelirrojo terminó quedándose dormido casi a las tres de la mañana, lo cual para una persona dedicada al deporte y nada más que al deporte, era demasiado. Cuando escuchó en la mañana que alguien tocaba en su puerta, supuso que era la mucama que daba servicio a la habitación, se puso un pantalón y con la playera en la mano caminó a la puerta.

—¡Kagamicchi! —escuchó que gritaban y de inmediato sintió los brazos del rubio rodearle el cuello para estrujarle en un estrecho abrazo que para alguien como él, era incómodo ya que no estaba acostumbrado a ese tipo de acercamientos ni cuando era su cumpleaños—. Qué gusto me da verte, ha pasado tanto tiempo…

—Kise, me estás asfixiando —regañó tratando de quitarse de encima los brazos del rubio, éste cedió y se apartó sólo un poco— Pasa, estaré listo en unos minutos. Ayer me quedé despierto hasta tarde y se me fue el tiempo durmiendo.

—No hay problema, Kagamicchi. Te espero —avisó pasando.

—Pensé que me llamarías para saber en qué habitación estaba o dónde nos veíamos.

—Eres un jugador conocido, yo soy un modelo conocido —hizo una pausa en la que caminó hasta sentarse en un sillón individual cerca de la ventana, mirando a Kagami tomar su toalla y echársela sobre el hombro listo para irse a bañar—, sólo pregunté y me dijeron tu número de habitación.

—Pensé que eran más discretos… —se quejó, aunque por ésta ocasión le había convenido— Me bañaré rápido, no tardo —avisó perdiéndose tras la puerta del baño, antes de meterse bajo el chorro de agua escuchó la televisión prendida.

Kagami no podía evitar pensar en la situación que significaba para él estar en un equipo nuevo pero sobre todo estar de vuelta en esa ciudad a la que no visitaba en años, en la que por cierto, se hablaba otro idioma del que estuvo hablando el último tiempo. No es que el pelirrojo lo hubiera olvidado otra vez, tampoco era para tanto, pero sí debía admitir que el cambio era extremo, pero esperaba que como lo planeó desde un inicio fuera para bien.

Terminó de cambiarse dentro del baño, se lavó los dientes y con las manos arregló un poco su cabello para no verse tan desarreglado como quedó después de secarlo con la toalla. Salió enfrentándose a la mirada del rubio.

—Ahora sí, ¿a dónde vamos a desayunar?, ¡muero de hambre! —admitió riéndose y recibiendo la sonrisa divertida de su amigo.

—Vamos, te llevaré a un lugar que seguro te encantará.

Caminaron juntos hacia el elevador mientras mantenían una plática amena, trataban de ponerse al día y compartir las nuevas noticias que los medios no les habían comunicado sobre el otro. Una vez que salieron del hotel, se encontraron con un fotógrafo que les retrató varias veces antes de que tomaran un taxi. Sólo le ignoraron y siguieron su camino.

—4—

Kagami como era su costumbre, había ordenado una cantidad que podría alimentar a Kise por días y aún así no la terminaría. El pelirrojo lo terminó todo y además se dio el lujo de pedir postre.

Ambos estaban sentados frente al otro en un buen restaurante, pero no del tipo en el que tenías que vender algún órgano para pagar la cuenta, la mesa era cuadrada y los asientos eran espaciosos y de un material que se amoldaba perfecto a la espalda de cada uno.

—¿Has mantenido contacto con Aomine? —preguntó Kagami luego de pensar por un rato si era correcto o no preguntar por el moreno.

—Sólo un poco, es muy seco y no contesta mis mensajes casi nunca, Aominecchi los lee pero me ignora —se quejó haciendo un puchero y jugando con lo que aún restaba del postre en su plato.

—Quizás se le subió más el ego.

—Jajajaja, ¿más? —Preguntó divertido Kise—. Podría ser, aunque lo dudo… nunca fue fanático de las redes sociales o los celulares, así que supongo es por eso que no contesta muy seguido.

—Y… ¿sigue saliendo con la chica esa que siempre le seguía a todas partes? —la pregunta salió de su boca sin que él la formulara primero en su mente, había sido algo espontáneo y ahora se sentía ridículo al haber hecho esa tonta pregunta, pero sólo era simple curiosidad. Quizás Alex estaba en lo correcto cuando lo regañaba por no pensar lo que decía frente a las cámaras en las raras ocasiones en que le habían entrevistado de frente y no sólo le habían inventado algún chisme.

—Ellos nunca salieron, Kagamicchi. Momoicchi era como una hermana menor para él, aunque ella lo cuidaba casi como si fuera su mamá —se rió—. Pero nunca tuvieron algo romántico, lo que sé de Momoicchi es que está estudiando en el extranjero, así que supongo ya se separaron al fin. De él, pronto sabrás más tú que yo… ¿qué piensas ahora que serán compañeros de equipo?

—No lo sé. Él sigue siendo tan buen o mejor jugador que en preparatoria, sólo espero que no sea igual de idiota —la verdad es que ni él tenía en claro lo que sentía exactamente ante la perspectiva de jugar al lado de Aomine así que no sabía explicarle a otros, sólo estaba seguro que en alguna parte de su interior le emocionaba aunque no iba a decirlo.

Kise comenzó a reír por la descripción que Kagami dio de Aomine. Ni siquiera él podía imaginarlos como parte de un mismo equipo, esto iba a ser cómico. Pero si lograban combinar sus talentos, ese equipo sería invencible.

El rubio de pronto deseó volver a jugar básquetbol sólo de recordar los viejos tiempos en que corría la adrenalina por sus venas al estar en medio de un partido que no sabía si ganaría o no.

—Debo ir al aeropuerto por mi equipaje, se supone que estaría aquí a las once así que ya debe estar.

—Sobre eso, Kagamicchi, estuve pensando durante mi viaje…

—¿Pensando, en serio Kise? —El pelirrojo preguntó tan sorprendido aquello que Kise fingió molestia.

—¡Eres malo, Kagamicchi! —arrugó su frente y sus labios en un puchero gracioso a los ojos de cualquiera. Kagami estiró la mano y con sus dedos, índice y medio, tocó el ceño de Kise.

—Te vas a arrugar pronto —regañó retirando la mano. Ambos sonreían—. Sabes que sólo bromeaba, ¿qué ibas a decirme? —Indagó curioso, prestando atención al chico sentado frente a él.

—Ven a vivir a mi departamento, hace años que lo compré así que no te preocupes por pagar renta o algo, sólo nos dividimos los gastos que vayan saliendo y ya. Además tú viajas seguido y yo también, no tiene caso que estés pagando renta en otra parte.

—No lo sé, agradezco mucho tu oferta Kise, pero… yo, creo que me sentiría como un intruso —confesó.

—No seas tonto Kagamicchi, para nada, ya te dije que salgo seguido de la ciudad y tú lo harás también, a veces hasta por entrenamiento salen a otras partes, no tiene caso que pagues un departamento que estará solo la mayor parte del tiempo.

Kagami hizo una pausa, lo que Kise le ofrecía era genial. La verdad no tenía problemas con pagar una renta ya que estaba ganando bien, pero buscar algo con la prisa que tenía en ese reducido tiempo que le dieron era complicado, quizás ya con el tiempo y cuando estuviera mejor acomodado en Japón, le diera las gracias al rubio y trataría de comprar su propio lugar. Sí, esa era la mejor solución.

—Está bien, aceptaré mientras trato de comprar algo yo también. Lo agradezco mucho, Kise. 

—Será grandioso, Kagamicchi, nos vamos a divertir —dijo entusiasmado con la idea.

Ese sería el nuevo inicio de Kagami en Japón, ciudad que había dejado por diversas razones, la más importante o la que todos creían que era la principal era por el juego, sin embargo había muchas más cosas que le hicieron alejarse un tiempo de ese lugar. Ahora trataría de comenzar una vez más ahí, adaptarse de nuevo a las costumbres y por supuesto, a sus nuevos compañeros de equipo.

Kagami no podía dejar de preguntarse, ¿cómo sería jugar en el mismo equipo que Aomine Daiki?

Porque ser considerado un jugador famoso, no impide que tengas personas a las que tú admires.

:—Continúa—:

—¤Žhena HîK¤—

"Yo no creía en las coincidencias hasta que te vi aparecer tan frecuentemente en mis versos, nunca tuviste una figura o una forma específica, pero aún así sabía que se trataba de ti" 
Víctor de la Hoz

Notas finales:

Como dije antes, no mentía cuando mencioné que es algo aburrido el inicio, creo que después se va mejorando -o será que me di fanservice a mí misma en los demás :v - pero bueno, supongo que es en general, pero quienes escribimos lo hacemos antes que nada para el gusto de nosotras mismas, y por supuesto, si alguien más gusta de lo que hacemos, es bien recibido un comentario por pequeño que sea para hacernos saber de nuestros aciertos y también de los errores para corregirlos.


~Esperaré ansiosa cualquier comentario que tengan. La historia será actualizada cada semana si todo va bien... 


 


~Gracias por comentar.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).