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My Obsession por WinterNightmare

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Notas del fanfic:

Es la primera fic que subo a esta página, espero que tenga aceptación como en las demás :( "My Obsession" fue mi primer fic, lo escribí en los años 2009 - 2010, pero, lo dejé inconcluso y no seguí actualizándolo. Ahora, lo retomé nuevamente. Espero que les guste, y como siempre, comentarios, sugerencias, críticas y opiniones, serán siempre bienvenid@s. Enjoy it. :D

PD: Los primeros capítulos cuentan con narración en 1ra persona, pero el resto no. De vez en cuando habrán momentos que se utilice este tipo de relato, pero, como verán, será sólo para ir aclarando algunas cosas y detallar de mejor manera como se va transformando la historia y los personajes.

(16 años)

Por Bill:

 

- Vamos Tom, llevas cargando tu celular por mas de 3 horas, ¡quítalo ya!- Eran cerca de las 8 de la noche y las peleas eran las de siempre.

- ¿Y para que? ¿Para que conectes tu estúpida plancha de pelo? Te pintarás y peinarás como una chica de nuevo- Tom era realmente insoportable. Y más que eso, podría llegar a ser muy hiriente cuando se lo propusiese.

- A ti eso no te importa, quítalo ya- Mi hermano estaba viendo televisión, recostado en su cama, pero rápidamente se puso de pie antes de que yo pudiese adelantarme.

- Eres como una niñita llorona Bill...- Desconectó su celular y me empujó. Caí sobre mi cama.

- ¡Vete a la mierda, Tom! - Tiré fuertemente de sus rastas – Eres un idiota.

Tom volteó y sujetó fuertemente de mis brazos, acorralándome en una esquina de la habitación.

- ¿Es lo único que puedes hacer? ¡Vamos! Si vas a golpearme, hazlo como un hombre - Empezó a reír.

Mis mejillas ardían de ira. Tom siempre se mofaba por mi forma de vestir, peinar e incluso por mi maquillaje. No quería golpearlo... por alguna razón no quería hacerlo, pero el tenía que dejar de fastidiarme.

Rápidamente liberé mi brazo derecho y empuñando la mano, y casi sin darme cuenta, golpeé fuertemente su mejilla y parte de su labio.

Me soltó. Miró al piso y luego volteó a mirarme. Su labio sangraba.

Entrecerré mis ojos y giré mi cara instintivamente, creí que me devolvería el golpe. Pero solo salió de la habitación.

- Tom... yo... –Hablé, algo asustado.

- Nada Bill – Contestó con sequedad, salió y cerró con un sonoro portazo.

Mi mano dolía, ¿tan fuerte le había dado? A pesar del dolor físico, mi corazón dolía aún más. Las peleas con Tom eran frecuentes, siempre me sentía triste después de cada una de ellas. Odiaba pelear con Tom, y esta vez – como nunca - la pelea terminó con golpes.

Me recosté en mi cama.

Cuando pequeños Tom y yo solíamos ser inseparables. Nada nos podía alejar al uno del otro, ni siquiera la separación de nuestros padres. Era algo único, una sensación de paz y seguridad que invadía mi cuerpo.

Pero tarde o temprano teníamos que crecer y con ello separarnos. Cuando decidí alejarme un poco de Tom, nunca quise iniciar las peleas y esa sensación de rechazo de parte de mi hermano.

Al principio, dormir en camas distintas fue algo complicado, pero necesario según mamá “es algo que los niños grandes deben hacer”. Yo estaba más que acostumbrado a dormir con él, acurrucado a su cuerpo. La curva de su espalda apegada a la de mi vientre, como piezas echas para calzar a la perfección… Pero, ya éramos grandes.

A los 10 años comenzó todo. Increíblemente nos volvimos muy distantes. Él con su cuarto, yo con el mío. Él con sus amigos y yo con los míos. Él con su música, yo con la mía. Él con su ropa, yo con la mía.

Nunca quise terminar así con Tom. A pesar de todo es mi hermano, mi gemelo, y lo necesito a mi lado. Por cursi que suene, lo necesito a mi lado. Lo necesito conmigo...

Desearía tenerlo siempre aquí, desearía poder abrazarlo de nuevo y sin remordimientos, desearía volver a unirme a él... Pasar tardes enteras los dos juntos, como cuando niños. Quisiera poder dormir con el nuevamente... Quisiera nunca haberme alejado de él.

Una sensación extraña recorría mi pecho. Me sentí extrañado y me asusté de mis propios pensamientos.

Me puse de pie rápidamente y con descuido. Sin querer, pasé a botar una pequeña caja que estaba en la mesita de noche situada entre nuestras camas.

Recordaba haber visto esa caja antes. Sí, era de Tom. Me tenía prohibido revisar sus cosas y yo no era un entrometido, pero la curiosidad me ganó esta vez.

Me arrodille frente a ella y la abrí.

Cuidadosamente fui sacando las cosas que ahí habían: desodorante, muñequeras, botellas de perfumes y una hoja... Al fondo de la caja, había una hoja doblada con cautela, creí que era una carta o algo, así que la abrí.

Estaba equivocado.  Lágrimas cayeron por mi rostro mientras lo observaba detalladamente, deslizando mis dedos cuidadosamente por el papel. Lo reconocí al instante. Era un dibujo que yo había hecho para Tom hace ya muchos años. Me sorprendió que aún lo tuviese y en perfectas condiciones, tal como yo se lo di.

 

* Flash back * (6 años)

- Bill, déjame ver que dibujas - Tom se acercaba aún mas a mi, intentando ver mi dibujo.

- Que no, Tomi - Lo cubrí con ambas manos mientras volteé a mirarlo - Quiero que ser una sorpresa - Le sonreí.

- Está bien - Me devolvió la sonrisa, algo sonrojado.

Seguí dibujando y pintando, mientras Tom, sentado en la mesa de en frente mío, jugaba con los autitos que mamá le había regalado esa misma tarde.

- Listo.- Exclamé soltando los lápices que aún tenia en mis manos.

 - ¿Sí?- Sus ojos estaban muy abiertos, saltó de su silla emocionado y corrió a sentarse en el suelo, a mi lado.

Tímidamente saqué mis manos de atrás de mi espalda, dejando a la vista mi dibujo.

- Bill... esos… - Sus ojos brillaban y creí que él lloraría, pero me sonreía tiernamente.

- Si Tomi, tú eres el de amarillo y yo el de rojo.

Tom se estremeció – Bill, ¡te quedó hermoso! -  Me dijo sonriendo, sin dejar de mirar el dibujo.

- Ahora es tuyo - Tomé el dibujo y se lo di con cuidado - Quiero que sea tu regalo de cumpleaños - Dentro de poco,  cumpliríamos los 6.

- ¡Ay, Bill! éste es y será el mejor regalo de mi vida - Me tomó de la mano y le sonreí.

Me sobresalté – ¡Espera, Tomi! casi lo olvido, me faltó algo - Le quité el dibujo y le escribí...

“Te amo”

 Luego rápidamente se lo devolví – Que no se te pierda, eh.

- Siempre estaremos unidos. Nunca dejaré que nada malo te suceda. Nadie nunca nos separará Bill - Me abrazó.

 

* Fin flash back *

 

Mi llanto fue incontenible. Cubrí mi boca con mis manos, ¿cómo pude separarme de él? Mi gemelo, él me había prometido que no dejaría que nadie nos separara… De seguro nunca pensó que sería yo quien nos alejaría.

Pasos provenientes del pasillo me hicieron reaccionar y rápidamente guardé las cosas dentro de la caja y la dejé donde estaba.

Me puse de pie, aún agitado y sequé mis lágrimas.

La puerta se abrió. Era mamá – Bill, mi cielo, es hor… ¿pasó algo?- Fue directo hacia mi, y me sostuvo de los hombros, preocupada.

- Nada, mamá – ¡Que bueno era con las mentiras!... sí, claro.

- Tus ojos te delatan – Maldición -  ¿Por qué llorabas?

- Te dije que no es nada, mamá - Le sonreí - Sólo me entró pintura al ojo y me lo dejo lloroso – Aquí vamos de nuevo con las buenas mentiras.

- ¿A los dos ojos, Bill? - Asentí nervioso – Hm… vamos abajo, la cena esta servida – Me invitó sonriente.

Al llegar abajo vi a Tom. Pero, él no me miró.

-  Siéntate cariño - Me dijo mamá, indicando la silla en frente de mi hermano.

- ¿Te contó Tom lo de su accidente? – Comentó mientras comíamos.

- ¿¡Accidente!? – Por poco me atraganto con el trozo de carne que me disponía a tragar. Miré a mamá, algo asustado y luego a Tom, pero éste, no me miró.

- Sí, pues, chocó contra la puerta del baño, y mira como se ha dejado el labio – Comió un poco y siguió – Que peligroso debe estar eso.

Miré a Tom muy sorprendido, ¿cómo mamá se había creído semejante estupidez? ¿Por qué Tom no le había contado la verdad de lo ocurrido mientras ella estaba en el trabajo?

Tom levantó la mirada, no supe como descifrarla. Bajé la vista nuevamente, no quería que notase mis ojos aún llorosos.

El teléfono de casa sonó. Supuse que serían mis amigos con los que había quedado en salir esta noche.

- Yo voy - Dijo sonriendo mamá – Bill, son tus amigos, preguntan si saldrás con ellos hoy.

- No, mamá... Estoy algo cansado - Estaba triste y complicado. Lo que menos quería en estos momentos era conocer a una chica y cagarme con más y más cosas en que pensar.

Tom me miró por segunda vez.

 

Mi hermano no me habló durante toda la cena. Terminé de comer y me fui directo a la habitación que compartía con Tom.

No tenía ánimos para nada. Llegué a mi cuarto y a oscuras me quité los jeans, pulseras y collares que andaba trayendo. Me acosté así... sólo con boxers y polera. No me quité el maquillaje corrido de mis ojos y ni siquiera me puse pijama. Simplemente, me dejé caer.

 

No podía dormir. No entendía porque necesitaba tanto de mi hermano. Nunca le diría "te amo" a alguien si no lo sintiera así realmente. Se lo había dicho cuando niños, si, pero los niños siempre dicen la verdad... ¿Y si amaba a mi hermano?, bueno es obvio que lo amo, pero ¿y si lo amo… de otra forma? A estas horas de la noche, mi mente es capas de llegar a conclusiones inimaginables.

Mis pensamientos me atormentaban. No podía creer que cosas se me pasaban por la mente.

¿Porque había empezado a pensar todo esto?

Mi hermano entró a la habitación e interrumpió mis pensamientos. Él rápidamente se acostó. Le observé por largo rato.

- Tom... lo siento - Fue inevitable pedir perdón.

- Ya no importa, Bill, tranquilo.

Tom se cubrió completamente con sus sabanas. No podía verlo. Solo escuchaba su respiración.

¿Acaso estaba… llorando?

Debía dormir, descansar, y por sobre todo, dejar de pensar en mi gemelo.

Mañana sería otro día. Mis pensamientos y emociones, volverían a la normalidad.

 

 

Notas finales:

Sean pacientes, los primeros capítulos nunca son muy largos :(

Comentarios, sugerencias, críticas y opiniones, serán siempre bienvenid@.


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