Sosteniendo entre mis manos aquel viejo álbum, me senté en el sofá, dejándolo en la mesa con cuidado cogí aire, y abrí la primera página. Eras tan hermoso, aún recuerdo tu voz risueña en mis oídos, tu dulce risa y tus delicadas manos en mis mejillas. Mientras miro las fotos que olvidé tiemblo levemente, ojala pudiera volver a esos tiempos, en donde los dos estábamos juntos, en donde nuestras manos estaban entrelazadas. Te iré a buscar a donde sea, eres el único para mí, ahora y siempre, estarás en mi memoria toda la vida. Me encantaría volver al momento en que esta foto fue tomada, ambos nos mirábamos, mis ojos brillaban por ti, los tuyos por mí, éramos el uno del otro, yo tan tuyo, tu tan mío.
Siempre seré tu chico malo, el que no teme a nadie ni a nada cuando está junto a ti, podía ser torpe pero cuando me necesitabas corría hacia ti, para salvarte, para protegerte, cada día te quería más y más, ahora te sigo amando igual. En mi memoria siguen aquellos recuerdos en donde yo te protegía de los matones de la escuela, cuando tú te sujetabas a mi camiseta, gritando que parara, pero yo no podía, sentía esa sed de venganza por haberte tocado de aquella forma, y una vez se fueron huyendo mi corazón voló, se sentía loco, mis labios tocando a los tuyos, tan perfectos, tan únicos, tan delirantes, te volviste mi adicción, mi necesidad. También aquel recuerdo, los dos sentados debajo del gran árbol del patio, nunca olvidaré tu voz amortiguada por tus bazos rodeando tus piernas pegadas a tu pecho, diciéndome ese te quiero, ese eres un tonto me has robado el corazón, ni tu lindo sonrojo adornando tus mejillas, ni como tímida y velozmente me besaste, no pude reprimir la risa, te daba vergüenza después de ya habernos besado antes, y tu cara molesto era lo más hermoso que he visto, todo tú era bello.
Eras más bonito que todos los chicos y las chicas de la escuela, estaba tan feliz de que solo fueras mío, era tan afortunado, la suerte me sonrió, tú lo hiciste. Y te puedo jurar que iré por ti hasta al fin del mundo, seguiré siendo aquel chico de la escuela que robó tu corazón, el que correrá hacia ti. Tú eras el único que hacía a mi corazón latir como loco, nunca nadie más lo consiguió. Como te esperaba en la entrada para irnos juntos a casa, cada vez que te veía salir mis ojos brillaban y mi corazón latía, eras precioso, y te lo repetiré las veces que hagan falta.
Me encanta ese sonrojo tímido y molesto que aparecía cuando te decía lo mucho que te amaba, pero me encantaba mucho más cuando tú me respondías un yo también te amo. Era como caminar por las nubes, ojala pudiera volver a sentir esa sensación. También recuerdo nuestra primera vez, fue tan especial, como mis manos recorrían tu delicado cuerpo, como mis labios acariciaban tu piel, como tus brazos se enrollaban en mi cuello y tus labios correspondían a los míos, y como me sonreíste dándome permiso para hacerte por fin completamente mío, nunca lo olvidaré, nunca olvidaré tus ojos brillantes de lujuria y de amor, tus dulces y delirantes gemidos rozando mis oídos. Realmente tú sí me robaste el corazón. Tú eras mi cuento de hadas, mi princesa preferida, mi amor verdadero, seguro que te acuerdas cuando te susurraba mi dulce princesa enojona, fruncías tu lindo ceño junto a tus labios y me mirabas recriminatoriamente, esperando a que lo retirara, yo no lo hice, y sigo sin hacerlo. Te rodeaba con mis brazos y te acercaba más a mí, susurrándote todos mis sentimientos hasta que caías dormido.
Grabé a fuego todos esos momentos en mi corazón, para así no borrarlos nunca, mi corazón aún se acelera con tan solo mirar tus antiguas fotos, pero junto a él las lágrimas caen, volviendo borrosa mi vista. En cada foto te volvías más y más hermoso, y yo estuve junto a ti en cada una de ellas, viéndote crecer, creciendo juntos, amándonos. He llegado a la última hoja, donde tengo pegada tu carta, no me llegó a tiempo, y maldigo por ello. Corrí al hospital lo más rápido que pude, entré ignorando a todos y en cuanto vi a tu madre interrumpí en la habitación. Agarré tu mano con desesperación, suplicando que no me dejaras, tu como último regalo me sonreíste, aquella sonrisa llena de amor que se instaló en mi corazón, aún ahora me duele recordar como tus latidos se hacían más lentos pero tu sonrisa no se iba. Todo sería más fácil si no me hubieras sonreído así, no puedo olvidarte, pero sería aún más fácil si no me hubieras abandonado. Y lloré en tu funeral, y lloré en la cama vacía y fría que una vez, junto a ti, era cálida y llena de amor.
Y ahora estoy delante de tu tumba, viendo mi reflejo en la piedra brillante donde pone tu nombre. En el árbol que da sombra a tu tumba grabé.
“Jongin siempre amará a Kyungsoo. No te libraras de mi tan pronto, esto no se acaba, porque pronto nos reuniremos de nuevo. Solamente espérame mi dulce princesa enojona.”