Club de fans
1. El plan
Como cada mañana Boa Hancock estaba en la puerta de la escuela escondida tras un árbol esperando que llegara su amado, dejándole arañazos al pobre tronco sin darse cuenta -allí esta- pensó ilusionada, corazones se formaron en sus ojos al ver a Luffy.
-Allí... Esta…- dijo una voz a su lado mientras babeaba y apretaba su mochila, no pudo reprimir la vena que saltó en su frente.
-Mierda… Barto... Deja de respirar en mi cuello- maldijo la chica.
A su lado como todos los días estaba su primo político y único amigo, la única razón por la que no lo pateo como era su costumbre era porque su amado pelinegro parecía traer una playera nueva, y ella prefería centrar su atención en Luffy, lo notó enseguida, siempre notaba los cambios en el.
Monkey D. Luffy era el nuevo alumno de la preparatoria Gran Line, el chico tenia malas notas, era bueno en los deportes pero bastante perezoso, comía como un barril sin fondo sin mencionar sus malos modales, desde el día que entro fue casi expulsado por el vicedirector Lucci, que si no fuera por su abuelo qué en cuestión era el director.
La razón de este hecho era que desde el primer día de clase Luffy había causado un accidente, quemando parte del laboratorio y el salón que estaba a lado de dicha aula, chamusqueando al subdirector en el acto; no siendo expulsado y sobreviviendo a su ira, a la mayoría le pareció un acto estúpido, a Bartolomeo una señal divina, a Hancock una predicción del amor de su vida porque le había salvado.
Y así desde hacía medio año ambos lo espiaban desde que entraba hasta que salía de la escuela. Bartolomeo Caníbal y Boa Hancock pertenecía a tercer año y esta era su última oportunidad de poder estar cerca de su ídolo y amado.
XXX
-¡Esta decidido!- decía entusiasmada una morena con una gran regla aporreándola en el pizarrón.
- ¿Qué?- decía Bartolomeo desinteresado, jugando con una consola de videojuegos, le interesaba Luffy-Sempai no los delirios de la chica.
- Seguiremos… a Luffy…- chillo Hancock abrazando su muñequito que personifica al moreno.
-Eso lo hago diario sin que me lo digas tonta.- decía malhumorado el peliverde, sacándose un moco.
-Eso ya lo sé, ¡maldito acosador!- le recriminó la pelinegra.
- yo, ¿acosador? ¡Tú eres lo sigue hasta la puerta de su casa diario en tu limusina negra!- se levanto de su silla mostrando su playera rosa con la cara de Luffy en el pecho. Una de las tantas que tenia y usaba cuando estaban en su club; esto había nacido de la obsesión de ambos por el moreno.
-es A-M-O-R… - hizo un puchero.
- lo que digas…- se volvió a sentar, ignorándola.
El salón donde se encontraba era una habitación de la escuela, los únicos con acceso a dicha aula era Bartolomeo y Hancock, todas las paredes estaban tapizadas por posters con la imagen de Luffy que habían robado del sistema escolar y de las fotos que le sacaban a escondidas, tanto la presidente y él vicepresidente tenían sus peluches de Luffy y sus pancartas y demás objetos referentes al moreno. Hancock estaba pensando en una línea de juguetes.
-Me refiero que esta será una misión especial del club, lo seguiremos todo el viernes y el fin de semana- sentenció la pelinegra golpeando sus manos en el escritorio.
- ¡Comencemos esta semana presidenta!- grito el peliverde a la chica. Solo le decía así cuando la situación se ponía "seria" referente a Luffy.
- Por supuesto, no hay que olvidar las cámaras, la filmadora, los teléfonos, el camuflaje o los binoculares-
- Presidenta, recuerde que debemos sacar del presupuesto dinero para un nuevo par de binoculares de largo alcance-
- Ya lo sé Barto…- se mordió el pulgar – pero eso reduce nuestros fondos para las figuras de acción y la línea de vajilla de Luffy y la abuela Nyon no me dejara sacar dinero de nuestros ahorros – dijo resignada la chica.
- ¡Podemos quitar parte del dinero que debemos dar a la dirección!- propuso el joven.
- ¡Entonces está decidido!, la próxima vez que venga la estúpida de Nami la tesorera le diremos que no tenemos fondos-
- ¡No le digas así a Nami-sempai!- grito defendiéndola.
- Cállate imbécil, esa mujer siempre está rondando a Luffy... Grr ¡como quiero hacerla desaparecer!- rompió en su mano la regla que aún tenia.
Nami era la tesorera del comité escolar, una tacaña de segundo año que por cuestiones escolares le daba clases particulares a Luffy de matemáticas por sus bajas notas. Por petición del maestro Shanks.
-Nami-sempai es genial en todas las clases, además es amiga de Luffy-sempai como no voy a defenderla de una arpía como tú...- Bartolomeo no pudo continuar su queja porque la pelinegra lo pateo mandándolo al piso y pisándolo con su zapato de tacón negro.
- No me importa esa mujer este es el club de Luffy… ¿entendiste?- se sentó en la mesa con sus piernas cruzadas.
- Arpía...- susurró Bartolomeo levantándose con media cabeza sangrando.
Así ambos jóvenes decidieron seguir a su amado ídolo, faltaban unos tres días para el viernes así que solo les quedaba esperar.
-Me pregunto qué tantas cosas podremos descubrir de Luffy- decía feliz Hancock apretando su peluche en su pecho.