Capítulo 1
Mi nombre es Zhang Yixing y tengo 17 años, en unos mese 18. Llevo 17 años viviendo en un orfanatorio. No sé como son o eran mis padres. Nadie sabe si llegue aquí porque me dejaron o por un accidente. El único indicio que la directora de este lugar, Yuri, pudo decirme es que a media noche alguien tocó la puerta y yo estaba en un cesto, recién nacido. Nadie se encontraba en la puerta, solo yo en el cesto.
El punto es, aquí he vivido por 17 años con la esperanza que alguien me adopte, pero nadie me ve como su hijo, la gente dice que soy raro o que no tengo nada en especial.
Ya con el tiempo perdí la esperanza, hasta que hace unos pocos días, me rendí. La directora me anima y dice “vamos”, tal vez no es tu día de suerte pero yo ya sé que no hay esperanzas.
El orfanatorio, como todos piensan, es pequeño, lleno de niños y niñas huérfanos, obviamente, que se dedican a vivir una vida normal o al menos eso tratan. Hasta que los adoptan, que caprichosos aquellos que logran ser adoptados…
Como no tenemos padres, no nos disponemos del aprendizaje pero si nos enseñan un par de cosas, muy básicas. Yo soy un poco más destacado de los demás. Descubrieron que soy súper dotado. Fui desarrollando mi cerebro rápidamente debido a que como en este lugar no hay nada que hacer, solo leía.
Todos los días, después de pasar a la cafetería a almorzar, me iba a la biblioteca más grande y cercana de la ciudad, Busan. Ahí paso horas y horas leyendo y aprendiendo algo nuevo. Esa es una de las pocas diversiones que tengo en los días.
Claro que en el orfanatorio hay actividades como, deportes y arte pero ese no es mi fuerte. Me gusta más la literatura, la historia y un poco en lo que es matemático.
Claro que no me encuentro completamente solo, tengo a mi compañero de cuarto, Yi Fan, con el de vez en cuando intercambiamos un par de palabras. No hablábamos mucho ya que cuando yo entro al cuarto ya es tarde y este no se encuentra despierto, solo un par de veces que se encuentra despierto, charlamos un rato y después nos dirigíamos a dormir.
Y también se encuentra Luhan que, bueno, es “especial”. Puesto que él y yo no nos parecemos casi en nada, y además que este es extrovertido y yo por supuesto introvertido. Bastante callado. Pero en cierta forma nos entendemos, tenemos muy pocas cosas en común pero bueno ahí no entendemos.
Bueno dejando mi introducción seguiremos el curso de mi vida.
-Yixing, Yixing, Yixing… ¡YIXING!
-¿Qué?-pregunté desconcertado, sinceramente no le estaba prestando atención, bajé mi libro y lo miré con desinterés.
-Oye estúpido te llevo llamando más de 5 minutos, al fin aterrizas a tierra, ¿eh?-dice fastidiado.
-Lo siento-digo con voz baja, no de inseguridad, si no de desinterés- ¿Qué deseas Luhan?
-¿Pues no quieres hacer algo?-dice haciendo un puchero-¿no te cansas de leer?
-No-paso la siguiente página.
-Aigoo… -hace una pausa y mira al techo-Crees… ¿Crees que alguna vez nos adoptaran?
-¿A qué viene esa pregunta?-cierro el libro y lo miro.
-Solo reflexiono-voltea y me mira con melancolía en los ojos- llevamos 17 años aquí y nadie nos adopta, y a esta edad es muy difícil que te adopten. ¿Qué tal si nos quedamos aquí para siempre? Sin padres, sin estudios, sin amor, sin una vida propia, que nos mantengan de por vida y…
Un sordo truena se oye en el salón.
Lo había abofeteado.
-Se que no soy la persona más indicada a decir esto pero, hay que creer Luhan…
-Oyeee-hizo un puchero, sep volvió a ser el mismo Luhan-eso fue malvado…
Hay veces que Luhan tiene su ataque de depresión. No tanto de depresión pero, ya saben a lo que me refiero. Luhan es un chico que como notaron tiene mi edad, solo un par de meses mayor que yo. Este chico es súper extrovertido pero a veces le da un ataque de depresión y piensa que nunca lo adoptaran y que no saldrá de aquí, lo cual es irónico porque yo pienso lo mismo pero yo pienso un poco más positivo al respecto. Él, al igual que yo, nos dejó al nacer, pero como él nació antes, a él lo dejaron antes de que yo llegara.
Lo conocí, no solo porque estuviese en el mismo orfanatorio; todos en el orfanatorio se conocen ya que este lugar no es muy grande que digamos, si no que un día este se encontraba llorando en una esquina. Este me llamó la atención. No hace mucho no le prestaba atención, pero desde ese día fue que hicimos contacto.
Bueno el punto es, este estaba llorando y me dirigí a él, teníamos una edad alrededor de los 8-9 años. Yo me le acerqué. No sé porque me llamaba la atención.
-¿Qué te pasa?
Este subió su cabeza que estaba entre sus rodillas y me miró-Nadie aquí me quiere, mis padres no me quieren, mi hermano, Hansol, no me quiere (¿No les conté que Luhan tiene un hermano menor llamado Hansol? Larga historia, después les cuento sobre él), no sé porque existo-dijo sorbiendo y sollozando.
-Mira, ¿Luhan?-asintió- Apenas tenemos 9 años de edad, tenemos todavía una larga vida para que nos adopten, tranquilo, algún día nos adoptaran, ¡Lo prometo!
Y pues desde entonces Luhan y yo estamos más cercanos. También me atrajo su carita tan fina y linda, no, no es que me gustase, simplemente es que tiene una cara, que parece de chica, y exalta su inocencia.
Cambiando de tema, pero en esa misma línea de pensamiento, les contaré de Hansol, el hermano “menor” de Luhan. En realidad estos eran mellizos, son bastante fáciles de distinguir pero ambos tienen esa cara fina que bueno no tengo que repetirlo. Espero que no lean mis pensamientos porque si no me matan si saben que pienso que parecen unas chicas.
La unión de estos dos no es mucho pero si se llevan bien. Lo que sucedió en ese tiempo es que se habían peleado y Hansol molesto le gritó que no lo quería y pues Luhan era muy sensible, tal vez lo sigue siendo pero lo esconde para que nadie sepa que en verdad está deprimido en el fondo, como todo niño abandonado aquí.
Volviendo a la realidad…
-Eso fue muy malvado de tu parte-dice sobándose la cara con la mano.
-Es para que reaccionaras. Además quién sabe tal vez alguien llegue hoy y nos adopten a los tres. Tú, Hansol y yo-dije sonriendo, claro como si eso fuero a pasar, pensé.
-Hansol, Luhan y Lay vayan a la oficina de Yuri-dice la vicedirectora, Sunny.
Yo y Luhan nos miramos entre sí y solo subimos los hombros como diciendo “yo no sé”.
Buscamos a Hansol, llegamos a la puerta de la directora Yuri y tocamos la puerta ligeramente.
-Adelante.
Pasamos los tres y tomamos asiento para ver de qué se trataba este inesperado llamado. Todos estábamos en silencio, hasta que Luhan tomó la valentía y preguntó.
-¿Qué sucede?
-Vayan a buscar sus cosas de la habitación.
-¿Qué nos va a hacer?-dice Luhan con notable nervio. Creo que pensaría que nos echaría a la calle ya que nadie nos quiere, yo no lo dudo.
-Alguien… Los quieres adoptar a los tres-dice con una sonrisa.
-¿¡QUÉ?!-dijimos al unísono.