Capitulo 1
Tire la mochila a un rincón del estudio y choque cinco con Yan Yo Seop cuando este se disponía a salir.
-Eh, Jun Hong, gracias otra vez por cubrirme el turno de la noche, odio quedarme este turno casi siempre me quedo dormido – dijo, acababa de poner a una banda de Grunge de tercera generación, que me sacaba del quicio, pero supe ocultarlo con una sonrisa de todos modos.
-Un placer hyung
-Ya veo, antes no te gustaba este turno.
Y tenia razón últimamente en estos meses lo que hacia era buscar como amiga a la noche, soy mucho mas nocturno de lo que era antes pero no me importa. Me encogí de hombros.
-Las cosas cambian.
-Bueno, que se te sea leve esta noche.
Después de que Yan Seop se hubo largado, pro fin tenía el estudio para mi solo. Baje las luces de modo de que lo único que resplandecía era el cuadro de control y los interruptores y diales los cuales parecían futuristas y siniestros. Me acaricie mi pelo rubio con celeste que anteriormente era rosado chicloso para desestresarme. Llevaba unos vaqueros y una sudadera que había pasado de moda.
Una de las cosas buenas de trabajar en una emisora de radio por la noche era que no tenia que arreglarme tanto para estar presentable para alguien.
Me coloque los cascos y me recosté en la silla, en cuanto pudiera, pondría mi música. Baudus seguido The Pogues. Esos los despertaría, para mi ser DJ era lo mejor, era como ser Dios. Yo controlaba las ondas ¿Y ser DJ en una emisora de radio alternativa? Eso era ser Dios con una misión.
Mis ilusiones acerca del verdadero poder de ser DJ en una radio se habían visto echadas a tierra con el paso del tiempo. Había iniciado en la emisora de la universidad. Me había graduado hace unos años atrás y había conseguido mi puesto en KNOB. Y en ese tiempo mi cabeza estuvo llena de elevados ideales, opiniones y de principios filosóficos los cuales nunca llegue a pronunciar dentro del campus, pero a fuera de él al mundo no le importaba. El mundo era un lugar mucho mas grande y yo estaba perdido en el, pero a la mierda todo eso.
Encendí el micro
Buenas noches, Denver. Aquí su DJ Zelo en la KNOB. Son las doce y media y estoy muy aburrido así os voy a obsequiar con estupideces hasta que alguien llame, y pidan alguna canción anterior a 1990.
>> Tengo el nuevo número de Wide World Of News. Lo cogí cuando fui a comprar algo para cenar. El titular dice << El niño murciélago ataca de nuevo>>. Creo que como la quinta historia que sacan en este mes. Ese crio no para, Da igual el caso es que con lo visible que este chico según el Wide World Of News, supongo que alguien ahí afuera lo habrá visto ¿Habéis visto al niño murciélago? Me gustaría oírlos. Las líneas permanecen abiertas. Sorprende mente al instante entro una llamada, Genial.
-Hola
-¿Crees en vampiros?
No respondí al instante. Cualquier otra persona en mi lugar hubiera soltado cualquier palabra que hubiese pasado por la cabeza, pensado: seguro otro bicho raro intentando llamar la atención.
-Si dijera que si ¿Me contaras cualquier historia buena?
-Entonces ¿Si crees en ellos?- era una voz de hombre, poseía una voz clara y pausada.
Esboce una sonrisa con mi voz.
-Si
-Las historias del niño murciélago creo que son una tapadera como todas esas historias que salen en los tabloides y en los programas.
-¿Si?
-Todo el mundo se lo toma como una broma. Demasiado exageradas y fuera de lógica. Así todo el mundo cree que es una broma y que hubiera algo así afuera nadie lo tomaría en cuenta.
-¿Quieres decir que nos los están escondiendo en nuestras propias narices? ¿Y que quieren que se hable lo suficiente de esos sucesos sobrenaturales, para que al final desviar la atención a la verdad?
-Si eso es.
-Entonces quienes son los encubridores y que cubren?
-Ellos. Los vampiros. Están encubriendo... bueno... están encubriendo todo a las brujas, lycras, vampiros, magia negra...
-Para el carro Van Helsing.
-No me llame así. Se oía enfadado.
-¿por que no?
-No me parezco nada en el. El era un asesino.
Me acerque más al micro, tenia la piel de gallina.
-¿Y tu que eres?
-Eso da igual. He llamado por lo del tabloide.
-Si el niño murciélago ¿crees que es un vampiro?
-Quizá no específicamente, Pero antes de que pases a otro tema piensa en todo lo que puede haber allá a fuera.
Lo cierto era que ya no lo tenía que hacer. Yo ya lo sabía.
-Gracias, por el consejo.
Colgó.
-que llamada mas intrigante- dije, en parte para mi, olvidándome que estaba al aire.
El mundo del que el hablaba (vampiros, lycras, etc.) era un espacio muy cerrado y secreto, incluso para aquellas personas que terminan ahí por un simple error. Las personas que caían en esa región eran abandonadas a su suerte sin protección pero que más se podía esperar. Lo único que podías hacer era hundirte o nadar para salir con vida por así decirlo. Pero una vez a dentro de los sobrenatural era algo que no podías hablar a la primera ¿quien te iba a creerte?
Pero tampoco es que hablase de ese tema al aire todo el tiempo solo era un programa de radio que se emitía a la madrugada y que lo único que quería era trasmitir era la música.
Erguí la espalda e intente ordenar un poco mis pensamientos.
-Bueno, esto suscita una posibilidad. ¿Acabo de recibir solo la llamada de un tarado que cree en hadas o es otra cosa? Tengo que saberlo. ¿Tienes alguna historia que contarme acerca de algo que no existe? Llámame.-Puse a Concrete Blonde mientras esperaba.
La canción estaba por terminas y la luz del teléfono empezó a parpadear lo que significa que había una llamada.
-Hola. Zelo al habla.
-Hola... creo que se lo que habla ese tipo. Dicen que los lobos se extinguieron hace tiempo. Pero unos amigos míos tienen una cabaña en Nederland y juro que he oído aullidos de lobos. Ya llame a las autoridades pero siempre dicen los mismo que no existen. Pero no lo creo.
-estas seguro que son lobos y no coyotes. Ese era yo intentando ser la mas natural que podía. Pero yo ya había estado en ese bosque y sabia de lo que ella hablaba era cierto bueno a medias.
-Se como suenan los coyotes y no se parecen en nada. Quizás sean hombres lobos o cosas así.
-¿lo has visto alguna vez?
-¡Noo! Me da miedo quedarme allí de noche.
-Bueno lógico. Gracias por telefonear.
Después de esa llama recibí otras parecidas las cuales me narraban cosas sorprendentes de vampiros, ataques de lycras que no salieron a la luz, círculos en los cultivos.
Solo quedaban me quedaban unos minutos al aire, así que decidí atender la ultima llamada
-Hola Zelo- su voz sonó apagada, cansada-. Soy un vampiro. Y se que me crees.
Debía de haberlo percibido en mi voz todo este tiempo. Seguro esa era la razón por la que me había telefoneado.
-Vale-. Dije
-¿Puedo hablarte... de algo?
-Claro.
-Soy un vampiro. Me atacaron a y me convirtieron en uno de ellos en contra de mi voluntad hace como 5 años, y también soy un ferviente católico. Es muy duro... tu ya sabes dejando a un lado las bromas sobre la sangre y la eucaristía... ya no puedo entrar a la iglesia... no puedo entrar a misa. y no puedo matarme porque esta mal. Y mi doctrina católica dice que mi alma se encuentra perdida y que soy una atrocidad de la creación de Dios. Pero Zelo no me siento así una cosa es que mi corazón haya dejado de latir y no significa que haya perdido mi “alma” ¿No?
Seguía escuchando todo, estaba recostado en mi silla yo no era pastor, ni psicólogo y no estaba calificada para repartir consejos a la gente sobre su vida espiritual. Pero aquel chico me daba pena, parecía tan triste. Lo único que podía hacer era intentarlo.
-No puedes ir a ver a tu párroco para contárselo, ¿No?
-No-. Dijo riéndose un poco.
-Vale. ¿Has leído el Paraíso perdido?
-Eh... No
-Claro es verdad, casi nadie los lee. Trata sobre la guerra de los cielos, la rebelión de los ángeles, la caída de lucifer y la expulsión de Adán y Eva. Habla en largos monólogos de lo que piensa sobre la búsqueda del alma. ¿Crees en un Dios que comprende y perdona? Esto es algo entre Dios y tu, tendrás que resolverlo solo.
-Si suena razonable. Gracias. Gracias por haber hablado conmigo.
-No hay de que.
A las cuatro de la mañana empezaba el próximo turno. No fui directamente a casa para meterme en la cama, aunque estaba agotado. Todas aquellas historias me dieron en que pensar haciendo que mi cabeza doliera a horrores. Cuando trabaja por la noche siempre quedaba con Zico para ir tomar algo en una cafetería. Estaría esperándome.
Llegue por fin a la cafetería y Zico no daba señales de vida. Esta luego de unos minutos. Llevaba un abrigo militar y caminaba con los hombros caídos, echo una ojeada a su alrededor analizando a todas las personas que estaban ahí no me miro esta que se vio sentado frente mío.
-Hola Zelo-. Con señas le pido a la camarera 2 tazas de café. Fuera del recinto el cielo estaba gris avisando que pronto llovería-. ¿Como te ha ido?
-No me has escuchado?-. No quería aparecer decepcionado pero es que tenía muchas ganas de comentar el programa.
-No lo siento. No estaba en casa.
Cerré los ojos y respire profunda y silenciosamente. Grasa, aceite de motor, cigarrillo, mal aliento, nervios. Mis sentidos lo percibían todo, incluso mas, había un olor mas fuerte uno que conocía a la perfección era tierra, a bosque, a pelaje de animal y sangre.
-Saliste a correr. Te transformaste en lycan-. Dije sin las mas pisca de respecto en mis palabras-. Joder si sigues así, perderás por completo el control.
-Lo se, lo se. Pero... me hace sentir tan bien-. Su mirada se trasformo era distante, sabia que sus pensamientos no estaban ahí si no seguían recordando cuando se trasformaba en lycan correr libre sin temor a que nadie te atrape, perseguir, cazar, sangre... ya va que estoy pensando concéntrate Zelo.
-Ven conmigo la próxima vez. Mañana
-No hay luna llena hasta la semana que viene-. Dije. Me gusta ser humano.
Zico aparto la vista y golpeteo la mesa con el tenedor.
-No estas hecha para esta vida.
-Me las apaño bastante bien.
Ese era yo dándome palmaditas en la espalda por haberme puesto completamente loco en estos últimos años, desde el ataque que me cambio. Seguimos hablando de otros temas ambos sabíamos que si seguíamos hablando de ese tema seguro terminaríamos peleando.
Me fui a casa, dormí y regrese a la KNOB a la noche siguiente. Maslo, el director de la emisora me esperaba y me entrego una pila de papeles. Todos eran mensajes telefónicos.
-Lo que quiera que hicieras anoche... ¿podrías hacerlo de nuevo