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Maldita memoria. por JackyFCamui

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Notas del fanfic:

Bueno, este es mi primer fanfic ( _ _)", me gusta mucho escribir pero... ¡Un fanfic nunca he escrito! Espero y sea de su agrado y amen tanto el GakuHai como yo. ♥

Los fuertes rayos del sol habían entrado de manera súbita entre los espaciados que las cortinas de aquellos grandes ventanales habían dejado. Era verano, de eso no había duda alguna, pues los mismos rayos comenzaron a iluminar con todo ímpetu la gran y nada modesta habitación. Definitivamente el sol quería hacer un enorme llamado para que todos despertaran al son de su luminiscencia.

La oscuridad comenzó a esparcirse dando a conocer un enorme desastre dentro de la habitación. ¿Acaso era la habitación de un niño pequeño?; sábanas en el suelo, almohadas por doquier, ropa encima de todos los muebles existentes en esa habitación, adorno y cuadros rotos los cuales formaban obstáculos en el reluciente vitropiso.
Era como si un huracán se había encargado de hacer todo su trabajo solamente en esa habitación, colocando absolutamente todo de cabeza.

Encima de la gran, redonda y lujosa cama descansaban un par de cuerpos sumergidos en un mar de sábanas blancas, las cuales se encontraban repletas de manchas de alcohol, o al menos eso parecía.
Dentro de esa selva de telas se pudo apreciar claramente como un bulto cobraba vida. Uno de los cuerpos comenzó a moverse de una manera tan torpe, tan lenta y tan sutil, provocando que la sábana que cubría su rostro se deslizara, dejando al descubierto el mismo.

Aquel hombre con rasgos finos pero a la vez masculinos mantenía sus ojos cerrados todavía, dando a notar como Morfeo aún reinaba en por todo su cuerpo. No tardó mucho tiempo en despertar, pues los rayos de luz pronto se posaron sobre sus ojos de color café, los cuales se sometieron ante la crudeza de aquel despertar.

—Hmp… —El hombre de negros y largos cabellos se había quejado mientras apretaba con total fuerza sus ojos. ¡No se quería levantar! El cuerpo le pesaba muchísimo; inclusive le dolían muchas partes de su cuerpo, ¿a qué clase de monstruosidad fiestera se había sometido? Fuera la que fuera, no se acordaba de absolutamente nada, ¡De nada!

Los ojos del hombre comenzaron a abrirse poco a poco, notando como a su lado se encontraba una silueta la cual lo acompañaba en su descansar.
Inspiró hondo, e hizo un gran esfuerzo por levantarse tan solo un poco; quedando así sentado sobre su gran cama, mirando fijamente aquel pequeño cuerpo el cual le daba la espalda. Y vaya que hermosa y delicada espalda poseía, tan blanca, tan bonita, tan pequeña. Esa espalda que era adornada muy apenas por unos castaños cabellos los cuales estaban muy cortos a su parecer. Rápidamente esbozó una ladina sonrisa.

—¿Será una de mis chicas? —Se preguntó en un pequeño susurro, sin tener la más mínima intención de despertar a esa bella mujer.

Retiró las sábanas de su cuerpo para abrirse paso a levantarse, dándose cuenta que estaba completamente desnudo, aunque eso no le importaba en realidad, estaba en su casa ¿o no?

Emprendió su andar en busca de un vaso de agua, pues su garganta se sentía insoportablemente seca. Digna de una noche de fiesta completamente salvaje.
Pasó a un lado de su famosa fuente la cual estaba completamente chorreada. Notó como algunas botellas de vino estaban flotando por toda esa agua.
“¿Es en serio? ¡La mejor noche de mi vida y no recuerdo absolutamente nada!”, pensó.
Joder, joder, joder. Él solo necesitaba su vaso de agua, ya pronto mandaría a alguien más a limpiar y descubriría el misterio de aquella gran fiesta. Pero, al llegar a su living se escuchó claramente una voz chillona…

—¡GACKT SAMA! —Chilló una mujer semidesnuda la cual se encontraba sentada, con un aire claramente molesto en su semblante. —¡Fue la noche más horrible de mi vida! —Volvió a chillar, esta vez mostrando una gran molestia en su dudar.

—¿Eh? —Gackt alzó una de sus cejas, estupefacto de lo que había escuchado. —Repite lo que…

—¡LA PEOR NOCHE DE MI VIDA! ¿ENTENDISTE? Te cobraré el doble por hacerme venir hasta aquí para nada. ¡Me hiciste perder mi tiempo! ¿Piensas que mi trabajo es una broma? ¡Pues no lo es!!

Se escuchó el portazo. La chica se había levantado molesta, incontrolable y había dejado al gran Gackuto Camui parado, desnudo y con la boca completamente abierta, sopesando esas palabras que eran nuevas para él.

“La peor noche, la peor noche” ¿Una mujer había dicho eso? ¿Estaba en una pesadilla? ¿Era acaso el fin del mundo? ¡Imposible!
Todos los comentarios que recibía de parte de las mujeres siempre eran:

Oh Gackt… fue estupendo.

—Oh Gackt, me hiciste conocer el paraíso.

—Oh Gackt, ¡Cásate conmigo!

—Oh Gackt, sí… así. Mhn, más.

—¡Oh, oh! Gackt… dame más noches así.

¿Dónde quedaron esos comentarios?
¿Dónde quedaron esos tiempos?
¿Dónde quedó su energía? ¿Dónde quedó su kiai?
¿Dónde quedó su orgullo?

—Oh. Ahí estás. —Dijo el hombre “maduro”, mientras mantenía su sonrisa ladina y sus ojos posados sobre su entrepierna, mirando con gran orgullo sus… “orgullos más grandes”. —¿Cómo alguien puede negarse a esto?—Mencionó en voz alta, volviendo a darse cuenta como su desnudez reinaba el momento al igual que el silencio.

Paz.

Calma.

Tranquilidad.

¡La mujer desnuda en su cama!

Gackuto abrió grande sus ojos y se apresuró a recorrer los inmensos pasillos de su hogar. Llegó hasta su habitación casi destrozada y miró como aquella bella mujer continuaba sumergida en un sueño profundo.

—Princesa, despierta…— Dijo en un suave susurro, acercándose a la chica y colocando con toda la delicadeza del mundo sus dedos sobre el rostro ajeno, el cual estaba cubierto de aquel cabello café como el roble. Paseó con lentitud la yema de sus dedos sobre aquellas mejillas, con una dulzura sin igual. Esa mujer fue la dueña de su noche anterior. Siempre la que dormía en su cama era la que ganaba, era su favorita, era su ganadora.

Un escalofrío le recorrió por la espalda al tener contacto con esa piel, recordando muy apenas esos momentos de pasión. Las caricias, los besos, la fricción de sus cuerpos calientes y empapados del sudor los cuales solo significaba el deseo enorme que sus cuerpos tenían.
Deseaba ver su rostro, contemplaba con hambre esos delgados labios entreabiertos sumergidos en un profundo sueño.
Acercó sus dedos sobre los cabellos que impedían vislumbrar su rostro, los hizo a un lado ,mirando y contemplando la belleza del rostro el cual se parecía tanto a…

—¿¡HIDETO!?

—¿Hm? ¿Gacchan?

Un golpe sordo se escuchó.
Gackt había caído al suelo, mostrando sin vergüenza alguna todo lo que Dios le dio.

—¡Joder, ponte algo! —La gruesa voz de Hyde retumbó en toda la habitación. Tomó la sábana que cubría su pecho desnudo y se lo arrojó a Gackt para que se cubriera.

—¿Pero qué? —Gackt balbuceaba, el mundo se le venía encima. ¿Qué rayos estaba haciendo Hyde en su cama? ¡EN SU CAMA! Nunca dejaba que alguien más se durmiese ahí, a menos que…

—¿Realmente lo olvidaste?  –Alzó una de sus cejas. El más pequeño (de estatura, claro) estaba despreocupado, es más… ¡Hasta se miraba resplandeciente! —Gackt, hicimos el am...

—¿QUÉ? –Gackt abrió grande sus ojos y se levantó de inmediato. Su cara era de horror, de terror. ¿Es en serio? ¿Le estaba pasando eso a él? —Estás bromeando, tú y yo no pudimos… acos…acost… ¡AH! Estás jugando Hyde.

Hideto se levantaba tranquilamente mientras se vestía, se colocaba sus pantalones como si nada y buscaba su playera la cual estaba en el suelo. Sin problema alguno se acercó hasta ella para poder ponérsela.

—¿Cuánto alcohol tomaste? Gacchan, pasamos la noche juntos, ¿hay algún problema?

—¿PROBLEMA? ¡CLARO QUE LO HAY! Joder Hyde, ¡Qué asco! —Gackt decía aquellas palabras sin siquiera pensarlo, repetía que era un asco, lo decía con total libertad mientras que su boca no paraba de hablar. Sus manos se posaban en sus cabellos y los apretaba como muestra de estrés. Hyde se detuvo en lo que hacía, y le miraba con los ojos como platos.

—¿A..asco?

—¡ASCO! ¡¿Cómo crees que me acostaría contigo?! Yo me acuesto con mujeres, yo follo a las mujeres, las hago gemir… a hombres no, joder. ¡JODER!

Hyde se quedó callado, fue increíble como su mirada y su semblante cambió inmediatamente. Inspiró hondo, sintiendo claramente como aquellas palabras por parte del más alto resonaban en su cabeza, le dolían.

—¡Si tanto asco te doy entonces…!

—¿Entonces qué, Hyde? ¡No digas ni una sola palabra de esto, joder! No quiero que se enteren que te lo hice, a un chico y…

—¡Tú no me follaste! ¡YO TE FOLLÉ A TI! Y si tanto quieres olvidar esta noche hazlo. Pero te jodes… en tu vida vuelvas a verme, si tanto te doy asco.

Se escuchó el portazo, Hyde se había ido, lo había dejado solo, desnudo y confundido.

El corazón de Gackt latía con fuerza, sus ojos se mantuvieron completamente abiertos junto con su boca. No pudo articular siquiera una palabra. No sabía que era, no sabía que sentir en esos momentos. No sabía si odiar a Hyde por romper esa etiqueta de “semental” que siempre ha tenido. ¡Su orgullo se había roto! Pero… algo extraño sucedió. ¡No lo supo en ese momento! Le dolió, no solo su orgullo. Le dolió que Hyde le haya dicho esas palabras, le dolió que él lo haya dejado sin explicación alguna. ¡Tenía que descubrir que era lo que había pasado esa noche!

Salvar su orgullo, salvar su amistad, salvar la polémica. Tenía muchas cosas que salvar. Gackt estaba decidido, las salvaría una a una y descubriría lo que en verdad pasó.

“¿Gackt pasivo? JÁ, NI DE JODA”. Pensó.


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