Amanecia un nuevo dia en una cabaña del bosque cerca de una montaña, donde estaban viviendo actualmente un apuesto guerrero de clase baja con cabellos alborotados y un seductor príncipe con los cabellos en forma de llama. El primero en levantarse, como siempre, fue el príncipe vegeta por su costumbre de madrugar para aprovechar el día entrenando. Pues no le gustaba perder el tiempo sin hacer nada en la cama o sentado, a menos que su cuerpo exigiera reposo. Sin embargo, el día de hoy tenía una razón de peso para haberse levantado igualmente temprano. Y una vez que se levantó, vegeta fue directo al baño a asearse para bajar acto seguido a la cocina a desayunar. Y una vez allí, sentado en la mesa, tras haberse preparado el desayuno dispuesto a tomárselo, sintió el ki el de su soldado acercarse, mientras se estaba bebiendo el zumo, viendo como el guerrero goku de cabellos alborotados se dirigía a la cocina a por su desayuno, como siempre con cara de zombi y los pelos mas alborotados que de costumbre. Pues a diferencia del príncipe vegeta, el soldado goku lo primero que hacia al levantarse era ir a desayunar. Pues lo que más le gustaba a goku en el mundo era comer, aparte de entrenar y vegeta. Pero eso lo mantenía como un secreto profundo para sí mismo. El príncipe afortunadamente ya estaba más que acostumbrado a sus aspectos mañaneros, a su forma inocente y alegre de ser y por supuesto a su forma sin fondo ni muchos modales que digamos a la hora de comer. En algunos casos, incluso a veces, le resultaba graciosa la forma de comer de su soldado. Pero se obligaba a sí mismo por su honor y orgullo intachables a no mostrar ese tipo de sentimientos estúpidos en público, aunque fuera a solas con su soldado. El era un príncipe, y se decía a si mismo que su rango exigía ese tipo de orgullo y modales fríos y serios. Y mientras éste reflexionaba, nuestro querido goku ya se estaba sentando dispuesto a devorar su ansiado desayuno. Lo cual por el leve sonido de la silla, hizo salir al príncipe de su trance pensativo.
-Vaya Kakaroto. Es la primera vez en mucho tiempo que te levantas tu solo temprano sin tener que obligarme a despertarte yo- Dijo vegeta serio sin mirarlo con los ojos cerrados y los brazos cruzados.
-Ya lo sé vegeta. Pero como me dijiste que hoy debíamos madrugar, me puse el despertador. Por no mencionar que ayer me acosté más temprano para que me costara menos levantarme- Dijo sonriendo como siempre.
-Menos que has aprendido a escucharme como es debido. Ahora termínate el desayuno y ve a asearte para irnos a ese internado. Hoy tenemos muchas cosas que hacer. Se poco a poco se acerca el momento.
-Descuida vegeta. Ya lo sé- Dijo goku no muy conforme con sus ideas. Pero igualmente dispuesto a seguir a su príncipe hasta el fin del mundo si era necesario. Tras terminar su desayuno, Goku se disponía a darse un baño y asearse para salir, mientras vegeta se aseguraba de que las maletas estaban preparadas y no se dejaban nada olvidado. De algún modo, sentía pena por tener que irse de aquella cabaña tan modesta en la que se vieron obligados a vivir hace años. Pero la pena no le duraba mucho, pues él era demasiado orgulloso y frío como para dejarse llevar por ese tipo de sentimentalismos baratos. Pues aunque hayan vivido ahí varios años, no tenían más remedio que irse de allí cuanto antes para instalarse en el internado que se convertiría temporalmente en su nuevo hogar. Y una vez su soldado estaba aseado, alimentado y totalmente equipado, abandonaron aquella cabaña dejándola completamente vacia como si nadie jamás hubiese vivido antes ahí dentro, elevaron el vuelo, y guiándose por aquella misteriosa carta que les llego hace unos pocos meses, ponían rumbo hacia su nuevo hogar asolados del mundo exterior, pero aun así, contando con todas las comodidades necesarias para vivir a gusto, y proporcionarles tal vez a nuestros queridos saiyajins, la posibilidad de estar cada vez más cerca de su venganza. Al cabo de unas 2 aburridas horas de vuelo que se pasaron sin hablar, pues goku era demasiado tímido y tampoco sabía que decir, y vegeta por su parte era demasiado serio, no tenía nada de que hablar y solo pensaba en llegar cuanto antes, aterrizaron por fin a pocos metros de una gran puerta de forjadas con adamantium y cerradas con un cerrojo y cadenas de titanio.
Se quedaron un momento mirando aquella gigantesca puerta, y después se miraron cara a cara por un breve momento diciendo con la mirada: “que hacemos”. Y tras apartar la mirada y volver a mirar esa puerta, goku llamó la atención de vegeta para indicarle que localizó una especie de telefonillo pegado a la puerta, el cual no vieron antes pues estaba oculto por una rama que el viento movió muy oportunamente dejándolo a la vista de los saiyajins. En seguida fueron hacia él, y volvieron a mirarse con curiosidad esta vez preguntándose con la mirada, quien llamaría. Y sin previo aviso, justo cuando goku se había lanzado a pulsar el botón, una puerta que se encontraba mas al fondo que daba acceso al edificio se abrió de repente, dejando ver a un señor maduro de uno 40 y pocos años, elegantemente vestido, con esmoquin y pajarita dirigirse hacia ellos. Y cuando llegó, los miró fijamente de arriba abajo lo cual incomodó a goku y molestó severamente a vegeta. Y cuando vegeta estaba a punto de replicarle nada, aquel señor habló.
-¿Son los… sailatins? –Dijo no muy seguro de haberlo dicho bien
-¡ES SAIYAJINS ESTÚPIDO INSECTO!- Gritó vegeta tras sentirse insultado hacia su raza.
Entonces quién sabe de donde le vino, vegeta empezó a sentir un fuerte dolor de cabeza de forma intensa que lo hizo tirarse al suelo con las manos en la cabeza gritando con deseo de que aquella agonía terminase. Y goku estaba realmente atacado de los nervios al ver asi a vegeta y no saber que hacer para ayudarlo, hasta que observó como aquel señor miraba muy seriamente a vegeta con el ceño fruncido mirando sin cesar a un punto fijo de vegeta. Su cabeza. Y entonces pensó que si era verdad lo que decía la carta de que aquel lugar era habitado por seres especiales con dones como ellos, a lo mejor este señor estaba usando algún tipo de poder mental sobre vegeta por haberle gritado. Lo cual hizo que aun sin estar seguro del todo de su propia teoría, se acercase mas al hombre, suplicándole que lo dejara en paz y aceptara sus disculpas en su lugar. Lo que hizo que acto seguido tras sus palabras, el señor se irguiera firme nuevamente, cesando así el dolor de vegeta, y guió su mirada esta vez a goku de manera más serena y ofreciéndole una sonrisa satisfecha. Lo cual dejo a goku de lo mas confundido, hasta que el señor al verlo algo desconcertado, se ofreció a explicar su actitud mientras volvía su mirada nuevamente a vegeta pero esta vez sin hacerle nada.
-Siento haberme confundido con nombre natal de vuestra raza. Pero no por eso tenia este jovencito ningún derecho a levantarme la voz de esa manera tan grosera, maleducada y arrogante. Lo dejé ir al comprobar que al menos usted tenia modales. Pues aunque debería haberse disculpado él, (dijo señalando a vegeta), me basta con las suyas. Y espero que haya aprendido usted algo de esta experiencia jovencito – Dijo el hombre mirando a vegeta mientras goku le estaba ayudando a levantarse y se ofreció a llevar su maleta. Lo cual vegeta negó al momento apartando su mano de forma brusca.
-No necesito la ayuda de nadie insecto.
Y no tengo que aprender lección ninguna. Lo que hice fue defender mi honor y orgullo. Mi raza merece un respeto. Y no tolero que absolutamente nadie se atreva a insultarnos.
Dijo agachándose a coger su maleta de las manos de goku.
-ya le dije que fue un error. Y su excusa sigue sin justificar su falta de modales jovencito.
Hmp! – dijo sin más dispuesto a entrar en la por la gran puerta, cayendo al suelo de golpe tras recibir el impacto contra una especie de escudo invisible.
El señor al ver esto al principio se quedó de lo más pensativo y extrañado. Pero al minuto se calmó, pensando en la posible razón más lógica de porque aquel muchacho no pudo pasar. Y se dispuso a comprobar su teoría mirando a goku y pidiéndole que ahora lo intentase él. Éste obedeció con algo de miedo y a paso lento con la mano alargada como esperando tocar algo. Pero caminaba mas y mas, y no sentía absolutamente nada, y cuando se quiso dar cuenta, ya estaba dentro. Entonces miró al señor y este le sonrió.
-Ya sospechaba que usted si podría entrar. –le dijo a goku para mirar luego otra vez a un molesto vegeta que con la mirada exigía una explicación.
-lo que lo hizo a usted caerse, joven, fue nuestro escudo mágico protector. Cuya función es básicamente como su nombre indica, proteger a los que viven aquí. Y solo aquellas criaturas nobles y por supuesto con poderes y/o dones pueden entrar. Es por eso que aunque su amigo y usted sean de la misma raza y probablemente compartan los mismos poderes, al ser usted así de maleducado y arrogante a diferencia de su amigo, no ha podido cruzar la puerta. Más le vale plantearse ir cambiando su actitud si desea entrar aquí –Informó a vegeta de forma suave pero directa.
-No tengo por qué cambiar mi forma de ser, maldita sea. Estamos aquí cumpliendo con lo que dice ésta condenada carta, dejando todo atrás para que me digan ahora que no puedo entrar a un estúpido internado para raritos que no me llegan ni a la suela. –Dijo vegeta arreglándose la ropa que se mancho de tierra y lleno de arrugas tras su caída, y cogiendo la maleta dispuesto a irse de nuevo a la cabaña sin mirar a nadie ni a nada. Pero antes de que diera un solo paso, sintió que alguien lo agarró suavemente y con firmeza el brazo, y al girarse se topó con la cara de goku que le suplico con la mirada que no se fuera.
-vegeta, no puedes irte. Recuerda a lo que hemos venido –le dijo goku un poco más serio sin soltar su agarre.
Ya lo sé idiota – dijo soltándose del brazo de kakaroto y enfrentándolo con la mirada. -¿Y qué sugieres que hagamos? Este maldito lugar la ha tomado conmigo y no puedo entrar. ¿se te ha olvidado ese detalle kakaroto? – se cruzó vegeta de brazos.
-No vegeta. Claro que lo sé. Pero tiene que haber otra manera de que puedas entrar sin cambiar tu forma de ser.
Aunque desearía que cambiaras un poco, tampoco me importa.Estoy acostumbrado. Y no pretendo obligarte a cambiar. Te acepto tal cual eres.
Pensó goku para sus adentros. Lo cual le provocó un pequeño sonrojo que afortunadamente vegeta no captó pero si el señor de esmoquin. Tras lo cual sonría de forma algo picara y hablo de nuevo.
- Es posible que haya dado con la solución a vuestro problema –dijo acercándose a ellos con paso lento y las manos entrelazadas tras su espalda.
Ambos miraron a su manera al hombre esperando ansiosos una respuesta, la cual recibieron al momento.
-es posible que ambos sean capaces de entrar si van de la mano o abrazados o uno en brazos del otro. Pero la cosa es, que quizás consigan entrar los dos a la vez, si de algún modo, por así decirlo, entran juntos. Y la mejor forma es mediante el contacto físico. Entonces goku al imaginarse asi con vegeta no pudo evitar otro sonrojo leve paro algo mas evidente, el cual siguió pasando desapercibido para vegeta, pues no le prestaba la menos atención en ese momento. Pero en cuanto vegeta se giro para mirarlo directamente, de los nervios, el sonrojo se le apago al instante justo a tiempo para que no lo viera. Y vegeta cogió con una mano su maleta y con la otra agarró la mano de kakaroto y dio un paso, y se paro esperando a que kakaroto reaccionara y cogiera su maleta para intentar entrar de una vez por todas y acabar con esta tontería. Y a falta de un paso para cruzar el escudo, y con las manos aun cogidas y las otras ocupadas con las maletas, se miraron nuevamente, volvieron a mirar hacia el escudo y mentalmente al unísono pensaron:
“ADELANTE”