EL MEJOR REGALO
Los ninjas se encontraban reunidos en la casa Haruno ya que ahí se estaba llevando a cabo la fiesta por el cumpleaños diecinueve de Uchiha Sasuke. Después de la guerra y de que el Uchiha regresara a la aldea, procuraba estar de misión en esa fecha, pero este año las chicas hicieron un complot con Tsunade para asegurar su estadía en la aldea durante ese día.
Sasuke se encontraba molesto no por el escándalo, o porque le obligaran a asistir a la dichosa fiesta, ni porque en todo el día no hubiese visto un solo cabello rubio de cierto usuratonkachi (no era que se hubiera vuelto posesivo con él desde que escuchó que Hyuuga Hinata pensaba volvérsele a declarar), sino porque el motivo para tanto alboroto se debía a que unas semanas atrás, durante una conversación entre Sai y Naruto, el pintor afirmó que él podía darle al portador del Sharingan el mejor regalo por el que hasta daría las gracias. Por supuesto que Naruto no dudó en aceptar el reto y conforme la noticia se corrió, más y más conocidos comenzaron a sumarse a lo que terminó siendo una apuesta sobre “Quién puede darle el mejor regalo de cumpleaños a Uchiha Sasuke”.
Y por todo lo mencionado arriba, el moreno se hallaba enfurruñado ante una mesa de regalos, la mayoría ya desenvueltos, mientras los demás invitados a la celebración esperaban el veredicto del triunfador. Hasta el momento había recibido kunais, shurikens, ropa (no quiso ver quién le regaló el traje de enfermera), sake, fotos de chicas en bikini (que estaban MUY lejos de ser su tipo), pergaminos con nuevas técnicas ninja, libros (no era necesario preguntar quién le dio el Icha Icha Paradise) e incluso una serpiente disecada.
Fastidiado a más no poder, tomó un pequeño sobre del cual extrajo una llave y una nota. Observó la llave con desconcierto y procedió a leer el mensaje, abriendo los ojos de sobremanera por lo que decía. De inmediato buscó con la mirada al responsable, encontrándose con un pelinegro de sonrisa exasperante.
-¿Es en serio?
-Por supuesto que sí.
-Eres increíble, estúpido anbu.
Dicho eso desapareció en una nube de humo sin dar más explicaciones, pero notaron lo emocionado que lucía. Todos voltearon a ver a Sai quien seguía con la misma sonrisa de siempre y alzaba el dedo pulgar.
-Bueno, parece que yo gané.
-¿Qué le regalaste? –preguntó Haruno Sakura con curiosidad
-Algo que lleva queriendo desde hace mucho tiempo.
Sasuke llegó a la posada de Konoha que la nota le indicaba, miró la llave para corroborar el número de la habitación y corrió hacia ella como si su vida dependiera de eso. Al abrirla de golpe se encontró con Naruto amordazado con un listón rojo y forcejeando para soltarse. En cuanto miró al Uchiha le hizo gestos y señas para que lo ayudara a liberarse. Sasuke sonrió de medio lado al verlo así de vulnerable, no importaba lo poderoso que fuera Naruto, seguía siendo un el idiota más torpe y lindo del mundo.
Posada de Konoha Tsubaki. En la llave dice el número de la habitación. Tu rubio regalo te está esperando.
El moreno caminó hasta la cama y quitó la mordaza que le impedía hablar. Naruto inhaló aire profundamente y de inmediato comenzó a armar alboroto.
-¡Ese estúpido de Sai! ¡Ya verá cuando lo encuentre! ¡¿Cómo rayos se atrevió a secuestrarme y dejarme aquí atado?!
-Bueno –habló el moreno, aún sin desatarlo-, es porque se supone que tú eres mi regalo de cumpleaños.
-¿Eh? –se sonrojó violentamente e hizo un puchero- E-Esa es una idea absurda…
-¿Tú crees? Porque ha sido el mejor regalo que he recibido hoy.
-¿Qué? –lo observó con sorpresa, pues el otro no mentía
-Aunque todavía falta tu regalo, así que no le des la victoria tan pronto a ese idiota.
-B-Bien… es que… la verdad no se me ocurrió qué regalarte y cuando me di cuenta ya era veintitrés de Julio.
-Entonces, ¿no me darás nada?
Al ver aquella dulce sonrisa con que lo contemplaba, rememorar todo lo que habían pasado juntos hasta hoy, la forma en que su relación se había desarrollado desde que Sasuke regresó a Konoha, Naruto se armó de valor y le plantó un ligero y suave beso en la boca, provocando que su cara se pusiera tan roja como el cabello de su progenitora.
-A-Ahí lo tienes, ¿q-qué te parece?
Sasuke tardó unos segundos en salir del shock. Contempló la tímida expresión (rara de ver) en el rostro del rubio y le sonrió al tiempo que le acariciaba la mejilla. Por fin después de tanto tiempo había logrado capturar ese pequeño y cálido rayo de luz que nunca desapareció ni en los tramos más oscuros de su vida.
-Para ser un regalo improvisado me encantó –unió sus frentes-. Gracias, dobe.
-Teme… eh… ¿no piensas desatarme?
La sonrisa retorcida del Uchiha le provocó escalofríos. Y entonces con magnitud recordó: ¡seguía amarrado a total merced de su compañero! Maldito Sai, ya se las pagaría cuando lo viera… o quizá le daría las gracias.
Ese día Sasuke recibió dos regalos increíbles y consiguió una pareja para toda la vida. Algunos dirán que Sai fue el ganador de la apuesta porque brindó la oportunidad para que ese momento ocurriera, otros que debería ser Naruto porque se armó de valor para iniciar aquella especie de declaración; así que para no herir susceptibilidades Sasuke prefirió dejarlo como un empate. Además, ahora que tenía a quien lo usaría, también pensaba darle las gracias al que le regaló ese sexy traje de enfermera.
FIN
THE END
OWARI