Al momento en que Do Kyungsoo entra a aquél café, sabe por inercia que es lo peor que ha hecho en su vida. Su olfato es imprescindible y nunca falla, por sus fosas nasales está impregnado ése olor repugnante a perfumería barata que ha olido más veces en el día de lo que respira.
Pide lo de siempre: un capuchino semidescremado de chocolate con dos dulces de coco, piensa por un instante en cambiarlos por unos de licor, pero se resiste al ver a aquella figura esperando por él. Jamás podría librarse de él, lo tiene claro, quizás demasiado.
Esboza una sonrisa socarrona, esa sonrisa que sólo puede utilizar con una sola persona. Una persona que detesta pero que muy en el fondo de su corazón, siente todo lo contrario.
“Kim JongIn” Murmura, sentándose a su lado. “Te preguntaría qué haces aquí, pero dado que te sabes mi rutina de memoria ¿es necesario preguntarlo?”
“¿Por qué crees que me la sé, enano? Diez minutos tarde, maldición.”
“¿Perdón? Tú eres el que me sigue, además que yo sepa todo iba bien, hasta que se te ocurrió sacarte la calificación perfecta en Matemáticas, quién hubiese sabido que me besarías sólo por emocionarte.” Observa cada expresión de su contrincante mientras juguetea con su café. “Me besaste, pedazo de idiota. Robaste mi primer beso.”
JongIn lo mira desafiante, quiere hablar pero no le sale una palabra de la boca. Está inmerso en el mundo de los ojos de Kyungsoo, muriéndose por dentro. No sabe si decir disculpas cuando realmente no siente que deba decirlo, cuando realmente quiere decir que amó el jodido momento en que lo besó.
“Bastardo”
“Idiota”
“No me ayudaste nunca más después de eso, malnacido—”
“Fue porque sacaste la calificación perfecta, ¿qué con que no te ayudara más? Habías entendido todo, se supone—¡y ni un gracias recibí!” Saboreando el último dulce de coco, jugueteó con sus dedos.
“—arrogante. ¡Pensé que había algo entre nosotros! Me mirabas diferente, me sonreías diferente, maldición, ¿cómo querías que me pusiera? ¿Triste? Oh por Dios, estaba haciendo todo por ti, estoy jodido por ti y te odio, te odio, te odio, te odio” Bufó mientras alborotaba sus cabellos, sabía que Kyungsoo lo estaba provocando.
“También te odio, ¿sabes? Así… uhm, salvajemente” Kyungsoo trata de disimular su risa, pero es más fuerte que él. Sintiéndose humillado, JongIn le dedica una mirada de odio antes de marcharse furioso del lugar.
Kim JongIn es definido por Do Kyungsoo, como el chico más molesto del planeta entero. Hay muchas cosas que odia de JongIn, una de ellas es haberse aprovechado de él y robarle su primer beso, que no solo estaba guardando para alguien especial, sino que lo dejó con ganas de más. Otra cosa que detesta de JongIn es la tediosa forma de mentir, porque sabe que lo engañó con eso de reprobar matemáticas sólo para salir con él. Lo detesta por ser un cobarde. Y se detesta a sí mismo por serlo también.
Toma el último sorbo de café y suspira divertido, JongIn ha dejado su gorro favorito encima de la mesa, únicamente para que Kyungsoo vaya a devolvérselo.
Es patético, porque JongIn de cualquier forma siempre lo espera en las afueras del local. No es que Kyungsoo lo haya perdonado por haberle mentido, es decir, le dijo que iba a reprobar en una materia cuando nunca fue así, sólo para salir con él, era totalmente absurdo porque cualquier persona normal le habría pedido salir formalmente, pero ¿así? Era realmente obvio que un amante de las matemáticas, haría lo posible para resolver una guía con treinta y cinco ejercicios incrustados en ella. Además, poco que le interesaban los libros cuando estaba con él, ¿cómo no se iba a dar cuenta? Y cuando fue a revisar el expediente del chiquito, fue impactante saber que era realmente un genio.
Claro, en contraste con la actitud de niño no-me-importa-nada que siempre tenía cuando estaba a su lado.
Observa al moreno apoyado en un ventanal, sus cabellos son revueltos por el viento y Kyungsoo quiere enredar sus dedos en ellos. Sorprendiéndolo, le acomoda el gorro en sus desordenados cabellos y enrosca su brazo con el de JongIn. Los nervios aparecen y desaparecen y desea por un momento que jamás se acabe aquél momento. No sabe exactamente qué decir, es confuso y extraño.
Kim JongIn es extraño.
Suspira fuertemente antes apoyar su rostro en los brazos contrarios. “Me besaste, JongIn. Ya pasó, tiempo pasado, todo está bien. No hacen falta mis tutorías porque Dios, ¡no hacíamos nada! Hasta yo me daba cuenta, no soy tonto. Si querías salir conmigo, ¿por qué no lo pediste antes? Eres raro.”
JongIn apretó el agarre del más bajo, deteniendo el paso. “Lo sé, me odias, te odio, lo mismo de siempre ¿no? Tal vez fue un impulso o…—”
“Igualmente me besaste”
“¿Puedes dejar de—”
“No lo voy a dejar de repetir, porque quiero que me beses, maldita sea. Te detesto ¿entiendes? Detesto que no me hayas pedido salir formalmente, detesto esa sonrisita tuya. Detesto cómo comienzas a cambiar mi forma de pensar sobre ti. Y maldición, yo quería alguien más amoroso, más dulce, y al carajo tú y tus malditos atributos sexys.” Inflando sus mejillas, deshace cualquier contacto físico con JongIn y se cruza de brazos, dejando al moreno atrás. Ha hablado demasiado.
Pero no mucho para Kim JongIn.
“Esa es la declaración más hermosa que he recibido en mi vida”.
Kyungsoo no sabe cómo, pero cuando abre sus ojos está siendo besado por JongIn.
Es atrevida, loca y emocionante la manera en que sus labios conjugan. Sus labios saben a adrenalina y no está seguro de qué quiere, pero quiere más. El más alto lo toma por la cintura, y Kyungsoo ríe sonoramente al sentir el cosquilleo en su piel. Es torpe en consideración de su primer beso, pero es mucho mejor esto que ha ser tomado por sorpresa en plena escalera del Instituto.
Temeroso, acaricia el rostro de JongIn para luego revolver su cabello, deleitándose en un tacto rico y delicioso.
Do Kyungsoo en el entonces, tiene algo claro: de ninguna forma le gusta Kim JongIn (aunque aquello sea la mentira más vil que haya dicho en su vida), pero está seguro que sus besos lo dirigen al paraíso.
“Te detesto”, susurra Kyungsoo descaradamente saboreando sus labios. “Pero tus besos son jodidamente increíbles”.
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