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El bus por Guardian de la torre

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Y allí la vi la vi por primera vez subiendo al bus, tan peculiar y extraña a la vez, no pude apartar mi vista de ella. No supe en aquel momento que me estaba sucediendo pero ahora que lo pienso, simplemente fue amor a primera vista.

Ella con su largo cabello levemente ondulado castaño me hipnotizo y su bien delineada sonrisa me atrapo, diferente a todas, su larga falda floreada fue quizás mi motivo para apreciarla, su blusa blanca con cuello que hacia contraste con su piel morena y a la vez la hacía tan perfecta y en aquel instante como en una típica película todo se detuvo, la música dejo de sonar y el bullicio seso, simplemente estaba ella y sin darme cuenta solo la suave melodía de “Blue” sonó.

El bus empezó a avanzar, ella con un libro en sus manos se acercaba buscando asiento, viéndola de reojo y tarareando la canción, se sentó al lado mío a tan solo sesenta centímetros de mí y las mariposas que yacían muertas volvieron a revoletear. Y para no incomodarle, mantenía mi atención pegada hacia la ventana observando, el día estaba soleado y las personas se estaban preparando para el gran bullicio, después de cuatros años, comenzaba el mundial de fútbol, durante todo un mes y más se hablaba de esto; el partido inaugural, Brasil y Croacia, yo tan solo deseaba dos goles de Neymar.

Y sin percatarme, otra vez la estaba observando, atentamente leía su libro y con mi pésima vista logre a leer el título del tema “adverbios”, sonreí con la idea de que aun estuviera en la secundaria y luego mi vista subió a su rostro, era perfecta y era la primera vez que mi corazón latía así por una chica.

El bus avanzaba, las personas se iban y otras subían pero ella seguía sentada al lado mío a tan solo sesenta centímetros, los minutos pasaban y eran eternos, las calles iban cambiando repletas de alegría, ya quería gritar gol. Y otra vez de reojo, una costumbre se convirtió en tan solo minutos, verla fue mi felicidad, ella con la vista hacia delante y con el libro cerrado movía levemente los pies, traía puestos unas zapatillas con medias blancas; La mire a los ojos en el momento que el bus se detuvo, las personas pasaron por en medio de nosotras pero aun así mantenía mi sonrisa nerviosa y cuando todas desaparecieron recupere la compostura, parecía una acosadora.

Más de diez minutos pasaron y una historia fue creada, ella y yo las protagonistas. Y de repente volví a la realidad, trague grueso, me había enamorado a primera vista y de una chica, esto era un tabú en mi sociedad de muchas mentes cerradas, mire a mi alrededor asustada y me encontré con lo que más temía, una mujer me miraba con el ceño fruncido quizás por mi osadía por mirar a un persona de mí mismo sexo, ella se paró y antes de bajar del bus me lanzo un gruñido, pensé que me echaría la bronca por mi descaro.

Supiere aliviada, estos sentimientos no lo había sentido antes y me encantaba aunque estuviera prohibido. Quise preguntarle su nombre o tan solo crear una conversación con ella y entonces la vi pararse, las mariposas secaron y mis esperanzas se estaban quebrando, ella se iría y no sabría más de ella, jamás la volvería a ver.
No pude disimular mi sonrisa, solo se había parado para dar asiento a una mujer con su bebe en brazos, las mariposas revoletearon moribundas y de pronto mi corazón se aceleró, se paró delante mío, mantenía su libro pegado a su pecho y su mirada perdida atreves de la ventana…si podía ser posible, quisiera contemplarla así y que el tiempo se detuviera.

Y una vez más el bus se detuvo, los asientos se fueron vaciando, cosa del destino tenerla cerca, un asiento delante mío quedo vacío, miro a su alrededor para luego sentarse, quizás la tenía cerca pero ya no podía verla, su cascada de rizo era ahora mi único angulo.

Volví mí vista hacia la ventana sin prestar más atención a mí alrededor, siempre pedí encontrar a esa persona adecuada con la cual compartir los mismos sueños y quizás mismos gustos, no importaba si era chico o chica solo que estuviera allí cuando lo necesitara, era lo que quería.
Mire hacia el asiento de al lado, él bebe estaba sonriendo y sus ojos eran hermoso, parecían rasgados, ella ya no estaba en aquel asiento, la tenía a centímetros de mi con las ganas de llamar su atención, comenzaría con tocarle el hombre y saludarla pero el poco valor que tenia se esfumo.

Tire mi cabeza hacia atrás y entonces comprendí, nunca había tenido amigas con las cual conversar y siempre estaba rodeada de chicos, estaba feliz pero a la vez asustada, todo tenía sentido, nunca encaje con los grupos de chicas y siempre me ganaba su odio, quizás…

Y después de mucho tiempo escuche la música sonar, Doom Dada de TOP y como siempre empecé a cantarla a mi manera, volví a verla y de pronto el tiempo se detuvo al igual que mi respiración. Esta vez era ella la que me observaba, solo bastaron segundos para perderme en sus ojos negro y expresivos absorbiéndome sin miedo. Trate de no sonreír, el mundo se volvió tan solo en ella y yo con la música de fondo.

Sonrió, abrió sus labios para hablar pero justo en ese momento el bendito bus para de golpe, volteamos asustada y después de allí solo vi su reflejo en la ventana, seguía sonriendo.
Quizás pasaron minutos y la vi pararse, esta vez ya no tendría más oportunidad, me miro y me regalo una sonrisa, quede en shock; Quizás no era la única que sentía las mariposas, caminaba por el pasillo del bus con su fina figura y su pelo cayendo en cascada con cada paso. Se paró en la puerta y sonrió de nuevo…

-Espera…-susurre y no llego a ella, el bus empezó a moverse y la veía alejarse, era ahora o nunca, seguía parada en la lejanía, suspire, era ahora o nunca.

-¡Pare por favor!-





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