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Volverte a ver por NekoShiro2

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Notas del fanfic:

Que triste haber abandonado esta historia... pero con los examenes finales del cole, entrar a la uni, y adaptarme a la vida universitaria no fue tan sencillo... neh mejor dejo mi vida que no importa y les pido que pasen a leer mi linda historia :3 

Notas del capitulo:

El primer cap... con esto empezó todo... ¿Pueden creer que sueño con esta historia? 

Decir adiós no es fácil

Del hogar de dónde vengo, un orfanato con otros 35 niños, todos deseaban lo mismo: salir de allí. Querían ser adoptados por una familia amorosa, que los pueda engreír y mostrarles como realmente se sentía rodeados del más tierno y puro amor, sin embargo, a mí, no podría importarme menos. Sólo esperaba algo, tener una vida tranquila. 

Las hermanas que estaban a cargo de nosotros siempre se quejaban de mí. "Este niño sólo causa problemas" "Tenemos que disciplinarlo" "Nunca nadie querrá adoptarlo si sigue así". Sí, era un poco rebelde, me valía poco lo que los demás dijeran y tampoco me interesaba seguir órdenes. Estaba claro que no tenía muchos amigos. 

Contrario a mí estaba él. Un chico que resaltaba en todo, era un prodigio del piano, un genio de los estudios y muy hábil en los deportes, sin contar que era amable y obediente. Bah, lo único que quería era agradar. "Deberías ser más como Dominic" "Tal vez él te pueda enseñar algo" "Incluso aunque hablen mucho no se te pega nada de él". Debo admitir que a pesar de que lo odiaba en parte, era al único al que podía considerar un amigo. Siempre me buscaba cuando sabía que estaba solo. Siempre me contaba todo lo que pasaba y lloraba sólo frente a mí. En esos casos realmente me preocupaba por él. Se quejaba de las altas expectativas que todos tenían de él, del miedo que tenía de decepcionarlos, de lo mucho que le costaba decir no. Siempre se aferraba a mí y entre lágrimas me pedía que no lo soltara y que me quedara ahí. No podía evitar sonrojarme, era bastante raro pero igual le aseguraba que no lo dejaría ir, que siempre estaría ahí para escucharlo. Me alegraba cuando levantaba el rostro y con los ojos llorosos me soltaba una hermosa sonrisa llena de ternura. 

Lastimosamente fue poco el tiempo que estuvimos juntos. Tan pronto como vino se fue, tan sólo dos años después de que llegara al orfanato, una familia adinerada decidió adoptarlo. La verdad es que no me sorprendió para nada. Total, esos tipos opulentos sólo quieren niños perfectos, Dominic lo era. 

La noche anterior a la que partiría, yo estaba en mi cuarto junto con mis dos ruidosos compañeros, Ted y León, cuando alguien toca la puerta, lo que los hace callarse. Los dos cobardes se esconden entre sus sábanas y yo me levanté a ver quién era. Era Dominic, con su oso de peluche, suspiré y salí de allí, cerrando la puerta suavemente detrás de mí. 

- ¿Qué sucede? - pregunté algo frio cruzando los brazos - deberías estar en tu cuarto, si te descubren te regañaran 

- Pero tenía que decirte algo - confesó mirando el piso, sus rubios mechones cubriéndole el rostro - lamento si te molesto...

- No pasa nada - suavicé mi tono notando que lo estaba intimidando - dime

- ¿Podemos ir al jardín? - preguntó rogando con su mirada, traté de evitar verlo, era imposible decirle no a esos ojos azules 

- Está bien 

Tomé su mano y ambos nos escabullimos entre los enormes pasillos, tratando de que las hermanas no nos escucharan, de otra manera, realmente nos llamarían la atención y a nadie le gustaba escuchar esos sermones. Cuando llegamos a la cocina, sólo nos esperaba la puerta corrediza, que para nuestra suerte, estaba con llave. Pero como esa no era la primera vez que nos escapábamos, bien sabíamos dónde estaba la bendita llave. Entramos al almacén y allí, al lado de la casa de Sox, el perro del lugar, se encontraba lo que buscábamos. Al sentir que la puerta se abría, el gran chow chow empezó a gruñir, Dominic apretó aún más mi brazo asustado, llamé al canino por su nombre y al escuchar mi voz, se regresó tranquilamente a su cama. Dominic me sonrió nervioso con un pequeño rubor en sus mejillas, avergonzado de haberle temido al perro, le devolví la mueca pero una totalmente confiada, el rio. Regresamos a la cocina con el tesoro y abrimos la puerta que chilló, causándonos un mini infarto por pensar que alguien lo oiría. Nos quedamos totalmente quietos tratando de escuchar alguna señal de movimiento, al sentir que alguien bajaba las escaleras, rápidamente tomé la mano de Dominic y lo jalé al jardín, cerrando la puerta con llave. Jalándolo detrás de un árbol. Me asomé y claramente vi la silueta de alguien mirar a través de la puerta, sintiéndome como en una película de terror me agaché haciendo que él me imitara. Quien sea que haya sido el que estuviera ahí abrió la puerta, tenía que ser una de las hermanas, ellas tenían las llaves para todo. Maldije en un susurro y me arrojé encima de Dominic tratando de cubrirlo, mis pijamas eran verdes por lo que pensé que serviría para camuflarnos con el entorno. Su respiración se agitó. Cubrí su boca con mis manos y traté de calmarlo sólo con la mirada, si nos pillaban ahí estábamos muertos. Sentí cómo mordió su labio por debajo de mis manos, estaba bastante asustado. Tomé su mano y la coloqué sobre mi corazón, señalándole que yo también estaba agitado, pero teníamos que mantenernos calmados. Él asintió como entendiendo lo que quería decir y poco a poco su respiración se fue regulando. De pronto sentí el pasto moverse y los pasos de un ente a nuestro lado, reconocí a la directora. ¡Diablos! Miraba alrededor, parecía segura de que encontraría a alguien ahí. No se me ocurrió nada, sólo el viejo truco de la piedra. Así pues, busqué una entre las raíces del árbol y por suerte había una. La tomé y la arrojé lo más lejos posible, por el sonido, noté que romí una maceta. Ella se dirigió de inmediato en esa dirección y después de unos minutos escuché la puerta corrediza ser cerrada. Finalmente podía respirar.

- Lo lamento Trent – se disculpó mordiendo aún más fuerte su labio te estoy causando tantos problemas…

- Me meto en más yo sólo – respondí sosteniendo su mandíbula para que parara – ya te dije que esto no es nada

- Pero… – lo miré enojado mientras me sentaba frente a él – ok…

- Ahora dime – lo incité a hablar - ¿Qué querías decirme?

- Pues… yo… – balbuceó con la cara totalmente roja – sólo quería decir… esto… no es nada

- No me hagas matarte – amenacé furioso – no sufrí por la escena de una película de terror para que digas que era nada

- Pero me da miedo decirlo – confesó – no quiero que me odies por ello

- No te voy a odiar, te odiaría más por haberme hecho perder el tiempo – suspiré mirándolo a los ojos - simplemente dilo  

- Bueno… – miró sus manos y luego a mí – yo te quiero

Y así como de la nada las palabras golpearon mi cabeza como un meteorito. ¿En qué sentido de querer estaba hablando? ¿Cómo amigos? ¿Cómo hermanos? ¿O se refería a ESE sentido? Todo se aclaró cuando de un segundo para el otro tenía sus labios sobre los míos. Mis ojos se abrieron de golpe y no pude evitar querer correr de la escena, y eso hice. Corrí a la puerta. La abrí y dejé las llaves allí para que él la cerrara al entrar. No podía creerlo, realmente, no quería creerlo.

A la mañana siguiente, desde la ventana de mi cuarto pude ver la enorme limosina estacionada frente al lugar. En mi cabeza aluciné una bomba aterrizando sobre el vehículo y así no tendría que irse. Pero luego recordé el evento de la noche anterior y deseé que se fuera más rápido. Mi mente estaba totalmente revuelta, como si hubieran metido el cariño y el odio en una licuadora, lo hubieran mezclado durante toda la noche y luego lo hubieran vertido dentro de mi cabeza. Estrellé la frente contra el vidrio y vi a Dominic salir del recinto, oh por Dios, era ahora o nunca, debía decir algo. Su hermosa cabellera rubia se dirigía al auto con un aura de penumbra, por más que intenté moverme, mis piernas no respondían parecía que las hubieran pegado al piso. Maldije miles de veces y golpeé el cristal con mis puños, no con la suficiente fuerza como para romperlo pero con las suficientes ganas como para que me oyera. Funcionó, volteó y con una leve pizca de esperanza en los ojos me miró rogando, esperando algo. No pude hacer más que acomodar mi cabello hacía atrás y despedirme con mi mano. Su rostro se llenó de tristeza y con una sonrisa falsa, me devolvió el gesto como rindiéndose. Entró al auto y lo vi partir. Preguntándome si lo volvería a ver.

Después del almuerzo fui a su habitación. Sus compañeros aún estaban comiendo así que el lugar estaba vacío. Me quedé perplejo al notar que sobre su cama, con un moño amarrado al cuello, estaba su osito. Lo tomé entre mis manos y con una sonrisa triste me pregunté “¿Cómo es posible que te haya abandonado?” entonces me percaté del papel metido en su moño. Una nota que abrí e inmediatamente reconocí su letra.

“Para Trent:

Sé que con lo de anoche lo más probable es que te haya traumado, y que en vez de lograr transmitirte los sentimientos que tanto deseaba que entendieras sólo logré que me odiaras. A pesar de que dijiste que no me odiarías, ahora debes estar feliz de que me vaya. Lo siento mucho Trent, realmente e quiero, no sabes lo mucho que te agradezco por haber estado ahí conmigo en todo. Eres el único al que podía acudir para mis problemas, el único en quien confiaba. Por favor perdóname… lo que menos quiero es que me odies… por favor no me olvides… no sabes lo mucho que espero que nos volvamos a encontrar.

Nos vemos, Dominic”   

 

Notas finales:

Bueno, ese fue el primer cap *porras* espero sus comentarios, opiniones, quejas, sugerencias, amenazas de muerte (en especial eso último) y estaré subiendo los otros dos caps que ya estaba y el cuarto con suerte hoy mismo YAAY ._./ #killmeplz


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