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28 Días por Lazzefire

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Notas del capitulo:

Estoy de vuelta ^^ y esta vez no es con una traducción. Bueno, en realidad si lo es, pero principalmente es una Adaptación. 

Sobre 28 Days, les cuento que ha sido un fic muy importante para mí. Lo he leído más de 5 veces desde que lo encontré hace como 5 años. Fue publicado en 2002, y su escritora es la autora más reconocida y podría decirse que hasta una leyenda de dicho fandom (el cual también fue mi fandom antes de este). Es lamentable que esta talentosa chica haya desaparecido del mundo de los fanfics hace nada menos que 6 años. Hay gente que aun tiene la esperanza de que ella regrese…pero eso es bastante improbable.

De la larga lista de fics que publicó, me pareció que éste quedaba como anillo al dedo para una adaptación de EXO. Las personalidades encajaban  muy bien, claro tuve que hacer pequeñísimas modificaciones, pero nada del otro mundo.

Me gustaría reservar el nombre de la autora y el fandom original hasta el final (donde lo acreditaré debidamente) por la siguiente razón: si son como yo, saber en qué universo fue escrito originalmente el fic podría entorpecer la lectura. Me pasó con “Muñeco” Un reconocido Kaisoo adaptación de un fic de la banda Tokio Hotel. Al leerlo, aunque dijera Jongin/Kyungsoo, no paraba de imaginarme de pronto a Bill o a Tom Kaulitz…terminé dejando de leer la versión Kaisoo y leyendo el original… XD y bueno, no quisiera que pasara esto aquí…

No tengo más que decir por ahora, solo que espero les guste y me lo hagan saber, besos ^^

 

 

 

Luhan estaba sentado en el pórtico, observando la locura que se desataba a su alrededor mientras frotaba sus manos para calentarse.

“Con permiso, chico.” Dijo uno de los hombres de la mudanza, llevando su cómoda tras él. Luhan rápidamente se movió a lo largo del pórtico para hacerles espacio, sonriendo amablemente mientras pasaban. Se frotó las manos otra vez y las sopló, intentando ignorar la forma en que el helado pórtico estaba comenzando a entumecer su trasero.

Estaba feliz, pero al mismo tiempo estaba triste, muy triste.

Se mudaría en pocas horas. El camión había llegado temprano para recoger todos sus muebles y transportarlos a su nuevo apartamento en la ciudad, cerca a su universidad. Por eso estaba triste…iba a dejar su hogar…probablemente ahora sólo regresaría de visita, en vacaciones, para ver a su familia y recoger sus regalos. De ahora en adelante era oficialmente un adulto. Iría a la universidad, obtendría su título y con suerte conseguiría algunas recomendaciones cerca del área en que vivía. Luego tendría un trabajo, una vida, un auto propio, una pareja. Luego se mudaría a una casa mucho más grande… y propia también. Y luego viajarían por todo el mundo…y cosas así.

Suspiró otra vez y sonrió. Sí, estaba feliz por sí mismo, pero sentía como si estuviera dejando una parte suya atrás. Como si finalmente estuviera dando el paso de niñez a adultez. Un gran paso…esta noche estaría durmiendo bajo un nuevo techo, sin nadie de su familia cerca.

Luhan escuchó un estrépito y levantó la vista para ver que los hombres se habían resbalado en el hielo y la cómoda que estaban cargando había caído al suelo. Su madre les dijo tranquilamente que la recogieran mientras el resto de los hombres y vecinos continuaban metiendo cosas al camión.

Esos vecinos…estaban un poco apresurados metiendo sus cosas…cualquiera pensaría que no podían esperar para sacarlo del vecindario.

Luhan se había ofrecido a echarles una mano. Al fin y al cabo eran sus cosas, pero todos parecían tener sus manos llenas y a Luhan no le quedaba mucho con qué ayudar. Así que se limitó a simplemente sentarse y observar.

“Sé útil, Luhan,” Su madre sonrió y señaló un par de sillas junto a la puerta, mientras pasaba y entraba a la casa.

Luhan le dio una mirada a las sillas y suspiró mientras se levantaba, esperando no caerse y romperse el cuello mientras las cargaba por esas resbaladizas escaleras cubiertas de hielo.

También miró alrededor en busca de Ji Hae, ¿cómo era que tampoco estaba ayudando? Luhan regresó a la casa, con intenciones de desconectar el Xbox por unos minutos para que pudiera comprender el hecho de que su hermano mayor estaba dejando la casa. Cuando entró a la sala descubrió que el chico no estaba ahí. Fue a su habitación y a otros lugares, pero al parecer no estaba en la casa.

Luhan no era del tipo de entrar en pánico por tener un hermano perdido, porque estaba seguro de que sólo estaba holgazaneando en algún  lugar… probablemente ocultándose para no tener que ayudar con la mudanza.

……..

 

“¡Tengan cuidado con eso!”  Les espetó Yi Fan a los hombres que estaban teniendo dificultades al cargar algunas cajas a la parte trasera de su camión. Normalmente, habrían utilizado una carretilla elevadora, pero Yi Fan descartó esa idea alegando que su carga era demasiado preciosa como para ser transportada por máquinas. Así que  estaban haciéndolo con las manos.

Y los ayudantes no estaban exactamente contentos con esto, ya que significaba estar particularmente cerca de lo que se supone estaban cargando. Las extrañas cajas no dejaban de emitir un retumbante zumbido y sonidos que cambiaban de vez en cuando.

Pero los ayudantes sabían muy bien lo que era.

“Cuidado…cuidado…” Guiaba Yi Fan mientras los ayudantes comenzaban a introducir una tercera caja al camión. “Joder, no tengo toda la semana. Estas cosas tienen que estar en los laboratorios centrales de Seúl para esta tarde!”

Los ayudantes giraron los ojos y siguieron transportando las cajas a su propio ritmo. De pronto la mano de uno de ellos se resbaló por el áspero borde de madera. Soltó un grito de dolor y dejó caer su extremo de la caja, que aterrizó sobre su pie, haciéndolo gritar otra vez. La tapa de la caja se deslizó y se abrió…y por la abertura, comenzaron a salir varias abejas.

“Ciérrenla! Ciérrenla!” Gritó Yi Fan al instante y los ayudantes se lanzaron para martillar la tapa en su lugar con sus puños.

La tapa se cerró otra vez y las abejas que trepaban y volaban en el borde fueron aplastadas, explotando en una pegajosa porquería amarillenta. Todos suspiraron aliviados, pero Yi Fan estaba muy ocupado observando las treinta o más abejas que habían conseguido escapar, y que ahora volaban en la distancia.

“¿Qué pasara con ellas?” Preguntó uno de los ayudantes.

“El frío las matará…espero.” Yi Fan suspiró. Había un frío atroz y esas abejas sólo podían sobrevivir en climas tropicales. No durarían más que unos pocos minutos…y las probabilidades de que entraran en contacto con un humano en ese corto lapso de tiempo eran muy escazas. Esperanzadamente…

……

 

“Ahora escucha, Shin,” Sehun resopló mientras se ponía de rodillas para encarar al niño, “No puedes seguir fingiendo esta enfermedad sólo porque no quieres ir a la escuela.”

El pequeño frunció y se cruzó de brazos, feliz con el hecho de que su madre se había ido para poder decir esto, “¿Y? Todos los niños se burlan de mi!”

“¿Y? no soy psiquiatra, no me vengas lloriqueando por tus problemas. Estás desperdiciando mi tiempo.” Dijo Sehun con arrogancia.

“No te agradan los niños, ¿verdad?” Shin mostró su labio inferior.

“No…definitivamente los adoro.” Sehun fingió una sonrisa, “Sólo los odio cuando fingen enfermedades graves para manipular a los demás. Sé un hombre! Enfréntalo!”

“Puedo continuar fingiéndola si quiero!” Gruñó el niño.

“Continúa fingiendo y le diré a mami.” Gruñó Sehun.

El niño palideció, “Diré que mientes. Seguiré con la farsa. Ella pensará que eres un mal doctor y consultará a alguien más.”

“Estoy temblando.” Sehun volteó los ojos, “Escucha, voy a darte una pequeña lección de vida, mocoso.”

El niño refunfuñó. Aquí venía otro sermón de esos que clamaban que nunca llegaría a ningún lado si no hacía su mejor esfuerzo.

“Si no vas a la escuela no tendrás educación. Si no tienes educación no irás a la universidad. Si no vas a la universidad no conseguirás un trabajo, y si no tienes trabajo no tendrás nada de dinero. Y si no tienes dinero entonces no puedes comprar comida. Y si no puedes comprar comida entonces tendrás hambre, y morirás.”

Shin lo miró horrorizado, “Oh…”

Estratégicamente, Sehun se había saltado la parte sobre los beneficios sociales para el desempleado y cómo aun sin obtener un título se podía ser gerente en Mc Donald’s o algo así. El niño no necesitaba saberlo.

“Entonces…” Sehun sonrió otra vez, “¿Vas a mejorar?”

El niño asintió rápidamente.

“Bien.” Sehun se levantó y fue a abrir la puerta, “Puede entrar ahora.”

La madre de Shin regresó con una perpleja expresión en su rostro, “Todo está bien?”

“Sip, hablé con Shin y está de acuerdo en cumplir la dieta que le di.” Sehun levantó su talonario de prescripciones y comenzó a buscar un bolígrafo, “¿Dónde está ese maldito bolígrafo…? Juro que lo tenía hace un minuto…”

“Puede usar el mío.” La madre rápidamente buscó uno en su bolsillo.

Sehun lo tomó y comenzó a anotar prescripciones, “Voy a prescribir Calpol…eso limpiará la infección en el pecho.”

“¿Qué hay de la fiebre? Y lo de mojar la cama? Y las noches de terror? Y los ataques?” Preguntó apresurada la madre de Shin.

“Si se apega a la dieta estará bien,” Respondió Sehun, odiando el hecho de que estaba encubriendo a ese mequetrefe. “Puede volver a ver a su GP regular. Dudo que me necesite otra vez.”

“Gracias…doctor…” La madre sonrió, un poco insegura al llamarlo ‘doctor’ teniendo en cuenta que era aun más joven que ella.

Ella salió de la sala de consultas y Sehun comenzó a buscar su bolígrafo perdido. Era su favorito…el negro con la cosa roja en la punta. Sin duda Baekhyun lo había tomado, ya que parecía tener el hábito de tomar las cosas del hospital sin pedirlas.

Con un suspiro que sonó más como un gruñido, salió de la sala de consultas y caminó por el pasillo elegantemente alfombrado, hacia la recepción.

“Mira, si yo tuviera tu estúpido CD, ya lo sabrías, de acuerdo?” Escuchó a Baekhyun espetarle a otro atacante, “¿Por qué me gustaría Tom Jones?”

Jongin estaba inclinado contra el módulo de recepción con su bata azul oscuro, el usual uniforme de cirujano, “No lo sé, Baek, siempre dices que te caigo mal, obviamente eres el primer sospechoso. De hecho eres el único.”

De pronto Baekhyun cerró su registro de golpe y hundió un dedo en su pecho, “Muévete – ni siquiera deberías estar aquí.”

“Sólo devuélveme mi CD!” Demandó Jongin.

“Para qué, para que puedas ponerlo en tu Mercedes para conseguir citas?”

“Entonces SI lo tienes!”

“No, sólo estoy comentando el improbable hecho de que una chica o chico pudiera entrar en el mismo auto que tú.” Dijo Baekhyun simplemente, abriendo su registro con calma. Levantó la vista para ver a Sehun acercarse y sonrió, “Ah! Tu próximo paciente es-”

“Te mataría dejar de tomar los bolígrafos de mi consultorio?” Dijo Sehun sin rodeos cuando llegó.

La expresión de Baekhyun se tornó patas arriba, “Oh por el amor de…yo no tomé tu bolígrafo!”

“¿Entonces donde está?” Espetó Sehun.

Baekhyun alzó una mano hacia un costado de su rostro y sacó el bolígrafo que había estado puesto detrás de su oreja. Se lo mostró con una expresión de ‘hah’. Sehun lo miró antes de arrebatárselo. “Bueno, por qué lo pusiste ahí?”

Baekhyun volteó los ojos, luego se volvió hacia Jongin, “Lárgate antes de que te ponga una orden de restricción.”

“Cómo si fueras el primero en amenazarme con una de esas.”

“De verdad me encantaría escucharlas discutir todo el día, señoras,” Interrumpió Sehun, “Pero dónde está mi próximo paciente.”

Baekhyun le disparó a Jongin una última mirada antes de volver a su libro de registros, “Adivina quién?”

“¿Quién?”

“No, adivina.”

Sehun suspiró y pareció pensativo, “El conejo de Pascua…”

“No.” Baekhyun lo vio intentar asomarse a la sala de espera, “No estás autorizado para mirar!”

“Santa Claus.”

“Cerca.” Baekhyun señaló tras él y regresó con su trabajo. Sehun miró alrededor y ubicó a un conocido chico saliendo de una de las acolchonadas sillas azules.

“No tú otra vez...” Gruñó él mientras Kyungsoo trotaba.

“Pensé que ya estabas acostumbrado a mí,” él sonrió en respuesta, “Sabes que me amas.”

“Sabes que sí.” Jongin se inclinó.

Kyungsoo dio un paso atrás y le envió una suplicante mirada a Sehun. Él giró los ojos, “Vamos.” Pero antes de irse se aseguró de tomar algunos bolígrafos de Baekhyun.

“De acuerdo.” Anunció Sehun mientras entraba al cuarto de suministros. Sin mirar, extendió su mano tras él hacia Kyungsoo. “Fórmula.”

“No gastas tiempo precioso en trivialidades, verdad?” Kyungsoo suspiró mientras le pasaba la fórmula.

Él miró directo a la parte inferior. Otras dos firmas estaban ahí, y tenía que añadir la suya. Afortunadamente ahora tenía muchos bolígrafos con los que hacer su trabajo, “¿Cómo va el tratamiento?” Preguntó mientras firmaba rápidamente.

“¿Es una broma?”

“Es una pregunta. Respóndela.”

“De acuerdo. Bueno…la verdad no puedo notar mucha diferencia desde la semana pasada,” Él frotó sus manos tímidamente, “Todavía no puedo agarrar cosas con fuerza, y siempre están frías…estás escuchándome?”

“¿Qué?” Sehun lo miró.

“¡Dije que no hay mejora!” Gritó como si le estuviera hablando a un anciano sordo.

“Puedo escucharte bien…sólo no estaba prestando atención,” Él comenzó a buscar una medicina en los estantes, “Por el amor de Dios…Por favor alguien dígale a Baekhyun que deje de clasificar las cosas según su propio alfabeto!”

Kyungsoo esperó pacientemente hasta que eventualmente regresó con una botella blanca, “Conoces la dosis, ¿verdad?”

“Una antes de cada comida.”

“Y sólo por dos comidas al día.” Él asintió y tomó sus manos, “Echemos un vistazo.”

Kyungsoo se quedó quieto mientras Sehun le giraba las manos repetidamente y les fruncía, “¿Aun frías?”

“Como siempre.”

“Todavía no puedes ejercer fuerza?”

“Nada.”

“¿Algún otro problema?” Preguntó Sehun, frotando su mano izquierda para calentarla.

Kyungsoo sonrió ante su acción, “Uno pequeño…después de la cirugía del mes pasado no puedo levantar los brazos por encima de mis hombros.”

“¿Por qué no dijiste eso la semana pasada?” Él frunció y soltó su mano para comenzar con la segunda.

“Porque me echaste por la puerta la semana pasada. Eres enfermizamente impaciente.” Kyungsoo rodó sus ojos, “Personalmente dudo que el trabajo de buen doctor sea el indicado para ti.”

“A menos que seas un asesor guía, cállate.”

“De hecho—”

“Cállate de todas formas.” Sehun colocó su mano en la suya. “Aprieta.”

Kyungsoo lo hizo…muy débilmente. Sehun le levantó un poco el brazo. “Otra vez.” Fue aun más difícil. Sehun lo bajó para que estuviera a su costado, desafortunadamente era muy alto para sostenerle la mano, así que tuvo que bajar y apoyarse en su rodilla. “Y otra vez.” Kyungsoo apretó, más fuerte esta vez.

Justo entonces Jongin apareció por la puerta, “Oye Sehun, has visto mi… ¿Qué demonios está pasando aquí?”

Sehun se tomó un momento para evaluar lo que parecía antes de voltear los ojos. “Ew”

Kyungsoo le disparó una mirada igual de asqueada, “Si. Ew.”

Sehun empujó la botella en las manos de Kyungsoo, observándolo tambalear por un momento antes de lograr sostenerla estable. “Incrementa la dosis a tres veces al día, de acuerdo? Y si eso no funciona, debes considerar pedir otra cita con Jongin para hablar de otra operación.”

Kyungsoo y Jongin se miraron, y uno de ellos sonrió.

Kyungsoo gruñó. “Genial…”

Sehun se cruzó de brazos. “Bien, ahora muévete, tengo más pacientes además de ti, sabes?”

Kyungsoo salió tranquilamente mientras Jongin suspiraba y se dirigía por el otro camino, “Nunca volveré a escuchar a Tom Jones a este paso...”

…..

 

Luhan volvió a salir, cerrando la cremallera de su chaqueta y metiendo las manos en los bolsillos. Su primera opción fue buscar en la casita del patio, pero tan pronto asomó su cabeza ahí decidió que Ji Hae no se escondería en la oscuridad, no importaba cuál fuera la ocasión. Ese lugar le ponía los pelos en punta…y no era como si Luhan se sintiera precisamente cómodo allí tampoco.

Luego estaba el viejo y añoso árbol que se encontraba cerca de la casa. Pisó cuidadosamente sobre el pasto congelado que guiaba hacia el árbol y escuchó sonidos de movimiento sobre él. Estaba en las ramas.

“Uhmm…me pregunto dónde estará Ji Hae.” Dijo, mirando alrededor sin levantar la cabeza. “Estaba seguro de que estaría por aquí.”

Se escuchó más movimiento allá arriba.

“Bueno…si no puedo encontrarlo, no podrá comer ese pudín de chocolate que hizo mamá.” Luhan suspiró dramáticamente y escuchó una rama romperse sobre él. Sonrió y miró hacia arriba…pero pronto la sonrisa desapareció de su rostro. Estaba sonriéndole estúpidamente a una ardilla. “Oh…”

Ji Hae tocó su codo. “¿Hablándole a los animales otra vez? Dr. Dolittle?

Luhan se volvió hacia él, sintiéndose tonto. “¿Dónde te habías metido?”

“En ningún lado…sólo estaba caminando por ahí.” Él estampó sus pies para sacar el frío de sus botas.

“Me voy en un par de horas, sabes?” Le recordó Luhan.

Ji Hae volteó los ojos. “Como si pudiera olvidarlo.”

“Entonces… ¿no me extrañarás?” Luhan levantó una ceja.

“Supongo…” Ji Hae se encogió de hombros.

Definitivamente algo pasaba con Ji Hae. Él no era tan pesimista, a menos que tuviera algo en mente, o que alguien lo estuviera molestando en la escuela. Luhan se agachó a su lado y espantó una abeja que se había posado sobre su cabello.

“Pasa algo malo, Ji Hae?” Preguntó preocupado.

“No.” Gruñó él.

“Yo creo que sí.”

“Que no.”

“No tendremos una discusión infantil por esto. Tengo dieciocho. Soy muy viejo para esto.”

“Si…eres tan viejo como las montañas… eres un anciano...” Ji Hae frunció.

“Oye, sólo te faltan cinco años para estar en la misma situación.” Le recordó Luhan, batiendo su mano de nuevo para alejar la abeja que seguía zumbando alrededor de su cabeza. Ji Hae bajó la cabeza y Luhan tuvo una pista sobre lo que podría estar molestándolo. “¿No quieres ir a la universidad?”

“Uhm…sí…pero…”

“¿Pero qué?”

“¿No estás asustado?” él levantó la vista de repente, “Dejarás atrás todo lo que conoces y te irás a vivir a un lugar extraño rodeado de gente extraña! Y prácticamente estarás VIVIENDO en la universidad y no harás nada más que trabajar y estar aburrido siempre…y cómo vas a hacer amigos tan fácilmente?”

Ji Hae no estaba preocupado por Luhan, estaba preocupado por él mismo cuando su turno llegase. La mejor forma de resolver esto era demostrarle que no estaba asustado. “Ji Hae…todos ahí serán nuevos. Nadie se conocerá. Todos serán amables los unos con los otros y se ayudarán y el personal te hará sentir bienvenido…y no todo será trabajo, sabes?”

“Sí, claro.”

“Sí. Sin padres ni abuelos respirándote en el cuello puedes quedarte despierto hasta la hora que quieras, comer lo que quieras e irte de fiesta todos los sábados. En realidad nadie trabaja en la universidad.” Sonrió, “Además…todavía te quedan cinco años, no te irás en un tiempo. Aun debes disfrutar del tiempo que te queda como niño, no deberías preocuparte por cosas como esas.”

“¿Quién dijo que estaba preocupado?” Preguntó Ji Hae, mirando a la abeja que se rehusaba a dejar en paz a su hermano.

“Un pajarito.” Luhan sonrió y se levantó, espantando a la abeja otra vez. “Qué extraño… ¿Abejas en invierno?”

“Entonces no estás preocupado por estar solo?”

“No por mucho tiempo.” Luhan suspiró. “Haré nuevos amigos…conseguiré una pareja y estudiaremos juntos. Luego podremos abrir nuestro propio bufete de Abogados y despilfarrar nuestro dinero y tener sexo todas las noches...”

“Demasiada información, Luhan!” Dijo él rápidamente.

“Era broma.” Luhan le dio un golpecito en las costillas. “Sólo quería verte retorcer.”

La maldita abeja estaba zumbando muy cerca de su oreja ahora y Luhan frunció. Se giró y aplastó sus manos para destriparla entre sus palmas. “Qué tal eso—AH!”

“Qué!” Ji Hae saltó.

“¡Esa maldita cosa me picó!” Luhan dejó caer el insecto muerto al suelo y levantó su palma para examinarla. “Ow…qué gran forma de comenzar mi vida adulta.”

“Cierto.” Ji Hae le echó un vistazo. “Ew…es amarillo!”

“Ugh.” Luhan cerró su puño para intentar aliviar el dolor y le sonrió a su pequeño hermano. “¿Ahora vas a ayudar a empacar?”

“Oh…tengo que hacerlo?” Ji Hae frunció.

“Bueno, si puedes levantar mi cama… sí.” Luhan comenzó a empujarlo en dirección a la casa. “Deberías estar ahí junto al comité de despedida.”

Luhan inhaló profundamente y abrió un poco su chaqueta, estaba haciendo mucho calor de repente. El sol debía haber salido.

Su madre estaba esperándolos cuando Luhan y Ji Hae llegaron. “Ahí están los dos – el camión ya se fue, así que todo deberá  estar desempacado en tu apartamento para cuando llegues, Lulu.”

“Genial.” Luhan tiró de su cuello de tortuga y exhaló, dejando salir el vapor. “Soy yo o hace calor aquí.”

“¿Te estás poniendo nervioso? Probablemente es toda esta emoción.” Su madre sonrió. “Iré a revisar que no falte nada.”

Luhan estuvo por seguirla cuando su cabeza comenzó a dar vueltas ligeramente. Se detuvo cuando alcanzó el pórtico y tuvo que apoyarse en uno de los postes de madera para sostenerse. “Whoa…”

“¿Qué pasa?” Preguntó Ji Hae rápidamente.

“No lo sé…” Luhan cerró los ojos brevemente para que el suelo dejara de girar. Pero cuando los abrió de nuevo, había puntos negros bailando frente a sus ojos y su cuerpo se sintió muy débil de repente. Algo estaba mal con él… “Ji… Hae…trae…trae a mamá…”

La oscuridad consumió su visión y se desplomó en el suelo cuando sus rodillas fallaron y la bilis subió por su garganta.

“¡Luhan!” Ji Hae se abalanzó sobre él.

Eso fue lo último que escuchó.

 

Continuará…

 


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